A e JE AAA rg a A 4 13 : ] ada” a e cs Y ES 313 JAEN a AA, de pat 144 | A ad | Mili bicapa! 14 11 A ArañeRAR ARENA Ar ADRA de Pe, id úl MAIS >, y 129uó? pe Y A AQ An: : A ah y anda e ts El PPD : A AQUA A ARPA o CLA ira RADA CÓE PARMA NS Ss «ara Rao AA Ma coma q Pal qn ua mo E e IP a Á pa sr : A a A, ; A A Ll E A Luo. Masia la] 4 An Midas S q ro A aa, LL Ra 2 Wa cd O de En! 3 ; MEAN TIE - ve pra Zn A A , = ger 1d f pa p. E E Das 24 e Aran. A APTA ta O PES O SO ALAVA >.AA P» na s AS LR o a IU rrpp AA Y PO RATOS. A A ar oo A SAMA Mar nh A O PRE Ai , rs A - As ips 2, ta ja a RA VA "Leia AMA adds NS pe CU Vial noel AA DA ¿230 eo? id A E aerea JA | SN RA Ara ADAM ”n Das Y yA SN en E > Aaa 4! a > Se LO AAA ae pa ra AAA rl MM Altar et LT Im 3 : z E “ / MN O | ALLA As ! paa de 7 Pr < la, Pr.» ¿Wu qra09: Na AQUA J A, ¿a pn%2 re e eps AT A terco Pl 2... ., LA 7 í nd ar MIR ANA Hi y HET 1 MA | | PA YU map Pila 18 en : A IO ALA) vh. 9 1 : pr pad 4 > ii : E AA » A a IVY PEPErO Sr ( er? . Y Rae? he a ensot: UN pao: > s E Mer ATAN 1 EN nv PYrY $ al NN YE y ses marras Pa añu Li (YY AMEN ¡INN NIG *. 1H PY TE Pe : Era ap” Cr EN oa Ra Ven + UN) 16% Ze ee e TA ¿ar A EN : ¡NANh IN > a a Ta A AA Ao y : aa De V : a o PORO ER 7 PA A e A rs ALI A PH. YA DA Í aa. +4 la: > ee” rra 2 As | Way Ns, Y AN PE Al A 3d e $ 1 AAA Y Y Ano ea. Pr a E y e gr f e a e NANA >» p»o, nl E ARA Asa aa pol A - YN APO > SN 140 a. LIRA A z : | apro NA y ear Y 99. Maa Wen AN A ik | in AA ote par” po A | "HH 0 00M de f elrotnr rrpp YO Hi YN «y : TA | “ar pt” Mus “Y rap 20 as añ AA LAS +RJITA 54 y APA, : a OS TY oa de te A SarpRrAA, ] Ll | : NN a Jae y | dia AOS AN AAA | 40a,! 0 A nba uvr 1.60 $ p > dd » id4 E o certrrs, ña YU g Alar lr E A Mm Y e a AA E e A Ea pr? E Ma ANA LR AS Darro a, RNA Bb IS A 5 dh,, leia ón e Rd = 1dda Yé ni de y 1 4 a r La 1 O A a Y - k g A Are ¡ ÚS AS tra pa 2% 21a .onaál Am yA A tm. As E A A O or, Nas na Pa aan y AR El “ Pa alar A Aa Mirra, BA Ur AA yA nta Ma E »* Amada, Pa + se” q : S Y a] PP) a Ba - ¿ S , 14 da A > al na parar Y AN O la .*» S E er LAA yA E an VA Ma? SA y . Si Ly» va qn " í Az j AMAS: a e a y, E 7 A a a pa ns SPA er AAA ' Pe en De nap SANA, doy:1 JA PI o AAA LOAN AT A O Cl 1 ARAN 50 Jen al eS pur Me al o - 2. A QA 2. e va. LARAAAS + ya" A ty Js Pr >010( ce í ¡Bagil ASAl A Ca 2 PL” A. 5 PA 9 eS Tena o Lo del a) A É qe AAA Pra IA A A, ATACA TA SGea AAA | 21,,.2£AÁ Pra "y NO AS LS 4 NI A A y qaA ] Aaoo r FLIA e. dy Aena pS o eS a] A h z i i a ; Y ¡A p4 Aa E Sa. 85500) a! WMA ? - ca Pes A eo EUA a rd SAN Boo BA NA a Abrir AAA A IN A Sa CARLA 2 4 pann22o TA (A e sl AA a aldo wi ne ANA | até ¡Y PSA E SS “os Ji ¿dr nr Ml da € e. +44 = ARO hi y ] PY "e 1 11 APRA HA] add das LDL CCOO ee ll A a a E e NUDO AL pr 11] A Ea Ps . Y Ú ¡dl ; + ha! Ao A IO OA nd Dre ALS hs as O AAA 4 ma FP > ARBAD. 20m > ¡ sE L PAP, Asp ano! re Ae ano" WA 2 Mo Y” po)" P Y HOR : ¿ A EA] sa nd ALAS ADAN E Can... - AA MD al Sue y DAS Py APA | » ns EN a LP a. Ps > 1 Sn "ea aa 7 Pp .»0 hr PA y ANI Elo A be dh, MANDA 0 ROA 18 il 0 MN Fa EPA BL A N nas? " “rrar y AS O A AS paraa AAA L AN IN A AR 4 A zz a , AA aprin» , A ; ARPA, | At o Brin ATT Ji ¡AAA 20 LARA | PARA Es arrasa a ADAN ReErIERER A 000 HE ¡CAJSAPER a PA A MTS pl ADA MALA ae AO e GLAM bol f pan” A , PA a pl : "a 3 ho 433 : SA AA? AA . ES pampa” ¿PA PT » pi : 7 a jA as AAA A: Lp LARES A EE p” s .. : Wi Dal LA AA ase IA 4 bh: z o a A +) PE ARENA y y pa a E AAA A EA ra REA E mi gas ES e pr HE es Aud ti AS y DAD CIENTÍF 1 : DIercror : : Dada EDUARDO CARETDES sio - SECRETARIO DE REDACCIÓN : Iscustnno CARLOS LIZER JULIO-DICIEMBRE 1920. — ENTREGAS L-VI. TOMO. xC ni al del delta de la Sociédda Científica Argentina, correspon : te al XLVIIS período administrativo (10 de abril de 1919 al 31 de mayo 920), leída en la asamblea deltatde abrí de LIO AL A Sa ¿LOS SPEGAZZINI, Algunas observaciones relativas a las hojas de coca (Ery- thwoxylon coca. DAM rr - P OS Nas 8. EN Insectos OS pis 2a A > serie)... 33, 44, 54 eN HADMAN, Les orchidées icclienEs (debacle série)... A e OS LOS ac Sobre na enferniedades y hongos que afectan las plan-- NOISCO e LAVALLE Y PABLO LAVvenIr, Viilización de la turba como com- stible. Resultado de las investigaciones E EEN eE ROA DO 19 F. DELÉTANG, Contribución al estudio de la zo00geografía argentina, (Apun- es para delimitar algunas regiones entomológicas SJ. A A Pee A CO ZULOAGA, Proyecto de da aérea del Atlántico Sl mo o E A a o el e NR A A O ER RR IN TR RN RA IR IR AR RIN INR II RR CR RO aterías contenidas en el tomo XC.roooctoca rro PP de [BUENOS AIRES . Zi IMPRENTA Y CASA EDITORA « CONIL » ele e 684, PERÚ, 684 e s — e at 1920 ANALES DE LA EDAD CIENTIE ARGENTINA DIRECTOR : Docrork EDUARDO CARETTE SECRETARIO DE REDACCIÓN : INGENIERO CARLOS LIZER TOMO xXC Segundo semestre de 1920 o BUENOS “AIRES IMPRENTA Y CASA EDITORA « CONI » 684. PERÚ, 684 1920 MEMORIA ANUALE DEL PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA CORRESPONDIENTE AL XLVII* PERÍODO ADMINISTRATIVO (1% DE ABRIL DE 1919 A 31 DE MAYO DE 1920) LEÍDA EN LA ASAMBLEA DEL 14 DE ABRIL DE 1920 Señores consocios : Perduran los días sombríos para la ciencia mundial, que no puede aún librarse del estado caótico en que se hallan las naciones más avan- zadas, aquellas que nos eran maestras en la marcha progresiva de las disciplinas científicas, especulativas y aplicadas. A los cinco años de horrores cruentos a que se referían, en sus res- pectivas memorias anuales, mis ilustrados predecesores en la honrosa misión de presidir vuestra acción colectiva de intelectuales, ha se- guido y continúa una larga era denominada «de la paz» que en reali- dad sólo se distingue de la bélica en que no es cruenta, pero es guerra de pasiones, desconfianzas e intereses económicos, que no entiendo juzgar aquí; verdadera « guerra en la paz », que mantiene en zozobra y, por ende, en la inacción o, por lo menos, en una acción limitada, a los obreros del pensamiento. Está situación de los hombres de ciencia de los indicados países, redunda, como es lógico, en perjuicio de nuestra propia actividad in- telectual. Sin embargo, place observar que, si bien lentamente, la producción científica empieza a repuntar y es dado esperar que esta reacción de los estudiosos recobre pronto su integridad y se intensi- fique. La Sociedad Científica Argentina, dada la neutralidad de nuestro país en la reciente conflagración, tan colosal como vituperable, ha po- dido dentro de sus propios elementos trabajar provechosamente a mi 6 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ver, como podréis juzgar vosotros mismos imponiéndoos de esta me- moria que expone nuestra labor social. - Sin embargo, hay una causa que debilita en parte la acción de nues- tra Sociedad, como se expresa detalladamente más adelante, en una nota mía adjunta a esta memoria, que no leo por extensa, pero que será publicada en los Anales para conocimiento de los señores consocios. Es la segregación que vienen produciendo algunas unidades que han creído conveniente, para ellos, separarse del alma parens de nuestro desarrollo científico. De acuerdo con mis propósitos — aprobados por la Junta directiva— he dado pasos para un acercamiento, a fin de que vuelvan al hogar común esos hijos pródigos de nuestra Sociedad, y confío en que conseguiré tan razonable objeto. Respecto de la donación a nuestra Sociedad de un terreno o casa municipal, debo hacer notar que, bien encaminada la gestión, se ha visto retardada su terminación por las recientes agitaciones políticas de las elecciones nacionales y municipales, y por la renovación de las autoridades de la comuna, especialmente por la terminación de su mandato de los señores doctor Joaquín Llambías, como intendente, y del ingeniero José N. Quartino, como secretario de obras públicas, a cuya buena voluntad debemos la favorable tramitación, por cuya ta- zón cumplo con el deber de manifestarles aquí, en representación de la Sociedad Científica Argentina, nuestro más sincero agradecimiento, Debo consignar, con satisfacción, que tengo motivos para confiar en el apoyo de la nueva administración municipal y, por ende, en un resultado satisfactorio. Voy, pues, a daros cuenta del movimento social durante el año que acaba de terminar. JUNTA DIRECTIVA De conformidad con lo establecido por el artículo 13 y disposicio- nes transitorias del reglamento, en la asamblea ordinaria celebrada el 14 de abril de 1919 quedó constituída la Junta directiva en la forma siguiente : Presidente : Ingeniero Santiago E. Barabino, elegido por dos años. Vicepresidente 1”: General ingeniero Arturo M. Lugones para com- pletar el período de dos años. Vicepresidente 2%: Doctor Juan B. González, elegido por dos años. Secretario de actas : Profesor José T. Ojeda, para completar el pe- ríodo de dos años. 5 ¿ MEMORIA ANUAL Secretario de correspondencia : Ingeniero Anecto J. Bosisio, elegido por dos años. : Tesorero: Doctor Eduardo Carette, para completar el período de dos años. Protesorero : Ingeniero H. M. Levylier, elegido por dos años. Bibliotecario: Ingeniero Miguel V. Lorenzetti, para completar el período de dos años. Vocales : Ingeniero Nicolás Besio Moreno, ingeniero Ferruccio A. Soldano, ingeniero Julián Romero, doctor Jorge Magnin (por dos años), ingeniero Enrique Marcó del Pont, ingeniero Arturo Hoyo, ingeniero Sebastián Ghigliazza, ingeniero Rómulo Bianchedi (por un ano). Así constituída ha funcionado hasta la fecha, habiendo celebrado 34 sesiones, en las que, entre otras, fueron tomadas las resoluciones siguientes: Adherirse a la segunda Conferencia nacional de profilaxis antituberculosa que se reunió en el Rosario en el mes de septiembre próximo pasado, de- signándose como delegados para representar a la Sociedad en dicho acto a los doctores Gregorio Aráoz Alfaro y Antonio Vidal. Remitir a los señores socios un formulario para que indicaran las obras que a juicio de los mismos deben adquirirse para la biblioteca. Coneurrir en corporación a la procesión cívica organizada por el Consejo nacional de educación que se efectuó el 24 de mayo con motivo de las fies- tas patrias. Reelegir por un nuevo período de dos años al doctor Carette, director de los Anales de la Sociedad. Dirigirse a los señores ingeniero Enrique Hermitte y doctor Marcial R. Candioti, haciéndoles presente la conveniencia de que el personal de las oficinas dependientes de la Dirección general de Minas, geología e hidrolo- gía y de la Dirección de Obras sanitarias, respectivamente, dieran conferen- cias en el local social sobre trabajos que realiza dicho personal. Comisionar al señor presidente para gestionar del Concejo deliberante, la donación de un terreno de propiedad municipal para la construcción del local social. ; Con el objeto de combatir el raro marasmo de que se hallaba afectada la Sociedad, el señor presidente ingeniero Santiago E. Barabino, presenta a la consideración de la Junta directiva la nota que se transcribe a continuación, por la que, una vez considerada, se resolvió designar al señor presidente para estudiar un plan de máxima de reconstrucción social y la sometiera a la consideración de la Junta para que ésta, ya con un plan determinado, ci- tara a los presidentes de las diversas sociedades científicas desprendidas de S ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA la nuestra, para discurrir sobre el fondo y la forma de realizarlo. He aquí la nota de referencia : Buenos Aires, junio 6 de 1919. «Señores miembros de la Junta directiva de la Sociedad Científica Argentina. «La Sociedad Científica Argentina, cuya dirección acaba de sernos confia- da, se halla afectada, desde hace algún tiempo, de un raro marasmo que no han podido vencer ni la buena voluntad, ni la dedicación de las juntas di- rectivas que nos han precedido, ni alcanzaremos a dominar nosotros si no estudiamos la etiología del mal y no procedemos conscientemente a neutra- lizar la causa. «A mi juicio este morbo latente es fácil de exteriorizar, y, por consecuen- cia, posible de combatir y, como lo espero, de eliminar. «En otros tiempos, todos los elementos nacionales de cultura científica (matemáticos, físicos, químicos, naturalistas, etc.), formaban parte de nues- tra institución, cuya tribuna era el estrado desde el cual exponían al público el resultado de sus estudios ; y los Anales de la Sociedad Científica consti- tuían el portavoz, mundial por su difusión, de las opiniones de aquellos in- telectuales. «El crecimiento rápido de las falanges científicas en la Argentina, gracias por una parte a nuestras universidades nacionales, y por la otra al concurso cada vez mayor de profesores y universitarios extranjeros radicados en nuestros país, han extendido y robustecido en forma realmente honrosa para la Nación, las múltiples ramas que brotaran del tronco común ; y los respectivos adeptos a las diversas disciplinas científicas, se sintieron fuer- tes y capaces de seguir con toda independencia su propia ruta, y tal lo hi- cieron. «Era un proceso lógico: la infancia de la ciencia argentina terminaba en una briosa adolescencia, precursora de una virilidad sana, fuerte, activa. No creo que el hecho pueda merecer sino los plácemes de todos los que de- seamos y trabajamos por que la Argentina sea, no sólo grande por su comer- cio, su ganadería, sus industrias, etc., esto es, por su prosperidad econó- mica, sino que también por su cultura artística, literaria y científica : pero el hecho es que nuestra Sociedad, el alma parens de la intelectualidad argen- tina, vióse bruscamente olvidada o descuidada por aquellas diversas agrupa- ciones que creyeron más producente la creación de nuevos núcleos indepen- dientes, gremiales, podría decirse. Y en esa creencia se desvincularon de ella, constituyendo los naturalistas la Sociedad Argentina de Ciencias Na- turales ; los químicos, la Sociedad Química Argentina, etc. «Las cosas se agravaron debido a la creación o elección de las revistas que cada una de las asociaciones, crearon o eligieron como órganos oficiales de publicidad de sus trabajos. Así, los naturalistas prefirieron los Anales del MEMORIA ANUAL 9 Museo nacional de historia natural y la revista Physis, los físicos y los químicos los Anales de la Sociedad química argentina. Hasta los mate- máticos, cuyo reducido número no justificaba el caso, fundaron una He- vista de matemáticas. « Estas publicaciones no tenían razón de ser, mientras existieran los Ana- les de nuestra Sociedad, que constituían una tribuna generosamente ofrecida atodos los escritores científicos, desde el más elevado hasta el más modes- to, perteneciera o no a la Sociedad, como se sigue haciendo con inalterable hidalguía y altruísmo. Esos centros, aun segregados, de la Sociedad Cientí- fica, pudieron enviar sus memorias a nuestra revista, que las habría pu- blicado con invariable espíritu de compañerismo. «Con esto no entiendo decir que tales hechos puedan tacharse de vitupera- bles ; pero sí que en el fondo, si se analizan con detención, se descubre su faz desfavorable, por cuanto han sido causa de un sensible debilitamiento de! semisecular hogar creado por los hombres de ciencia argentina, a la vez que de una ponderable diminución de energías para ¿as mismas nuevas cor- poraciones que brotaron del tronco inicial, pues es axiomático que el total de las energías mentales de los asociados a nuestro viejo centro de cultura, dado su número aún reducido, tendrá siempre mayor brillo que cada una de las ramas en que nos hemos dividido y separado. «El prestigio de la ciencia argentina, sin desmedro ni inconvenientes para cada una de sus unidades componentes, será tanto mayor cuanto más unida mantengamos nuestra labor intelectual. «Es cierto que no todas abandonaron a la madre que los sustentó en su iniciación, pues en gran parte siguen asociadas a nuestro centro ; pero en realidad de verdad, lo que la Sociedad Científica necesita para conservar la consideración popular y oficial que supo granjearse por sus propios méritos, no es tan sólo la adhesión personal, sino que también y más aún, la contri- bución intelectual de sus asociados, de manera que aportando todos su gra- no de arena, acrecienten más el acervo científico de nuestra institución, en forma y amplitud tal que no sólo sea una honra para ella, sino que también para el país. « Hoy cada grupo actúa por su cuenta y como es lógico su labor no des- merece virtualmente por ello; pero el hecho sensible es que no figura ya como otrora en las columnas de nuestra revista, sino que se dispersa en múltiples publicaciones, restringiendo el conocimiento a las respectivas agrupaciones, mientras los Anales de la Sociedad Científica Argentina los comunica a la gran mayoría de nuestros hombres de ciencia. ; « Por lo demás. el mecanismo de la acción social podría funcionar sin ma- yores resistencias pasivas, es decir, con igual sino con mejor resultado, si su estructura orgánica fuera más robusta, sus articulaciones más solidaria- mente vinculadas ; si le impulsara una fuerza intelectual más poderosa de- bida a la integración de todos nuestros elementos científicos, hoy, en parte, dispersos. 10 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA <« Profundamente convencido de que nuestra unión social nos dará la fuerza cultural de que es capaz la intelectualidad argentina, creo que será de fácil realizacion traer al viejo hogar común a los hijos que la abandonaron bajo el influjo de aspiraciones, muy nobles por cierto, pero que, hoy por hoy, importan un perjuicio para todos. «Con este objeto, pido se nombre una comisión de cuatro miembros para que estudie un plan de máxima de nuestra indicada reconstitución social y lo someta a la resolución de la Junta directiva ; para que, en seguida, ya con un plan determinado, se cite a los señores presidentes de las diversas ase- ciaciones científicas desprendidas de la nuestra, para discurrir sobre el fondo y la forma de la misma. « Por ser de orden secundario, no entro a analizar las ventajas de carácter económico que para dichas asociaciones importa su reincorporación a la sociedad matriz. «Con tentarlo nada se pierde, antes bien podemos salir todos benefi- ciados ». Adherirse como miembro protector al primer Congreso nacional de quí- mica a celebrarse en esta Capital, designándose como delegados para repre- sentar a la Sociedad a los doctores Francisco P. Lavalle y Jorge Magnin. Aceptar el presupuesto presentado por el señor Coni para la impresión de los Anales, en cuyo presupuesto se aumenta el precio que era de pesos 345 a pesos 400 moneda nacional por la entrega de 48 páginas con tapa, tirada de 900 ejemplares y a pesos 113 moneda nacional cada pliego suplementa- rio, cuyo precio era anteriormente de 103 pesos. Adherirse al Congreso de la cooperación que bajo los auspicios del Museo Social argentino se celebró en esta Capital en el mes de octubre próximo pasado. Designar como socio correspondiente, en Barcelona, al doctor Augusto Pi Suner, resolviéndose hacerle entrega del diploma correspondiente en un acto público. : Habiendo comunicado el presidente de la Academia americana de la his- toria, que el Consejo de la misma había designado a la Sociedad Científica Argentina miembro académico y pidiendo al mismo tiempo el nombramiento de un delegado, se resolvió postergar para más adelante dicho nombramiento. Adherirse al homenaje a la señorita Francisca Jacques que la Comisión organizadora del mismo resolvió efectuar el 28 de septiembre próximo pasado. Adherirse al Congreso sudamericano de lechería a celebrarse en esta Capi- tal, designándose para representar a la sociedad en dicho certamen, a los doc- tores Jorge Magnin y Tomás J. Rumi. A pedido de la comisión peruana del Congreso sud americano de ferroca- rriles, destinada a preparar la concurrencia del Perú al Congreso interna- cional convocado para 1922 en Río Janeiro, se resolvió ofrecer la coope- MEMORIA ANUAL 11 ración de la Sociedad en lo que pudiera ser útil para la realización de los deseos expresados. De acuerdo con la práctica establecida, se resuelve acordar a todo el per- sonal, como aguinaldo de año nuevo el 50 por ciento de los sueldos respec- tivos. Autorizar al señor presidente para que gestione personalmente ante la In- tendencia municipal la exoneración del pago del afirmado construído al - frente del local, y en caso negativo ordenar el pago de los semestres atra- sados que se adeudan. Designar una comisión compuesta por los señores ingeniero Santiago E. Barabino, doctor Juan B. González, ingeniero H. M. Levylier e ingeniero Arturo Hoyo para estudiar el proyecto presentado por el ingeniero Hoyo para la constitución de una Federación obrera de intelectuales, e informar sobre la posibilidad de llevarlo a la práctica. ASAMBLEAS Sólo se ha celebrado la asamblea ordinaria anual del 14 de abril de 1919, en la cual fué leída y aprobada la memoria correspondiente al XLVIL” período administrativo y renovada la Junta directiva de acuerdo con el reglamento. ANALES La publicación de los Anales ha seguido a cargo del doctor Eduar- do Carette y del ingeniero Carlos Lizer, director y secretario de re- dacción, respectivamente, designados en el período anterior por la Junta directiva. Durante el período actual apareció el tomo 37, y están próximos a aparecer el tomo SS y la primera entrega bimensual del tomo S9,, correspondientes a los meses de julio- diciembre 1919 y enero-febrero 1920, con lo cual nuestra publicación volverá a aparecer normal- mente. A causa del atraso que han venido sufriendo en su aparición, se ha debido posvergar la reorganización de los Anales, que ya había sido proyectada por el doctor H. Damianovich y que sin duda res- ponde a necesidades imprescindibles : esperamos que, con la buena voluntad de nuestros consocios, podremos realizar tan benéfica refor- ma y satisfacer deseos de todos nuestros asociados. De los interesantes temas tratados por nuestros colaboradores, han 12 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA podido darse cuenta nuestros consocios al hojear los Anales apareci- dos: no obstante creemos oportuno dar aquí una breve reseña de estas colaboraciones, en vista de la próxima aparición de los números que hemos mencionado más arriba. Hemos recibido trabajos de los señores : ingeniero Miguel Cuomo, sobre fabricación de cerámica ; doctor Sánchez Díaz, sobre la del ce- mento portland ;: doctor Atilio Bado y Alberto Zanetta, sobre purifi- cación de las aguas ; profesor J. W. Gez, sobre explotación de salinas en San Luis; doctora Ana Manganaro, sobre sistemática de Legumi- nosas bonarenses ; doctor F. Santschi, sobre sistemática de Formíci- dos argentinos; señor Babini, sobre proyección de la circunferencia ; señor L. Delétang, sobre distribución de Cicádidos argentinos; profe- sor R. Sanzin, sobre Verbenáceas mendocinas ; doctor J. Brethkes, so- bre insectos peruanos; doctor Carlos Heredia, sobre cuestiones de físico-química; profesor Félix F. Outes, sobre geografía y arqueo- logía americana; ingeniero Eiriz Sequeiros, sobre obras sanitarias de la Capital, ete. Además han contribuido con interesantes conferencias, con motivo del aniversario social, la recepción al doctor Pí Suñer y otros actos, el ingeniero Santiago E. Barabino, el doctor Juan B. González, dot- tor Carlos Speggazzini y profesor Augusto C. Scala. En fin el inge- niero Barabino nos ha entregado interesantes artículos bibliográficos, lo mismo que el señor ingeniero Levylier y el ingeniero Jatho. El pro- fesor Augusto C. Scala ha preparado expresamente para nuestros Anales una lista completa de las publicaciones de nuestro estimado socio honorario doctor Carlos Speggazzini, que esperamos sea de gran utilidad para aquellos que se dediquen a las ciencias naturales, espe- cialmente para los botánicos. h BIBLIOTECA El cargo de bibliotecario lo ha desempeñado el ingeniero Miguel V. Lorenzetti, quien continuó la catalogación e inventario de la biblio- teca. Las obras inventariadas, numeradas y selladas llegan actual- mente a 9485, habiéndose dado principio al inventario de las revistas. Durante el período terminado, se han recibido, en calidad de dona- ción, 58 volúmenes y 92 folletos, cuya nómina se publica aparte. Contribuyen también a engrosar nuestra biblioteca las 25 revistas que se reciben en canje de los Anales, además de las 9 publicaciones que se reciben por subseripción, lo que representa un aumento anual MEMORIA ANUAL 118) de más de 450 volúmenes, a los que hay que agregar los recibidos du- rante el período en calidad de donación. El número de volúmenes encuadernados ha sido de 75. Con objeto de facilitar a los señores socios la tarea de investiga- ción, se ha seguido permitiendo sacar del local, para ser llevados : domicilio temporariamente, de acuerdo con el reglamento interno, los libros y revistas, habiéndose prestado en tal forma 85 volúmenes y 92 números de revistas. Además, la biblioteca. es constantemente consultada por los señores socios en el local social. Respecto al archivo, los documentos se encuentran encuadernados hasta el año 1890 y ordenados para su encuadernación hasta el año 1902, habiéndose agregado al mismo todos los documentos relativos al XLVIT período. CONFERENCIAS Las conferencias dadas en el local de la Sociedad, interesantísimas por el tema y la ilustración de los disertantes, son las siguientes : Por la Sociedad Científica Argentina Abril 8. Doctor Víctor Melcior Farré, Degeneración y regeneración de la raza. Abril 10. Doctor Víctor Melcior Farré, Causas principales y remedios para la degeneración. Octubre 6. Doctor Eduardo L. Holmberg, Las abejas. Octubre 9. Doctor Carlos Bruch, Nuestras hormigas. Octubre 22. Ingeniero Rogelio Eiriz Sequeiros, Las grandes obras para saneamiento del territorio de la Capital federal. Construcción de la cloaca máxima desde Wilde hasta su desembocadura en el Río de la Plata. Octubre 29. Ingeniero Lucas Kraglievich, Trascendencia de las investi- gaciones paleontológicas de Ameghino. Noviembre 5. Doctor Cristofredo Jakob, Principios estéticos en la organi- zación vital. Octubre 20. Profesor Juan Brethes, Las agallas del Molle de incienso (Schi- nus Molle). Diciembre 9. Profesor Félix F. Outes, La expresión artística en las más antiguas culturas preíncaicas. 14 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Patrocinadas por la Conferencia de agrónomos Junio 28. Ingeniero agrónomo Miguel Fasola Castaño, Los conflictos agra- rios, sus causas, los remedios. — El problema de la repartición de la tierra, necesidad de solucionarlo. — Régimen fiscal. Julio 5. Ingeniero agrónomo Helvecio J. Antonini, Problemas económicos de la yerba mate y sus gravámenes. / Agosto 16. Ingeniero agrónomo Carlos Alberto Muello, Desarrollo y evo- lución económica del Chaco. Agosto 23. Ingeniero agrónomo José O. Dowling, Formosa y su evolución agropecuaria. Septiembre 13. Ingeniero agrónomo Gabriel A. Salomone, Misiones como factor ponderal de la economía del país. Septiembre 27. Ingeniero agrónomo Manuel Blasco, /ndios de Formosa. Octubre 3. Ingeniero agrónomo R. Campolietti, Forma de colonización en el Chaco. Octubre 18. Doctor Ernesto Rivero, La colonia del valle de Chubut. Octubre 23. Ingeniero agrónomo Juan F. Baldassarre, Peritajes y tasa- ciones. Octubre 25. Ingeniero Adolfo Pico y agrónomo César Cornell, Construc- ciones en la Patagonia y Formación de bosques en la Patagonia. Noviembre $. Ingeniero agrónomo Julio Storni, Formosa, su aspecto geo- gráfico y social. Noviembre 18. Ingeniero agrónomo Rafael Castañeda Vega, Condiciones agropecuarias del centro oeste de Formosa. Patrocinadas por la Unión feminista nacional Abril 16. Profesor Rodolfo Senet, La mujer en el gobierno democrático. Mayo 20. Doctor Eusebio E. Gimenez, La condición jurídica de la mujer. Junio 25. Señor Ernesto Nelson, La mujer en la política. Enero 22 de 1920. Doctora Alicia Moreau, Acción social de la mujer nor- teamericana. Además se ha celebrado en el local social el 22 de septiembre úl- timo una velada pública, con motivo del 47? aniversario de la funda- ción de la Sociedad, en la que se desarrolló el siguiente programa : T. Discurso del Presidente de la Sociedad Científica Argentina, ingeniero Santiago E. Barabino. ll. Meditación. Massenet. III. Discurso del profesor Augusto C. Scala. 1V. Entrega del diploma de socio honorario, al doctor Carlos Spegazzini. MEMORIA ANUAL 15 V. Sicilienne et rigodón. Francoer-Kreisler. VI. Conferencia sobre el doctor Ameghino, por el doctor Carlos Spegazzini. VII. a) Andantino. Tartini. b) Danza húngara. Kreisler. Se realizó también una recepción al distinguido catedrático de la facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona doctor Augusto Pí Suñer, para hacerle entrega del diploma de socio correspondiente de la Sociedad en España, en la que hicieron uso de la palabra el señor presidente de la Sociedad, ingeniero Santiago E. Barabino y el doctor Juan B. González, quien diseñó a grandes rasgos la obra científica del preclaro fisiólogo. El doctor Pí Suñer agradeció la aten- ción de que le hiciera objeto la Sociedad, haciendo resaltar la analo- vía existente entre nuestra Sociedad y la Científica de Barcelona y luego disertando sobre la excelsa personalidad del sabio profesor Turró. La Academia americana de la Historia realizó el 11 de octubre, en nuestro local social el acto inaugural de su fundación, con el siguiente programa: Himno nacional. [. Discurso del presidente del Consejo permanente, doctor Nicanor Sar- miento. IT. Discurso del presidente primero de la Academia, doctor Joaquín V. Gon- zález. IT. Discurso del subsecretario de Relaciones exteriores y culto, doctor Al- fredo Hudson en representación de la Academia. IV. Discurso del presidente tercero de la Academia, doctor César Snte Aizcorbe, representante del Perú. V. Discurso del doctor Gustavo A. Ruíz, miembro del consejo de la Acade- mia y representante de El Salvador. VI. Discurso del doctor Adolfo Ezquivel de la Guardia, representante de la Escuela de Derecho de Costa Rica. VIT. Discurso del doctor José C. Lestache, por Estados Unidos de Norte América. VIM. Discurso del doctor J. Luis Wittmer, por Venezuela. MOVIMIENTO DE SECRETARÍA Los señores secretarios han despachado todos los asuntos entrados y resueltos por la Junta directiva y asamblea, redactado las actas y 16 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA toda la correspondencia social y atendido las relaciones de la Socie- dad con las del país y extranjeras, habiéndose dirigido 402 notas y 65 comunicaciones varias, cuyas Copias se encuentran en los libros res- pectivos, los que han sido llevados en forma. SOCIOS ACTIVOS Y ADHERENTES El movimiento de socios ha sido el siguiente : Activos Adherentes En 31 de marzo de 1919 los socios eran... 2653 30 Han ingresado durante el período........ 44 11 Se han reincorporado. .........oo ooo... 153 > dr e oa 320 41 Han sido borrados.......... o... <<... 14 2 Quedan en 31 de marz0.......... 306 39 La Sociedad ha tenido que lamentar el fallecimiento de tres socios activos, doctores Matías Calandrelli, Luciano P. J. Palet e ingeniero Alejandro Quiroga, habiéndoseles tributado oportunamente el debido homenaje. Los socios ingresados durante el período terminado son : Activos. — Doctor Joaquín Frenguelli, ingeniero José N. Quartino, señor Carlos Ameghino, profesor José Babini, ingeniero Julio KR. Cas- tiñeiras, arquitecto Julio Gazzarri, ingeniero José Gli, ingeniero Lu- cas Kraglievich, señor Ángel Perez Hernández, ingeniero Stellario Miano, profesor Agustín Péndola, doctor Pablo Porello, profesor Mar- cos Lebedinsky, ingeniero Juan Blaquier, profesor Francisco La Men- za, ingeniero agrónomo Gabriel A. Salomone, ingeniero Héctor de Elía, señor Luis Palma, señor José M. Palma, profesor Juan U. Ca- rrea, doctor David Spinetto, ingeniero Ricardo L. Dasso, ingeniero Juan C. Bottaro, ingeniero Juan C. Bargna, ingeniero Alfredo F. Lasso, ingeniero Alejandro Gallego, ingeniero Rogelio Kiriz Sequei- ros, ingeniero Alberto Lombardi, ingeniero Luis Valencon, ingeniero Agustín Espinosa, ingeniero Otto E. Bodenbender, ingeniero Miguel Angel Solari, ingeniero Carlos M. Albarracín, ingeniero Juan B. Be- rrino, ingeniero Silvio J. Arnaudo, agrónomo Julio €. Cucchi, agró- nomo Horacio Bb. Ricaldoni, agrónomo Eduardo Rodríguez, agrónomo Salvador T. Izaguirre, contador José A. Odorisio, ingeniero Víctor Spota, ingeniero Martín Petre, ingeniero Antonio R. Chiappa, astró- nomo Bernhard Hildebrandt Dawson. MEMORIA ANUAL 17 Reincorporados. — Ingeniero José Debenedetti, ingeniero Guido Jacobacci, ingeniero Luis Curutchet, doctor Modesto Quiroga, doctor Nicanor Sarmiento, doctor Juan Brethes, ingeniero José M. Salvá, ingeniero Francisco Trovati, ingeniero Benedicto Maza, ingeniero Jorge Moreno, ingeniero Alfredo Uriarte Castro, ingeniero Alfredo Marino, arquitecto Bartolomé M. Raffo. Adherentes. — Señor Federico Champalanne, señor Miguel Lam- bertini, señor Zelman Weinstock, señor Jerónimo Álvarez, señor Ale- Jandro Oser, señor Pellegrino Baistrocchi, señor Rubén Saslavsky, señor Atilio Zanetta, señor Juan C. Vignaux, señor Raúl D. Clément, La Sulfúrica S. A. Socios honorarios y correspondientes. — El número de socios hono- rarios es de 21, habiendo de ellos fallecidos 13. Su nómina total es la siguiente : Doctores Pedro Visca f, Germán Burmeister +, Mario Iso- la f, Benjamín A. Gould +, R. A. Philippi +, Guillermo Rawson j, Car- los Berg j, Valentín Balbin +, Florentino Ameghino j, Carlos Dar- win tf, César Lombroso +, Ingenieros Luis A, Huergo f, Vicente Castro +, «doctores Juan J. J. Kyle, Estanislao S. Zeballos, Walter Nernst, Eduardo L. Holmberg, Enrique Ferri, Carlos Spegazzini e ingenie- ros J. Mendizábal Tamborrell y Guillermo Marconi. Los socios correspondientes son 56. En resumen, los socios son actualmente : ONO O peda otra Al ia 8 COFLESPON ENE al alo aa le (a X 56 CIO ette lalola is das UA leal VS 306 AMC al a elle o cool aaa Es 39 Protectores de la Organización didáctica de Buenos Aires 1 aaa leo posea AS Eds 410 MOVIMIENTO DE TESORERÍA Del ejercicio anterior se recibió como existencia en caja la canti- dad de pesos 171.71 moneda nacional y un depósito en cuenta co- rriente en el Banco de la Nación Argentina de pesos 1661,45 mone- da nacional, habiendo además por cobrar pesos 3675 por concepto del subsidio del gobierno de la Nación, por el año 1919 y primer tri- mestre del corriente año; pesos 5984, por concepto de cuotas mensua- les atrasadas de socios activos y adherentes; pesos 186,23, de la Junta nacional para las aplicaciones científicas; y pesos 853,50, por intereses AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XC 5) 18 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA del primer trimestre de 1920 de las obligaciones municipales que po- see la Sociedad. Al empezar el actual período había las siguientes cuentas por pa- gar: pesos 898,96 moneda nacional por afirmado y pesos 4380,45 a la casa editora Coni, por impresiones. Continúan en custodia en el Banco de la Nación Argentina los ti- tulos y comprobantes siguientes: 1* El título de propiedad del edificio social, Cevallos 269 ; 2 Dos comprobantes de pago de paredes medianeras ; 3 Dos comprobantes de aprobación de cuentas rendidas a la Con- taduría general de la Nación por pesos trece mil ochocientos ochenta y tres con tres centavos moneda nacional ($ 13.583,03 moneda nacio- nal) y pesos seis mil ciento diez y seis con noventa y siete centavos moneda nacional ($ 6.116,97 moneda nacional) correspondiente a los fondos recibidos del gobierno de la Nación para gastos de representa- ción y publicación de los trabajos presentados al IV” Congreso cien- tífico (primero panamericano) de Chile. 4” Dos comprobantes de cuentas presentadas a examen de la Con- taduría general de la Nación, por pesos cuarenta y un mil novecientos sesenta y dos con veinte y tres centavos moneda nacional ($ 41.962,23 moneda nacional) y pesos ocho mil treinta y siete con setenta y siete centavos moneda nacional $8.037,77 moneda nacional) correspondien- tes a los fondos recibidos del gobierno de la Nación para exploración y estudio de la laguna Iberá ; 5 Un título de la deuda pública externa de la provincia de Bue- nos Aires número 167.527, por valor de cien pesos oro sellado nomi- nales; 6” 4800 pesos nominales de obligaciones municipales (certificados al portador) y 4000 pesos nominales de cédulas hipotecarias argen- tinas, segunda serie (ley número 9155). Presupuesto para el XLVII0 período (abril 1919-marzo 1920) INGRESOS z Mensual Anual 1. Cuotas de socios : Socios activos y adherentes... o 1040 » 12.480 » 2. Subsidios : Del Gobierno nacional. 245 » 2.940 » 3. Anales : Subscripciones y números sueltoB........... 20» 240 » o o. MEMORIA ANUAL Mensual Renta de bienes : 4000 en Cédulas argentinas (al 6 %/,). 20 2800 en Certific. municip. (al 7 %/,).. 16 33 36 33 ES Organización didáctica Cuotas de socios : Miembros protectores... do. 50.» Renta de bienes : Capital de la Organización. Certificados mu- nicipales (2000 MIN 11 66 41 66 EGRESOS Anales : ¡presion O o 500 » Biblioteca : Subscripciones, adquisiciones y encuaderna- CLA E la a 100 » Edificio social : Impuestos municipales... .......... O Obras iSamitacias e 18 » Contribución territorial........... A Conse nacion A io 10 » 40 » Sueldos y comisiones : COI olaaa Io O SO e 250 » ESC dl 100 » Auxiliar de biblioteca............ 40 » Ordenanza et tooo s0 » Cobrador (10 %/, de cuotas)........ 104 » COMISIONES Y OLAS 2.» 976 » Gastos generales : elo norte UI ll dv 12 50 Cuotas a sociedades. ............. IS Ibal lso de o atala de 20 » Mueble Ds Impresiones, franqueo, etC........ 50» 92 50 LEventuales : Para reforzar otras partidas........... Mt 32 83 1341 33 19 Anual 435 96 16.095 96 360 » 139 92 499 92 6.000 » 1.200 » 480» 6.912 » 1.110 » 393 96 16.095 96 20 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA . Organización didáctica 1. Comisiones : Al cobrador (10 0/, sobre cuotas) A SI 36 » 2. Gastos generales : Impresiones, franqueo, etC............<.... 58 66 463 92 41 66 499 92 Nota. — a) Los sobrantes que hubiera por razón de Cuotas de socios se apli- carán al Fondo de reserva; los que resultaren por avisos en los 4nales serán des- tinados al mejoramiento de los mismos. b) El excedente que se cobrase por Subsidio sobre lo calculado (subsidios atúra- sados) se empleará para la cancelación de la deuda al señor Coni. Las cifras globales del XLVIT" período que se extraen de los libros respectivos, llevados con la prolijidad debida por nuestro Gerente señor Botto, son las siguientes : Por razón de cuotas mensuales de socios se ha cobrado pesos 12.168, habiendo por lo tanto una diferencia en contra de pesos 312 moneda nacional con lo calculado en el presupuesto y existiendo un saldo de recibos atrasados de socios por cobrar de pesos 5954 moneda nacional. Del subsidio se alcanzó a cobrar pesos 2940 o sea el total de lo pre- supuestado. Actualmente la Sociedad es acreedora por tal concepto por pesos 3675, correspondientes a los cuatro trimestres del año 1919 y primer trimestre del corriente. Las subscripciones a los Anales y venta de números sueltos han producido pesos 557 moneda nacional en lugar de pesos 240 que era lo calculado. Por intereses de títulos se alcanzó a cobrar la suma de pesos 439,76 moneda nacional, en lugar de pesos 442,92 moneda nacional. Referente ala Organización didáctica de Buenos Aires que tiene su cuenta especial en el presupuesto, la cobranza ha sido de pesos 120 moneda nacional, por cuotas de socios protectores, y pesos 140 moneda nacional, por rentas de bienes. 6 Los egresos se distribuyen del modo siguiente: 1% Anales : Se ha pagado por impresiones a la casa Coni y por gas- tos de franqueo e impresión de láminas y grabado de clisés la suma de pesos 6628,13 moneda nacional, debiéndose actualmente pesos 4578,10 moneda nacional a la casa Coni, deuda que es debida a la falta de pago del subsidio del que ya se ha hecho mención; MEMORIA ANUAL 21 2 Biblioteca : Lo gastado en este concepto alcanza a pesos 159,40 moneda nacional por subscripción a revistas y encuadernación; 3% Edificio social : Por impuestos varios y reparaciones se ha paga- do pesos 775,10 moneda nacional, debiéndose todavía integramente la construcción del pavimento al frente del local que es de pesos 898,96 moneda nacional, cuya exoneración de pago ha de tramitarse ante el Concejo deliberante; 4* Sueldos y comisiones : Alcanza a un total de pesos 7106 moneda nacional lo pagado por este concepto, estando incluido en este total el importe de la mitad del sueldo con que se gratificó a los emplea- dos con motivo del año nuevo; 5” Gastos generales y eventuales : El monto de lo invertido en esta partida es de pesos 1524,55 moneda nacional, estando comprendida en la misma la suma de pesos 287,10 moneda nacional, invertida en gastos para la celebración del 47” aniversario de la fundación de la Sociedad; 6% Fondo de reserva: Ninguna suma se ha podido asignar a este renglón, en virtud de que las entradas no lo han permitido. Los gastos de la Organización didáctica de Buenos Aires, han sido de pesos 12 moneda nacional por concepto de comisión al cobrador. El total de las entradas durante el período terminado ha sido de pesos 16.193,05 moneda nacional y el de las salidas de pesos 16.232,18 moneda nacional. , En cuenta corriente en el Banco de la Nación Argentina y en caja, existen actualmente pesos 1624,34 moneda nacional y pesos 341,40 moneda nacional respectivamente, o sea un total de pesos 1965,74 moneda nacional. Los señores socios que deseen más detalles los encontrarán en los cuadros demostrativos y balance general que van adjuntos. GERENCIA Ha estado a cargo del señor Juan Botto, quien como en años ante- riores ha prestado su colaboración a la Junta directiva para la buena marcha de la Sociedad y especialmente en lo que se refiere a la teso- rería, estando a su cargo la contabilidad social. Por el celo con que ha desempeñado el cargo de gerente merece nuestro beneplácito, el que extendemos a los empleados Adolfo E. Porral, Benito López y Olaudio López. 22 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA De acuerdo con los estatutos, la asamblea debe proceder a la elec- ción de los siguientes cargos por dos años: vicepresidente 1*, secre- tario de actas, tesorero, bibliotecario y cuatro vocales, por haber ter- minado sus mandatos los señores general ingeniero Arturo M. Lugo- nes, profesor José T. Ojeda, doctor Eduardo Carette, ingeniero Miguel V. Lorenzetti, ingeniero Enrique Marcó del Pont, ingeniero Arturo Hoyo, ingeniero Sebastián Ghigliazza e ingeniero Rómulo Bianchedi, respectivamente. ALGUNAS OBSERVACIONES RELATIVAS AC LAN HOJAS DE COCA Por CARLOS SPEGAZZINI En las provincias andinas del norte de la República Argentina y países limítrofes está muy vulgarizado entre los habitantes el uso de las hojas de coca (Erythroxylon coca Lam.), tanto entre las personas civilizadas como entre los indígenas, en la campaña como en las ciu- dades; la mayor parte de los individuos van siempre provistos de una bolsita de piel más o menos valiosa, o simplemente de vejiga y aun a veces hasta de trapo, donde llevan una cierta cantidad de hojas secas de coca, de 50 hasta 250 gramos; esta gente parece pertenecer al erupo de los rumiantes, pues anda todo el día masticando, y, de tiem- po en tiempo, extraen de la bolsita un grueso pellizco de las aprecia- das hojas, que suelen llamar acollijo, y que así, simplemente, o mez- cladas con una pizca de yicta, introducen en la boca para someterlo a la masticación y después guardarlo a un lado de la boca, tragando la abundante salivación que produce. La yicta no es sino una ceniza escoriácea que se obtiene por la incineración más o menos completa de ciertas plantas halófilas pertenecientes a la familia de las Queno- podiáceas y que se indican con el nombre colectivo de Guañasche, nombre que a veces recibe la misma yicta; las plantas productoras del guañasche son Chenopodium hircinum, Ch. album, Ch. rubrum, Ch. quinoa, Atriplex montevideensis, At. pamparum, Salicornia cortico- sa ete.; el objeto del empleo de la yicta (empleo no muy generalizado a lo menos en los lugares recorridos por mí) es de poner en libertad por medio de los álealis de la ceniza, la cocaína de las hojas y hacer más rápida y enérgica la acción de la droga. 24 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Según mi criterio el uso de las hojas de coca responde a los fines siguientes : 1” Soportar fácilmente y con menor incomodidad la sed, que en esas regiones, siempre de una sequedad extraordinaria y con frecuen- cia de calores intensos, atormenta a todo el mundo; 2* Soportar sin mayores sufrimientos alimentos muy escasos y a menudo de un valor nutritivo muy limitado; 3” Producir una sensación de bienestar y quietud — como una li- gera borrachera — calmando la excitación nerviosa que aparece en esas regiones de aire rarefacto, de continuados e insistentes ventarro- nes, de saltos térmicos improvisos y excesivos; 4 Substituir o mitigar la necesidad de fumar. La coca que se consume en esas localidades proviene toda de Bo- livia; sus comerciantes son siempre Coyas o indios bolivianos semi- civilizados, los cuales, casi como buhoneros, van arreando sus tropitas de llamas o de burritos por todos los valles, buscando de despren- derse de los tambores de coca que acarrean, trocándolos con otros animales de cargas y sobre todo, cuando les es posible, con mulas. El transporte y comercio de las hojas de coca secas se hace por tambores, que son recipientes irregularmente discoidales lo más a menudo, formados de gruesas trenzas de paja de bañado (Scirpus sp.) o de tiras de hojas de palmeras, cada uno de los cuales contiene, se- gún sean chicos o grandes, de media a una arroba (más o menos 10 u 11 kilos), variando su precio bastante, según clase, es decir, según la calidad de la mercadería. La costumbre de acolliquear (masticar hojas de coca) es casi exclu- sivamente prerrogativa del sexo masculino y sólo por excepción se ven mujeres acolliqueadoras, pero en todo caso son viejas y de ínfima condición social; los acolliqueadores empedernidos conservan en su boca el acollico, no tan sólo cuando fuman, sino hasta cuando comen y hasta cuando duermen, llegando a gastar en un solo día más de 100 gramos de hojas. Esta costumbre, así transformada en vicio, natural- mente da resultados desastrosos, y los adeptos se vuelven flacos y secos como esqueletos ambulantes, sin apetito, sin fuerzas, apáticos y sin ganas de trabajar; su color toma un tinte amarillo verdoso y un temblor más o menos visible se apodera «de sus manos; con frecuen- cia sufren una especie de ahogo o cortos ataques asfícticos, debidos a una momentánea y pasajera parálisis de la glotis; con el tiempo caen en completo marasmo, acompañado de la más absoluta miseria, pues sacrifican todos sus medios para invertirlos en la ansiada droga. £ 15) ALGUNAS OBSERVACIONES RELATIVAS A LAS HOJAS DE COCA 9 Sin embargo, no hay que creer que la coca sea siempre así un ve- neno; si en exceso resulta nociva, creo, por el contrario, que en mu- chos casos y en limitada cantidad puede ser útil y aconsejable, dando, cuando usada racionalmente y en dosis limitadas no superiores a 10 ó 15 gramos diarios, efectos benéficos como lo he experimentado so- bre mí mismo; me ha resultado óptima para evitar la sed en regiones áridas desérticas y en las tropicales muy calurosas; la he hallado provechosa para evitar la ingestión de un exceso de líquidos en los países de temperatura sumamente elevada, especialmente durante y después de las comidas,evitándome los trastornos gástricos consi- euientes; ha dado resultados satisfactorios para ayudar a los fuma- dores inveterados a abandonar o, a lo menos, a limitar el uso del ta- baco; puede resultar benéfica para las personas de mala digestión, consumiendo una moderada cantidad después de la comida porque aumenta de una manera notable la secreción salivar; por fin, alivia, si no evita en absoluto, las gastralgias que mortifican con frecuen- cia a ciertas personas. Para todos estos empleos (agréguese, además, los farmacéuticos) hay que utilizar las hojas que nos proporciona el comercio, las que vienen secas y más o menos bien o mal preparadas, según la clase, pero que siempre, cuando se inspeccionan con cuidado, resultan que dejan bastante que desear bajo los puntos de vista de la pureza, de la limpieza, de la conservación y sobre todo de la higiene. Así en los tambores, aun de primera calidad, casi siempre encon- tramos un variado surtido, y más o menos numeroso, de cuerpos ex- traños, siendo los más comunes los siguientes : Fragmentos, de mayor o menor tamaño, de rocas (generalmente micaesquisto); Trozos de tierra cocida, ladrillo o cacharro; Terrones de arcilla cruda o de barro; Excrementos de perros y gatos; abundantes pajitas de deyecciones de grandes herbívoros; Tiritas de trapos de diversa naturaleza, sucios o embarrados ; Rulos de pelo, residuo del peinado femenino; Mucosidades secas, seguramente debidas a esputos u otras secre- ciones animales; Nidos y telas de arañas, con restos de artrópodos ; Hojas secas de palque (Cestrum sp.); hojas e inflorescencias de Santa Lucía (Commelina sulcata), de gramináceas (Leptochloa, Eleu- sine etc.); 26 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Pedazos de ramitas, lo más a menudo de coca, con frecuencia po- dridas o recubiertas de líquenes (Usnea, Ricasolia, Graphis, Verru- caria etc.). En cuanto al estado de conservación de la droga, eso dependerá, en gran parte, del estado higrométrico de los lugares donde ella ha sido guardada y también del estado de vetustez (espacio de tiempo desde su recolección). La mala conservación es fácil de reconocer por el olor a moho que despiden las hojas, y por el mayor o menor número de artrópodos vi- vientes (Psochus, Tyroglyphus ete.) que pueblan la masa. Por fin, en lo referente a la calidad verdadera del producto, dire- mos que se debe apreciar especialmente por el mayor o menor número de hojas primitivamente averiadas que se pueden descubrir en el to- tal; estas hojas averiadas pueden ser hojas viejas y más o menos po- dridas, hojas comidas en parte por larvas endógenas (Tineideos) o exógenas (Orugas y Crisomélidos), por fin hojas invadidas o alteradas por mierótitos biófilos (fillolíquenes, micromicetas etc.) o saprófilos (mohos). En vista de todas estas substancias heterogéneas que acompañan o alteran las hojas de coca, es necesario, por lo tanto, antes de usar- las para cualquier fin, someterlas a una inspección y selección pro- lijas; además aconsejo a los que se dediquen al acolliqueo que some- tan la droga que van a emplear a un cuidadoso y prolongado lavado bajo un pico de agua corriente; esta operación debe hacerse desde temprano en un día que prometa ser lindo y seco, para que el pro- ducto no permanezca largo tiempo húmedo, y se pueda secar rápida- mente extendiéndolo sobre papeles o sobre una mesa a la sombra en lugar bien aereado. Siendo el autor de éste artículo habituado a masticar coca de tiem- po en tiempo, ha tenido siempre la costumbre de poner en práctica las reglas y consejos mencionados más arriba y durante la selección de las hojas averiadas tuvo la suerte de hallar micromicetas que le parecieron interesantes bajo el punto de vista botánico, creyendo en- tonces oportuno de publicarlos al pie de esta nota, como complemento de sus observaciones. El total de mieromicetas determinables observados asciende al nú- mero de“ ocho, de los cuales son conocidos científicamente tan sólo tres. Aquí, pues, van las descripciones de todos ellos, : ALGUNAS OBSERVACIONES RELATIVAS A LAS HOJAS DE COCA 27 1. Uredo erythroxyli Graziani. = Graz., Bull. Soc. myc. de France, t. VIT (1591), pág. 153 = Sacc., Syll. fung., t. XL, pág. 224 = Speg., Fung. Arg. n. v. cr., n. 501 = Arthur, Ured. of the An- des, n. 25. Este es uno de los parásitos más comunes de la coca, pues calculo que se halla en la proporción de 1 a 2 por ciento en las hojas inspeccio- nadas; a pesar de haber sometido al estudio varios centenares de ho- jas invadidas por esta Rulla, fallé en la esperanza que tenía de poder hallar algún otro estado metagenético de la misma, como fallaron también los demás autores que se ocuparon de esta especie: tal vez se trate de un tipo heteróico y que las demás formas se desarrollen sobre plantas de otras familias. Las láminas infectadas se diferencian muy poco de las sanas; en la cara superior sólo suelen ofrecer, y no siempre, manchas difusas sin límites definidos, al principio amarillento-pálidas, más tarde más o menos pardo-rojizas; tales manchas, por lo general, son más visi- bles en la cara inferior donde circundan las pústulas del honguito: las pústulas, llamadas también soros o acérvulos, a veces se hallan esparcidas y aisladas unas de otras, a veces se hallan reunidas en grupos más o menos numerosos, formando colonias irregulares; ofre- cen una forma por lo común irregularmente semiesférica (150-500 ,. diám.), naciendo en el parénquina debajo de la epidermis del hipófillo, que levantan y desgarran permaneciendo circundadas por sus restos; son relativamente compactas, de color ladrillo subido; las esporas (uredosporas) que constituyen los soros ostentan formas bastante variables, predominando entre ellas el tipo ovalado (25-30 .><20-22 y), de tinte ferruginoso más o menos intenso, semitransparentes, reves- tidas de una membrana igualmente delgada en todas sus partes que al exterior se halla sembrada de numerosas y pequeñas papilas (que en algunos casos pueden ser muy reducidas y hasta faltar totalmente), y Sostenidas por un pedicelo, fácilmente caduco, cilíndrico y mucho más corto que ellas (10-20 y, << 5-10 ¡), más pálido o incoloro; el en- doplasma es homogéneo y rara vez contiene un vacuolo más o menos erande. 2. Sphaerella erythroxyli Speg- (n. sp.). Diagy. Maculae aridae indeterminatae albescentes pellucidae saepe totum folium jam putrescens occupantes: perithecia epiphylla sparsa 28 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA v. laxe gregaria, lenticularia, minuta, glabra, atra, ostiolata, coria- cello-membranacea, contextu parenchymatico parum distincto atro- olivaceo; asci lineares v. vix clavulati, sursum abruptiuscule rotun- dati, deorsum longe attenuato-pedicellati, octospori, aparaphysati v. quandcque pseudoparaphysibus nonnullis commixti; sporae anguste fusoideae, rectae v. vix eurvulae, utrimque acute rotundatae, ad me- dium 1-septatae, non constrictae, laeves, hyalinae. Esta especie fácilmente responde al estado ascóforo de la Phyllo- sticta erythroxyli Graz. y sólo la he podido hallar. en muy contadas ve- ces sobre hojas totalmente podridas. Las manchas ocupan, por lo común, casi toda la lámina foliar, ofre- ciendo un color blanquecino sucio, por la casi total desaparición del parénquima, quedando casi tan sólo las epidermis semitransparentes sostenidas y adheridas al retículo de las nervaduras; irregnlarmente esparcidos en estas manchas, se observa un número más o menos grande de pequeños puntitos negruzcos que son las cápsulas fruecti- feras del saprófilo, llamadas peritecios; tales peritecios se hallan de preferencia debajo de la epidermis del epifillo que perforan levemente, y son de forma lenticular (130-150 ¡, diám.), cuando húmedos turges- centes, cuando secos deprimidos, membranosos pero algo coriáceos, pardos, de textura parenquimática pardo-olivácea visible con dificul- tad, lampiños. lisos y perforados por un pequeño ostiolo redondo; los aSCOS NO MUY NUMEerosos que rellenan los peritecios, son casi lineares (60-70 y. < S-10 y), redondeados al ápice, adelgazados larga y suave- mente hacia la base, donde terminan en pedicelo muy corto, conte- niendo cada uno ocho esporas en dos hileras, totalmente desprovis-. tos de paráfises O a veces acompañados por algunos ascos abortados que simulan unos falsos paráfises; las esporas son fusiformes angos- tas, suavemente adelgazadas hacia ambas extremidades (12-15- 1 < 3-4 11) donde terminan en punta roma, derechas o ligeramente encor- vadas, incoloras, lisas y divididas en dos células casi conoideas de igual largo y diámetro, por un tabique transversal mediano que no forma constricción. 3. Ravenelula boliviensis Spez. (1. sp.). Diag. Ascomata sparsa v. laxe gregaria, ligno denudato insidentia, fere hemisphaerica, minuta, coriacella, apothecio sordide fusco, disco atro-olivascente, glabra laevia; asci obovati v. obovato-clavati, an- tice obtuse rotundati crasseque tunicati, postice sensim cuneati ac ALGUNAS OBSERVACIONES RELATIVAS A LAS HOJAS DE COCA 29 n pedicello brevi attenuati, 24-32-spori, paraphysibus subfiliformi- bus densis longioribus apice incrassatis et fusco nodulosis obvallati; sporae parvae 3-4-stichae, ellipsoideae, utrimque obtusae, medio 1-sep- tatae, non constrictae, loculis 1-guttulatis, laeves fuligineae; conte- xtus apothecii, ascorum membrana nec non paraphyses jodi ope inten- se coerulescunt; gonidia non inventa. He hallado una sola vez este micromiceta sobre una ramita sec: que venía entremezclada con las hojas; es un tipo bastante liquenino a pesar de no haberle encontrado ni rastro de talo ni gonidios; es la segunda especie de este género, diferenciándose de la primera típica por sus ascos que contienen de 24 a 32 esporas en lugar de 16 sola- mente. El substrato presenta una solución de continuidad en su corteza que se parece a una lesión vieja mecánica, tal vez debida a granizo, ofreciendo bordes cicatrizados irregularmente redondeados, dejando al medio la superficie de la madera desnuda y necrosada de más de 1 centímetro de largo por 2-3 milímetros de ancho, de color pardusco sucio; sobre este espacio hallé unos 20 ascomas desordenadamente esparcidos, casi semiesféricos (250-300 y, diám.) bastante salientes, cas1 superficiales, en la periferia de color pardo ceniciento, en la su- perficie superior oliváceos lampiños lisos, bastantes duros, de textura opaca invisible; los ascos son trasovados o casi acachiporrados, re- dondeados en la extremidad superior con membrana muy engrosada, en la inferior cuneiformes y terminados en corto pedicelo (50-55 y, >< 15-18 y), conteniendo cada una de 24 a 32 esporas, circundados por numerosos paráfises casi filiformes más largos y terminados por una especie de cabecita alargada nudosa y manchada de obscuro; las es- poras elipsoideas (10-12 y, » DOS o ER SN "abria : Uruguay. Un ejemplar rotulado « Banda Oriental ». Denominada Brethesi en obsequio de don Juan Brethes, conserva- dor del Museo de Buenos Aires, quien me proporcionó el placer de estudiar estos Insectos. Y Familia Hidropsiquidos 32. Blepharophus diaphanus Kol. var. reticulata Ulm. R. Ar- gentina : Apipé. 33. Leptonema columbianum Ulm. Paraguay : Asunción, 10 octubre de 1919, Carlos Spegazzini. Bolivia: La Paz. 34. Chiasmoda gen. nov. Etim. Del gr. ylzsyx figura de X; alusión a la fusión de dos venas del ala anterior. INSECTOS SUDAMERICANOS 41 Similis Synoestropsidi Ulm. Caput antennis y ala anteriore duplo longioribus. Abdomen cercis S' eylindricis. Pedes tibiis I et II tarsisque dilatatis in utroque sexu, 111 tereti- bus; calcaribus 0, 2, 2, posterioribus minutissimis. Ala anterior fureis apicalibus 1,2, 3, 4, 5, prima pedunculata; sec- tore radii et procubito tractu brevi fusis (fig. S), nulla inter ipsos venula; anastomosi crassa. Ala posterior basi lata, furcis apicalibus saltem 1, 2, 3. Cetera ut Synoestropsis Ulm. El tipo es la especie siguiente : 35. Chiasmoda ecliptica sp. nov. (fig. 7). Corpus fulvum, pubescentia fulva. Caput facie subpentagonali, nitida, angulo superiore subrecto; ocu- lis in sieco fusco-ferrugineis, antennis Y ala anteriore duplo vel am- plius longioribus, apice articulorum anguste fusco annulato. Thorax unicolor, immaculatus. Abdomen cercis O” eylindricis, adscendentibus, leviter sursum arcuafis. Pedes fulvi, fulvo pilosi, femoribus densius, longius pallidiusque pilosis; tibiis anterioribus et mediis mediocriter, tarsis fortiter dila- tabis. Alae hyalinae, irideae, sublaeves; reticulatione fulva (fig. 7). Ala anterior anastomosi crassa, in lineam rectam parum obliquam disposita; cellula discali sub- triangnlari, lata; media duplo _longiore, paulo angustiore ; fur- ca apicali 1 paulo breviore suo pedunculo in ramo posteriore, fortius in anteriore; furca apl- cali 2 marginibus sive ramis 3 arcuatis, parallelis, 4 usque ad a A : 5 quintum apicale cellulae mediae penetrante; ramo sectoris et PS a e procubito brevi tracto fusis. Ala posterior multo latior breviorque; furca apicali 1 lata, breviter pedunculata, subsessili, 2 basi seu interne angustata, ramo anteriore areuato; nulla venula inter sectorem radii et procubitum ; furca api cali 5 nulla. 42 (ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Long. Corp. H........... 13,0 mm. AA 22,2 » ALO 14,5 >» AMEN 52,0 » Patria. República Argentina : Rosario (Col. m.). 36. Chiasmoda manicata sp. nov. (fig. S). Caput fulvum, fulvo pilosum; facie subpentagonali, marginibus superioribus leviter convexis, lateralibus deorsum leviter convergen- tibus, angulo superiore obtuso; antennis fulvo-testaceis, apice articu- lorum ferrugineo annulato (maxima pars deest). Thorax fulvus, superne fulvo-testaceus, fulvo pilosus, puneto hume- rali fusco-ferrugineo in mesonoto, ' alio minus distincto et latiore fe- rrugineo in metanoto utrimque; in- ferne pilis flavidis. 5 Abdomen fulvum, fulvo pilo- sum, superne ad medium fusces- cens. Pedes fulvi, fulvo ¡pilosi, tarsis anterioribus articulis primo et quinto apice late fuscis; tarsis mediis fortiter dilatatis, laminaribus, articulo primo externe prope apicem puncto fusco notato. Alae vitreae, sublaeves; reticulatione fulva, partius virente, prae- cipue ad subcostam et radium in tertio apicali et ad anastomosim. Ala anterior cellula discali brevi, lata, subtriangulari, media ter longiore, duplo angustiore; furca apicali 1 subaequali suo pedunculo Fig. S. — Chiasmoda manicata Q Nav. Ala posterior (Col. wm.) in ramo posteriore, breviore in anteriore, 2 citra medium latiore quam basi et apice, seu ramo anteriore magis convexo quam posteriore; sec- tore radii et procubito brevi tractu fusis. Ala posterior furca apicali 1 sessili, 5 praesente, longa, seu ramo sive venula obliqua inter sectorem radii et procubitum (fig. S). IO Cad. (odos doo ooo o, 16 mm. E O O ola 25 » —- alt. post.:.......... 17 >» Patria. R. Argentina: Paso Patria (Col. m.) 31. Rhyacophylax argentinus Nav. (Badallus argentinus, Na- vás, Mem. Pont. Acad. Nuovi Lincei, 1918, pág. 22, fig. 20): Asunción, 15-30 de julio, 1-15 de octubre de 1919, Carlos Spegazzini. INSECTOS SUDAMERICANOS 43 38. Rhyacophylax mendocensis sp. nov. (fig. 9). Caput fuscum, pilis fulvis; oculis in sieco nigris; antemnis fulvis, apice articulorum fusco annulato. Thorax fusco-ferrugineus, pilis fulvis. Abdomen superne ferrugineum, inferne fulvo-ferrugineum, pilis fulvis. Pedes fulvi, fulvo pilosi; calcaribus longis, primo articulo tarsorun posticorum ceteris simul sump- h tis longiore. Ala anterior (fig. 9) margine externo obliquo, subrecto; re- ticulatione fulva; pubescentia y fulva et fusca; cellula discali 3 angusta, brevi, media duplo lon- giore, paulo latiore; furcis api- de a y E Fig. 9. — RKhyacophylax mendocensis O” Nav. calibus 1 et 2 longis, illa duplo, ES MS a) haec triplo longiore suo pedun- culo, 3 pariter longa, 4 longa lataque, subsessili. Ala posterior (fig. 9) latior, furca apicali 2 brevi peduncalo, 3 paulo breviore, 5 a basi lata. ¡OMES CUA Oleole de o oboe. 2,0 mn. RARA Ea 14 >» — al Posta e 6,0» Patria. República Argentina: Mendoza (Col. m.). De las demás especies que conozco distínguese por la notable estre- chez de la celdilla media en el ala anterior. Zaragoza, 1% de febrero de 1920. INSECTOS SUDAMERICANOS Por EL R. P. LONGINOS NAVÁS, s. 3. (Ya seri) (1) Reuniré en esta segunda serie los insectos que he recibido de los señores Carlos Lizer y Luis F. Delétang, de Buenos Aires. Proceden en gran parte de la expedición científica realizada por encargo del Gobierno Argentino al Chaco de Bolivia en 1917, a los cuales agre- go algunos de los alrededores de Buenos Aires. Los ejemplares de este estudio se los devolví a sus colectores por indicación de los mismos, excepto alguno que otro que he reservado para mi colec- ción, utilizando el generoso permiso que me concedían al anunciarme el envío a 26 de enero último, de « guardar para sus colecciones algu- na especie rara o que no posea en ella »; por lo cual cúmpleme testi- ficar aquí mi agradecimiento. Mencionaré todas las especies que he podido determinar, aunque no sean raras, por ser dignas de mención siquiera por la localidad o fecha de su captura. ; PARANEURÓPTEROS (Odonatos) Familia Libelúlidos 1. Erythrodiplax nigricans Ramb.: Buenos Aires. 2. Erythrodiplax sp. Un ejemplar g' joven, parecido a nigricans. Buenos Aires. (1) Véase las primeras series en la' revista Physis, de Buenos Aires, volumen IM, página 186, 1917 ; volumen IV, página 80, 1918, etc. INSECTOS SUDAMERICANOS 45 3. Erythrodiplax attenuata Kirby : Bolivia, Cuatro Ojos, sep- tiembre de 1917. 4. Erythrodiplax connata Burm. var. fusca Ramb.: Bolivia, Santa Cruz, septiembre ; Lagunillas, noviembre de 1917. 5. Erythemis Attala Sel.: Bolivia, Santa CÓruz, septiembre de NOAA Familia Agriónidos 6. Argia sp.: Bolivia, Santa Cruz, septiembre de 1917. 7. Lestes undulatus Say : Buenos Aires. S. Hetaerina sp. Q : Bolivia, Santa Cruz, septiembre de 1917. Fragmentario. 9. Telebasis sp.: Bolivia, Santa Cruz, septiembre de 1917. Frag- mentario. 10. Ischnura fluviatilis Sel.: Buenos Aires. Fig. 1. — Peristicta lizeria O” Nav. Extremo del abdomen : (1, visto por encima; b, visto de lado (Col. Lizer y mía) 11. Peristicta lizeria sp. nov. (fig. 1). O”. Caput superne nigrum, opacum; labro nigro-caeruleo, nitido, antice rotundato; inferne flavum, ad genas sub oculos flavo-viridi; oculis in sicco fuscis; antemnis nigris. Pili superni erisei, inferni fla- vidi. Thorax superne niger, viridi leviter nitens; inferne et stria hume- rali angusta, superne ante apicem obsoleta et puncto ante alas, infer- ne supra pedem secundum leviter dilatata, flava. Pili grisei. Abdomen subtotum nigrum, inferne ad genitalia et ad apicem fla- vescens; decimo tergito medio triangulariter emarginato (fig. 1, a): cercis superioribus (fig. 1, a, b) nigris, segmento decimo manifeste lon- 46 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA v1oribus, sensim angustatis, leviter arcuatis, in tertio basilari interne dente tlavido lato, declivi, inferne in dentem acutum producto; a latere visis horizontalibus, dente inferno conspicuo, nigro. Pedes nigri, coxa et trochantere inferne, tibia superne, flavis; tibiis posticis externe 6 spinis longitudine decrescentibus, interne 12 mino- ribus, ultimis minutis proximisque. Alae membrana hyalina, vix fuscescente tinceta ad apicem; stigmate areolam subjectam haud implente, longiore quam latiore, externe acu- tiore, nigro, ad marginem costalem et internum pallidiore; reticula- tione nigra. ; Ala anterior 11-12 venulis postnodalibus; sectore superiore quadri- lateri ad marginem veniente ad secundam venulam postnodalem vel paulo ulterius, seu fere 2 3 areolis ultra ortum venae a nodo descen- dentis. Ala posterior 9-11 venulis postnodalibus; sectore quadrilateri (Un,) marginem attingente ad tertiam venulam postnodalem, seu ultra tres areolos ab ortu venae a nodo descendentis. Long. corp. O ........... 32,0 mm. A E ora oleo lara 17,0 » — al. post........... 16,5 » — abdoMm............ 26,0 » Patria. República Argentina: Buenos Aires. Me complazco en lla-» mar lizeria esta linda especie en obsequio de su inventor don Carlos Lizer. Es muy parecida a la aeneoviridis Calv., de Misiones; empero el color y la forma de los cercos la distinguen fácilmente. NEURÓPTEROS Familia Mirmeleónidos 2. Dimares lepidus Nav.: Catamarca. 13. Vella puerpera Nav. Broteria, 1914, volumen XII, página 45. El tipo es Q. Completaré lo que falta a la descripción primera. SJ. Antennae fuscae, fulvo annulatae, clava elongata, parum am- pliata, apice obtusa. ; Abdomen inferne fulvum, albido pilosum, superne fuseo-albido, ad INSECTOS SUDAMERICANOS 47 apicem fuseo pilosum; stria laterali longitudinali ad pleraque segumen- ta fulva; cercis superioribus in valvae modun, brevibus, truncatis. Tarsi nigri, albido et nigro pilosi. Alae linea plicata posteriore propiore margini posteriori quam ramo anteriori cubiti. Ala anterior sectore radii fere 9 ramis. Ala posterior sectore radii 11 ramis. ONZGACOLP Di 39,0 mm. E EOS ar 33,9 » AL POSO o ooo 53,0 » Patria. República Argentina: Catamarca (Col. Lizer). 14. Austroleon alienus Nav.: Argentina, Entre Ríos. 15. Austroleon frontalis Banks : Argentina, Catamarca. 16. Austroleon verticalis Banks : Bolivia, Santa Oruz, septiem- bre de 1917. 17. Austroleon semitinctus sp. nov. (fis. 2). Caput (fig. 2, a) fulvum; facie flavescente; striola fusca laterali ante antemnas, alía, fascia fusca transversa pone antennas, medio subdi- visa; vertice et occipite sulco me- dio longitudinali; vertice ad latera fuscescente; oculis in sicco fusco- nigris; palpis albidis, labialibus articulo ultimo fusiformi inflato, externe fuscato; antennis fulvis, fusco-ferrugineo annulatis. Protborax (fig.2, a) fulvus, latior quam longior; pilis lateralibus albis ; superne duabus striis longi- tudinalibus distantibus fuscis. Me- Fig. 2. — Austroleon semitinctus O” Nav.: a, ca- so et metathorax flavi. Mesonotum beza y tórax ; b, botón del ala posterior izquier- M7 : da (Col. m.). praescuto fulvo, duplici stria lon- oitudinali et alía laterali, fuscis; seapulis stria longitudinali fusca. Metanotum stria media longitudinali lata, lateralibus parum definitis, fuscis. Abdomen fulvo-stramineum, superne linea media longitudinali fus- ca distincta, alia laterali parum conspicua. des traminei seo setos, albi ilosi; calcaribus testaceis, Pedes traminei, fusco setosi, albido pilosi; calcaribus testac parum arcuatis, duos primos tarsorum articulos superantibus aut aequantibus; pectine primae coxae albo. . 48 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Alae vitreae, irideae, membrana pone procubitum levissime fulvo tincta: area apicali paucis venulis gradatis; stigmate vix sensibili, haud fusco limitato; reticulatione plerumque fulvo-pallida, fusco varia. Ala anterior radio, procubito et cubito ramisque ad venularum insertionem fusco punctatis; venula rhegmatica nigra late fusco lim- bata, gradatis externis, paenultima radiali nigris anguste fusco lim- batis; item atomo fusco ad anastomosim; axillis furcularum margina- lium externarum fuscatis; 4 venulis radialibus internis; sectore radii 7 ramis. Ala posterior sectore radii et ramis ad venularum insertionem fus- co punetatis; aliquot axillis farcularum marginalium fusco limbatis; fere 3 venulis radialibus internis; sectore radii S ramis; pilula axil- lari G pedunculo elongato, disco obliquo, parvo, testaceo, pilis obli- quis externis dotata (fig. 2, b). LONA COLD AO 21,5 mm. AM A e 22,0 » APO Dt rra 22,2 » Patria. Bolivia: Izozo, agosto de 1917 (Col. m.). 18. Clathroneuria Lizeri sp. nov. (fig. 3). Similis amazonicae Nav. Fulva, fusco picta. Caput fulvum, puncto vel atamo ante anteunas, linea transversa pone antemnas, alia simili in vertice, fuscis; - oculis fuscis; palpis flavidis, ultimo articulo labialium fusiformi, acuto, externe fusco; antemnis thorace brevioribus, fuscis, angus- tissime fulvo anmulatis: clava elliptica, lata, fulva, fusco notata. Prothorax (fig. 3) latior quam longior, antrorsum leviter angustatus, fulvus; infer- ne margine laterali, saperne duabus lineis longitudinalibus distantibus et duabus Fig. 3. — Clathroneuria Lizeri $ Striolis mediis ante sulcum, per aliam me- Nav. Pro y mesonoto (Col. Li- Zer y mía). diam pone sulcum representatis, in g'sub- obsoletam; pilis lateralibus albis. Meso et metathorax inferne fusei, fulvo striati, superne fulvi, tribus lineis longitudinalibus fuscis, media ad praescutum mesonoti divisa (fig. 3). Abdomen fulvum, fusco longitudinaliter striatum. Pedes fulvi, fulvo pilosi, fusco setosi et parum punctat1; calcaribus INSECTOS SUDAMERICANOS 49 testaceis, leviter arcuatis, anterioribus et posterioribus primum tar- sorum articulum longe excedentibus, mediis duos primos leviter supe- rantibus; apice articuli quinti late, 2-4 anguste fusco. Alae angustae, acutae, hyalinae, irideae, sine lineis plicatis; area apicali aliquot venulis gradatis ditata; stigmate pallido; reticulatione plerumque fusca; venis fulvo-pallido striatis. Ala anterior area radiali 3 venulis internis; sectore radii citra fur- cam cubiti orto, 7 ramis; area cubitali interna longa, simplice; striola bina fusca obliqua, angusta, brevi, ad rhegma et ad anastomosim rami obliqui cubiti; axillis furcularum et aliquot venulis ad cubitum anguste fusco limbatis; stigmate interne fusco puncto limitato. Ala posterior nullis venulis limbatis; 2 venulis radialibus internis; sectore radii longe citra divisionem cubiti orto, 6-7 ramis; axillali pi- lulula d' testaceo-rufa. [of a Long. corp....... 3 (1) mm. 22 mm. — al. ant..... 20 » 20 » — al. post.... 18 » 18 » Patria. República Argentina: Catamarca. Dos ejemplares (Col. Li- zer y mía). , 19. Nobra Martinsi Nav. : Chaco (Rep. Argentina). Familia Crisópidos 20. Chrysopa lanata Banks : Buenos Aires. 21. Chrysopa lanata Banks var. unita Nav.: Buenos Aires (Col. Lizer). 22. Goliva gen. nov. Similis Nadivae Nav. Corpus robustun. Caput labro antice emarginato; antennis fortibus, ala anteriore brevioribus, articulo primo grandi, ceteris transversis. Prothorax latior quam longior. Pedes teretes; tibiis calcari brevi instructis; unguibus arcuatis, basi haud fortiter dilatatis. Alae venulis gradatis numerosis in tres aut plures series irregula- (1) Más de 29 milímetros. El abdomen está en mal estado y le falta el extremo en el ejemplar tipo. AN. SOC. CIENT. ARG. — T, XC 4 50 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA res dispositis;. stigmate venulis pluribus in utraque area costali et subcostali distincto; venulis ramisve marginalibus ad margines exter- num et posteriorem furcatis. Ala anterior area subcostali duabus venulis basilaribus; cellula tertia procubitali in duos polygonales subaequales venula seu ramo longitudinali divisa; 3 venulis inter ramum posteriorem, et anterio- rem cubiti; ramo cubiti bis furcato, posteubito et axillari saltem semel (fig. 4, a). Ala posterior cubito ramo antrorsum ad procubitumn directo; 2 venu- lis inter ramum posteriorem et ante- riorem posteubiti; axillaribus fur- catis. Cetera ut in Nadiva Nav. Es singular en este género la pre- sencia de dos venillas en la base del campo subcostal, sensiblemente en- sanchado, en el ala posterior, siendo constante existir una sola en los de- más. El tipo es la siguiente especie. b 23. Goliva Deletangi sp. nov. I 4 l Del | N Pp e. al "ig. 4. — (GFoliva Deletangi Nav. Porción basilar de las alas : a, anterior derecha; Flava. b, posterior izquierda (Col. m.). Caput oculis in sicco nigro-plum- beis, vertice et occipite suleo obli- quo, retrorsum divergente, fere in /,, ramis arcuatis diviso. Prothorax transversus, fere hexagonalis, angulis anticis fortiter oblique truncatis; sulco transverso in tertio posteriore sito, parum profundo. Abdomen... (deest). Pedes fortes, teretes, flavi flavoque pilosi; tibiis posterioribus vix compressis, linea longitudinali impressa parum conspicua; calcaribus fuscis, rectis, primo tarsorum articulo brevioribus; tarsis ceca 1 et 5 longis, intermediis brevibus. Alae (fig. 4) latae, acutae; membrana hyalina, iridea; reticulatione fimbriisque flavis; serie enla eradatarum interna longa, intror- sum continuata. Ala anterior (fig. 4, a) aliquot venulis costalibus ad subcostanm, ali- quot radialibus ad radium leviter obscuratis; venulis gradatis fere 16/10, aliis paucis intra et extra has duas series irregulariter vix in INSECTOS SUDAMERICANOS 31 seriem positis ; intermediis 3-4 liberis; ramo cubiti et posteubito bis furcatis. Ala posterior (fig. 4, b) venulis gradatis fere 16/12, aliis paucis inter has duas series et extra illas sparsis. «E NANO: 22,5 nm OSA ero lab bla ara 20,5 » Cata 8,0 » ANDO Uca. 6,8 » Patria. Bolivia: Santa Cruz, septiembre de 1917 (Col. m.). Familia Mantispidos 24. Mantispa decorata Er.: Buenos Altres. MEGALÓPTEROS Familia Neurómidos 25. Corydalus armatus Hag.: Bolivia. Agosto de 1917. Parece nuevo para Bolivia, : SOCÓPTEROS Familia Sócidos 26. Psocus Burmeisteri Nav. : Buenos Aires. Zaragoza, 26 de marzo de 1920. INSECTOS SUDAMERICANOS Por EL R. P. LONGINOS NAVÁS, s. J. (34 SERIE) Los insectos que voy a enumerar los he recibido en diferentes veces y de varias personas, según en su sitio se indicará. Los más de ellos son nuevos para la región de que se citan y algunos también para la ciencia. En su enumeración seguiré el orden acostumbrado. PARANEURÓPTEROS Familia Libelúlidos 1. Orthemis ferruginea I'.: Asunción, febrero de 1910, Carlos Spegazzini. Pondré la observación que anotó el diligente colector, consignando los colores del insecto en vida: « Totus pallide casta- neus; linea dorsalis thoracis alba. » 2. Orthemis nodiplaga Karsch.: La Plata, febrero de 1920, Car- los Spegazzini. 3. Lepthemis vesiculosa F.: Camino por el río Paraguay (Para- euay), febrero de 1920, Carlos Spegazzini. 4. Perithemis Domitia Drury, var. mooma Kirby : Puerto Sa- jonia (Paraguay), febrero de 1920, Carlos Spegazzini. 5. Erythrodiplax umbrata L.: Asunción, febrero de 1920; San Antonio (Paraguay), febrero de 1920; Villa Morra (Paraguay), febrero de 1920. Ejemplares jóvenes. « Abdomen pallide virescente-pallidum, nigro fasciatum, thorax pallide virescente-pallidus, superne obseu- rior » Carlos Spegazzini. INSECTOS SUDAMERICANOS 23 6. Erythrodiplax connata Burm., var. nigricans Ramb.: La Plata, marzo de 1920, Carlos Spegazzini. 7. Erythrodiplax connata Burm., var. fusca Ramb.: Asunción, febrero de 1920; Villa Morra (Paraguay), febrero de 1920, Carlos Spe- gazzini. S. Micrathyria aequalis Hag.: Asunción, febrero de 1920, Carlos Spegazzini. 9. Micrathyria eximia Kirby : Asunción, febrero de 1920, Carlos Spegazzini. 10. Tauriphila cophysa Sel.: San Lorenzo (Paraguay), febrero de 1920, Carlos Spegazzini. Familia Ésnidos 11. Aeshna diffinis Ramb.: La Plata, marzo de 1920, Carlos Spe- gazzini. Familia Agriónidos 12. Argia Joergenseni Ris : Tanti Viejo, provincia de Córdoba, febrero de 1920, Juan Durione. 13. Ischnura fluviatilis Sel. : Río Paraná (Paraguay), febrero de 1920, Carlos Spegazzini. 14. Ceratura capreola Hag.: Río Paraguay (Paraguay), febrero de 1920, Carlos Spegazzini. EFEMERÓPTEROS Familia Polimitárcidos 15. Campsurus dorsalis Burm.: Río Paraguay (Paraguay), febre- ro de 1920, Carlos Spegazzini. 16. Campsurus paraguarius sp. nov. (tig. 1). O”. Caput superne nigrum; oculis in sieco nigris; inferne fulvo-al- bum; antemnis basi fulvescentibus, seta alba. Prothorax albidus, transversus, superne convexus, stria utrimque transversa fusco-violacea. Meso et metathorax fulvi, nitidi. Abdomen albidum, ultimis segmentis superne ad latera fusco-vio- laceo leviter tinctis; octavo tergito duobus punctis fuseo-violaceis D4 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA notato; ultimo sternito fortiter transverso, brevi; copulatore elonga- to. subeylindrico, depresso, medio leviter dilatato; urodiis (cercis su- perioribus) et forcipe (cercis inferioribus) albis, immaculatis. Pedes albidi; femoribus anterioribus leviter fusco- violaceo tinctis. Alae hyalinae, reticula- tione alba, densa. Ala anterior costa, sub- costa et radio saltem in medio basali fuscoviolaceo leviter tinctis; area Cos- tali similiter tincta; inter venas S et 9 duae venae ramive (fig. 1). Q. Abdomen dorso pallide fusco-violaceo; urodiis brevibus; massa ovigera grandi, elongata, viridi-livida. Fig. 1. — Campsurus paraguarius O” Nav. Parte del ala anterior (Col. m.) o Q Long. corp......... 6,0 mm. 4,6 mm. — al. ant....... 9,0 » IS — al. post...... 4,4 » 3,8 » O o A 23,0 » = Paraguay. Por el río Paraguay, febrero de 1920, Carlos Spegazzi- ni, quien en un ejemplar anotó : « species ecrepuseularis » y en otro Q «species matutina ». Familia Cenidos 17. Caenis ludiera sp. nov. Similis argentinae Nav. Minor. Corpus superne piceum, nitidum, inferne fuscum. Cerci superiores albi, pellucidi, apice articulorum angustissime fus- co annulato. Pedes albidi, femoribus paulo obscurioribus. Alae hyalinae, reticulatione fimbriisque albis, subcosta et radio fuscis, tenuibus; regione stigmatica levissime fusco tincta; areis sub- costali et' radiali paucis venulis. MON RNCOE PA 2,7 mm. A 4,0 » > Patria. República Argentina: Alta Gracia, provincia de Córdoba, 1-8 de abril de 1920, Carlos Bruch. (Col. Bruch y mía.) INSECTOS SUDAMERICANOS 919) Familia Betidos 15. Callibaetis trifasciatus Pet.: La Plata, 6 de septiembre de 1915, Carlos Bruch. 19. Callibaetis zonalis Nav.: Provincia de Buenos Aires, 1” de mayo de 1915, 7-14 de octubre de 1919, Carlos Bruch. 20. Callibaetis apicatus Nav.: Provincia de Buenos Aires, 4-27 de octubre de 1915 y 1919, Carlos Bruch. 21. Callibaetis stictogaster Nav.: Provincia de Buenos Aires, 15 de octubre de 1915, La Plata, 20-25 de octubre de 1919, Carlos Bruch. 22. Callibaetis Bruchius sp. nov. (fig. 2). Caput fulvum, fuseo dense maculatum; oculis in siceo fuscis; anten- nis parte basali eylindrica, fulva, apice nigra, apicali tenui, basi cras- siore, albida. Thorax fuscus, nitidus. Abdomen fulvo-pallidum, fusco suffusum per plagas; superne ali- quot segmentis macula fusca laterali notatis; urodiis albi- dis, segmentis pluribus basi et apice anguste, medio late fuscis. Pedes albidi, femoribus macula fusca laterali in ter- tio apicali; tibiis fere tribus maculis lateralibus notatis. Alae hyalinae, vitreae, venis fulvo-pallidis, venulis pallidis. Ala anterior plerisque venis fusco limbatis in maculas ellipticas minutos sparsas, ita ut praeter ramos fusco conspersa appareat, ma- culis latioribus densioribusque in areis costali et subcostali. Ala posterior (fig. 2) oblonga, apice subacuta; area costali in angu- lum producta, fere 5 venulis instructa; venis tribus, prima et secunda subparallelis, ad medium magis distantibus, fere 4 venulis, tertia lon- ga fere usque ad angulum posteriorem; membrana fascia transversa fuscescente prope basim, interdum alia brevi ultra angulum poste- Fig. 2. — Callibaetis Bruchius Y” Nav. Ala posterior riorem. LOANS. OA: (Ofoo odo doo bae 6,0 mm. A US ISE UA 56 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Patria. República Argentina. La Granja (Alta Gracia), provincia de Córdoba, 1-S de abril de 1920, Carlos Bruch (Col. Bruch). 23. Bruchella gen. nov. En obsequio de don Carlos Bruch, inventor de la especie típica. Similis Baetidi Ramb. Abdomen 3 urodiis. Ala anterior multis venulis in areis subcostali et radiali; nullis ve- nis intercalatis ad marginem:; vena postcubitali a praecedente separata, illique magis proxima quam sequenti, simplice; axilla- ri (9 Eaton) furcata, seu ramo a instructa. Ala posterior elongata, an- gusta, tribus venis longis ; area costali basi lata, angulata, una venula vel ramo recurrente ins- tructa. Fig. 3. — Bruchella nigra (f' Nav.: a, base , : O A del ala anterior; b, ala posterior (Col. Bruch). El tipo es la siguiente espe- cie.: 24. Bruchella nigra sp. nov. (fig. 3). Caput cum oculis et thorax niger, nitidus. Antennae albae, parte basali eylindrica, fusca. | Abdomen fuscum; urodiis longis, albis, pellucidis, apice articulo- rum angustissime fusco annulato. Pedes pallidi, pellucidi, femoribus fusco striatis. Ala anterior hyálina, reticulatione grisea, subcosta et radio fuscis: membrana in area radiali leviter fuseo tineta; multis venulis in medio alae anteriore, paucis in posteriore ; procubito citra medium alae fur- cato, inter ramos vena interposita, aliquot venulis inter ipsam et ramum anteriorem; cubito et postcubito simplicibus, duabus venis inter ipsos; aliquot venulis in medio basali (fig. 3, a). IOMA, 0 Olbovono doo one 3,6 mm. ALADO a 3,5 Patria. República Argentina: La Granja (Alta Gracia), provincia de Córdoba, 1-5 de abril de 1920, Carlos Bruch (Col. Bruch). (SÍ E] INSECTOS SUDAMERICANOS NEURÓPTEROS Familia Ascaláafidos 25. Fillus Brethesi Nav. Rev. Real Acad. Cienc. de Madrid, 1919, PIZOTAZ: Siendo el tipo g', conviene señalar las diferencias del otro sexo, que ahora he visto. Q. Prothorax latus, brevis, supra mesonotum haud applicatus. Abdomen ala posteriore brevius, medio inerassatum, fuscum, super- ne maculis testaceis lateralibus ad aliquot segmenta. Pedes nigri; tibiis posterioribus duabus striis longitudinalibus tes- bacels. ; Alae latae, stigmate subquadrato, fusco, saltem 4 venulis compre- henso. Ala anterior area radiali 6 venulis internis ; sectore radil 6 ramis; area postcubitali lata, simplice. Ala posterior 3 venulis radialibus internis; sectore radii 5 ramis. Oncol 30 mm. EE AGS O Ol 31» AMOS Via vo aaa toa do 26 » CM coo ble o dla O 16 » Patria. República Argentina: La Rioja, Giacomelli (Col. Bruch y mía). Familia Mirmeleónidos 26. Dimares albidilinea Walk. : Chilecito (Mendoza), 15-17 de no- viembre de 1919, Juan Durione. 27. Dimares lepidus Nav. : Chilecito (Mendoza), 17 de noviembre de 1919, Juan Durione. 28. Austroleon alienus Nav.: Tanti Viejo, provincia de Córdoba, noviembre de 1919, Juan Durione. 29. Austroleon dispar Banks : Quelhué (F. C. P.), Pastor Joh. Hoffmann. Chilecito (Mendoza), 15 de noviembre de 1919, Juan Du- rione. 30. Austroleon verticalis Banks : Quelhué (F. C. P.), Pastor ($11 e 00 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Job. Hoftmann; Chaco de Santiago del Estero, a orillas del río Sala- do, cerca de Icaño, 1910, E. R. Wagner (Mus. de París). 31. Austroleon frontalis Banks : La Rioja, doctor Giacomelli. 32. Austroleon sectorius sp. nov. Similis argentino Banks. Caput flavuam; macula grandi fusca inter et pone antennas, antror- sum ante antennas in striam angularem utrimque extensa; vertice et occipite fusco punctatis; oculis fuscis; palpis flavis, articulo ultimo labialium vix incrassato ; antemnis fuscis, angustissime fulvo annula- tis; clava fort1, flava, apice et superne lineis transversis fuscis. Thorax flavus, flavo pilosus. Pronotum paulo longius quam latius, linea longitudinali fusca laterali integra, alia inter utramque in pro- zona fusco-pallida. Meso et metathorax inferne lineis longitudinali- bus fuscis notati, superne linea longitudinali juxta alas subintegra, alia bina ad medium interrupta. Abdomen inferne fuscum, superne flavum, linea laterali longitudi- nali fusca (apex deest). Alae hyalinae, irideae, subacutae; stimagte albido vel rufescente; reticulatione flava, fusco varia; procubito pallido, parum fusco stria- to; linea plicata nulla. Ala anterior plerisque venis fuseo striatis (procubito excepto); ple- risque venulis ad insertionem fuscis fuscoque limbatis, item axiilis furcularum marginalium, alam fusco punctatam efficientibus; atomo fusco ad rhegma; area apicali fere 5 venulis gradatis, radiali fere 3 venulis internis: sectore radii S ramis. ¿ Ala posterior nullis venulis limbatis; sectore radii ejusque ramis fuscis; area radiali 2 venulis internis; sectore radii 7 ramis; pilula axillari y grandi, disco testaceo, pedunculato. Pedes tlavidi, flavo pilosi, fusco setosi; articulis tarsorum apice fuscis; calcaribus testaceis, duos primos tarsorum articulos aequanti- bus aut superantibus. Lona AI e 20 mm. ALADO UNO ESTOS e 20 » Patria. República Argentina: La Granja (Alta Gracia), provincia de Córdoba, 1-5 de abril de 1920, Carlos Bruch (Col. Bruch y mía). 33. Ameromyia fidelis Nav.: Chilecito, provincia de Mendoza, 15 de noviembre de 1919, Juan Durione; La Rioja, doctor Giacomelli. INSECTOS SUDAMERICANOS 59 Familia Crisópidos 34. Chrysopa lanata Banks : La Granja (Alta Gracia), provincia de Córdoba, 1-S de abril de 1920, Carlos Bruch. 35. Chrysopa lanata Banks var. basalis nov. Caput vertice depresso, linea longitudinali rubra juxta oculos. Prothorax latior quam longior, superne ad latera viridis, ad me- dium late flavus. E Ala anterior radio stria fusca brevi notato juxta basim; venulis aliquot prope alae basim fuscatis, praecipue secunda procubitali (ad cellulam divisoriam), tribus cubitalibus et venula prima ultra sectoris cubiti ortum; item aliquot marginalibus posterioribus, seu ramo sec- toris, apice posteubiti et primae axillaris; venulis gradatis "/,. LONE. CO Dd 1000 elo ooo do ola 9,0 mm. A a ne da rato 13,2. > = alt. post............ Us Patria. República Argentina: La Granja (Alta Gracia), provincia de Córdoba, 1-8 de abril de 1920, Carlos Bruch (Col. Bruch). Tiene gran parecido con la var. radialis Nav. de la Chrysopa vulga- ris Schn.; y como en otras cosas la lanata americana se comporta como estotra europea, cabe la sospecha de si en realidad ambas son idénticas específicamente, como otras veces se ha supuesto. 56. Chrysopa paraguaria sp. nov. Similis lanatae Banks et laevae Nav. Viridis. Caput immaculatum ; oculis in sicco nigro-aeneis, nitidis:; antennis flavis, subtotis fuscentibus, articulo primo viridi. Prothorax multo latior quam longior, angulis anticis oblique trun- catis, superne duabus striolis sanguineis longitudinalibus prope mar- ginem lateralem, anteriore et posteriore. Pedes tarsis flavescentibus; tibiis posterioribus linea impressa lon- eittudinali conspicua. : Alae angustae, acutae; reticulatione viridi; stigmate viridi, elon- gato, parum sensibiliz venulis costalibus, radialibus et gradatis subtotis nieris; pilis nigris, tenuibus:; fimbriis flavescentibus, bre- vibus. Ala anterior venulis eradatis fere */.: venulis intermediis 5, primis 60 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA (internis) nigris, prima ad ipsum apicem venulae divisoriae inserta; ramo divisorio et venulis plerisque in tertio alae interno nigris. Ala posterior venulis gradatis fere */,. DON ICO ot ca 3,3 mm. LAA lc dai 12,5 » == ALAPOS ai 11,0 » Patria. Paraguay, por el río Paraguay, febrero de 1920, Carlos Spe- gazzini (Col. mía). 31. Rameta gen. nov. Similis Nothochrysae Mac Lachl. Corpus robustum. Caput labro antice emarginato, lobis rotundatis; antemnis robustis, ala anteriore brevioribus. Prothorax transversus. Abdomen cercis haud exertis, lamina subgenitali y manifesta. Pedes teretes, linea impressa tibiae posterioris obsoleta; tibiarum calcaribus brevissimis vel nullis; unguibus arcuatis, sensim atte- nuatis. Alae stigmate elongato, in area costali densis pluribusque venulis instructo; venulis gradatis in duas series completas dispositis. Ala anterior cellula tertia procubitali in tres divisa, seu ramo pro- cubiti posteriore longiusculo, flexuoso, antice duabus venulis cum ramo anteriore, postice una venula cum cubito conjuncto; posteubito et axillari furcatis. Ala posterior procubito breviter cum sectore radii et cum ramo anteriore cu- biti fuso; postcubito sectore seu ramo instructo. El tipo es la especie siguiente. ELL La estructura del ala anterior en la región de la celdilla divisoria o tercera procubital, muestra claramente en éste, más que en ningún otro género de Cri- des sópidos, la verdadera naturaleza de la Eg. + — Fameta sanguinea Nax. y enilla divisoria jo/ramoNdivisorio, que Base de las alas (Col. Bruch). no es más que el ramo posterior del pro- cúbito (fig. 4), que en este género se alarga más de lo ordinario, para dar lugar a dos o tres celdillas en vez de una, entre ambos ramos. INSECTOS SUDAMERICANOS 61 38. Rameta sanguinea sp. nov. (fig. 4). Viridis, pilis concoloribus vel pallidioribus. Caput flavum, duobus punctis rubris in vertice pone antennas; cly- peo et labro viridibus; oculis in sicco fusco-nigris; palpis brevibus, tflavescentibus ; antennis flavis. Prothorax latior quam longior, angulis anticis late truncatis; viri- dis, superne fascia lata longitudinali sanguinea ad latera. Meso et me- tanotum fascia media longitudinali flava; macula scapulari ad meso- notum, puncto:ad metanotum, sanguineis. Abdomen superne fascia media longitudinali viridi-flava; lamina subgenitali superne concava, apice rotundata. Pedes fortes, tarsis viridi-rufis. Alae longae, apice subacutae, hyalinae, irideae. Ala anterior venulis gradatis fere '/,,, aliquot ad apicem inter utramque seriem et extra externam adjectis; intermediis 6; furculis marginalibus externis retrorsum sensim elongatis. Ala posterior venulis gradatis fere '*/,,, similiter aliquot venulis adjectis ad apicem ut in ala anteriore; una venula inter ramum pos- teriorem et anteriorem postcubiti. LON RACOBP IS 16,0 mu». — alado 22,5 » ADOS dai A 20,4» Patria. República Argentina: La Granja (Alta Gracia), provincia de Córdoba, 1-8 de abril de 1920, Carlos Bruch (Col. Bruch). Familia Hemeróbidos 39. Hemerobius Hageni Nav. var. distincta nov. Ala anterior subtota pone radium striolis transversis fuscescenti- pallidis fere in lineas transversas dispositis, densioribus in tertio api- cali et posteriore; nulla venula radiali seu inter radium et procubitum citra ortum primi sectoris radii; venulis gradatis fere ”/., anteriore interna duobus spatiis a sequente sejuncta. Cetera ut in typo. LOA. CORD. ooo odoooosae 4,3 mm. alan o AO DOS ateos leida 6,2 » 62 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Patria. República Argentina: La Granja (Alta Gracia), provincia de Córdoba, 1-8 de abril de 1920, Carlos Bruch (Col. Bruch); La Pla- ta, 1? de mayo de 1920, Carlos Bruch. 40. Niremberge miranda sp. nov. (fig. 5). Caput testaceum, macula fusca in fronte; oculis fuscis; antennis fulvis, longis, articulis transversis, pilosis. Thorax testaceus, superne maculis fuscis distinctus. Abdomen fulvunm, fulvo pilosum; lamina subgenitali y horizontal, angusta, apicem abdominis excedente (fig. 5, a); ultimo tergito spina laterali longa declivi instructo. Pedes pallidi; tibiis poste- rioribus fusiformibus, medio latis. Alae hyalinae, irideae, api- e elliptice rotundatae; rebi- culatione pallida; stigmate elongato, pallido, parum sen- sibili. Ala anterior (fig. 5, 0) ve- nulis discalibus gradatis */, fuscis fuscoque limbatis, stria forti obli- qua fusea ab ortu procubiti ad venulam primam cubitalem; aliis striolis fusco-pallidis inter venas ad tertium basale et posterius; item venis plerisque partim fusco striatis et membrana leviter fusco mar- Fig. 5. — Niremberge miranda O” Nav.: a, extremo del abdomen ; b, ala anterior (Col. Bruch). morata. Ala posterior penitus immaculata; ramis ad margines per plagas fuscescentibus; sectore radii duobus ramis longis, tantum ad apicem furcatis; duabus venulis discalibus. LONA. COPLA 3,9 MM. A 5,0 » APO: 4,2 » Patria. República Argentina: provincia de Buenos Aires, Carlos Bruch (Col. Bruch). El género es nuevo para la Argentina y aun para América, pues hasta ahora sólo se había encontrado en Europa. 41. Nomerobius psychodoides Blanch. (Sympherobius modestus Banks): La Plata, marzo de 1920, Carlos Spegazzini: Iturbe (Jujuy), INSECTOS SUDAMERICANOS 63 5600 metros, Y de noviembre de 1919, Weiser; provincia de Buenos Aires, Carlos Bruch. 42, Huarupiella pallida Pet.: Asunción (Paraguay), 15-30 de ju- lio de 1919, Carlos Spegazzini; provincia de Buenos Aires, 1” de mayo de 1905, Carlos Bruch, SOCÓPTEROS Familia Sócidos 43. Psocus Burmeisteri Nav. : Provincia de Buenos Aires, Car- los Bruch. 44. Amphigerontia limpida sp. nov. (figs. 6). Caput facie fusca, tumida, fulvo pilosa; vertice fulvo, fascia media longitudinali lata et alia angusta juxta oculos, fuscis; oculis fuscis, elobosis; palpis antennisque fus- cis, fusco pilosis. Thorax piceus, nitidus. , y Fig, 6. — Amphigerontia limpida (' Nav. Abdomen piceum; margine ul- Ala anterior (Col. Brueh). timi tergiti flavido; cercis gy fus- cis, brevibus, crassis; lamina subgenitali lata, postice rotundata. Pedes fulvi, fulvo dense pilosi; tarsis fuscescentibus. Alae hyalinae, reticulatione fusca. Ala anterior (fig. 6) subcosta brevi; venula inter sectorem radii et procubitum brevissima; furca apicali sesquilongiore suo pedunculo in ramo anteriore, duplo in posteriore, angusta; stigmate triangulari- elongato, angusto, toto fusco; membrana hyalina, levi umbra fusces- cente ad basim; puncto fusco ad apicem posteubiti. vr MHOMACODA 2,5 mm = ») O a a A 3,8 » OS cda 4,0» Patria. República Argentina: La Granja (Alta Gracia), provincia de Córdoba, 4 de abril de 1920, Carlos Bruch (Col. Bruch). 45. Amphigerontia tincta sp. nov. Caput fusco-ferrugineum, inter ocellos fuscum, fronte tumida, fus- cescente; oculis fuscis; palpis fuscis; antennis fusco-ferrugineis, pilis hirsutis. Pili fulvi. + 64 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Thorax et abdomen picei, nitidi. Pedes fulvi, fusco pilosi, tibiis obscurioribus. Ala anterior membrana fusco tincta; maculis pallidioribus in ter- tio interno stigmatis et pone stigma usque ad medium cellulae disca- lis; reticulatione forti, fusca ; venula inter sectorem radii et procubi- tum brevissima; furca apicali sesquilongiore suo pedunculo, puncto pallido ad axillam; cellula discali, venula posteriore et parte conti- guaruam, item apice venae cubitalis seu ad marginem pone cellulam discalem, pallidis; stigmate grandi, triangulari-elongato, fusco ; ma- cula fusca ad apicem posteubiti et axillaris. Ala posterior hyalina, levissime vix fuscescente tincta; reticula- tione fusca; furcae apicalis ramo anteriore recto, posteriore Curvo, subaequali suo pedunculo. LL ONARCO PA ST 2,5 mm. AM IT: 4,0 >» POS De 3,3 » Patria. República Argentina : La Granja (Alta Gracia), 1-53 de abril de 1920, Carlos Bruch (Col. Bruch y mía). TRICÓPTEROS Familia Hidropsiquidos 46. Leptonema columbianum Ulm. Coll. Zool. Selys Longchamps, Trichopteren, YI, Macronematinae, 1907, p. 51, f. 49, Q. No hallo la descripción del g*, por lo que daré un sucinto comple- mento. g. Palpi longi, articulo 3 longiore 4, fortiter dilatato, margine infe- riore toto convexo. Antennae fulvae, ad articulationes anguste fusco annulatae. Abdomen totum pallidum, pallide pilosum ; cercis inferioribus lon- gis, adscendentibus, in medio basali tenuibus, in medio apicali mo- dice dilatatis ; copulatore horizontali, apice dilatato, clavaeformi. Ala anterior membrana leviter fulvo tincta; reticulatione fulvo-al- bida; area costali duobus punctis nigris, interiore ad basim rami recurrentis, exteriore grandiore ad apicem hujus rami, sed ad sub- costam. Ala posterior vitrea, fortiter iridea. INSECTOS SUDAMERICANOS 65 Lom: COW. Oleo ooos eden es 3,5 mm. A AM a lacada a Asi 13,3 > OS Saa o O — amtendD.......... Ae 30,0» Patria. Por el río Paraguay (Paraguay), febrero de 1920 (Col. mía). 47. Synoestropsis vitrea Nav. El tipo es Q. O”. Antennae ala anteriore plus duplo longiores, fulvae, ad articu- lationes fusco annulatae. | Thorax viridescens, pilis viridi-albis. Abdomen viridescens, processu superiore elongato, bifido, lamina subjecta haud longiore; cercis inferioribus longis, adscendentibus, leviter arcuatis. Alae reticulatione fulva vel viridescente. ANACO 13,5 mm. AO als ale 21,5 » AED OS teo aii 13,5» A 53,0 » Patria. Paraguay, por el río Paraná, febrero de 1920, Carlos Spe- vazzini (Col. mía). 48. Rhyacophylax nivosus sp. nov. Similis mesembrino Nav., minor pallidiorque. Caput fulvo-pallidum, pilis albis; oculis nigris; palpis pallidis; an- tennis pallidis, basí fortibus, sensim attenuatis, apice segmentorum angustissime fusco annulato. Thorax fulvus, superne fuscescens, pilis albidis. Abdomen fulvum, margine postico segmentorum late albido; ñla- mento sexti segmenti arcuato, in medio basali crassiusculo, in medio apicali tenui, apicem octavi segmenti aequante; ultimo tergito elon- gato acuto; processu ultimi segmenti elongato, oblongo, horizontali, apice acuto, fisso; cercis inferioribus longis, adscendentibus, articulo apicali brevi, tenui, introrsum arcuato. Pedes fulvo-albi, pilis albis, tibiae posterioris longis; tarso poste- riore tibia paulo longiore. Alae reticulatione fulvo-pallida, pubescentia albida. Ala anterior pubescentia in medio anteriore albo-fulva; striola fusca ad arculum, atomo in medio areae procubitalis et ad basim fur- cae apicalis 4 et 5; nygmate fusco. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XC 3 66 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Ala posterior tota nivea; venis in tertio anteriore vix obscuriori- bus; fimbriis longjusculis niveis; furcis apicalibus 2, 3, 5 longitudine subaequalibus, 5 latiore. DOMAACO - 3,9 Mm. E IA EA E SO RES 4» E 7 UD cra EUg o 4,0.» Patria. República Argentina: La Plata, atraído por la luz, 14 de febrero de 1920, Carlos Bruch (Col. Bruch y mía). Familia Leptocéridos 49. Oecetis mutila Nav.: Por el río Paraguay (Paraguay), febrero de 1920, Carlos Spegazzini. 50. Oecetis castilleja Nav.: Monte Veloz, 14 de enero de 1920, Carlos Bruch. 51. Leptocella Brethesi Nav. Indicaré algunas particularidades de la Q, completando, en parte, la descripción original del macho. E Antennae fulvae, albo pilosae; articulo primo eylinarico conico, capite haud longiore, ceteris cylindricis, apice fusco, parte fusea sen- sim latiore et in medio apicali antennae totae fuscae. Abdomen viridescens, albido pilosum. | Ala anterior venis nigro breviter striatis, maxime ultra anastomo- sim, itaque in cellula apicali IV fere tribus striolis in quoque ramo; pubescentia plerumque fulva; fimbriis fulvis, ad marginem furcae apicalis 5 longioribus et obscurioribus. LORCA posa 7,2 mm. IE A LON EU O ooo la 3,5 » A SE Moe 17,0 » Patria. República Argentina : La Plata, marzo de 1920, Carlos Spe- eazzini (Col. mía); provincia de Buenos Aires, Carlos Bruch (Col. Bruch). 52. Leptocella Bruchi sp. nov. (fig. 7). Caput fulvum, albo longiter pilosum. Thorax fulvo testaceus, albo pilosus. INSECTOS SUDAMERICANOS 67: Abdomen fulvo-album, pilis concoloribus ; ultimo tergito lato, me- dio late emarginato; cercis superioribus longis, cylindricis, clavaefor- mibus, seu sensim dilatatis, apice rotundatis (fig. 7); cercis inferiori- bus parum adscendentibus, fulvis; lamina sub- genitali convexa, apice rotundata.. Pedes pallidi, pallido pilosi; calcaribus 0, 2, 2, internis longioribus; tibia posteriore ultra medium leviter geniculata, seu dorso concava; tarso posteriore tibia longiore. Ala anterior reticulatione et pubescentia fulvis; venis plerisque ultra anastomosim pune- tis elongatis fuscis notatis, in.cellula apicali a . o ó 9 ; Fig, 7. — Leptocella Bruchi IV tribus utrimque et axilla longiter fusca; 7 ao dal alo. etiam procubito et cubito in medio basali; ce- “lomen visto por encima a o o E z (Col. Bruch). Mula discali subaequali suo pedunculo, in tertio externo antice fortiter convexa, postice leviter concava; furca apicali 1 sesquilongiore.(in ramo posteriore) suo pedunculo, 3 triplo, 5 elon- gata, angusta, fimbriis ¡bidem longiusculis fuscis fulvisque. Ala posterior hyalina, iridea; reticulatione fulvo-alba; pubescentia pallida, rara, ad alae apicem fulva, densiore; lobo axillari late rotun- dato, param prominente, fimbriis ibidem fulvo-albis. 11 (ORD. Olaya ao a OE 7,8 mm. E E a A ES 11,0 » POS e: 8,4 » Patria. República Argentina: Monte Veloz, estancia Barreto, 14 de enero de 1920 (Col. Bruch). 29. Leptocella mixta sp. nov. (fig. S). Caput fulvum, pilis fulvo albis; palpis fuscis, pilis albidis vestitis; antemnis fulvis, albido pilosis, ala anteriore subduplo longioribus, in tertio basali articulis a tertio apice fusco annulatis; articulo primo capite paulo longiore, secundo brevi, tertio duobus praecedentibus simul sumptis paulo longiore. Thorax testaceus, nitens, pilis albidis vestitus. Abdomen fulvum, inferne in medio apicali fuscescens; processu ultimi tergiti (fig. S, a) triangulari elongato, in duos lobos profunde fisso, singulis lobis elongatis, angustis, linguaeformibus; cercis supe- rioribus processu dorsali duplo longioribus, a latere visis (fig. 8, b) in medio basali latiusculis, ultra medium angustis, apice leviter dilata- 68 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tis; cercis inferioribus adscendentibus, apice dilatatis, truncatis, lon- giter pilosis; lamina subgenitali triangulari-ovali, nitida. Pedes fulvi, albido leviter denseque pilosi; tibiis posterioribus cur- vatis, seu a latere visis superne concavis ; calcaribus 0, 2, 2, inter- nis longioribus. Alae reticulatione fulva. Ala anterior membrana fulvo tincta, pilis fimbriisque fulvis; squamulis nigris densis inter ve- Fig. S. — Leptocella mixta CG. Extremo del Bas, lineas longitudinales forman- abdomen : a, visto por encima; b, visto de tibus. seu areas fere totas oppien- lado (Col. Bruch). E . 4 ; a tibus; cellula discali ionga, subae- quali suo pedunculo, margine anteriore late convexo; furca apical: 1 sesquilongiore suo pedunculo, cellula apicali IV triplo. Ala posterior hyalina, iridea; membrana sub lente visa undulata in medio posteriore, in relique pilis fuscis tenuibus brevibus sparsis, densioribus ad apicem ; fimbriis albidis; primis venis parum sensibi- libus ad furcas; nygmate visibili; furca apicali 5 longa lataque. ¡ONES 0d (Oloso econo anas 3,5 mm. E NO MT SiS Ia todos UrEieN 12,7 >» — 'Al-posb......oo..o.s 10,0 >» Patria. República Argentina : Alta Gracia, provincia de Córdoba, 1-S de abril de 1920, Carlos Bruch (Col. Bruch). 54. Leptocella nigricapilla sp. nov. (fig. 9). Caput fulvum, pilis albis, in fronte nigris, longiusculis, erectis; oculis grandibus, ni- eris, superne pallidio- ribus; antennis ala an- teriore subduplo bre- b C Fig. 9. — Leptocella nigricapilla O” Nav. : a y b, extremo vioribus, in medio api- cali fulvis, fulvo pilo- del abdomen ; e, lóbulo axilar del ala posterior (Col. m.). sis; in medio basali fulvis, albo pilosis, apice articulorum fusco, hoc colore sensim elon- gato, itaque articulis 9 et sequentibus subtotis fuscis. Thorax testaceus, albo pilosus. Abdomen albidum, subpellucidum, apice falvum; processu ultimi INSECTOS SUDAMERICANOS 69 tergiti brevi, lato, triangulari, bidentato (fig. 9, b); cercis superioribus longis, cylindricis, a latere visis (fig. 9, 4) apicem versus incrassatis; cercis inferioribus leviter adscendentibus, pilosis; lamina subgenitali arcuata, triangulari; copulatore in laminam verticalem, apice attenua- tam, acutam; processu 10 segmenti sigmoideo, apice incrassato. Pedes pallidi, albido pilosi; tibiis posterioribus superne leviter con- cavis; tarsis posterioribus tibia longioribus, primo articulo ceteris simul sumptis multo longiore, paulo tibia breviore. Ala anterior membrana leviter fulvo tincta; reticulatione fulva:; pubescentia fulva; squamulis fuscis, densis, strias transversas parum definitas maculasque formantibus, praecipue in medio apicali et pos- teriore; macula distinetiore fusea ad stigma; atomis fusco-nigris 4-5 praeter angulum posteriorem; pedunculis 1 furcae apicalis et IV cel- lulae subaequalibus; furca apicali 1 duplo brevioribus; cellula discali multo breviore suo peduneulo, margine anteriore arcuato, posteriore recto. Ala posterior hyalina, fortiter iridea; pubescentia fulva in tertio apicali; reticulatione pallida, in medio anteriore fulvescente, fimbriis pallidis, lobo axillari (fig. 9, e) distincto, rotundato. ¡Lomas (CO. Oeao lodo 8 aloe S,0 mm. IRE EE E ASIA DAD == alo Post. ........... 6,8» —AOtenO.. o 20,0 » Patria. Paraguay, por el río Paraguay, febrero de 1920, Carlos Spe- gazzini (Col. mía). 55. Leptocella Spegazzinia sp. nov. (fig. 10). Caput, palpi, antennae fulvae, pilis albis; oculis in sieco fusco-ae- neis; antennis ad apicem articulorum (in tertio basali, ceteri articuli desunt) fuscis; articulo primo crasso, fulvo, capite haud longiore. Thorax testaceo-falvus, nitidus, albo pilosus. Abdomen fulvo-album, modice albido pilosum; processu ultimi ter- eiti (fie. 10, a) triangulari, integro; cercis superioribus duplo longiori- bus, a latere visis in medio basali latis, mox angustatis, apice leviter dilatatis; cercis inferioribus leviter adscendentibus, subhorizontali- bus, longiter pilosis; lamina subgenitali breviore, apice rotundato truncata; processu decimi segmenti longo, baculiformi, apice dilatato. Pedes fulvo-albi, albido pilosi, calcaribus 0, 2, 2, internis longiori- bus; tibia posteriore leviter recurva, seu a latere visa superne leviter concava. 70 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Ala anterior iridea, reticulatione fulva; membrana levissime fulvo tincta; pilis plerisque fulvis, in regione stigmali pilis testaceis albis- que, tres maculas argenteas inter quatuor testaceo-ferru- gineas formantibus; aliquot squamulis nigris sparsis, den- sioribus prope arculum in area procubitali; cellula dis- cali lata, breviore suo pedun- culo, margine anteriore late convexo; furea 1 apicali du- plo, cellula [IV apicali qua- druplo longiore suo pedun- culo. S Ala posterior hyalina, for- titer iridea; retieulatione al- bida, pilis fimbriisque albis; membrana sub lente minutissime undata; lobo axillari grandi, ad marginem rotundato, prominente (fig. 10, b). Fig, 10. — Leptocella Spegazzinia O' Nav.: «4, extremo; b, ala posterior (Col. m.) MONTACO MA 8,2 mm. A O 11,7 » DOS E 3,3 » Patria. Paraguay, por el río Paraguay, febrero de 1920, Carlos Spe- eazzini (Col. mía). ' 56. Brethesella gen. nov. Similis Leptocellae Banks. Antennae primo articulo crasso, longo, fere capite longiore. Palpi maxillares longi et tenues, tertio articulo ceteris longiore. Abdomen cercis superioribus cylindricis. Pedes calcaribus 0, 2, 2? (1), internis longioribus. Ala anterior angusta, ante apicem parum ampliata, furcis apicali- bus 1,5, cellula apicali IV pedunculata. Ala posterior (fig. 11) basi lata, plicatili; furca apicali 5 praesente; cellula apicali 11 manifesta, IV nulla, sed vena furcam apicalem 5 praecedente in medio externo sensibili. El tipo es la especie siguiente. He denominado Brethesella este género en obsequio de don Juan (1) Falta la pata posterior en el tipo. INSECTOS SUDAMERICANOS 71 Brethes, distinguido entomólogo, a cuya generosidad debo la especie típica y muchas otras que figuran en mi colección. 57. Brethesella decorata sp. nov. (fig. 11). Caput cum palpis et antennis falvum, pilis albidis; antennis primo articulo eylindrico-conico, ceteris eylindricis, apice fusco annulatis. Thorax testaceo-ferrugineus, albido pilosus. Abdomen fulvo-albidum, pilis concoloribus raris brevibusque; cer- cis superioribus et inferioribus Q cylindricis, albido pilosis. Pedes fulvi, albido pilosi. Ala anterior angusta, apice elliptice rotundata; membrana leviter fulvo tincta; reticulatione fulva; pubescentia ple- == rumque fulva, fusco mis- A e e ta, in fascias transversas ñU 4 fuscescentes ex squa- e mulis pilisque distine- 3 tius disposita, marginibus earumdem fuscis : duas internas ad medium alae a : Fig. 11. — Brethesella decorata Nav. Ala posterior (Col. m.) citra regionem stigmati- cam a sectore radii ad marginem posteriorem, tertiam stigmatem la- tiorem et minus definitam; externam inter hanc et apicem, a furca apicali 1 ad marginem externum 5-6 punctis fusco-nigris, ex squa- mulis; cellula discali breviore suo pedunculo, margine anteriore leviter convexo, posteriore subrecto; fusca apicali 1 duplo longiore (in ramo posteriore) suo pedunculo; cellula apicali IV plus triplo in margine anteriore. Ala posterior (fig. 11) hyalina, pubescentia (densiore in tertio exter- no) fimbriisque fulvis; furca apicali 1 distincta, longa lataque, pedun- culo obsoleto; vena sequente manifesta in medio externo; nygmate distineto; fuarca apicali 5 longa, subaequali suo pedunculo. LOA. (OAD.. 0.0990 cabo 7,7 mm. SC a solas arde AS AO 3,0» Patria. República Argentina : provincia de Entre Ríos, Juan Bre- thes ded (Col. mía). 72 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Familia Filopotámidos 538. Chimarrha canosa Nav.: Alta Gracia, 3 de abril de 1920, Carlos Bruch; Mendoza, C. Reed. Zaragoza, 19 de junio de 1920. LA ENSEÑANZA TÉCNICA Y PROFESIONAL EN LA ARGENTINA (1) Por EL INGENIERO H. M. LEVYLIER PREÁMBULO En el mundo civilizado, está a la orden del día esta cuestión de magna importancia : ¿cómo ha de formarse hoy el obrero consciente, el capataz, el jefe de taller ? No cabe duda que la enseñanza técnica y comercial puede y debe con- tribuir poderosamente a la prosperidad industrial y comercial de nues- tro país. Más, para las necesidades cada día más apremiantes de nues- tra vida orgánica, no podemos siempre depender del aporte irregular, y sin vinculación, de los profesionales, obreros y empleados extranjeros. ¿ La naciente prosperidad de nuestros talleres y de nuestro comer- cio, debe seguir viviendo de lo de afuera? ¿No es tiempo de que los directores de nuestras industrias y comercio encuentren aquí mismo el personal completo que precisan, desde el más modesto obre- ro, el más humilde empleado, hasta los ingenieros y jefes, hombres con sólida preparación técnica, interesados por su educación, en el pro- greso moral y material de la Argentina ? No creo necesario insistir en las razones que nos obligan a des- arrollar urgentemente nuestra enseñanza técnica y profesional casi en pañales todavía, sobre todo después de la reciente terrible con- tienda mundial cuando, a la vez que la mano de obra se encarece, se nota con mayor agudez la necesidad imperiosa de una industria poderosamente organizada. ¡ Cuántos claros en los elementos de que disponíamos al principio (1), Conferencia pronunciada en la Sociedad Científica Argentina el 14 de ju- nio de 1920. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XC 6 74 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de la guerra! ¡ Y qué lección para todos los que consideraban más cómodo valerse del elemento extranjero, hoy aquí, mañana allá! LA ENSEÑANZA TÉCNICO-PROFECIONAL EN LA ARGENTINA Podría decirse que en esta materia todo está por crearse, porque lo existente apenas es un modesto embrión, insuficiente e incompleto, de los numerosos organismos que requiere la enseñanza técnica y profesional de nuestra juventud. ; Buenas voluntades no han faltado, ni de parte del gobierno, mi de ciertas sociedades privadas, pero el conjunto de todos esos esfuer- zos representa la formación de un número insignificante de seres úti- - les y capaces de ganarse inteligentemente la vida. No es tarea nuestra criticar las escuelas nacionales ni las provin- ciales: industriales de la Nación, de artes y oficios, comerciales, de agricultura, etc., repartidas en toda la República (1), ni detallar la obra realizada por ciertas entidades privadas (con o sin apoyo de los poderes públicos) como ser: la Sociedad de Enseñanza Industrial, las sociedades de extensión universitaria (Luz, Ateneo popular de la Boca, Universidad Popular y otras), las escuelas profesionales de señoritas. Aunque todas estas instituciones realizasen por completo los fines que se han propuesto, que sus programas fuesen perfectos y que sus maestros tuviesen las más altas condiciones para desarrollarlos, es dable asegurar que el contingente de egresados está muy lejos de lMenar en una proporción apreciable los claros producidos durante el mismo período. Tampoco queremos ocuparnos aquí de la formación del personal superior de nuestro alto comercio, ni de nuestras más importantes industrias. Es tema ajeno al ya bastante vasto que nos proponemos investigar; su solución depende, en efecto, de los fines que se dé a sus institutos de enseñanza superior; así como también de cuestio- nes de política internacional, que menos todavía han de tocarse en este recinto. Dejaremos, pues, aparte el estudio de la formación del estado mayor general, sea en nuestras Facultades, sea en los institu- tos análogos del extranjero. Empero, no podemos menos que lamentar la desproporción que existe en nuestro país entre los establecimientos de enseñanza secun- (1) Sin hablar de la interesante tentativa de la Escuela Intermedia, cuya vida. fué tan efímera. LA ENSEÑANZA TÉCNICA Y PROFESIONAL EN LA ARGENTINA 15 daria, diseminados por doquiera, ricamente dotados, suntuosamente - instalados con gran lujo de profesores, y la casi inexistencia de los demás medios de educación. Para los jóvenes destinados a ser abogados, médicos, ingenieros o veterinarios, pero sobre todo, y con cualquier título, funcionarios bien rentados, hay colegios nacionales, sin contar los privados, incorpora- dos o no. A la salida de sus aulas entrégaseles el famoso pergamino que da acceso a las Facultades, antesala de las anheladas prebendas del gobierno de la Nación, de las provincias, de los municipios. Y lo peor del caso es que dichos colegios se hallan ya repletos, aumentando día por día la grave enfermedad llamada «empleoma- nía ». Si el bachiller indigestado por 5 ó 6 años de estudios sin verda- dera utilidad práctica, llegado al momento de elegir el camino hacia su porvenir, pudiese hallar fuera de dichas Facultades la posibilidad de aprovechar siquiera algo del bultoso y aparatoso material asimi- lado a disgusto, el mal sería menor. Sin embargo, todo el mundo se ha convencido de que un bachiller entra en el campo de lo real sin los elementos necesarios para triun- far en la lucha por la vida. Podría suponerse que 4 años de francés e inglés, y 2 de italiano, preparan al joven para entrar en la banca como corresponsal; ó 6 años de matemáticas, para ser ayudante de agri- mensor. Sin embargo, cuando el padre de uno de aquellos niños nece- sitará de un empleado, bien se cuidará de llamar a uno de los compañe- ros de su hijo : preferirá un «recién llegado», con problemáticas cua- lidades, que la práctica se encargará de colocar en su verdadero nivel. Así, pues, advertimos una situación muy particular y algo extraña, por cierto : faltan institutos de enseñanza profesional. Pero lo más grave=-es que, a los pocos que existen, no se los reconoce los méritos a que son acreedores. Sea buena o mediocre la enseñanza en sí, dada por dichas escuelas, es, sin embargo, con creces superior a las nece- sidades de nuestro ambiente, y a la mediana que poseen los que nos vienen del extranjero, con pretensiones no siempre justificadas. En este punto tenemos que detenernos un momento. Parece impro- bable que un profesional, obrero, capataz, ingeniero, se expatrie a solicitud de una firma extranjera, sin la esperanza de ganar mucho más de lo que hubiera podido pretender en su tierra. Si, pues, acepta un puesto modesto, es que vale verdaderamente poco; en cuanto a los buenos, ¿ quién sabe si muchas veces no hubiéramos encontrado hombres de igual competencia sin salir de esta República? Pero, ya es cosa consabida, «nadie es profeta en su tierra ». 76 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA No vayamos tampoco a desdeñar demasiado la calidad de la ense- nhanza técnica o comercial dada por los institutos argentinos. Si el caudal de conocimientos en ellos adquiridos no es siempre el que me- jor convendría, es, sin embargo, para los buenos elementos nacidos entre nosotros — y reconozcamos que son muchos — una base para el éxito futuro de nuestra juventud. Nuestra experiencia personal, como profesor de la Escuela indus- trial de la Nación, nos enseña que, salvo muy contadas excepciones, — las que no faltan en ningún ambiente — los egresados que encuen- tran colocaciones suelen satisfacer a sus jefes en las tan diversas tareas que se les encomienda, subiendo, según sus aptitudes y su suerte, con mayor o menor rapidez los numerosos escalones que separan sus modestos puestos iniciales de los superiores que anhelan. Pero ¿qué son algunos esfuerzos aislados que alcanzan a duras penas a formar reducido número de técnicos aquí, de tenedores de libros allá, si se compara esta ínfima minoría con el ejército de jóve- nes destinados a constituir el núcleo principal de la clase obrera ar- vgentina de mañana? Debemos, desde luego, preguntarnos cómo se forman hoy día los obreros y los capataces entre los jóvenes argentinos. Esta formación tenemos que buscarla en el taller. Se precisa. pues, examinar la situación del aprendiz en el trabajo. Elegiremos al efecto el oficio de instalador electricista, por ser bastante importante, representativo de lo que pasa en muchos otros, y también por co- nocerlo de más cerca. Al entrar en el taller, el joven, si tiene suerte, es confiado a un oficial, más o menos preparado para el delicado cargo de transfor- mar al aprendiz en medio oficial. Aquél va a recordar lo que le pasó a él mismo, y todos los sinsabores con que ha tenido que luchar antes de lograr un conocimiento bien modesto de su oficio. Y las más de las veces pensará que lo mejor es imitar lo que se hacía en su tiempo : eso es lo mas sencillo, emplear el muchacho para llevar la escalera, buscar la pinza, alcanzarle el rollo de alambre, hacer una cantidad de mandados; en una palabra, hacer las veces de un peoncito. Cuan- do, luego, el chico pregunta el por qué de tal o cual cosa, la contesta- ción es rápida y no varía : «por ahora, no tengo tiempo, más tarde...» Sabido es que jamás llega el más tarde... Y así pasan años durante los cuales el aprendiz, librado a su inspiración, conquista, en varios años, con errores increíbles, si tiene inteligencia y mucha voluntad, algo, generalmente poco, lo que seguramente hubiera aprendido en forma La ENSEÑANZA TÉCNICA Y PROFESIONAL EN LA ARGENTINA dd, duradera y correcta con unos cuantos meses de prudente aprendizaje. En una conferencia sobre Enseñanza profesional, industrial y comer- cial (1), el ingeniero G. Salomon citaba el ejemplo siguiente : «En nuestra profesión, decíame un tapicero, no existe especulación aprecia- ble sobre el trabajo manual de los aprendices; se les emplea para cualquier otra cosa, y, al cabo de tres años de aprendizaje, no saben nada o casi nada de su profesión; pero, como hicieron muchos manda- dos, conocen todas las calles de París, y aun las de los suburbios. Es así que un niño queda a cargo de su familia hasta que haya recuperado el tiempo perdido en el servicio de su patrón, que lo empleó como mucamo y peón, y si este principiante en la vida no se halla sostenido por los padres, es fatalmente un recluta para el ejército del vicio. » Por otra parte, la tendencia de muchos obreros es tratar de impo- ner trabas a la formación de nuevos obreros; prefieren ser pocos en su ramo, porque la escasez de mano de obra experta aumenta el valor mercantil de los ya formados. La situación del aprendiz en el comercio no mejora, como se con- cibe. ¿Cuántos padres se preocupan de los conocimientos profesiona- les, de la educación moral que se inculca al chico, o de los cuidados materiales que se le ofrece ? No escuchan al niño, cuando se queja de que no se le enseña, o de que se le maltrata. En la mayoría de los casos, dichas quejas se atri- buyen a la pereza; en otros, se considera provechoso para el joven que haya aprendido a sufrir. El comerciante que no sabe ni idiomas extranjeros, ni geografía, ni legislación comercial, ni aun contabilidad, por cierto no será capaz de enseñar algo útil al aprendiz. Basta con que éste sepa copiar, sin explicación, las cartas y las cuentas, clasificar papeles y hacer bultos; si aprende la teneduría de libros, si se esfuerza en conocer la calidad de los productos por comprar o vender, será por su esfuerzo propio y a despecho del patrón. Las leyes protectoras de la niñez, magníficas en los textos, no se apli- can en muchos grandes negocios ; y menos aún en el pequeño comercio. Aun cuando, según reza la ley, el patrón debe obrar con el apren- diz como un buen padre de familia, que no debe emplearlo sino para los trabajos y servicios que se refieren al ejercicio de su profesión, y debe enseñarle progresiva y completamente el arte o la profesión especial elegida, la ley no se cumple. Tan hermosos preceptos debe- (1) Conferencia dada en París por el ingeniero civil de minas Georges Salo- mon, en el año 1887. 78 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA rían estar grabados en el corazón del amo y en el del obrero a cuyo cuidado se confían los aprendices. Ya que, por otra parte, no se puede discutir la necesidad de la formación del obrero consciente, ni las difienltades con que tropeza- mos hoy día para alcanzar a dar a los niños argentinos el caudal de conocimientos morales y técnicos sin los cuales entran mal prepara- dos para la lucha por la vida, conviene que examinemos los medios que se ofrecen para vencer una situación como la actual, tan molesta y tan poco digna de nuestra cultura técnica. - LA OBRA POR REALIZAR No tenemos la pretensión de indicar la solución de tan vastas y diversas cuestiones, ni creemos que la obra a realizar sea la de un día. Cuando uno piensa en el extraordinario número de nuestros emplea- dos, en la diversidad de sus condiciones físicas, intelectuales y mora- les, en la extensión de nuestro territorio, con una densidad de pobla- ción tan desigual para las necesidades tan apremiantes de nuestro comercio y de nuestra industria, frente a una situación económica mundial tan intensamente revolucionada en estos últimos años, es indudable que no estará demás la cooperación de todas las buenas voluntades, para lograr soluciones satisfactorias que se ajusten a los anhelos de la familia, a las necesidades de los talleres, de las oficinas particulares y aun del mismo gobierno. Nos contentaremos hoy en buscar indicaciones de algunos rumbos, de acuerdo con los ya adoptados en dos de los países de mayor y más intensa cultura: Francia y los Estados Unidos, sobre cuya actuación nos ha sido dable recopilar datos bastante numerosos y valiosos. Se- euiremos al efecto la marcha natural, prineipiando por la escuela primaria, hasta llegar a la Facultad. El pre-aprendizaje en la escuela primaria La enseñanza primaria, cuando se lleva a cabo integralmente, provee conocimientos inmediatamente aprovechables para el niño que busca un modesto empleo, pero no para quien quiere aprender un oficio. El vbrimero puede ofrecer garantías de aptitud al patrón que lo va a emplear, ninguna al contrario el segundo. La escuela prepara, pues, candidatos para cierta clase de empleos LA ENSENANZA TÉCNICA Y PROFESIONAL EN LA ARGENTINA 719 subalternos, mientras el equilibrio está roto en detrimento de la falange más numerosa, más necesitada. Para restablecer la armonía, se requiere desarrollar en el niño las aptitudes profesionales, a la vez que las comerciales: frente a la enseñanza obligatoria, Francia coloca el preaprendizaje escolar obligatorio. No puede ni debe faltar al futuro obrero, por modesta que sea su condición, la instrucción general destinada a formar el ciudadano + libre y consciente de sus deberes y de sus derechos, y que le permi- tirá, al mismo tiempo, sacar de la enseñanza profesional el mejor par- tido. Pero no conviene, según las autoridades francesas, postergar dicha enseñanza profesional hasta después de la salida de la escuela, esto es, apartar muchas veces del taller a los que, por sus aptitu- des, serían más capaces de aprovecharlo. La misma idea la encontramos claramente expresada reciente- mente por la señora Julia F. de Homar en un proyecto de resolución presentado en el primer Congreso continental sudamericano de leche- ría celebrado en Buenos Aires del 6 al 15 de octubre del año pasado (1). « Dada la evolución a que ha llegado el país, y siendo la industria el primer factor económico que ha de sostener la grandeza y asegurar la estabilidad e integridad de la nación, dice la señora de Homar en sus conclusiones, y la escuela primaria el crisol donde se funde el espíritu del futuro ciudadano argentino, debe completarse el actual sistema de educación, fomentando el sentimiento de industrialización del 3% al 6? grados : « a) Por medio de vistas cinematográficas; «b) Por gráficas demostraciones de la importancia del fomento de la colonización; « c) Por excursiones a establecimientos industriales; « f) Por folletos que se repartirán a los alumnos; « y) Por canje con los países concurrentes al Congreso. » Hemos suprimido solamente las frases que se relacionan directa y exclusivamente a la industria lechera, haciendo así las conclusiones más generales. Se reconoce, pues, aquí como en otras partes, la necesidad impe- riosa de enseñar al niño, en la edad en que las grandes ideas mejor se graban en la mente, algo distinto de las nociones especulativas que forman su base actual. Pero no se alcanzaría resultado serio con algunas clases puramen- (1) Boletín de la Unión Industrial Argentina, mayo de 1920. SO ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA te teóricas; y no se transformaría la situación actual. Se trata de un cambio más profundo : la introducción del taller en la escuela primaria. Sólo el taller primario, sin especialización inicial, es capaz de orien- tar parte de nuestra juventud hacia oficios conformes con sus aptitudes y sus anhelos. A falta de tales indicaciones, la elección de una carrera se debe demasiado a menudo a consideraciones secundarias, y muchos “son los obreros que prosiguen luego su oficio como una pesada carga. No queremos decir que la vocación definitiva del niño deba haber- se realizado en el acto de egresar de la escuela : depende en efecto la formación mental y, desde luego, la capacidad necesaria para tan im- portante elección, de demasiados factores distintos, que no necesita- mos enumerar. Así es que la escuela primaria ya constituye en Fran- cia algo como el primer desbastamiento de una tarea, que será de la incumbencia de la enseñanza post-escolar. Se considera, sí, que tales talleres primarios provocarán una orien- tación, con la correspondiente selección y preparación al aprendizaje, merced a la cual sería dable acortar algo de la larga tarea ante la cual muchos padres se rebelan por los gastos que les origina. Si la escuela primaria sirve para dirigir a sus egresados hacia la carrera por la cual tengan mejores aptitudes, y si ayuda en esta for- ma al reclutamiento severo y justo de los demás institutos, aumenta en forma considerable la misión del maestro y el interés que las mis- mas familias toman por el éxito del trabajo de sus hijos. Pero quedan por resolver un vasto número de problemas compli- cados, entre nosotros más que en los países de intensa población fa- bril con factores sociales relativamente homogéneos y cuya escuela primaria funciona ya desde varias décadas en condiciones de mayor rendimiento hasta el diploma final. ¿Cómo podrá, pues, instalarse útilmente entre nosotros el taller escolar? ¿Convendrá aumentar el horario de clases para los últimos grados o bien reducir el tiempo consagrado a los demás cursos? ¿ Ha- brá que instalarlo en la misma escuela, como suele hacerse en Fran- cia? Por sencillo y general que sea este pre-aprendizaje, necesita un personal docente capaz y de buena voluntad. Su reclutamiento entre nosotros sería tal vez, al principio, muy gravoso para el erario públi- co; de tal modo que se nos ocurre preguntar si en pueblos y aldeas, por lo menos, no sería posible la colaboración de las escuelas con los talleres privados ya establecidos. Dichos talleres : herrería, aserradero, carpintería y otros análogos, LA ENSEÑANZA TÉCNICA Y PROFESIONAL EN LA ARGENTINA $81 incitados convenientemente, cooperarían en forma eficiente a la obra señalada. : No puede haber allí cuestión de especialización obrera, ni es por lo tanto necesario poner a disposición de los niños los elementos de cada profesión en particular : sería imposible e ineficaz. Tratándose del pre- aprendizaje, basta considerar los elementos comunes a cada grupo. Por ejemplo, los trabajos de los metales por una parte, y de las made- ras por otra, requieren instrumentos de uso bastante generalizado; corresponden a oficios que hallamos en todas partes, porque son in- dispensables para las necesidades locales; dichos oficios principian todos por ejercicios de misma índole, de tal modo que dejan al niño la elección de la profesión que deberá elegir oportunamente. Muchas profesiones. por cierto, no están comprendidas en el ciclo que, a largos rasgos, quisiéramos esbozar, pero son aquéllos proble- mas demasiado complejos y novedosos en nuestro ambiente, para que su realización no sea el fruto de una larga elaboración por todas las entidades que han de interesarse en esta grandiosa evolución de la escuela primaria. (Quisiéramos, pues, solamente, a raíz de los resultados obtenidos en otros países, dejar sentado un principio, a nuestro entender, funda- mental. La escuela primaria gratuita y obligatoria, a más de vencer el analfabetismo y de proveer a todos, eon un limitado caudal de co- nocimientos generales, las condiciones indispensables para la forma- ción del ciudadano, debe despertar en el niño el anhelo hacia la elec- ción personal de su carrera. No se trata, pues, de darle en tan tem- prana edad una profesión comercial o industrial, sino de producir una primera selección a base del desbaste psicológico, una de las tareas fundamentales del maestro. Habrá, desgraciadamente, siempre una proporción harto elevada de seres mentalmente mal dotados y cuyas aspiraciones sean muy limi- tadas. Pero, al lado de aquéllos, ¿cuántos a quienes ha faltado sola- mente una buena oportunidad, para transformarse en hombres de valer en cualquier ramo? : La creación y la administración de estos talleres, la elección y for- mación de sus maestros técnicos, la colaboración de los maestros nor- males con aquéllos, el programa y la dirección de los trabajos, la re- partición de los gastos entre el Estado, las provincias, las agrupaciones profesionales, etc... son puntos vitales, que indicamos ya como de los más interesantes para la sección correspondiente del futuro Con- greso universitario. AN. SOC. CIENT. ARG. — T, XC - 'ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 9) ( Enseñanza vocacional Al adoptar esta designación norteamericana, queremos insistir en uno de los aspectos más curiosos y novedosos del desarrollo gran- dioso de la nueva forma de aprendizaje instaurado en el último dece- nio en los Estados Unidos. En el otro hemisferio, notamos la ínfima intervención del gobierno en materia de instrucción pública, la extrema liberalidad de las leyes que se refieren a estos tópicos, la carestía creciente de la mano de obra, la preponderancia increíble de la grande industria, la filantro- pía inteligente de los «reyes» de la finanza, del comercio y de las industrias. Son todos factores que, con su amplitud de miras objetiva, ha sabido aprovechar el norteamericano para contrarrestar fenómenos de orden social desarrollados a la par de su aparente riqueza actual, y cuya acción incipiente, pero ya muy grave, trátase de desvirtuar con la inteligente formación del obrero. Pero iguales preocupaciones habían surgido, más o menos al la misma sazón, en los países europeos. Sin duda alguna, Alemania le- vaba antes de la guerra la delantera al respecto, y eso en forma algo distinta en la apariencia, debido al imperialismo bien conocido y a las costumbres de orden y de obediencia ciega que forman los rasgos más sobresalientes de la mentalidad teutona (1). En Francia, el movimiento fué más lento y, por la misma índole del trabajo muy acabado, necesario en muchas ramas de la industria de lujo, debe notarse un especial interés en la formación del obrero artista. Las cualidades individuales que se requieren en tal clase de obre- ros, y especialmente en todas las ramas que dependen del arte apli- cado, la extrema dificultad de conseguir su formación en el taller, habían incitado al Estado, a las municipalidades de las grandes ciu- dades, y a ciertas corporaciones potentes, a crear escuelas orientadas. hacia determinadas especializaciones (2). (1) Misión de las corporaciones y de las Cámaras de oficios alemanas en la forma- ción de los aprendices y obreros, por M. Labbé, inspector general de la enseñanza técnica, Lille, 1913. (2) Señalaremos solamente las escuelas profesionales de la ciudad de París: Escuelas Diderot y Dorian (hierro y madera) ; escuela Boulle (industria del mue- ble ; escuela Estienne (industria y arte del libro); escuela Germain-Pilon (dibu- jantes y modeladores) ; escuela Bernard Palissy (cerámica, decoración, escultura y pinturas decorativas). LA ENSEÑANZA TÉCNICA Y PROFESIONAL EN LA ARGENTINA 83 Sin embargo, por importantes que fueran las sumas invertidas en la creación y el mantenimiento de tales escuelas, éstas, muy necesa- rias por cierto, no abarcaban sino una insignificancia del problema más grandioso y más vital de la enseñanza técnica industrial. ¿ Qué se debe exigir fundamentalmente de una escuela de aprendi- zaje para profesionales de la industria y del comercio ? No cabe duda que la enseñanza profesional propiamente dicha no logra verdaderamente eficacia si no se apoya sobre una base sólida, formada por un cierto número de conocimientos generales, que faltan todavía al recién egresado de la escuela primaria. Por otra parte, no puede ni debe ser demasiado estrecha y desti- nada a formar un especialista que no sepa manejar sino un reducidí- simo número de máquinas. Débese, al contrario, inculcar al niño nociones generales que le permitan luego ganarse mejor la vida y en- sanchar su horizonte, si para eso tiene voluntad y capacidad. ¿ Dónde y cómo podrá realizarse semejante programa? El «yankee » utilitario opina por su parte que al industrial, al comerciante, al ban- quero, quienes requieren mano de obra buena y leal, les corresponde formarlos. El gobierno deja hacer, con tal que no se violen las leyes. Pronto, empero, los mismos patrones comprendieron que saber dirigir una fábrica y ser maestros para la formación del aprendiz, son cosas distintas, y que para la segunda misión, que ahora les incumbe, no tienen, de por sí, bastante preparación para realizar lo necesario. No obstante, había que ir adelante y unirse, para lograr un resultado: al efecto se ha constituído una sociedad, la « Asociación Nacional de las Escuelas Corporativas » (1) a la cual cupo la suerte de desempeñar un papel de primera fila en el enorme desarrollo de las escuelas voca- cionales en la gran República del norte. Esta asociación se encargó de estudiar, para cada uno de sus so- cios, la forma más conveniente «de crear y mantener escuelas profe- sionales dentro o fuera de sus talleres y oficinas. No le faltó el decidido apoyo de buen número de educacionistas en este nuevo campo de acción, incitando a sus estudiantes para que cooperaran en esta tarea novedosa y tan valiosa. Daremos un solo ejemplo para hacer ver en qué forma una empresa ha llegado a solucionar la formación de sus aprendices. (1) Debemos al Boletín de aquella asociación un gran acopio de datos intere- santes sobre este tema, y cuya colección merece ser estudiada cuando se trata de implantar algo nueyo en nuestra tierra. s4 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La Escuela vocacional de la «Lakeside Press» (1), importante im- prenta vecina de Chicago, fué fundada en julio de 1908 con el objeto de proveer de obreros competentes a los varios departamentos de la em- presa, mediante una cuidadosa selección para llenar puestos superiores. A disposición de las escuelas hay un vasto local dividido en dos partes, aula y taller de composición modelo. En la escuela, los niños están bajo la exclusiva dirección de cuatro instructores que les dedi- can todo su tiempo, y la enseñanza se divide en teórica y práctica. El candidato aprendiz debe poseer el certificado de la escuela pri- maria, tener de 14 a 15 años, ser aprobado por la inspección médica ; la familia debe comprometerse a apoyar la acción de la empresa. El director de la escuela toma personalmente informes respecto de los candidatos y visita a sus familias. En caso de aceptación por ambas partes, la empresa se compromete a enseñar al niño durante dos años, con la cláusula de que, por mútua conveniencia, se hará un contrato adicional por cinco años, como aprendiz adelantado en el departamento que designen las condiciones del niño. El aprendizaje se subdivide en dos períodos : el pre-aprendizaje (dos años) durante el cual el niño pasa mitad de su tiempo en clase, y la otra mitad en el taller; y el aprendizaje verdadero que transcurre enteramente en el taller, con excepción de algunas horas por semana dedicadas a la escuela. Agregamos aquí una tabla de los salarios por semana y total, así como las gratificaciones, en dólares : Salario TT ———_— A Semanal Total Gratificación ErEmertano (02 seMan a o 2.40 124.80 25.00 Segundo año (92 Semanas). ....ooooooo.o oo... 3.00 156.00 25.00 Primera mitad del tercer año (26 semanas).... 5.00 130.00 » Segunda mitad del año (26 semanas)......... 6.00 156.00 » Dichos salarios eran, según parece, algo superiores a los que se pagaban, a la sazón, a aprendices que trabajaban ocho horas efecti- vas a favor del patrón. A más de eso, la empresa deposita en la sociedad mutua de emplea- dos y obreros, a partir del segundo año, un dólar por semana. La suma que resulta lleva intereses compuestos trimestralmente, y es propiedad del joven una vez terminado su aprendizaje. Se acuerdan (1) En Humanidad Nueva, marzo y abril de 1919, conferencia del autor sobre las escuelas vocacionales en Norte América. LA ENSEÑANZA TÉCNICA Y PROFESIONAL EN LA ARGENTINA 85 dos semanas de vacación con pago anticipado a los aprendices cuyo promedio de clasificaciones sea de 95 por ciento del máximo. Por su contrato, el aprendiz tiene asegurado un empleo firme, con aumento de salario anual y la posibilidad de aprender todas las ramas del negocio. Por otra parte, el mismo contrato garantiza a la empres: el servicio del empleado por un tiempo determinado. : El trabajo del aprendiz en los varios departamentos durante los dos primeros años le permite aprender algo de todo lo que se hace en la casa, y elegir, pues, con conocimiento de causa, el servicio donde quiere proseguir su formación durante el segundo período. No solamente la escuela ha proporcionado excelentes elementos ' para los talleres, sino también empleados de oficina que se han for- mado del mismo modo, con satisfacción de todos. En fin, agreguemos que algunos diplomados de escuelas técnicas, cuidadosamente elegidos, siguen cada año un curso especial para apren- der el arte de imprimir, antes de conseguir puestos en la dirección. Varias son, por cierto, las necesidades de las fábricas; varios han de ser también los métodos para conseguir buen rendimiento del personal; pero los escollos que encontrarían las empresas deseosas de tener per- sonal conveniente, son allanados con sano criterio por la Asociación Na- cional de las Escuelas corporativas, como resultado de su larga práctica. Éxitos semejantes han de conquistarse en Francia por las tenta- tivas iniciadas como consecuencia de la guerra por parte de varias sociedades importantes, las cuales se encuentran hoy día frente a la carestía y a la insuficiencia de mano de obra experta. Indicaremos, al finalizar esta conferencia, cuál es la ayuda que los poderes públicos franceses facilitan a esta nueva forma de enseñanza. Sin insistir más sobre un tema que requiere tan prolijo desarro- llo, no podemos pasar por alto que se presenta aquí un problema de singular dificultad. Hasta la fecha, en efecto, la opinión más acredi- tada en la industria y aun en el comercio, era que el obrero debía ser en lo posible especializado; si sabe poco, pero muy bien, no buscará otra colocación, para la cual sus escasos conocimientos no le asegura- rían el mismo jornal. Sin embargo, es un hecho de que tal egoísta limitación debe desaparecer. Parece, pues, que hay antagonismo en- tre el patrón-maestro, que quiere enseñar poco y rápidamente, y el aprendiz-alumno que necesita no sólo ganarse de inmediato el pan, sino crearse un oficio para independizarse en cierta forma del recinto estrecho, donde, en caso contrario, se vería-encerrado. Asegúrase que la mayor parte de los patrones norteamericanos y Ss6 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA franceses han comprendido el verdadero sentido de su misión, y que muchos de ellos, sea personalmente, sea mediante sus imgenieros y personal superior, se han vuelto educadores de sus obreros. Así com- prendido su verdadero deber, ha de producirse seguramente un acer- camiento provechoso entre las dos clases : la dirigente y la obrera. Escuelas argentinas de artes y oficios Es asaz distinto en este país y en Francia el sentido de la expre- sión « Escuela de artes y oficios ». En Francia, en efecto, se trata de una enseñanza que se asemeja bastante a la de nuestras Escuelas in- dustriales nacionales, pero sin embargo, con esta notable diferencia que son internados regidos con una disciplina severa. Aquí, por el contrario, se trata de una enseñanza elemental, que, según creemos, más bien se parece a un preaprendizaje de artes algo extendido. No encontramos tal tipo de escuelas en lo que conocemos de otros países. Las pocas que hay en el nuestro representan, en la lucha contra el analfabetismo, un aporte de escasa importancia. Las escuelas nacionales profesionales en Francia Es la denominación de escuelas cuyo objeto, según reza su progra- ma (1), es «preparar para las varias industrias, más especialmente para las mecánicas, obreros instruídos y hábiles, aptos para llegar, gracias a sus conocimientos científicos y técnicos, a ser buenos contra- maestres y competentes jefes de taller. A ellas, pues, corresponde la tarea de formar obreros escogidos, capaces de montar máquinas, de, ajustarlas, de verificar su trabajo y de proceder a los ensayos de fun- cionamiento ». A base de conocimientos técnicos suficientes, prepondera en ellas la enseñanza manual; todos los trabajos deben, desde luego, ser per- fectamente acabados ; no obstante, como en la industria de hoy día el tiempo representa un factor de primer orden, se somete a los alum- nos durante el último semestre a «un período llamado de entrena- miento, durante el cual ocho horas por día se dedican al trabajo del taller; veríodo intermediario durante el cual el joven, todavía esco- lar, debe, sin embargo, proporcionar la misma suma de trabajo que el obrero de la usina, acostumbrándose a trabajar rápidamente, entre- nándose al esfuerzo muscular y endureciéndose para la fatiga física». (1) Programa de los cursos de las Escuelas nacionales profesionales. París, 1919. LA ENSEÑANZA TÉCNICA Y PROFESIONAL EN LA ARGENTINA Sí Olaramente se ve que tales escuelas no tienen la pretensión de for- mar ingenieros, ni sabios. Esfuerzo personal, voluntad e iniciativa, son las dotes cuyo desarrollo se busca en las aulas. La preparación profesional, así comprendida, contribuye eficazmen- tea la educación general del futuro obrero, «ejercita sus facultades de observación y de reflexión, le permite adquirir gusto, costumbres de orden y método, no solamente para ejercer convenientemente su pro- fesión, sino para ocupar dignamente su sitio en la sociedad moderna ». Estas escuelas, y otras de más reciente creación, llamadas « Escue- las prácticas del comercio y de la industria », con programas algo menos desarrollados desde el punto de vista científico, forman en Francia la base oficial de lo que podríamos llamar enseñanza primaria superior técnica. La forma más clara para juzgarlas sintéticamente, nos es dada por los horarios-tipos que reproducimos (1). Horario-tipo semanal para la industria A AAA Tercer ano Re ñ —a nn A Primer Segundo res de EN SU res ano ano Primer AO 7 últimos período meses >> | > | => == Horas Horas Horas Horas Mi dd A a | e le EN » le o a ld -3 2 1 » ESTO AY ACA le 2 1 » » Economía industrial y legislación obrera... » » 1 | » Elaine mona do ooo ao oo olaoe oO ao coa a | » » » | 1 Contabilidad industrial................o. | » 1 » » . Aritmética y cálculo algebraico .......... | 3 2 » » GEometra ro E TOR IS AL (pis 2 » | » SCAN UC Ea ll E ES 1 » » Electricidad industrial........ RS A » Meda! » ALA . | Complementos de enseñanza teórica aplica- da según la profesiód.......o..oooo.oo.. » » 2 3 Dibujo y nociones de descriptiva......... 6 7 7 7 MraDajos pra (2.0 23), 23 38 Recnolos tar prole paga dio od E EL 1 | » PIANO 6 6 6 » MOL | 48 18 51 51 (1) Programas-tipos de los cursos de las Escuelas prácticas del comercio y de las industrias para niños, 1919. En 1914 existían ya 38 Escuelas prácticas para varones y 13 para mujeres, di- seminadas por todo el territorio de Francia. Z 9/9) ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Horario-tipo semanal para el comercio Primer Segundo Tercer ano ano año a H oras EE Moras aa odio den Aaa EP aEA EN VAN 2d Al le IE AS a SS o a a OVA NA La 1 1 » DIBUJO O o NO 2 2 » PLANOS A ad NN 6 3 » ESCALA 3 pda » Aritmética y cálculo algebraico.............. 3 3 » Legislación comercial... » 1 » Economía comercial..................oo.... » » 1 EOS ia 1 US AL o Op 1 1 3 Mercaderias ema oon e Tena e BUENO y 0 3 3 Contabilidad y comercio.....o..o.o..o...oo....o.. 6 3 3 Caligrafía y esteno-dactilografía............. 3 2 2 Idioma ancla O 6 6 6 Otro AO MA Ets tae le Ae EdE e E 3 3 3 Complementos de enseñanza profesional según el destino del alumno o las necesidades del comercio enla reino O A » » e Estudios isilados A O EI 9 9 9 Totales. che 45 45 45 Se da (como lo podemos notar), tanto en las escuelas industriales como en las comerciales, un valor considerable a un sistema de ense- nanza completamente desconocido entre nosotros (1), llamado estudios vigilados. Quiere decir que los alnmnos quedan en sus aulas para eje- cutar los trabajos del día bajo la vigilancia de maestros, celadores, pero no solamente vigilancia pasiva para evitar el ruido o la falta de trabajo por parte de algunos, sino que a la vez el maestro debe asegu- rarse frecuentemente de la manera cómo trabajan los niños confiados asu cuidado, verificando si los deberes han sido preparados correcta- mente, dando consejos y explicaciones, cuando lo juzgue útil. Una estadística reciente indica que el 75 por ciento de los alumnos que entraron en las Escuelas prácticas, se han colocado en la in- dustria o en el comercio, que el 15 por ciento prosiguen sus estudios en establecimientos de enseñanza superior y que el 10 por ciento so- lamente toman rumbos desconocidos. Tales cifras son, por cierto, muy alentadoras : el menoscabo es in- (1) En la enseñanza secundaria y especial, porque no deben compararse tales puestos con los de los jefes de aulas en nuestras Facultades. LA ENSEÑANZA TÉCNICA Y PROFESIONAL EN LA ARGENTINA 89 fimo ; la proporción de egresados interesados en buscar posteriormen- te mayores conocimientos indica que, mientras se ha formado obre- ros, no se corta las alas a quienes quieren volar. En el informe oficial presentado al Ministro del comercio y de la industria (1), leemos lo siguiente: « Queda establecido, sin duda al- euna, que los egresados de nuestras Escuelas prácticas adquieren en algunos meses las cualidades de destreza y rapidez en la ejecución reclamada hoy por la industria; sus sólidos conocimientos teóricos y prácticos les designan bien pronto para los empleos de capataz o jefe de taller ». Escuelas nacionales de artes y oficios No hay en Francia establecimientos de enseñanza técnica que go- cen de fama más merecida que las Escuelas de artes y oficios. Anualmente salen de ellas unos 550 diplomados cuya preparación inspira confianza a los industriales que los emplean. Considérase como el tipo modelo de la enseñanza técnica secundaria. En la actualidad hay seis, ubicadas en Aix, Angers, Chalons, Cluny, Lille y París. El ingreso se hace por concurso entre candidatos de por lo menos 16 años cumplidos y que presenten un certificado comprobando que han cursado una de las escuelas siguientes : estudios prácticos industria- les, primarios superiores, o primera parte de los secundarios. Para ser admitido, se requiere tener en las pruebas un promedio de 12 pun- tos sobre 20 y estar incluído entre los 100 primeros (por falta de ma- yor número de asientos). El régimen de la escuela es el internado, salvo en París, donde to- dos son semipupilos. La duración de los estudios es de tres años, el primero común para todos, los dos últimos de especialización. Recien- temente se ha agregado un cuarto año facultativo de perfeccionamien- to para los diplomados. La enseñanza teórica, siempre dirigida hacia las aplicaciones, lle- va hasta nociones elementales de derivadas y sigue paralela en las otras ramas. La enseñanza práctica se da en cuatro talleres principa- les : ajuste, carpintería y modelado, fundición, herrería y caldereria. Después del primer año los alumnos se distribuyen en las especiali- dades. (1) En La formation professionnelle, cuarto trimestre 1917. 90 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA A los egresados que han: tenido un promedio general de 15 sobre 20 puntos, sin ninguna clasificación particular inferior a 11. se les confiere el título de ingeniero con una medalla de plata. Nuestras Escuelas industriales nacionales tienen mucha semejanza con dichas escuelas, sin que sea dable hacer una comparación abso- luta sobre los resultados de ambas. Teniendo el honor, no sólo de dictar cursos desde hace diez años en la Escuela industrial de la Nación de esta Capital, sino verdadero interés en poder seguir a muchos de sus egresados después de su sa- lida, deseo dar cuenta aquí de los excelentes resultados obtenidos en sus aulas, perfeccionados luego por el roce con las necesidades de la vida industrial o administrativa. Lamento solamente : 1? que, a la par de otros países, nO se rteconoz- ca a los egresados como ingenieros, limitando el título a los sobresa- lientes; 2” que se obstaculice su ingreso en la Facultad de ingeniería: 3% que su grado de preparación sea, hasta la fecha, tan poco conside- rado por nuestros industriales ; y 4* en fin, que sean tan pogo numero- sos los egresados con respecto a la potencialidad de nuestra juventud. Enseñanza por correspondencia Esta forma de enseñanza parece haber dado muy buenos resulta- dos, especialmente para el comercio y en países donde nada sienifi- ca el mero título (a lo mejor simple presentación) y donde se juzga al candidato por sus verdaderos méritos. En Francia, como en Norte América, las escuelas por correspon- dencia se han desarrollado a base de métodos estudiados desde hace muchos años, de un cuerpo de profesores todos especialistas en la rama que se les confía, y de numerosísimos cursos graduados inteli- gentemente, editados por la escuela. Como modelo, citaremos la École spéciale des travauz publics, du bátiment et de Uindustrie (París), que tiene una lista de 250 cursos y ejercicios apropiados. No se conforma con quedar relacionada por co- rrespondencia con sus alumnos, sino que los diplomas se entregan sólo después de exámenes pasados ante una comisión de profesores de la escuela y personalidades competentes en los varios oficios. después de haberse comprobado que el término medio de los trabajos efectuados en casa acredita en el alumno los conocimientos suficien- tes al efecto. Los exámenes consisten en pruebas escritas, prácticas y orales. LA ENSEÑANZA TÉNICA Y PROFESIONAL EN LA ARGENTINA 91 La misma seriedad de la escuela, que necesita se atribuya alto valor a sus certificados, los nombres de los directores y profesores de reco- nocida competencia, todo hace que, si bien nunca puedan esperarse los mismos resultados que en la escuela oral por el incesante inter- cambio de ideas de los alumnos entre sí y con sus maestros, la escuela por correspondencia sea un factor útil para la propagación de la enseñanza técnica. Pero no han de confundirse escuelas de alta moralidad con algu- nas de tendencias meramente comerciales, y cuyo solo afán es hacer firmar boletas, comprometiéndose a entregar libros y... al cabo de cierto tiempo un diploma. Este diploma no puede tener más valor que el de las firmas extendidas al pie del mismo, generalmente descono- cidas entre los profesores y los profesionales. Además, debemos reconocer que la tendencia más y más generali- zada hacia los fines prácticos — y no librescos — de la enseñanza téc- nica, hace sumamente difícil la obtención de resultados satisfactorios, si el alumno no se encuentra en un ambiente favorable, difícil de en- contrar en la Argentina. i La enseñanza téemica superior Casi sería superfluo que habláramos aquí de la enseñanza técnica superior, por considerar que ha de incluirse en la enseñanza de nues- tras Facultades, tema éste fuera de los límites que nos hemos pro- puesto. Deseariamos solamente llamar la atención sobre ciertas necesida- des de dicha enseñanza superior, en lo que se refiere a la preparación de sus elementos, y que se desarrollan rápidamente en todos los pai- ses industriales. Si queremos que se ensanchen los estudios técnicos y profesiona- les, necesitamos un cuerpo de profesores y de maestros que posean la práctica de los métodos indispensables. Desde la escuela primaria, deberemos exigir de los maestros ciertas nociones que hoy día les fal- tan. Las condiciones se vuelven más arduas todavía para lo que se puede llamar enseñanza primaria superior y secundaria técnica. Ya en 1912 la ley había creado en Francia secciones normales. ¿anexas a la Escuela de artes y oficios de Chalons, para el profeso- rado industrial, y a la Escuela de altos estudios comerciales (Paris). para el profesorado comercial. Hoy se trata de mejorar aquel proce- dimiento y establecer en los suburbios de París dos Escuelas prácticas 92 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA modelos del comercio y de la industria, cada una con una amplia es- cuela normal (una para varones y otra para mujeres), donde maestros y profesores irían a hacer períodos de instrucción, de duración va- riable. Por fin, permitasenos insistir en la necesidad, cada día mayor, de la creación de laboratorios nacionales. Nos faltan, en efecto, gran- des centros de estudios donde logren colaborar, íntimamente liga- dos, la ciencia y la industria. A falta de la creación de palacios semejantes al Bureau of Standards de Wáshington, a los institutos Carnegie, ala Technische Reiclsans- talt de Berlín, al National Physical Laboratory de Londres, a los la- boratorios del Conservatorio de artes y oficios en Paris, podríamos esperar que se abran ampliamente los laboratorios del gobierno y de las Facultades nacionales para todos los estudiosos, posean o no títu- los oficiales, con tal de que demuestren su capacidad para llevar a ca- bo las experiencias que desean realizar. Dejemos aparte la cuestión de los gastos originados : se conoce el sistema norteamericano; segura- mente, sería el mejor. Pero ¿tendría éxito entre nosotros? LOS GASTOS DE LA ENSEÑANZA TÉCNICA Y PROFESIONAL No cabe duda que esta cuestión es primordial, pero nada puede im- plantarse en un país constitucional, sin que el gobierno haya previsto los medios de hacer entrar en el presupuesto los gastos que necesita- ría una reforma tan grande en nuestras costumbres. Pero el gobierno no es el único interesado en la prosecución de esta magna tarea. Si, con la formación de un elenco serio de buenos oficia- les, de capataces y jefes de talleres, el gobierno llega a facilitar cier- tas necesidades administrativas; si bien, por otra parte, está en el deber de fomentar el desarrollo lógico de la instrucción entre los hijos de los ciudadadanos, que serán sus electores de mañana, otras entidades poderosas han de ayudarnos en esta alta misión. Los gobiernos provinciales, deseosos de fomentar las actividades fabriles en sus respectivos estados, cada uno con las características casi históricas de su vida propia, no pueden desinteresarse por el éxi- to del problema planteado. Sin embargo, es de suponer que la verdadera iniciativa vendrá del pueblo. Existen, en este país, cámaras de comercio, asociaciones pa- tronales y obreras, todas animadas por ideas generosas y progresis- tas, interesadas por todo lo que debe facilitar el desarrollo del comer- LA ENSEÑANZA TÉCNICA Y PROFESIONAL EN LA ARGENTINA 93 cio y de la industria, conocedoras de las dificultades con las cuales todos tropezamos cada día, que sin duda prestarían su concurso a toda tentativa sana y bien auspiciada en tal sentido. ¿Y por qué no sería dable esperar la venida de un Rockefeller o de un Carnegie, quien con algunos millones ayudara eficazmente a pro- paganda tan necesaria ? LA LEY ASTIER (23 DE JULIO DE 1919) Hemos dejado para lo último el examen de la ley Astier, sobre en- señanza obligatoria en Francia, por creer precisamente que la implan- tación entre nosotros de una ley análoga, de acuerdo con nuestras instituciones y modalidades, sería un notable estímulo y una guía para la creación de escuelas técnicas y profesionales en toda su ex- tensión, desde el taller escolar hasta los centros universitarios. Esta ley tiene un alcance enorme (1), ya que hace obligatoria y gratuita, para todos los futuros obreros o empleados, la enseñanza téc- nica o comercial hasta los 15 años. Empero, la obligación sería improductiva, si los cursos profesiona- les no fuesen vigilados ampliamente y regidos por disposiciones le- gales, que, sin coartar su libre desenvolvimiento dentro de un marco asaz extensible, aseguren a la juventud una enseñanza que redunde eficazmente en pro de una vida más intelectual. No serán ya unos pocos jóvenes de buena voluntad, los que irán a asistir, sin otro aliciente que su propia satisfacción, a conferencias nocturnas que no siempre corresponden a sus aptitudes ni a sus ne- cesidades, y a las cuales falta la sanción oficial. Los cursos profesio- nales estarán a cargo de profesores y maestros animados por el an- helo de enseñar y con la preparación necesaria para su misión; se dictarán de día, generalmente durante las horas consagradas al tra- bajo y pagadas como tales. Los certificados dados por las escuelas servirán de base para la justa remuneración del trabajo. Los jóvenes cuyas aptitudes especia- les se notarán merced a esta preparación, verán la posibilidad de en- trar como becados en los institutos secundarios y aún superiores, de tal manera que a cada coneripto del pacífico ejército profesional se le (1) En Escocia había ya en 1908 una ley haciendo obligatarias las « clases de continuación », con sanciones legales contra los padres y tutores en caso de des- obediencia. 94 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA colocará en la mochila el afamado bastón de mariscal, que Bonaparte hacía vislumbrar a sus soldados. CONCLUSIÓN Surgen de por sí las conclusiones que han de sacarse de la com- paración entre nuestra deficiente organización técnico-profesional y las medidas tomadas en los países industriales, con el fin de contri- buir al mejoramiento de las condiciones de la clase obrera, y, por ende, al acercamiento entre los varios grupos que constituyen la vida económica de nuestra tierra. - Por cierto, no es éste trabajo de un día, ni se puede esperar que nos coloquemos de inmediato a la par de los más adelantados en lo que se refiere a la industria. Se ve, pues, la absoluta necesidad de estudios previos sobre estos temas, bajo la activa dirección de todos los hox- bres interesados, cooperando en este sentido funcionarios del gobier- no, profesores, filántropos, industriales, estudiantes y obreros, para que, entre los votos del futuro Congreso universitario, figuren proyec- tos bien meditados, capaces de convertirse en leyes y en realidades. Agregamos aquí en forma de resumen, un cuadro sinóptico de lo que podría ser la enseñanza técnico-profesional entre nosotros, si se adoptasen ideas análogas a las brevemente esbozadas en esta con- ferencia : / - Edad en años Ga 10 10 a 12 12 a 16 16 a 18 15 a 24 Escuela primaria Aprendizaje Escuelas técnicas pre-aprendizaje común superiores 4 grados 2 erados Taller y Taller escolar Escuela vocacional Laboratorios / Taller privado Escuela normal Escuela técnica intermedia Cursos profesionales (3 años de educación industrial) Escuelas industriales de la Nación Ingenieros Colegios nacionales industriales Ingenieros civiles ORCHIDEES ARGENTINES (DEUXIEME SÉRIE) Par LUCIEN HAUMAN (Musée national d' Histoire naturelle de Buenos Aires) Dans un premier travail sur les Orchidées de "Argentine (1), tra- vail publié il wWy a pas trois ans, j/avais énuméré plus de vingt especes non signalées jusquw'alors pour le pays; Jen ajoute au- jourd'hui plus de trente et complete les données sur la distribu- tion géographique de soixante autres. Comme depuis 1917, VPautres botanistes ont publié de leur cóté une douzaine d'espéeces, on peut dire que le catalogue des Orchidées argentines a augmenté de pres de cinquante pour cent dans ces dernieres années: il atteint au- jourd'hui malgré la suppression d'assez nombreux synonymes, le chiffre de cent soixante especes. Les régions du nord réservent cer- | tainement encore plus (une nouveauté, mais, pour peu que les an- nées suivantes completent encore nos connaissances, il sera possible de publier bientót un travail d'ensemble sur la famille. (Juelques déterminations restent malbeureusement incertaines á cause du manque de matériel de comparaison, mais j'espere pouvoir: bientót résoudre de facon plus satisfaisante les problemes que je Wai pu élucider jusqwici, et c/est la raison pour laquelle je remets a plus tard les considérations sur la tres intéressante distribution géogra- phique de ces plantes dans le pays. : Je nai pa réunir autant de matériel en si peu d'années sans Paide de nombreux collaborateurs, parmi lesquels je dois citer en premiere (1) Quelques Orchidées de 1 Argentine, in Anal. Mus. Hist. de B. Aires, t. 29 (1917), p. 353 a 389. 96 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ligne M. Léon Castillon, dont les récoltes dans le nord-ouest de l'At- ventine, et spécialement dans la province de Jujuy, ont été extraordi- nairement riches en nouveautés; apres lui je dois remercier M. L. Kk. Naboulet et M. R. Báez qui m'ont envoyé des Orchidées de Misiones et de P Entre Rios, et enfin, M. C. Spegazzini et M. Lillo quí ont mis leur herbier á ma disposition. J'ai pu consulter, en outre, gráce a Pobli- geance de leurs directeurs respectifs, les herbiers du Ministere de P Agriculture, de la Faculté de Médecine de Buenos Aires et du Mu- sée de La Plata. HABENARIA Willd. 1. Habenaria bractescens Lindi. (fig. 1). Syn. : H. Hauman-Merckii Hicken, in Añal. Soc. Cient. Arg., $. 55 (1908), p. 317. Bords du Rio de la Plata: environs de Buenos Aires, leg. A. Mu- nier, février 1905 (Herb. Min. Agr., n* 13.720 et Herb. Fac. Méd.): José F. Molfino, février 1919; L. Hauman, mars 1906; La Coloma OE Fijo. 1. — Pétales de Habenaria bractescens Lindl. Le premier (4 gauche g | ¿ et le quatrieme proviennent de la méme inflorescence (Uruguay), leg. L. Hauman, février 1915. Province de Buenos Aires : Général Alvear (602 long. W., 36“ lat. S.), leg. Dorfman, mars 1920. Obs. — Ayant récolté moi-méme dans une méme touffe les tiges qui furent les unes considérées comme 4H. bractescens, les autres com- me constituant une nouvelle espece: basée sur un caractere unique, la division en trois segments, au lieu de deux, des pétales, j'étais de- puis le premier moment convaincu qu'il ne pouvait s'agir que une seule espece. D'étude d'un matériel plus abondant wen a donné la preuve. On peut trouver, et parfois sur un méme individa — ou dans une méme fleur! — des pétales parfaitement bifides, autres ne pré- sentant qwW'une dent postérieure á peine marquée, d'autres un lobe ORCHIDÉES ARGENTINES 97 postérieur de 1 ou 2 millimetres, d'autres enfin ou ce segment supplé- mentaire atteint 6 et 7 millimetres. Ces variations pouvaient s/ob- server sur des exemplaires (Herb. Fac. Méd.) déterminés par M. Hie- ken comme H. bractescens Lindl. Il ne s'agit done méme pas d'une variété a pétales trilobés, mais «un caractere variable qu'il faut introduire dans la description du type: petalis bi- vel trilobis. Abondante sur la rive septentrionale du Rio de la Plata, Vespéece est rare, sporadique, sur la rive méridionale, et c/est la premiere fois qw elle est signalée a Vintérieur de la province de Buenos Aires. Elle eroit toujours en lieux humides, souvent méme au bord des rivieres, dans la zone périodiquement immergée. 2. Habenaria flexa Reichb. f., Flora bras., UI, 4, p. 37. Province de Jujuy : villa Concepción, dép. de la Capitale, sur les coteaux herbeux (alt. 1600 m.), leg. L. Castillon, n* 528-230, janvier 1918. Territoire de Misiones : Loreto, dans le « campo » (savanne), les. N. Alboff, novembre 1596 (Herb. Mus. La Plata). Obs. — Cette espece brésilienne (Minas Geraes, Goyaz), signalée récemment pour la Bolivie, v'était pas connue pour l'Argentine. Le sépale dorsal est légerement cucullatum, caractere non signalé, mais fréquent dans le genre; les exemplaires de Misiones présentent Jusqu'a cinq fleurs. 3. Habenaria Gourlieana Gill., Fl. bras., UL, 4, p. 30. Province de Jujuy : Rio Chico (alt. 1350 m.), leg. Castillon, n” 435- 157, décembre 1917 (exemplaire pauciflore, éperon de 12%%5). Terri- toire de Formosa : leg. Jórgensen, n” 3247, janvier 1919. Territoire de Misiones : ilots en amont de la cataracte de PIguazú, leg. L. Han- man, janvier 1910 (flétris). Obs. — C'est POrchidée dont Vaire, en Argentine, est la plus vaste : Entre Ríos, Misiones, Formosa, Jujuy, Catamarca, Mendoza. J'ai la presque conviction que H. Spegazziniana Kráinzl. (Bot. Jahrb., t. 36 (1905) Beibl. 50, p. 10), des montagnes de Catamarca et Salta, n'est qw'une forme a pétales trilobés de cette espece. Hors ce troisieme lobe (de 2 a 3 mm. de long), je ne puis trouver aucune dif: férence avec les exemplaires pauciflores de H. Gourlieana, les plus fréquents en Argentine, et, de méme que pour 2H. bractescens (voir plus haut), j'ai trouvé dans certains exemplaires de Misiones un ru- «dliment de troisieme lobe sous forme d'une petite dent postérieure. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XC 8 98 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Signalée pour les environs de Mendoza par Philippi (sub Macro- centrum mendocinum Phil.), a une distance considérable de ses autres habitats, elle "y a plus jamais été rencontrée; mais M. Ed. Carette y récolta en décembre 1905 des rosettes foliaires qui me paraissent bien appartenir a cette espece, la seule Orchidée connue pour cette région. 4. Habenaria Hieronymi Krinzl., Orchid., L, p. 396. Prov. de Jujuy : Quebrada de Humahuaca, El Volcán, coteaux her- beux, leg. L. Castillon, n* 450 et 6905, février 1918 et janvier 1920. Obs. — Ces exemplaires de Jujuy coincident parfaitement avec le type connu seulement des sierras de Córdoba. Sans doute trouvera-t- on des formes intermédiaires qui ameneront á supprimer ma var. sal- tensis (Quelques Orchid. Arg., n” 4) de dimensions beaucoup plus grandes. | 5. Habenaria parviflora Lindl., Fl. bras., UT, 4, p. 56. Province de Entre Rios : en terrains sablonneux et humides, pres de la station Medanos, leg. L. Hauman, novembre 1919. Rep. de 1'U- ruguay, La Colonia : leg. Hauman, février 1918 (en abondance). Obs. — Les fleurs sont d'un jaune verdátre et dégagent un fort par- fum d'héliotrope. - CHLORAEA Linadl. Un travail spécial aux Chloraeca de 1"Argentine devant paraítre incessanment dans une revue européenne, je me bornerai 4 énumerer ici les especes du pays avec lenr distribution géographique et les synonymies (non signalées dans Hau- man et Vanderveken, Catalogue des Phanér. de l' Argentine, 1), et a mentionner les principales caractéristiques des especes nouvelles. Monsieur C. Spegazzini ayant eu l'extréme obligeance de me confier la tota- lité de son matériel des genres Chloraea et Asarca, jai pu non seulement, gráce á lYabondance des échantillons, compléter mes données sur la distribution de cha- cune des especes et étudier leur variabilité, “mais encore, gráce aux cotypes des especes décrites par Kránzlin, établir plusieurs synonymies et rectifier celles que, me fiant á une communication épistolaire transmise jadis par M. Pilger a M. Spegazzini, ¡j'avais précédemment públiée (cf. Hauman, Quelques Orchidées, p. 364). 6. Chloraea alpina Poepp. Syn. : Chl. Hookeriana Speg. et Kránzl., in Kránzl., Orchid., 11, p. 79; Chl. ferruginea Speg. et Kránzl., ¿bid., p. 76; Chl. cholilensis ORCHIDÉES ARGENTINES 99 Speg. et Krinzl., ¿bid., p. 74; Chl. xeropiila Kranzl., in Bot. Jahrb., t. 44, Beibl. n? 101, p. 4. Territoire du Chubut: Carreu-leofú, leg. Spegazzini n” 52 (Chil. fe- rruginea); Cerro Pico, leg. Spegazzini, n” 67, m, novembre 1900 (Chil. cholilensis); nombreux exemplaires du Rio Corcovado, Cholila, Rio Chico, Lago Blanco, Rio Pico..Territoire du Rio Negro: Bariloche, leg. Spegazzini. Neuquen : Col de Pino Hachado, abondant dans les bois d' Araucaria, leg. Hauman, février 1920 (exemplaires presque tous flétris). Obs. — Le dessins de Kránzlin, correspondant au matériel original que J'ai eu sous les yeux, sont incompréhensiblement exagérés ou fan- taisistes. Ce West pas le seul cas, du reste, ou les dessins de Kránzlin doivent étre considérés comme inexis- tants, Car ils ne peuvent qu'induire en erreur (1). large, obtus. Chi. reticulata Schlecht. ORCHIDÉES ARGENTINES ASTAL ASARCA Lindl. La systématique de ce petit genre, si voisin de Chloraea qu'il est parfois diffi- cile de décider si une espece appartient a l/un ou a l'autre (voir plus loin : 4sarca enigmatica Hauman), fut étudiée successivement par Kránzlin (Orchid., 1, 1905), puis par Reiche (1910), mais ce n'est que: depuis la troisieme révision qu'en fit récemment Skottsberg (Svenska Vet. Akad. Handl., t. 56 (1916), n* 5, p. 196-202) quíon peut la considérer bien connue. J"énumere ci-dessous les especes argentines que j'ai étudiées : 26. Asarca araucana Phil., var. incisa Hauman nov. var. A typo differt lobo mediano labelli in marginibus sinuato-verrucoso ut, verbi gratia, in Asarca longibracteata (Lindl.) Skottsb. Territoire de Santa Cruz: leg. Spegazzini, février 1902, dans les bois de la rive méridionale du lac Argentino. Ces échantillons présentent toutes les particularités remarquables de Pespece de Philippi, mais les bords du lobe médian du labelle, au lieu Vétre lisses comme les dessina Skottsberg (loc. cit., tab. 21, fig. S), présentent sur les cótés et au sommet quelques protubérances allon- sées, leur donnant Paspect si caractéristique de celui de 4. leucantha Poepp. et Endl., A. longibracteata Skottsb. et 4. Fewilleana Kránzl. (ef. Skottsberg, loc. cit., tab. 21, ig. 9413). La diagnose originale dit: «lobo mediano in centro appendicibus clavatus dense obtecto ». Le type avait été cité par Rendle pour le méme endroit et par Skottsberg pour: le Lac San Martín. 27. Asarca glandulifera Poepp. Syn.: Chloraea albo-rosea Kranzl. et Speg., in Speg., Nov. Add. ad Fl. Patag., p. 166. Territoire du Chubut: Cholila (119 long. W., 439 lat. S.), leg. lin, n* 276, janvier 1906; leg. Spegazzini, novembre 1900; Valle 2 de Octubre, leg. Spegazzini, novembre 1900; Rio Colorado, leg. Hlin (une trentaine d'exemplaires, Herb. Spegazzini); Carreu-leofú, vallon ma- récageux, leg. Spegazzini, janvier 1900 (Herb. Spegazzini : « perigonio roseo-albo, bracteis roseíis », c/est le type de Chl. albo-rosea); Rio Pico (Herb. Museo La Plata); Cañadón de las Vacas, leg. Beaufils, n” 407 (ibid.). L'espece parait done tres commune dans la Précordillere du Chubut. 112 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 28. Asarca lutea (Pers.) Skottsb., loc. cit., p. 199. Syn.: A. Commersonti (Brongn.) Hook. f. Territoire du Neuquen: Paso de Pino Hachado (alt. 1700 m.) dans les buissons de Nothofagus antarctica, leg. Hauman, février 1920; Chos-Malal, leg. Spegazzini, prés marécageux. Nombreux exemplai- res de la Cordillere du Chubut (Lago Blanco, Cañadón de las Va- cas, Lago Fontana), de Santa Cruz (Lac Argentino) et de la Terre de Feu (Herb. Spegazzini, Mus. La Plata, Mus. Hist. Nat. de B. Aires). 29. Asarca odoratissima Poepp. et End!. Syn.: Asarca platyantha Kranzl., in Orchid., 1, p. 30, non Reiehb.. f.; A. Ventanae Haum., in Anal. Mus. Nac. de Hist. Nat., t.29 (1917), p. 360. Province de Buenos Aires: sommet de la Sierra de Currumalán, leg. Hauman, mars 1918. Territoire du Neuquen : bord oriental du Lac Lacar, leg. Spegazzini, décembre 1918. Territoire du Chubut : Cholila, leg. Spegazzini, n* 64 m, novembre 1900 (numéro signalé par Kránz- lin comme A. platyantha Kránzl.); nombreux endroits de la Précordil- lere: Cerro del Perro, Rio Pico, Rio Corcovado (20 exemplaires ¡eg. Tlin), Rio Chapelco, Rio Quelquihué (Herb. Spegazzini). Obs. — On trouvera dans Skottsberg (loc. cit.) comment Hooker f., Richard (in Gay, Historia física y política de Chile) et Kraánzlin se sont trompés au sujet de cette espece. Le dessin de Reiche, á son tour, avec ses pétales longuement apiculés, la forme étrange du labelle a lobes latéraux remontant (peut-étre un effet de perspective raté ?) et á papilles vertes envahissant les lobes latéraux, m'avait, moi aussi, induit en erreur. Les dessins de Skottsberg, dont Pun Vapres Pexem- plaire original, remettent les choses au point, mais comme Vauteur suédois, qui mentionne le dessin de Reiche, en approuve la couleur en ajoutant « die Nervuren, Papillen und Sehiwinze grin », peut-étre fau- dlra-t-11 considérer comme une variété (var. Ventanae) la plante de la Sierra de la Ventana, en raison des papilles orange vif de son labelle. T'odeur rappelle celle des abricots et de diverses fleurs jaunes comme Freesia, Primula verna, etc. aire de dispersion de cette espece est tres curieuse: Chili, du 359. au 409 de lat. S. et du littoral á la Cordillere; versant austral des An- des du Neuquen au Chubut et enfin Sierra de la Ventana par 38 de lat. S. mais a 700 kilometres a Vest de habitat le plus proche. D'a- ORCHIDÉES ARGENTINES 113 pres Skottsberg, ce seralt par erreur que Hooker f. et Kránzlin Pau- - raient mentionnée pour les Malouines. J'ai done retrouvé cette espece au sommet de la Sierra de Curru- malán, tout pres des exemplaires de Pernettya mucronata DO., sur le versant méridional, a l'abri d'une paroi rocheuse, dans une situation identique á celle oú je Pavais trouvée, 50 kilometres plus a Pest, dans la méme chaine de montagnes. Transplantée á Buenos Aires, elle a fleuri en octobre 1918. Voici quelques indications d'apres les fleurs vivantes: sépale dorsal jaune á nervures verdátres, brusquement atté- nué en une pointe courte (1””*5), de 11-12 millimetres sur 7-S; sépales latéraux jaunes tres légerement nervés de vert, caudicule brunátre de 7 millimetres; pétales atteignant Y millimetres de large avec nervu- res pointillées de vert sombre, mais sans vraies papilles en relief et parfaitement obtus (Reiche les montre apiculés); labelle jaune cou- vert dans son lobe médian de papilles orange, lobes latéraux par- courus par des nervures épaisses, charnues, orange aussi; callosités de la base orange, de pres de 1**5 de diametre, dissimulant Ventrée «Vune cavité nectarienne profonde de 7-8 millimetres; gynosteme de 4 millimetres de haut sur 3 de large, présentant sur les cótés au des- sus du caroncule du labelle, deux taches linéaires d'un rouge vif. Une capsule múre (du Chubut) atteignait 22 millimetres sur 10. 30. Asarca patagonica Skottsberg, in Svenks. Vet. Akad. Handl.,t.56 (1916), p. 201, tab. 21, fig. 17. Syn. : Chloraea Wittei Hicken, in Physis, t. 11 (1917), p. 97. La comparaison des doubles de Voriginal de Ohl. Wittei Hicken (in Herb. Fac. Med.) avec la description et les dessins de Skottsberg, ne laisse 'aucun doute sur Videntité des deux especes; Skottsbere avait eu a faire sans doute a des exemplaires un peu plus vigoureux (origi- naires du Lac San Martín), mais les dimensions données dans la des- eription de Chil. Wittei sont plutót en dessous de celles que j?ai relevées sur les cotypes de Pespece (le sépale dorsal peut avoir 13 mm. sur 4,5, les latéraux 5 mm. de large, les pétales 4 mm. de large, etc.). La forme de la fleur est absolument d'un Asarca, mais le gynoste- me est un peu plus long que dans les especes les plus typiques du genre: il atteint 5 millimetres dont 2 constituent une courte colonne. L'espece est extraordinairement voisine de A. glandulifera Poepp. dont Kránzlin dit: «gynostemio pro genere satis alto ». Skottsberg, du reste, signale cette affinité et donne comme un des caracteres diffé- rentiels absence de papilles sur les pétales : ces papilles, non men- AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XC 9 114 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tionnées dans la diagnose de Chl. Wittei, peuvent exister cependant, moins nombreuses que dans 4. glandulifera et parfois réduites a un épaississement de la base des nervures, mais parfois aussi bien visi- bles et méme différemment développées sur les deux pétales d'une méme fleur. La différence essentielle et presque unique est l'absence sur les lobes latéraux des deux ares papillaires caractéristiques VA. ylandulifera. Celui-ci présente en outre, sur le disque et le lobe mé- dian, des papilles plus nombreuses et plus minces, filiformes et capi- tées, alors que celles de 4. patagonica sont de vraies falculae applaties et recourbées au sommet. T'espece paraít rare. 31. Asarca enigmatica Hauman, nov. sp. (fig. 11). Syn.: Chloraea magellanica? Alboft, in Bol. Museo La Plata, t. VII (1896), p. 388, non Hook. f. Folia radicalia lanceolata, caulis pedalis, sat crassus, vaginis quam internodiis longioribus tectus, inflorescentia pauciflora (6), bracteae ova- to-lanceolatae acutae flores subaequantes ; sepalum dorsale ovato-lamceo- latum, 4-nervum, 12 mm. longum, lateralia longiora ovato-triangularia, longe attenuata, in marginibus acuminis laeviter verrucoso-incrassata, petala quam sepala multo breviora, obovata, in nervio medio papillosa, obtusa, leviter acuminata ; labellum papillosum ambitu triangulari, 8 mm, longum, 7 mm. latum, papillae elongatae basi densae, tenues, medio la xae, supra incrassatae, in lobis lateralibus sub- nullae, margines laterales profunde irregulari- terque verrucoso-sinuati ; columna pro genere alta, basi longe appendiculata. Plante robuste de 40 centimetres de haut, tiges de 7 millimetres de diametre a la base; feuilles radicales longuement engainantes; gai- % nes membraneuses (¿n sicco), fermées jusqu'au e sommet; limbe lancéolé atteignant 35 de large sur, probablement, S-10 de long (sauf Pinfé- rieure, plus petite, les feuilles de Punique exemplaire sont toutes incompletes); feuilles caulinaires (6) réduites a des bractées plus lon- gues que les entreneuds, engainantes dans le tiers de leur longueur, puis obliquement tronquées et se terminant en pointe peu aigué. Inflo- rescence 6-flore, de 8 centimetres de long ; bractées lancéolées, aigués, les inférieures de 30 millimetres sur 6, les supérieures un peu plus enigmatica Hauman ORCHIDÉES ARGENTINES 115 petites. Ovaire de 15 millimetres de longueur totale sur 2 d'épaisseur, coudé au sommet et longuement atténué vers la base (pédicelle appa- rent de 5 mm., dans les fruits). Périanthe formant un angle presque droit avec Povaire, a nervures tres marquées et de couleur inconnue; sépale dorsal ovale lancéolé, concave a la base, tres peu aigu au som- met, 4-nervé (par bifurcation de la nervure centrale), de 12 millime- tres sur 6; sépales latéraux tres larges des la base (5 mm.), puis régu- lierement atténués jusqu'a la pointe et de 15 millimetres de long, 5-nervés, sommet montrant un commencement (Venroulement sur 1 ou 2 millimetres et a bords épaissis, verruqueux; pétales obovales, verruqueux, portant 5-6 papilles échelonnées sur la nervure centrale, sommet arrondi ou légerement apiculé, de 7 millimetres de long sur 4; labelle brievement onguiculé, de forme nettement triangulaire, de S millimetres de long sur 7 de large, couvert de papilles a la face supé- rieure, papilles filiformes et denses a la base du limbe, plus espacées et légerement piriformes dans la zone médiane ou elles atteignent le sommet, rares et réduites a des verrues sessiles dans les lobes laté- raux; bords latéraux du labelle irrégulierement et profondément sinveux, sinus de */, a 1 millimétre de profondeur, et plus profonds que larges, parties convexes du bord charnues; onglet de 1"”5 de long a bords renflés et pourvus a la base de deux longs appendices tiliformes aigus (exceptionnellement bifurqués) et pouvant atteindre 25 de long; ce renflement et ces appendices limitent une cavité nectarienne assez profonde. lle Navarin (au sud de la Terre de Feu, en face d”Ushuaia, terri- toire chilien), sierras rocailleuses, 200-300 metres Valtitude, leg. N. Alboff, 25 février 1896. Obs. — L'espece reste pour moi quelque peu énigmatique, tant pour ce quí est de Pattribution générique que pour la détermination spéci- fique. D'aspect de la fleur est nettement d'un Asarca, mais le gynos- teme, surtout dans certaines fleurs, est d'un Chloraea et la question apparemment résolue par Kránzlin de la délimitation des deux genres, se pose de nouveau. Le caractere principal, la longueur de la colonne, west done pas absolu, A. patagonica Skottsb. (syn. Chloraea Wittei Hiek.) et 4. glandulifera Poepp. et Endl., Pont nettement allongée. Kránzlin, dans sa clef des especes (loc. cít., p. 17) nous dit bien « la- bellum sessile basi biglandulosum » pour Asarca et » pour Chloraea, mais, page 17 dans la diagnose d'Asarca, il nous dit par contre <« labellum breviv. longius unguiculatum, basi bical- losum », etc. La soudure de la base par PVintermédiaire des appendices 116 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de Ponglet (glandes ?) est bien nette quand ceux-ci ont comme dans A. odoratissima, par exemple, la forme de caroncules, de callosités sphériques, mais elle n'existe plus quand ce corps sphérique s/étire en longs caudicules comme dans cette espece, de méme que dans 4. leucantha Poepp. et Endl. et A. longibracteata (Lindl.) Skottsb. (voir les dessins de Skottsberg). L'éperon intraovarien, d'autre part, man- que absolument dans certains Chloraea (Chl. Bergii Hieron., par exem- ple), et enfin, la soudure si peu marquée de la base des sépales laté- raux dans Asarca est indiquée dans certains Ohloraea (Oht. chica Speg. et Kránzl., Chl. Cogniauev Haum.). Reste le meilleur argument, un facies assez particulier mais difficile a définir. J?en conchas que Asarca pouvait tres bien rester a létat de section, voire de sous-seetion, du genre Chloraea. Quant a la détermination spécifique, lespece se place tont naturel- -Jlement dans la clef de Skottsberg (loc. cit., p. 202), a cóté de A. cardio- glossa Reiche, du Chili central, dont elle na ni le labelle cordiforme, ni les caudicules, et de 4. Kingíi Hook. f., de la Terre de Feu. S'agit-11 de cette derniére espece quí a plus jamais été retrouvée et reste problématique? Il se pourrait, mais la description originale (la seule connue) dit: « labellum sepalis aeguilongum omnino indivisum, columna brevissima». Si Pexemplaire original existe encore, il sera facile avec ma description de trancher la question. Il ne me semble pas, d'autre part, qu'aucune des especes décrites dans le genre Chloraea (dans le groupe Papillosae-Indecorae de Krámz- lin) présente un labelle qu/on puisse comparer a celui de mon espéce. CODONORCHIS Lindl. 32. Codornochis Poeppigii Linal. Neuquen: Col de Pino Hachado (35240 dans les bois d'Arauca- ria imbricata a plus ou moins 1400 metres Valtitude, leg. Hauman, février 1920 (flétri); Lago Lacar, leg. Spegazzini, décembre 1893. Nombreux exemplaires des Cordilleres du Chubut, Santa Cruz et de la Terre de Feu. Cette espece magellanique qui s'étend vers le nord, au Chili, jus- qwau delá du 379 de lat. S., n'était connue en Argentine que pour la Patagonie australe. Obs. — Il semble bien, comme le fait Kránzlin, qw'il faille conser- ORCHIDÉES ARGENTINES VEN ver cette espece a cóté de C. Lessomú (4 Urv.) Lindl., espece beaucoup plus petite dans toutes ses parties et a fleurs presque dressées, mais 1l me semble impossible de conserver €. Skottsbergíi Kránzl., se diffé- renciant par ses feuilles toujours (?) opposées, plutót plus larges que longues et arrondies, et son labelle réellement trilobé. Or, VPapres les nombreux échantillons que j'ai étudiés, ces trois caracteres peuvent se combiner différemment: les feuilles allongées de €. Poeppigtt, soit OPposées, soit verticillées, avec un labelle trilobé, et les feuilles rondes de €. Skottsbergii peuvent étre verticillées par 3. Quant a la forme du labelle, ses lobes latéraux sont plus ou moins accentués dans des in- dividus d'autre part identiques. D'autres caracteres, au surplus, va- rient énormement: ainsi la largeur des sépales, tantót subégale a cel- le des pétales (8-9 mm.), tantót 2 ou 3 fois moindre (35 a 45), de méme que labondance, la forme et la disposition des papilles, spécia- lement sur le lobe terminal du labelle, qui en est tantót couvert jus- qua Vextrémité, et tantót presque dépourvu. VANILLA Juss. 33. Vanilla Chamissonis Klotzsch., var. brevifolia Cogn, in Fl. bras., TIT, 4, p. 148. : Territoire de Misiones, entre la Caja de Flores et la rive du Para- ná, leg. N. Alboff, 24 novembre 1598 (Herb. Mus. La Plata). Obs. — P'échantillon consiste en quelques troncons feuillés, le rachis d'une inflorescence, une fleur et un bouton : je crois cependant qwil s'agit de cette puissante espece du Brésil austral; le labelle pré- sente sur sa ligne médiane, vers la base, la toutfe si caractéristique de lamelles dentelées, et vers le sommet une créte charnue; les péta- les carénés sont brievement apiculés en dessous du sommet, mais les sépales et pétales sont, ¿n sicco, plutót épais que membraneux (pro- cédé de dessication ? cet échantillon n'a pas été comprimé) et je vai pu voir les poils de la base du labelle. D'autre part, les sépales sont bicarénés, c'est-a-dire qu'ils présentent deux crétes latérales limitant la zone médiane quí reste nue dans le bouton (préfloraison valvaire induplicative). J'ai ramené ces échantillons á la var. brevifolia, en rai- son de leurs feuilles subsessiles. 11 ne paraít pas impossible que V. argentina Hicken ne soit qu'une forme a fleurs peu développées de cette espece, mais la description et la clef de détermination sont tout a fait insuffisantes et ne permettent 118 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA pas (assigner une place exacte a la nouvelle espece dans le systeme du genre : en effet, tout ce que nous savons du labelle, c'est sa cou- leur et sa longueur : pas un mot, ni de sa forme ni de ses appendices, caracteres cependant fondamentaux dans le genre et dans les Orchi- dées en général. On ne connait malheureusement pas, que je sache, les couleurs de V. Chamissonis, seuls caracteres floraux décrits avec détail pour V. argentina, et la seule diftérence apparait (ex deseript.) dans les dimensions un peu moindres du périanthe; d'autre part, WVPapres Kránzlin, qui signale V. Chamissonis, var. brevifolia pour le Matto Grosso (d'oú son extension á Formosa est facile a comprendre), les fruits de cette espece seraient tres larges (non míúrs: 17 em. sur 4), caractere que présente aussi V. argentina («tan ancho como la hoja »). Il se pourrait aussi bien que V. argentina ne soit que V. Lindmania- na Kraánzl. (aussi du Matto Grosso), la couleur chocolat, si anormale, des bords du labelle, pouvant étre due a un commencement de flétris- sure, mais, encore une fois, Vabsence de tout détail sur la forme et sur les reliefs du labelle rend toute identification impossible. 34. Vanilla verrucosa Hauman, in Anal. Mus. Nac. de Hist. Nat.,t.29 (1917), p. 365. Territoire de Misiones: en pleine forét au nord du Nacan-Guazú, leg. Hauman, février 1920, sans fleurs. Obs. — Ces exemplaires stériles sont identiques á ceux de V. ver- rucosa, mais quelques feuilles inférieures (de Pannée antérieure) attei- gnent 13 centimetres de long sur 4 de large, et la comparaison de ce nouveau matériel avec Pancien w'induit a penser que Péchantillon mentionné dans la seconde observation (Hauman, loc. cit., p. 366) appartient a cette méme espece. D'apres M. M. Bertoni (Anal. Cient. Paraguayos, ser. III, n” 2, p. 172), elle ne serait quW'une forme de V. perexilis Bert. (ibid., ser. L, n? S, p. S, 1910) au labelle pourvu de « lamellis 9, mediana majore », au lieu de la double ligne de verrues qui caractérise mon espece. Pour le reste, spécialement en raison des dimensions tres réduites des fleurs, les deux especes sont tres voisines. Mais si Pon admet une telle amplitude de variabilité dans les especes de ce genre mal connu, a fortiori, V. perexilis doit étre considérée comme une forme a petites fleurs de V. parvifolia Barb. Rodr. au labelle orné précisément de «lamellis nOovem, mediana majore» (Cogniaux, Fl. bras., MI, 4, p. 152) et que Spegazzini a récemment mentionné pour le Territoire de Mi- siones (exemplaires stériles). ORCHIDÉES ARGENTINES 119 On a donc cité dans ces dernieres années 5 Vanilla pour le nord de Argentine : j'ai la conviction que la comparaison du matériel rédui- rait a trois, peut-étre a deux, ce chiffre sans doute exagéré (1). SPIRANTHES L. C. Rich. Da paru tout récemment un remarquable travail de M. Schlechter sur les Spiranthinae (Beih. Bot. Centralbl., t. 37 (1920), abt. TL p.317- 454) quí permet Vaffronter la classification jusqwaá présent presque impossible, en Argentine, des especes de ce groupe. Mais, suivant la tendance de certains botanistes anglais et nord-américains (Olark, Hitehcock and Chase), Schlechter a cru devoir répartir les especes du groupe, divisé aujourd'hui, suivant les auteurs, en quatre ou six genres (Spiranthes, Stenorrhynchus, Pelexia et Stenoptera pro part.) en 24 genres, dont 17 nouveaux, genres basés presque tous sur de peti- tes différences dans la structure du rostellum et du rétinacle. On hésite á suivre Pauteur dans cette voie qui parait dangereuse (elle entraine, par exemple, pour la flore argentine 17 changements de noms sur 24 especes: si quelques modifications paraissent réellement nécessaires, le progres considérable apporté par ce travail dans la systématique de cette sous-tribu, 1 est diminué en rien, me semble-t- 11, si Pon abaisse la plupart des nouveaux genres au rang de sections ou sous-genres, et cela sans provoquer, des Pabord, lPapparition de quelques 170 comb. nov. sur 280 especes traitées! Au surplus, comme certainement les frontieres des nouveaux genres manqueront parfois de netteté, on peut prévoir interminable série de désaccords et de nouvelles synonymies que cette division excessive nous réserve. Je madopterai donc, pour le moment du moins, que quelques-unes des modifications proposées par Schlechter, mais je mentionnerai comme sections du genre Spiranthes les nouvelles divisions représentées en Argentine. I. — $. Hapalorchis Schlecht. (loc. cit., p. 361, comme genre). Rétinacle de la pollinie fixé dans le prolongement du rostellum bifide. Inflorescence non spiralée, labelle sessile, allongé ou ovale, stigmate formé de deux taches se touchant sur la ligne médiane. (1) D'aprés M. Em. Hassler (in litt.), V. pompona Schied. signalé par M. Ber- toni (loc. cit.) pour Misiones serait échappé d'anciennes cultures. 120 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 35. Spiranthes lineata Lindl. Syn. : Hapalorchis lineatus (Lindl.) Schlechter, loc. cit., p. 365. Territoire de Misiones : San Javier, leg. Burmeister, aoút 1902 (Herb. Min. Agr., n* 7836). Prov. de Salta : San Andrés (Orán) leg. Lorentz et Hieronymus, n* 286, septembre 1873 (Herb. Univ. Cor- doba). Obs. — Cette espece, facile á reconnaitre par ses tiges presque fi- liformes et ses inflorescences pauciflores, montre a Vévidence, me semble-t-il, limpossibilité d'accepter dans son intégrité le systeme de Schlechter : comment peut-on placer dans des genres différents des plantes aussi semblables que Sp. lineata et Sp. alpestris Barb. Rodr. par exemple (section Cyelopogon), la seule différence générique rési- dant dans le mode dVinsertion du rétinacle á la pointe du rostellum, ce rétinacle 1ayant dans le cas qui nous occupe, qu'une fraction de millimetre. II. — $. Brachystele Sehlechter (loc. cit., p. 370, comme gente). Rostellum extrémement court, pourvu au sommet d'une petite ca- vité formée par une membrane et dans laquelle s'engage le court réti- nacle; colonne grosse et courte, deux stigmates nettement séparés, rétinacle placé a Vextrémité supérieure des pollinies. 36. Spiranthes camporum Lind]. — Fl. bras., VI, 4, p. 209. Syn.: Brachystele camporum (Lindl.) Schlechter, loc. cit., p. 372. Territoire du Chaco: Las Palmas, leg. Jórgensen, n* 2069, septem- bre 1917 (dans le campo). Territoire de Misiones : Bonpland, leg. Jór- gensen, n” 171, septembre 1909 (Herb. Min. Agr., n* 31.657); bords _du Rio Yabebiri et de 1” Arroyo de las Tunas, leg. Spegazzini, mars 1907. : Obs. — Les exemplaires du Chaco, plus délicats, ont encore leurs feuilles radicales au moment de la floraison; ceux de Misiones, dont Pun atteint 23 centimetres de haut, n'en conservent que des restes desséchés. Les feuilles sont longuement pétiolées (2 a 3 cm.), leur limbe lancéolé, longuement atténué vers le bas, de 2 4 45 surSa 18 millimetres. Voici les-dimensions des pieces du périanthe : sépale dorsal 2,5 a 3 millimetres sur 1,2; sépale latéral 3%*5 sur 2a 2%*5; Omm pétale 2%*5 sur 1; labelle 3, 5 millimetres sur 3. ORCHIDÉES ARGENTINES 121 Sl Qu . Spiranthes delicatula Krinzl., in Bot. Jahrb., £. 36 (1905), Beibl. So, ¡De Ds Syn.: Brachystele delicatula (Kránzl.) Schlechter, loc. cit., p. 373. Territoire de Misiones, leg. Abel Munier, décembre 1909 (Herb. Min. Agr., n* 28.571, exemplaire unique). Obs. — S'il sS'agit bien de la plante si insuffisamment décrite par Kranzlin, on peut ajouter aux caracteres donnés par Schlechter pour différencier cette espece de Sp. camporum Lindl. (feurs un peu plus petites, pétales plus larges et aigus, et lobe terminal du labelle plus large), que Vovaire pendant Vanthese est beaucoup plus petit (moins de 1 mm. de long, ou Vétroitesse de Pinflorescence) et que le labelle présente á la base deux callosités bien marquées couvertes de poils et se terminant vers le bas en une petite corne libre. Toutes les pieces du périanthe sont au surplus brunátres et presque opaques, ¿1 sicco, alors qwelles sont jaunátres et transparentes dans Sp. campo- rum (nervures bien visibles). Je pense cependant qu'il s'agit d'une microspecies (dont il semble v'exister que deux hampes florales), a pel- ne Vune variété de Sp. camporum. La plante, du reste, n'est pas plus délicate que oertains exemplaires de cette derniere et ses fleurs peu- vent étre un peu plus grandes que ne le dit Kranzlin, ce quí les rap- proche d'avantage encore de lespece de Lindley (tiges de 20 cm. de haut, labelle de 3 mm. sur 2). 38. Spiranthes dilatata Lindl. — Fl. bras., TL, 4, p.208. Syn.: Brachystele dilatata (Lindl.) Schlechter, loc. cit.. p. 373. Province de Buenos Aires : La Plata, leg. C. Spegazzini, n* 63.591, été 1886 : dans la prairie («araguay : Puerto Bertoni, leg. Hauman, janvier 1918, en abon- dance sur les arbres mais sans fleurs. Fleurit a Buenos Aires, en mars 1919 et 1920. Obs. — Les feurs que j'ai observées ¿n vivo, répondent en général á la description citée ainsi quW'au dessin de Lindman (in Kránzlin, Svensk. Vet. Akad. Hanal., t. 46, n* 10, tab. IX, fig. 1), mais en diffe- rent en ce que les sépales latéraux, soudés jusqu'au sommet, présen- tent cependant un double mucron tres court mais nettement visible. OCTOMERIA R. Brown 72. Octomeria pinicola Barb. Rodr., FI. bras., UI, 4, p. 609, tab. 126, Territoire de Misiones: Iguazú, sur les arbres, leg. Osten-Rojas, septembre 1915 (Herb. Fac. Med. de Bs. Aires ex Herb. Corn. Osten, n” 8086); sans indication de lieu, leg. D. Parodi, n” 63 (Herb. Fac. Med.), Paraguay : Puerto Bertoni, leg. Hauman, janvier 1918, fleurit a Buenos Aires, en juillet-septembre 1918 et 1919. Obs. — Le labelle rest pas toujours aussi absolument tronqué a. angle droit que le montre le dessin de Barbosa Rodríguez: il est par- “fois, soit échancré avec un mucron central, soit légerement arrondi et subapiculé, ce qui rapproche ces échantillons de O. oxychela Barb. Rodr. et de sa var. gracilis Cogn. (loc. cit., tab. 127, fig. 1 et tab. 122, fig. 4), espece et variété qu'il me semble inutile de conserver a cóté de O. pinicola. Oelle-ci n'était connue que des États de Minass-Geraes (sur Araucaria brasiliana) et de Sao Paulo. | ORCHIDÉES ARGENTINES 147 ISOCHILUS R. Brown 73. Isochilus linearis R. Br. — FI. bras., TIL, 5, p. 4, tab. 1. Territoire de Misiones, Posadas, leg. C. Gallardo, octobre 1900 (Herb. Mus. Hist. Nat. de Bs. Aires). N' était connue en Argentine que pour Salta et Tucuman. EPIDENDRUM L. Ce genre, représenté souvent dans les herbiers que ¡j?ai vus par des exem- plaires indéterminables, compte certainement dans le pays quelques especes de plus que celles actuellement connues. 74. Epidendrum argentinense Speg., in Anal. Mus. Hist. Nat. de Bs. Atres, t. 28 (1916), p. 135. Province de Jujuy, sans indication de lieu, cultivée par M. Lillo a Tucuman ou elle fleurit en décembre 1912. Province de Salta: dépar- tement de Orán, Junta de San Antonio (district du Rio Bermejo), no- vembre 1912 (Herb. Min. Agr., n* 7728). T"espece D'était connue que pour Misiones, mais, apres comparaíson avec les fleurs conservées en formaline de Pexemplaire original, je Wai pu constater aucune différence; les fleurs, blanches ¿n vivo, pren- nent a Vétat sec une couleur fauve intense. 75. Epidendrum brachythyrsus Kránzl., in Svensk. Vet. Akad. Hanal., t. 46, n” 10 (1911), p. 59, tab. 9, fig. 6. Territoire de Misiones: gorge de PIguazú, leg. L. Hauman, janvier 1915, abondant. Obs. — Exemplaires un peu moins développés que ceux de Minas Geraes, décrits par Kránzlin: tiges de 50 centimetres, feuilles, les plus grandes, de 13 centimetres sur 2,5, entrenouds de 4 centime- tres; mais la seule inflorescence développée atteint 10 centimetres et, quoique simple, porte 10 tleurs; d'autres, ramifiées, portent trois et quatre fois plus de boutons; les pédicelles, enfin, sont plus courts (14 mm.). Il semble donc que les exemplaires décrits par Krinzlin présentaient des inflorescences exceptionnellement courtes, mais la forme tres caractéristique du labelle coincide exactement avec le des- sin et la description. Le fruit (capsule de Vannée antérieure) atteint 25 millimetres de long. 148 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA CATTLEYA Lindl. 76. Cattleya Dormaniana Reichb. f., Fl. bras., III, 5, p. 228. Territoire du Chaco: Colonia Benítez, leg. €. A. Muello, décembre 1917. Obs. — Le limbe des sépales est, au sommet, tres légerement replié vers Vintérieur, épaissi et plus foncé ¿n sicco, ce quí lui donne un aspect mucrondé (faux mucron triangulaire aigu, d'a peine 2 mm. ed long); le disque du labelle présente S crétes, dont les deux extérieures tres courtes (4 a 5 mm.), les six autres, dont les deux externes sont plus hautes a la base que les autres (3 mm.), atteignent le milieu du limbe qui, au dela, est lisse et ne présente que des nervures doniú les trois centrales surtout sont bien marquées; les lobes latéraux mon- trent une douzaine de nervures arquées partant des lamelles du dis- que et portant une courte créte couchée sur le limbe; les lobes sont séparés par des sinus extremement étroits, le médian, tronqué et mu- cronulé, est á peine plus large que les latéraux. Bien qwil y ait quelques différences avec la deseription de Cogniaux, il me semble qwil s'agit de cette espece de la province de Rio de Ja- neiro. S'agit-il réellement un habitat spontané dans le Chaco austral ? Oe west nullement incroyable, mais je n'ai pu en obtenir la certitude absolue. SOPHRONLTIS Linadl. 77. Sophronltis sp. Province de Salta, Orán, leg. Gerling, 1596 (Herb. Mus. La Plata), exemplaire stérile. Il s'agit sans doute de $. cernua Lindl.; le genre, quí existe certai- nement aussi au Chaco, n/a été signalé que pour Misiones. BLETIA 78. Bletia Wagneri Reichb. f., in Walpers, Annal., t. VI, p. 442; vel atf. Province de Salta a Ventrée de la Quebrada de San Lorenzo (envi- rons de la Capitale, leg. Hauman, mars 1907. Obs. — Je ne suis pas tout a fait súr de la détermination spécifi- que, mais Vespece a été citée pour la Bolivie, quoique dubitativement aussi, par Hertzog (det. Sehlechter, Mededeel. vans Kyks Herb. Leyden, ORCHIDÉES ARGENTINES : 149 n” 29 (1916), p. 76) et mon exemplaire répond en général a la médiocre description de Reichenbach. Il y a pourtant quelques différences dans la disposition des crétes du labelle, assez difficile a interpréter dans la diagnose originale. Voici la description de Punique exemplaire: Plante terrestre a feuilles étroitement lancéolées, présentant 5-7 nervures en relief, plissées, assez rigides, atténuées en une sorte de long pétiole applati, d'une longueur totale de 40 centimetres; limbe de 20 a 25 centimetres de long sur 22 a 30 millimetres de large (Rel- chenbach dit: «folvis oblongis »); hampe florale assez robuste, pauci- flore, de 55 centimetres de haut, présentant deux bractées dans sa moitié inférieure; inflorescence bifurquée dont un des rameaux, lau- tre est brisé, porte quatre fleurs ; fleurs subsessiles, bractées florales ovales acuminées, de 5-6 millimetres de long sur 6 de large a la base; ovalre de 15 millimetres sur 1,5; périanthe de 5-6 centimetres de dia- metre, sépales et pétales lancéolés aigus, d'un rose violacé, tres sem- blables entre eux, 7-nervés, de 25 a 30 millimétres de long sur 7 de large, les pétales un peu plus étroits; labelle blanc pointillé de pour- pre a la base, pourpre intense au sommet, profondément trilobé, atté- nué vers la base, de 25 millimetres de long sur 22 de large; lobes latéraux arrondis au sommet, de 7 millimetres de large sur 5 de long, lobe médian trapézoidal, de 11 millimetres de long sur Y de large a la base, s'élargissant peu a peu, jusqu'a 11 millimetres, puis arrondi, a bords ondulés et échancrés au sommet (« obcordato » V'apres Rei- chenbach). A la base du disque naissent cinq crétes peu prononcées quí se développent peu a peu en lamelles pétaloides paralleles, de 15 a 2 de large dont les latérales, apres avoir pris au milieu du dis- que une largueur plus considérable, redeviennent plus étroites et sont un peu plus courtes que les trois centrales qui se terminent brusque- ment presqu/au sommet du labelle. Gynosteme de 158 millimetres de haut, renflé au sommet et présentant deux ailes longitudinales étroi- tes (175) et transparentes; anthere nettement bilobée. La forme gé- nérale des fleurs rappelle beaucoup Bl. patula Hook., Bot. Mag., tab. 3518. Le genre est nouveau pour 1'Argentine. PTEROGLOSSASPIS Reiehb. f. 79. Pteroglossaspis argentina Rolfe. — Kew Bull. (1906), p. S6. Province de Córdoba, Capilla del Monte, leg. €. Hosseus, été 1920, exemplaire unique. 150 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Cette espece, unique représentant en Amérique d'un genre afri- cain, 1avait été rencontrée qwune fois dans les environs de Córdoba et parait tres rare. CYRTOPODIUM KR. Brown s0. Cyrtopodium punctatum (L.) Lindl. — FI. bras., TIL, 5, p. 358. Territoire de Formosa: commun dans les bois, en épiphyte, pres du Kilometre 139 du chemin de fer, leg. Jórgensen, octobre 1919. Pro- vince de Catamarca: Ambato, leg. Spegazzini, mars 1895. Obs. — Cette espece, la plus puissante et une des plus belles Or- chidées de Argentine, est un des éléments caractéristiques des bois du Chaco : j"en ai vu d'énormes toutffes sur Sehinopsis Lorentzii (Gxiis.) Engl. a la frontiere des provinces de Tucuman et de Santiago, pres de la station Rapelli, et Pon y cultive fréquemment la plante en euve, comme si elle était terrestre. Il est curieux de la retrouver dans les vallées de la sierra de Ambato ou existe, semble-t-il, un ilot de végé- tation subtropicale. CATASETUM L. C. Rich. s1. Catasetum fimbriatum (Morr.) Lindl. — Fl. bras., UH, p. 432. Territoire de Formosa : leg. P. Jórgensen, exemplaire Q conservé en formaline. Paraguay : Puerto Bertoni (Alto Paraná), janvier 19158: exemplaire Q cultivé par M. M. Bertoni, mais provenant des bois des environs. Obs. — La plante féminine, beaucoup plus rare que la masculine si souvent cultivée, était pas connue (fig. 14) : Hampe florale rigide, réfléchie, de 15 centimetres de long sur 4 mm de diametre, présentant deux bractées étroitementembrassantes et en- gainantes a la base, de 12 millimetres de long, et portant a son extré- mité 5 fleurs tres rapprochées les unes des autres. Bractéoles appli- quées contre le pédicelle, de 13 millimetres de long sur 10 de large a la base; pédicelle épais, dressé (celui des fleurs du cóté inférieur du rachis se recourbe), lisse, de 15 millimetres de long; ovaire présen- tant 6 cannelures longitudinales, droites ou légerement tordues, a peine renflé pendant Vanthése, de 2 centimetres de long sur 6 milli- metres de diametre. Sépales égaux entre eux, charnas comme toute la feur, ovales, légerement apiculés, 7-nervés, réfléchis en arriere, de ORCHIDÉES ARGENTINES 15 17 millimetres de long sur 9; pétales de méme forme, réfléchis, 9-ner- vés, la nervure médiane formant un léger sillon, de 24 millimetres sur 12. Labelle supere, en forme de casque plus profond que large et arrondi : lobes latéraux arrondis, peu développés, dente- lés (4 á 5 dents fragiles de 1 mum. de long), lobe médian triangulaire apiculé et a peine dentelé, réfléchi sur le casque, mais trois fois moins long que lui; longueur, des bords des lobes latéraux au sommet du casque : 32 millimetres; diametre du cas- que dans sa partie renflée, 18 millimetres; longueur du lobe médian en son milieu, Y millimetres. Gynosteme pyramidal, obtus, o) apiculé (reste de rostellum ? de 0*"5 de Fig. 14. — Fleur féminine de Catase- , tam fimbriatum (Morr.) Lindl. gr. long) a aréte postérieure arrondie, de 11 nat. (C. Villalobos ad nat. del.). millimetres de haut sur 12 de large; stig- mate subtriangulaire de 4 millimetres de large sur 3 de haut. La fleur est toute entiere d'une couleur vert pále, un peu jaunátre. QUEKETTIA Lindl. 382. Quekettia micromera Barb. Rodr.) Cogn. — Fl. bras., 11, 6, p. 198, tab. 35. Territoire de Misiones: sur [lex paraguariensis St. Hil., au nord du Rio ÑNacan-Guazú, leg. Hauman, février 1918; fleurit á Buenos Aires au printemps suivant; environs de Posadas, dans les bois en galeries des rivieres Pindapoy et Zaiman, leg. KR. Naboulet, juillet 1920. Obs. — Je crois qw'il faut ramener a cette espece la plante argen- tine, bien qwelle differe un peu de la description et de la planche citées: le relief du callus du labelle est mois marqué, in vivo, et se termine a son extrémité antérieure par deux mamelons que sépare un sillon occupé par une tache jaune (Por. L'aquarelle de Lindman, publiée par Kránzlin (loc. cit., tab. 10, fig. 2), ne montre malheureuse- ment pas les détails du labelle, mais attribue a la fleur une sorte de mentum dont, Vapres Flora brasiliensis et (apres mes exemplaires, elle est completement dépourvue (voir ci-dessous). L'espece était con- nue du Brésil austral et du Paraguay; le genre est nouveau pour 1?Ar- ventine. 152 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 83. Quekettia microscopica Lindl. var. Naboulettiana Hauman nov. var. Typo simillima (ex descript. et. Icon. in Fl. bras. III. 6, p. 197, tab. 34) sed dimensionibus paulo minoribus floribusques albis. Territoire de Misiones : trouvée a Profundidad, fut transportée et cultivée 4 Posadas d'ou elle m'a été remise en fleurs par Monsieur L. R. Naboulet. Le périanthe est blanc avec une tache orange sur le labelle. 11 est probable qwil s'agit d'une espece nouvelle, le type (du Brésil septentrional) présentant des fleurs jaunes un tiers plus gran- des et les callosités du labelle plus prononcées, semble-t-11. J'ajoute- rai que la fleur représentée par Kránzlin (in Sensk. Vet. Akad. Handl., t. 46, n*10, tab. 10, fig. 2) comme Quekettia micromera correspond par- faitement a ces échantillons et pas du tout á ceux que j/aí attribués a cette espece. ZYGOSTATES Lindl. s4. Zygostates Alleniana Krinzlin. — Fl. bras., 1, 6, p. 278. Territoire du Chaco : Colonia Benítez, leg. L. Hauman, février 1917, fleurit a Buenos Aires; Las Palmas, leg. Jórgensen, n* 2070. Territoire de Misiones: San Ignacio, leg. A. Munier, novembre 1919. ONCIDIUM Swartz 85. Oncidium bifolium Sims. — Fl. bras., TI, 6, p. 336. Province de Jujuy : leg. L. Castillon (fleurit en novembre a Tuecu- man). Province de Salta: Quebrada de San Lorenzo, leg. L. Hauman, novembre 1919. Province de Catamarca : Rodeo Ambato, leg. Castil- lon, janvier 1910. Territoire du Chaco: Colonia Benítez, leg. L. Hau- man, mars 1917. Obs. — Cette espece qui, avec sa var. majus Cogn., estune des plus communes du pays, est cependant mal connue au point de vue sys- tématique. Outre les endroits cités plus haut elle est également signa- lée pour Tucumán, Formosa, Corrientes et le Delta du Paraná. S6. Oncidium concolor Hook. f. — Fl. bras., TIL, 6, p. 305, tab. 75, ol Territoire du Chaco : Resistencia, leg. Spegazzini, janvier 1896. Je 1ai sous les yeux qu'une fleur détachée mais parfaitement con- ORCHIDÉES ARGENTINES 153 servée qui correspond assez bien a la description et a la planche citées, alnsi qua celle du Botanical Magazine, n* 3752. C'est P Oncidium a fleurs les plus grandes que nous ayons dans le pays (diametre de la fleur 6 centimetres, labelle de 55 de long sur autant de large) et qui se caractérise, au surplus, par Vabsence de lobes latéraux. Elle n'é- talt connue que pour le Brésil oriental et austral. +. Oncidium Hassleri Cogn., in Fl. bras., TIL, 6, p. 445. Territoire du Chaco : Resistencia, leg. Spegazzini, janvier 1886, un .exemplaire. Obs. — Cette petite espece nétait connue que pour le Paraguay. (est la seule, en Argentine de la section Barbata : elle se reconnait done facilement aux bords du labelle longuement ciliés dans Visthme quí sépare le lobe médian des deux lobes latéraux. 88. O Jonesianum Reichb. f. — Fl. bras., LIL, 6, p. 442, tab. 2, 119. 2. Obs. — M. Léon Naboulet m'a remis une inflorescence de cette ad- - mirable Orchidée quí avait fleuri dans un jardin de Posadas (janvier 1920), mais quí provenait des petits bois des environs de la ville. Cette espece a feuilles cylindriques et a grandes fleurs tachées de brun, avalt été observée a San Bernardino, non loin d'Asunción del Paraguay. 89. Oncidium pumilum LindL., var. angustifolium Cogn. — Fl. bras., TIL, 6, p. 374. Province de Santa Fé: Reconquista, leg. Venturi, 292, « fleurs Province de Santa Fé: Re ta, leg. Vent 1? 292, «fleurs jaunes; rare sur les trones». Oús. — Le type avait été signalé pour Misiones et Formosa (il exis- te aussi au Chaco, leg. Jórgensen, n” 2071), la variété pour le Brésil austral. Les feuilles de ces échantillons atteignent 15 centimétres de ong sur 17 millimetres de larg s alles du gynosteme s llon- long 17 millimet le large, les alles du gynosteme sont allo1 gées (12) et recourbées en faux vers le bas, telles que les figure Kránzlin, loc. cit., table 13, figure 2, et s'écartent par conséquent de la description et de la planche de Cogniaux. 90. Oncidium verrucosissimum Cogn. — Fl. bras., UL, 6, p. 341, tab. S9 (fig. 15). Territoire de Formosa, rare sur les arbres á Guayenlee, leg. Jór- gensen, n” 3401, septembre 1919. 154 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Obs. — Cet exemplaire (avec fleurs conservées dans Valeool que je dois a Pobligeance de M. Jórgensen) est assez différent de la planche de Flora brasiliensis; les dimensions sont en général plus petites, les sé- pales latéraux mucronés, les pétales beauconp moins élargis, presque triangulaires, de 9 milli- metres sur 6, et leurs bords, ainsi que ceux du labelle, a peine ondulés; les lobes latéraux de ce- lui-ci sont recourbés en faux vers le bas, et le callus énorme, á superficie striée transversale- ment, est infiniment moins verruqueux et pré- Fig. 15. — Labelle de sente en son milieu une protubéranee triangu- Oncidium verrucosissi- E 5 A > hi mum Cogn. laire (laspect représenté par Cogniaux est peut- étre dá a la dessication). Les caractéristiques de Vespece, qu'on ne comnaissait que pour le Paraguay, sont si tranchées qu'il ne me semble pas douteux, cependant, que la plante argentine lui appartienne. 91. Oncidium viperinum Lindl. — FI. bras., II, 6, p. 322, tab. 88. Province de Salta: Laviña, leg. C. Spegazzini, janvier 1897. Pro- vince de Tucuman: Villa Nougués, leg. Castillon, décembre 1915; Camino de Acharal a Tafí, leg. Castillon, décembre 1913. Obs. — Cette espece, bien caracterisée parmi les Oncidium argen- tins par les lobes latéraux du labelle tres petits, paralt assez rare: elle avait été mentionnée pour Buenos Aires et pour Misiones ou elle ne fut plus retrouvée, et pour Tucuman. La hampe florale, tres rami- fiée, peut atteindre 35 centimetres de long. CAMPYLOCENTRON Benth. 92. Campylocentron neglectum (Reichb. f. et Warm.) Cogn., var. an- gustifolium Cogn. — Fl. bras., TI, 6, p. 508. Territoire de Misiones, dans la forét au nord du Rio ÑNacan-Guazú, leg. Hauman, juillet 1919. 3uenos Aires, novembre 1920. SOBRE ALGUNAS ENFERMEDADES Y HONGOS QUE AFECTAN LAS PLANTAS DE «AGRIOS» EN EL PARAGUAY Por SPEGAZZINI CARLOS En el año pasado, 1919, tuve que hacer algunas visitas bastante largas a la vecina República del Paraguay, y a pesar de tener serios pesares, no pude dejar de seguir mis aficiones y ocuparme de la intere- sante flora de ese bello país, especialmente en lo que atañe a los hon- gos y a la fitonosología; me interesé con preferencia a las Aurantiá- ceas, tan abundantes allí, y que, como todo el mundo sabe, constituyen un recurso económico de primera importancia para esas poblaciones. Desgraciadamente, en las localidades que he visitado, he notado poco cariño para esos nobles cultivos, ya sea por escasez de mercado para tales productos, ya sea por dedicarse los agricultores a otros más remuneradores, de modo que muchas de las vastas plantaciones que hacían el orgullo del Paraguay de antaño, se hallan, si no aban- donadas, a lo menos muy descuidadas, y las plantas, en general, en un estado de miseria fisiológica muy marcada; de allí que manifiesten una extremada receptividad para toda clase de trastornos funciona- les y para todo organismo invasor. No escaseándome enconces el ma- terial, satisfice mis gustos e hice interesantes observaciones y una buena colección de materiales fitonosológicos, cuya exposición y es- tudio constituyeron la materia prima de este trabajo. Dejando a un lado todas las fitonosias de origen animal, me limi- taré a las que atribuyo a causas fisiológicas o a fitoparásitos. Entraré, por lo tanto, directamente en la materia y mencionaré las que siguen : 1* Podredumbre de las raíces o Rizosepsia. — Ataca de preferencia los mandarines (Citrus deliciosa Ten.) y parece bastante difundida, aunque en forma esporádica, sin constituir verdadera epidemia. En las plantas atacadas, casi siempre de bastante edad, se secan todas 156 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA las ramitas periféricas de la copa, y se produce una exorbitancia de flores y de pequeñas frutitas que caen antes de alcanzar un mediocre tamaño; además pierden en seguida, centrípetamente, sus hojas, apa- reciendo bien pronto en las ramas principales, hendiduras longitudi- nales de la corteza, que no tardan en alcanzar el mismo tronco hasta el cuello de la raíz; la corteza se desprende en seguida y cae por lar- gas escamas dejando la madera desnuda, de color natural al prinei- pio, pero pronto de tinte gris sucio más o menos subido; no se for- man ni hiperplasias ni chancros; no aparecen exsudaciones ni estili- cidios y la planta muere con bastante rapidez, lo más a menudo en el segundo año. Cavando alrededor de la cepa y poniendo al desnudo las raíces, se observa ya- desde los primeros síntomas de la enferme- dad, que muchas de ellas se hallan muertas, más o menos podridas, cubiertas por una corteza en descomposición que se deshace en fibras negruzcas, estando su madera tenida en pardo-amarillento, con la parte medular y a veces los radios medulares de color casi negro; en las infecciones, bastante adelantadas, se hallan con mucha frecuen- cia micelios y a veces himenióforos fructificados que, sin embargo, no parecen específicos y sí sólo saprófitos ocasionales. La opinión que me he formado acerca de esta dolencia es que se trata simplemente del re- sultado de diferentes causas física y fisiológicas, entre las cuales priman la impermeabilidad del suelo y su agotamiento nutritivo; el terreno nunca se remueve alrededor de las cepas, el que por el pisoteo o cual- quier otra causa mecánica, se vuelve compacto y duro, a pesar de su naturaleza por lo general arenosa, impidiendo el intercambio de sus gases con los de la atmósfera ambiente; de allí que una consecuencia inevitable sea la asfixia de la cabellera radical. Agréguese que nunca se proporcionan abonos, ni orgánicos ni minerales, de modo que la ca- pacidad nutritiva de dicho suelo, lavado con frecuencia por lluvias torrenciales, se agota, dando como resultado un verdadero estado de inedia y de marasmo en los árboles que sostiene; así se explica cómo la putrefacción radical no sea una enfermedad improvisa apoplética, sino lenta y paulatina, y nunca del todo incurable como pretenden al- gunos inexpertos. No hay duda que obtendremos excelentes efectos removiendo a lo menos una vez por año el terreno alrededor de cada árbol y concediendo de trecho en trecho abonos, especialmente azoa- dos y de muy lenta combustión, por causa de la naturaleza del suelo, muy oxidante y devorador. Será también prudente inspeccionar con cierta frecuencia la cabellera radical, suprimiendo todo el elemento muerto o en descomposición, y muy particularmente si se hallara in- SOBRE ALGUNAS ENFERMEDADES Y HONGOS 157 vadido por algún micelio, pues sabemos que muchos de ellos pura- mente saprófilos e inocuos pueden volverse parásitos y dañinos. 2* Mal de la goma o Grumosis. — Esta fitonosia es la más común y más difundida de todas, pues ataca no tan sólo a las Aurantiáceas, sino a infinidad de otros árboles frutales y ornamentales, pertenecien- tes a las más diferentes familias (Mangifera indica o Mangos, Rheedia brasiliensis o Pacurí, Santalum album o Sándalo, Hugenia jambos o Yambosa etc.). Entre las Aurantiáceas la especie que más sufre de sus ataques es el Naranjo dulce (Citrus aurantium Rss.), en segunda línea vienen la Lima (Citrus limetta Rss.), la Toronja (Citrus medica Rss.), el Limón común (Citrus limomm Rss.) y, por fin, el Mandarin (Ci- trus deliciosa Ten.); el Naranjo amargo (Citrus bigaradia Rss.) parece del todo inmune o poco menos, utilizándose por esta virtud como porta-injerto para todas las demás especies del mismo género. Las plantas atacadas empiezan por mostrar sus ramitas apicales extremas, secas y muertas; al mismo tiempo muere alguna de sus ra- mas mayores, y, con frecuencia, casi al mismo tiempo, aparecen hen- diduras longitudinales en la corteza de las demás ramas principales, aun aparentemente sanas y en el tronco; por estas hendiduras o lla- gas no tarda en salir una exsudación gomosa o a veces un simple es- tilicidio de linfa espesa incolora; practicando secciones tangenciales en los órganos enfermos, se observan en la madera líneas longitudina- les de color pardo obscuro, y en el cambium infiltraciones más o me- nos difusas, lo más a menudo amarillentas, de goma. Con el tiempo, las hendiduras gumíparas se agrandan transformándose en verdade- ros chancros, de los cuales manan abundantes secreciones más o me- nos flúidas, que toman un color pardo sucio, como la superficie entera de la llaga, la cual se va paulatinamente necrosando y ampliando. Numerosos microorganismos (Esquizomicetas, Sacaromicetas, Mice- lios, Algas, Protonemas etc.), crían exuberantemente en ese caldo, dando lugar a fermentaciones, olorosas o no, y a infecciones secunda- rias, que en muchísimos casos fueron tomadas y consideradas incau- tamente como causa primitiva de la plaga. Hoy en día, sin embargo, sabemos que la gumosis es una entidad patológica bien definida, debida a la intervención inicial exclusiva de un esquizomiceta específico, el Bacillus gummis, el cual casi ubicui- tario, cuando en las plantas halla ciertas condiciones intrínsecas y extrínsecas favorables, evoluciona dando lugar a esos cuadros patos- nomónicos que nosotros llamamos Gumosis. No hay duda de que cier- tas condiciones internas fisiológicas y bioquímicas (falta de acidez de 1 158 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA las linfas, escasez o exceso de ciertas substancias minerales, lentitud en las funciones, idiosincrasias hereditarias etc.), favorecen más o menos el desarrollo total o parcial del bacilo, y que más tarde la in- tervención de otros microorganismos dará lugar a explosiones más o menos improvisas, intensas o violentas del mal. Con frecuencia se encuentra asociada la gumosis con la rizosepsia, constituyendo entonces los casos más graves, cuyo resultado es la muerte de los árboles con una rapidez asombrosa. Así pueden los inexpertos confundir las dos entidades patológicas o considerarlas como consecuencia una de la otra, lo que no es cierto. "ara combatir con esperanza de algún éxito la gumosis, hay que adoptar las mismas curas que hemos indicado para la rizosepsia; además, se deberán adoptar medidas preventivas, es decir, propagar individuos directamente de semillas originarias de individuos que ofrecieron resistencia absoluta, y cuando eso sea imposible, adoptar totalmente el injerto sobre pies de Naranjo amargo. 3* Verrugas de las hojas o Sarna encarnada. — Dolencia que afecta los Limones (Citrus limonum Ress.), las Toronjas (Citrus medica Rss.), el Naranjo dulce (Citrus aurantium Rss.) y raras veces la Lima (0%- trus limetta Kss.), y que produce daños de bastante consideración, aunque no se pueda sentar un juicio definitivo por ser una plaga de importación relativamente reciente, sobre la cual los agricultores no tienen opinión formada. Las plantas afectadas se pueden reconocer desde lejos por el color pálido de la copa; acercándose, se nota que eran parte de las hojas se hallan acartuchadas y más o menos abolladas y torcidas; tomando en mano algunas de estas hojas infec- tadas, se observa que, además de las irregularidades de crecimiento, casi como cuando se hallan atacadas por los piojos (Toxoptera auran- ti0), las superficies de ambas caras (pero con preponderancia la infe- rior) se hallan sembradas de un gran número de verruguillas de uno o dos milímetros de diámetro, que parecen tener cierta preferencia para la nervadura central como principio, a veces distribuídas i¡rre- sularmente, otras veces distribuídas en círculos concéntricos, en su superficie periférica rugosas o agrietadas, en la juventud de color amarillento pálido, más tarde superiormente encarnadas y, por fin, en la vejez de tinte pardo u oliváceo sucio y entonces, por lo gene- ral, revestidas de una costra heterogénea. Estas verrugas, íntima- mente adheridas al órgano, son debidas a una verdadera hipertrofia del tejido parenquimático de la hoja; sus células clorofilígeras se hin- chan, sus paredes se vuelven espesas y desaparecen de su interior SOBRE ALGUNAS ENFERMEDADES Y HONGOS 159 los clorocitos, tomando el tejido aspecto escleroso o suberoso y ofre- ciendo en los pocos espacios intercelulares escasos fragmentos micé- licos, mientras que la capa epidérmica, poco o nada modificada, por efecto de la presión endógena se estira, y al fin se hiende para dejar salir más o menos los tejidos internos modificados e hinchados. Sólo mucho más tarde aparece una delgada capa de hifas que, multipli- cándose y creciendo rápidamente, vienen a recubrir toda la superfi- cie de las verruguillas, dándoles el color oliváceo sucio que suelen en- tonces ostentar. Parece que éste sea el parásito causante de la alte- ración mencionada, y que lleva el nombre de Cladosporium auwrantii Massee; no he aún afianzado lo suficiente mi opinión para adberirme del todo a este modo de ver; sospecho que el hongo sea más bien una causa secundaria y que el principio de la enfermedad bien pudiera ser debido a algún mierozoo que tal vez ha pasado hasta ahora desaper- cibido, cuyas picaduras serían la causa primordial de las verruguillas y que inocularían en las mismas el hifomiceta observado. Podas oportunas, mondas escrupulosas, combustión inmediata de los órganos enfermos amputados, recolección y quema de ramitas y hojas caídas al pie de los árboles enfermos, y por fin a lo menos, al principio de la primavera, abundantes pulverizaciones de caldo bordelés adhesi- vo, son las únicas medidas que racionalmente me permito de preconizar. Esta enfermedad es originaria (a lo menos se supone) de las regio- nes meridionales de los Estados Unidos de donde debe haberse in- troducido al país en época no lejana, como he dicho más arriba; ha sido observada en el mismo año por el profesor Luciano Hauman en Misiones (Argentina), por el profesor G. L. Fawcett en la provincia de Tucumán y en este año 1920 también el La Plata. 42 Hollin o Pumagina. — Es una molestia muy difundida, pero, a mi parecer de importancia absolutamente secundaria, no exclusiva de las Aurantiáceas, sino común también a todas las plantas arbustivas y arbóreas, que se encuentran en ciertas condiciones peculiares (Ca- feto, Coffaea arabica; Chirimoya, Anona squamosa; Guayabo, Psi- dium pomiferum; Yerba mate, llex paraguariensis; Pacurí, Rheedia brasiliensis; Palta, Persea gratissima, e infinidad de esencias silves- tres); la especie de agrio más comúnmente atacada por el Hollín es. el Mandarin (Citrus deliciosa Ten.), pero tampoco escasea sobre el Naranjo dulce (Citrus aurantium Rss.) ni sobre el Naranjo amargo (Citrus bigaradia Rss.). La infección es debida al desarrollo sobre la superficie de las hojas, de un micelio superficial negro perteneciente a una de las tantas especies de Capnodieas; rara vez es inicial o pri- 160 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA maria y parece más bien la consecuencia de la invasión anterior de una o varias especies de Cóccidos, cuyas picaduras producen en la planta el fenómeno de la Miellée (secreción más o menos abundante de líquidos azucarados), la cual entonces sirve de medio de cultura para el Micromiceta; el Hollín, por consiguiente, más bien que un pa- rásito es un saprófito y su acción resulta dañosa, no por los jugos que pueda substraer al huésped o por las alteraciones histológicas que engendrara, sino por la obstrucción de los estomas en los órga- nos que va recubriendo, por la diminución de la luz que pueden reci- bir dichos órganos y por el exceso de humedad que mantiene. Todas las plantas que he visto infectadas por el Hollín se hallaban invadi- das por numerosísimos ejemplares de piojos de varias clases (Myti- laspis citricola, Aspidiotus hederae, Aomidiella aurantii, Chrysompha- lus ficus, Lepidosaphes horridus, Lecanium hesperidum, Lecanium oleae, Ceroplastes sp. etc.), los que constituían una grave enfermedad de por sí solos. Agregaremos que el Hollín sólo se observa en individuos que crían en lugares sombríos, sea al amparo de otras plantas mayores, sea al abrigo de paredes. : En cuanto a la entidad específica del Hollín de los agrios del Pa- raguay, parece que pueda pertenecer a varias especies diferentes, que desgraciadamente no he podido hallar al estado de fructificación, para permitirme la determinación exacta de ellas; y la única que he llegado a definir con cierta seguridad es la de los Mandarinos, que corresponde, con relativa exactitud, a la Fumago oosperma Speg. descrita por mí, ha- ce años, en el folleto Fungi aliquot paulistani (1908). bajo el número 137. Las medidas eficaces para combatir el Hollín, en todas las plantas, son las siguientes : quitarles todo obstáculo que impida el libre ac- ceso de la luz abundante y vivificadora; podas y mondas prolijas para eliminar toda parte atacada, tanto por parásitos animales como vegetales y permitir una amplia circulación del aire; administratles, como preventivo, por lo menos una vez al año (en primavera después de la caída de las bojas del año anterior), una pulverización de una emulsión jabonoso-kerosenada con extracto de tabaco. Mantener el suelo debajo de las plantas limpio de hojas caídas, quemándolas en se- guida y escarificar el mismo suelo para avivar las funciones radicales. 6* Lepra explosiva. — Forma nosológica muy característica, hasta ahora indescrita, tal vez endémica del Paraguay y difundida por todo su territorio, por lo menos en la parte austral; me pareció bastante se- ria, aunque de una progresión relativamente lenta. Debo al distingui- do agrónomo, señor Guillermo T. Bertoni, la primera indicación sobre SOBRE ALGUNAS ENFERMEDADES Y HONGOS 161 esta interesante enfermedad y tuve la suerte de que en la casa que habitaba hubiera varias plantas atacadas en varios grados, las que me permitieron hacer cómodamente un estudio bastante prolijo. Esta enfermedad ofrece tres fases bien marcadas y distintas : Primer período : Algunas ramas del año, de las mejores y más ro- bustas, jugosas y de un verde intenso, muestran de improviso en un punto cualquiera, lo más a menudo hacia el medio, una mancha aisla- da, discoidal o elíptica, de 5 a 10 milímetros de diámetro, que es limi- tada y separada del resto de la superficie por un surco bien marcado, de más o menos 0,5 milímetros de ancho. Este disco toma un color aca- nelado o de gamuza, teniendo su superficie del todo plana y llevando casi siempre en su mismo centro un hoyuelo hundido, redondo, de cerca de un milímetro de ancho y de color pardusco; al poco tiempo de aparecer esta primera manifestación, nacen en el surco periférico unas cuantas granulaciones negras, que aumentan en tamaño con cierta rapidez, hasta alcanzar cada una casi un milímetro de diámetro y de altura afectando una forma semiesférica algo achatadas supe- riormente, corchoso-carbonáceas, duras, lisas, sin brillo y de igual color también en su interior; tales granulaciones aumentan también en número y concluyen por formar una verdadera cintura alrededor dle la mancha, manteniéndose, aunque a veces bastante apretadas en- tre sí, independientes y fuertemente adheridas al substrato; su es- tructura interna responde a la forma que describiremos más adelante bajo el nombre de Pseudhaplosporella aurantiorum Speg. Procediendo al examen anatómico de las ramas en este primer pe- ríodo de la infección, y que, en esa edad, son sumamente medulares con limitadísimo desarrollo de las capas líbero-leñosas y corticales, se observa que la medula es perfectamente normal y sana, y que las alteraciones se hallan circunscriptas a los tejidos vasculares y al cot- tical; los primeros ostentan una coloración negruzca, y el segundo ofrece una proliferación casi pulverulenta rojiza que levanta, mata y desprende la epidermis, causando las manchas orbiculares que aca- mos de describir más arriba; entre estos tejidos así modificados, con fuertes aumentos y reactivos apropiados, se descubre, especialmente en la parte central de la mancha, delgadas hifas miceliales, incoloras o parduscas, relacionadas con los nódulos estromáticos exteriores de la Pseudhaplosporella. No he podido hallar rastro alguno, ni de esqui- mocetas ni de sacaromicetas, y todas las tentativas de cultivo al res- pecto permanecieron totalmente estériles. Segundo período : En esta época de evolución de la enfermedad, las AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XC 12 162 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA manchas que hemos descrito en el primer período aumentan paulati- namente en número, hasta cubrir totalmente la superficie de las ra- mas infectadas y siguiendo una dirección basípeta e invaden también las ramas de dos años con mayor o menor intensidad; dichas man- chas entonces se van tocando, se refunden, se sobreponen y pierden por consiguiente, sus formas típicas y regulares, de modo que toda la corteza de los órganos afectados adquiere un color de cuero curti- do, al mismo tiempo que una infinidad de arrugas, Surcos y pequeñas grietas, a veces formando una especie de cuadrículo, otras veces dei todo desordenadas, acompañadas por un sinnúmero de nódulos estro- máticos variables en tamaño desde 0,5 hasta 2 milímetros de diámetro por un 0,25 a 0,5 milímetros de espesor, regulares o irregulares. Las hojas de las ramas así molestadas se vuelven amarillentas y tienden a énroscar sus bordes hacia la cara superior, desprendiéndose y ca- yendo al menor atrito o al soplo del más leve vientecillo. Efectuando secciones longitudinales o transversales de estas ramas, hallaremos su parte medular más o menos seca, pero sin cambio de coloración, - el tejido leñoso casi normal pero con un ligero tinte pardo, mientras que el liber y el endófleo ofrecen marcados caracteres de una altera- ción más o menos profunda, habiéndose vuelto tumefactos, rojizos, friables, y albergando entre sus elementos histológicos alterados, del- gados copos micélicos obscuros y más o menos aparentes. Sometiendo al examen microscópico los nódulos estromáticos externos, hallare- mos tres tipos carpológicos distintos : a) Los estromas menores, iguales interna y externamente a los des- eritos para el primer período, pertenecen a la forma metagenética "sedhaplosporella aurantiorum Speg. y son los que predominan por su número sobre todo los demás. | b) Los estromas algo mayores cuyo tamaño, cuando típicos y norma- les, varía de 1 a 1,5 milímetros, concuerdan por su aspecto exterior, es- tructura interior y naturaleza con los anteriores, pero se diferencian por encerrar en sus cavidades internas órganos multiplicadores dife- rentes, causa por la cual esta forma metagenética la describiremos opor- tunamente con la denominación de Pseudodiplodia aurantiorum Speg. c) Por fin, en los puntos de invasión más antigua, suelen hallarse algunos estromas por do común algo mayores, de hasta 2 milímetros de diámetro, de color y naturaleza iguales a los antes descritos, los cuales ofrecen una superficie algo irregular y salpicada de pequenísi- mos hoyitos de 0,16 0,2 milímetros de diámetro, cuyos bordes se hallan circundados por una hilera de diminutas pestañas, y que producen en SOBRE ALGUNAS ENFERMEDADES Y HONGOS 163 su centro órganos multiplicadores especiales; esta peculiar forma me- tagenética será descrita por mí al final de este opúsculo con el nom- bre de Ephelidium aurantiorum Speg.. Tercer período : En esta última etapa de la Lepra notaremos dos manifestaciones distintas. La primera será la ampliación de la inva- sión, como la que acabamos de describir para el primer y segundo períodos, la que basípetamente podrá llegar hasta la base de las ra- mas primarias o hasta la extremidad superior del tronco y basífuga- mente ascender por todas las demás ramas de la copa, con desarrollo más o menos intenso de las tres formas estromáticas metagenéticas peculiares. La segunda manifestación aparecerá casi exclusivamente y, por lo general, en sentido basípeto sobre las ramas principales y sobre el tronco mismo; ésta será constituida por lesiones de carácter eruptivo, poco numerosas, bastante separadas unas de otras, y bas- tante grandes en tamaño; en los puntos más variados de las ramas y del tronco se forman endógenamente unos nódulos neoplásmicos, los cuales creciendo con relativa rapidez y fuerza, producen al principio una tumefacción de la corteza, la que, bajo la constante y siempre mayor presión interna, concluye por desgarrarse por tres o cuatro hendiduras radiales de hasta 5 centímetros de largo cada una, dejan- do asomar en la parte confluente central más abierta, el tejido neo- plástico subyacente y causante de la explosión. La neoformación tiene todo el aspecto de un tejido cicatricial o.de una exóstosis; es dura, casi leñosa, blanquecina, limpia, la mayor parte de las veces mos- trando una pequeña depresión central u ombligo, del cual irradian arruguitas más o menos numerosas, finas y redondeadas; estas lesio- nes explosivas aumentan de volumen paulatinamente, pudiendo algu- nas de ellas alcanzar hasta más de 20 centímetros de diámetro por 5 de altura, pero se mantienen siempre limpias, frescas, sin exsudacio- nes ni estilicidios. Cortando tangencialmente el tronco o las ramas así lesionadas, se observan líneas o cordones lineares parduscos, des- cendientes de las ramas menores superiores del segundo período, que afectan sólo la zona liberiana y que a la altura del punto explosivo se dirigen radialmente, para terminar en el ombligo mencionado muer- to y producir la excitación neoplástica coronaria; tanto en los cordo- nes parduscos como en el centro de cada nódulo neoplasmático ex- plosivo, no me ha sido posible descubrir sino escasos rastros de un micelio de delgadas y delicadas hifas ahumadas, ramosas y tabicadas. Para coronar el cuadro sintomatológico de esta enfermedad en las últimas fases de ella, la copa del árbol pierde todas sus hojas y del 164 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cuello de la raíz empiezan a elevarse numerosos y más o menos vigo- rosos chupones que no tardan en compartir la suerte de las demás partes de la planta y secarse, pero sin ofrecer aparentemente altera- ción morfológica ni parasitaria alguna. Durante este último período, las erupciones estromáticas de las ramas y ramitas aumentan aún en número, pero en su mayoría no - modifican sus caracteres morfológicos; sin embargo, algunas del tipo Ephelidium, que hemos descrito, desarrollan en su interior cavidades elobosas muy reducidas, en las cuales aparecen fructificaciones asco- micéticas, que en la parte taxonómica de este trabajito deseribiremos como nuevo género bajo la denominación de Amylirosa awurantiorum Speg., y que“creo sea la forma sexual que cierra el ciclo metagenético evolutivo del honguito parásito, causante de esta nosofitia. Las plantas enfermas se hallan irregularmente esparcidas en el naranjal, sin jamás formar agrupaciones definidas ni colonias concén- tricas; parece que su existencia se localice de preferencia en los bor- des de los caminos periféricos, y más especialmente en los indivi- duos de mayor altura. Otra circunstancia que merece ser tomada en consideración es el hecho de haber constatado, en la mayoría de los casos, la existencia de grandes nidos de pájaros, constituídos por una enorme aglomeración de palos secos, lo más a menudo trozos de ramas de naranjo, y muchos de ellos cubiertos por los parásitos de la Lepra ; más aún, si mi entusiasmo no me ha engañado, me pareció notar que el foco de infección se había iniciado en los alrededores de dichos nidos. ¿ Tendrían, pues, las aves leñateras intervención en la propa- eación y difusión de la nosofitia? Tal vez que dichas aves, paseán- dose por las ramas atacadas por el parásito, recubran sus pies con los corpúsculos multiplicadores del micromiceta, esparciéndolos después (como sucede con las larvas de los Cóccidos) y hasta inoculándolos, con sus uñas infectadas, a las ramas jugosas y tiernas, en las cuales, como he indicado más arriba, suelen aparecer los primeros síntomas de la infección. No quiero con esto pensar que las aves lenateras ten- van el monopolio en la etiología de la Lepra, pues todo el mundo sabe cuántos son los medios de que dispone la madre Naturaleza, pero bien pudiera el que acabo de indicar ser uno de los de mayor importancia. En base a lo que he expuesto, me permito indicar las siguientes medidas, las que considero como más eficaces y racionales para com- batir la Lepra e impedir que siga haciendo estragos, o a lo menos re- ducirlos a su mínimo: 1? Visitar con frecuencia y escrupulosidad, y lo más pronto posible, todos los naranjales del país para determinar SOBRE ALGUNAS ENFERMEDADES Y HONGOS 165 la intensidad de la peste y su mayor o menor difusión; 2% Podar rigu- rosa y vigorosamente toda planta que se hallare en el primer período de la infección; 3% Cortar y desarraigar toda planta en estado adelan- tado dela afección y condenarla inmediatamente al fuego; 4” Limpiar esmeradamente y quemar todas las hojas y palitos que revistan el suelo en el naranjal en que se descubra algún pie infectado por Lepra explosiva; 5” Ahuyentar los pájaros en general, pero de un modo par- ticular los que hacen su nido con palitos (y por eso llamados leñate- ros); 6” Proporcionar a los naranjales, por lo menos una vez al año, una abundante pulverización de caldo bordelés adhesivo. Las descripciones de las cinco enfermedades que acabamos de indi- car, se refieren a las formas típicas de cada una de ellas, pero el lector benévolo bien debe suponer que en la naturaleza estos tipos puros y aislados no son muy comunes, porque los organismos enfermos, por su débil resistencia, se prestan con mucha facilidad a ser afectados por otras más o menos graves. Así el hollín se halla muy a menudo asociado con la podredumbre de las raíces, la lepra, la gumosis o la sar- na encarnada; la rizosepsia no es rara en asociación con la gumosis o con la lepra etc. Agregaremos que, con frecuencia, se hallan nume- rosos pseudoparásitos (Liquenes, Algas y Musgos) que se acomodan muy bien en los órganos de los árboles en agotamiento; más aún, una entera legión de saprófilos funginos concurre a explotar los restos más oO menos muertos, y, a veces, tomando vigor por el alimento abun- dante se adaptan paulatinamente al medio y acaban por atreverse en atacar y hasta invadir tejidos sanos, volviéndose parásitos ocasionales y concurrir fraternalmente con los microorganismos primordiales en hacer más rápida y completa la destrucción del huésped común. No me cansaré de repetir el antiguo y tan conocido refrán : «El ojo del amo engorda el buey », y que los propietarios no deben desentenderse de sus Agrios una vez plantados, sino que deben visitarlos con frecuen- cia, revisarlos con esmero, y proporcionarles todos aquellos cuidados que merecen y necesitan, para recibir de la madre Naturaleza el justo compenso de una abundante y selecta cosecha : Labor omnia vincit. Como apéndice de Jos cortos capítulos que anteceden, agregaré aquí la lista de los hongos parásitos o saprófilos que he tenido la suerte de encontrar en mis inspecciones a los naranjales paraguayos, y me haré un deber de acompañar cada uno de ellos de una breve descripción científica y las observaciones mías que creo pertinentes a fin de que puedan ser fácilmente reconocidos, y no se vuelva a culparles de da- nos que no ocasionan, por lo menos como iniciadores. 166 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 1. Flammula sapinea Fries = Sacc., Syll. fung., vol. V, pág. 824. Hab. Frecuente sobre la base de los troncos muertos o casi de Man- darines (Citrus deliciosa Ten.) en los alrededores de la Asunción. Obs. Estos hongos de paragua, de hasta 10 a 15 centímetros de diá- metro y altura, nacen en manojos más o menos grandes alrededor del cuello de la raíz de los troncos afectados por la rizosepsia o putrefacción radical, alimentándose de esos órganos ya descom- puestos y por lo general ya muertos, siendo con toda seguridad simplemente saprófilos; sus sombreros son de un lindo color naranjado, lisos, o más o menos escamosos como sus estípites, mientras las laminillas, especialmente cuando maduras, ostentan un hermoso color rojo ladrillo vivo. Las esporas son ovoideas 0 elípticas (7-8 1. < 4-5 y) rojizas lisas. 2. Lentinus fusco-purpureus Kalkbr. = Sace., Syll. fung., vol. Y, pág. 574. Hab. Sobre las raíces de Mandarines muertos y en estado de total descomposición, en los alrededores de la Asunción. Obs. Especie segura y totalmente saprófila, pues se observa tan sólo en las raíces que afloran (asoman) del suelo a larga distan- cia de la base de su tronco de origen; es un hongo coriáceo casi en forma de corneta, pues su sombrero es en forma de embudo o inversamente cónico, con los bordes enroscados para afuera, gro- seramente velloso en su parte cóncava superior y allí de color rojizo apagado que varía desde el naranjado hasta el de borra de vino, pero que desvanece más o menos por la desecación; la parte externa de los sombreros se halla del todo revestida por nume- rosas laminillas longitudinales angostas y blanquecinas; el pie cilíndrico céntrico algo más corto o más largo del sombrero tenaz relleno, mas o menos velloso al exterior, casi como el sombrero, pero siempre mucho más pálido. Su altura total no supera Casi nunca los 10 centímetros y el diámetro de los sombreros de 5 centímetros. 3. Polystictus occidentalis Klotzk = Sacc., Syll. fung., vol. VI, pág. 274. Hab. Frecuente sobre la parte que ha perdido la corteza de las ramas mayores de Naranjo dulce y de Mandarin, atacadas de gumosis, en las quintas de la Asunción. SOBRE ALGUNAS ENFERMEDADES Y HONGOS 167 Obs. Esta especie, peculiar a las regiones tropicales, cría no tan sólo sobre individuos muertos, sino también sobre partes muer- tas o moribundas de órganos vivos, de los cuales no hace sino acelerar su descomposición; a pesar de todo esto estoy plena- - mente convencido de que es exclusivamente saprófila; varía mu- chísimo de tamaño, desde 3 hasta 30 centímetros de largo y ancho, variando también hasta lo infinito en cuanto a forma, es, sin embargo, siempre delgada correosa flexible, blanca por den- tro, con la parte libre dorsal de los sombreros groseramente ater- ciopelada de color miel, adornada de muchas fajas concéntricas, más o menos anchas, de tinte más obscuro u ocráceo, y con la parte himenial o superficie himenial revestida de numerosísimos y cortos poros redondos mediocres, separados por tabiques espe- sos y obtusos. | 4. Ganoderma fornicatum Fr. = Sace., Syll. fung., vol. VI, pág. 156. Hab. Sobre la base de los troncos y sobre el punto de arranque de las raíces primarias de Naranjos dulces, afectados por la Gumo- sis en los últimos períodos, en las quintas de los alrededores de la Asunción. | Ñ Obs. Es especie bastante frecuente y que a veces se halla acompa- nada por la Flammula sapinea Fr.; son hongos coriáceo-corcho- sos de 5 hasta 25 centimetros de diámetro, de color rojo ladrillo subido, sentados o pedicelados lateralmente, con los bordes del sombrero adornados de un borde blanquecino o amarilloso y con la superficie, tanto del sombrero como del pedicelo, revestida de una capa de barniz brillante; el himenio que reviste toda la cara inferior del sombrero y está formado por una infinidad de peque- nísimos agujeritos es, a lo menos en vida, de color blanco puro y bastante delicados. Llama la atención que todo un grupo de especies de este gé- nero (Ganoderma), de colores pálidos blanquecinos, acanelados o latericios, tenga una peculiar afinidad para todas las plantas ata- «cadas por Gumosis; en el Paraguay es la especie que encabeza estas líneas; en Entre Ríos y Corrientes, sobre los Naranjos gu- míparos, es común otra especie que uo he podido determinar con seguridad si es el Ganoderma sessile Murrill o alguna otra afín; en la provincia de Buenos Aires todas las plantas de Acacia deal- bata que mueren dle Gumosis, llevan en su base, en abundancia, el Ganoderma Lorentzianum Klkbr. 168 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 5. Odontia incrustans Speg. (n. sp.) Diay. Latissime irregulariterque effusa, tenuis, incrustans ac con- elutinans, matrici utrimque arctissime adnata, non marginata, primo candida, per aetatem, medio praecipue, ochroleuca, cine- rascens v. isabellina, granulis minutissimis bene perspicuis, sed vix prominulis, difformibus plus minusve laxe v. dense adspersa; eranuli subhemisphaerici apice velutini subpenicillati, ex hyphis hyalinis fasciculatis continuis simplicibus, crassiuscule tunica- tis sursum Jeniter incrassatis obtuse rotundatis efformati; basi- dia clavulata, sterigmatibus saepius 4 pusillis coronata; cystidia nulla; sporae parvae ellipticae laeves, hyalinae. Hab. Sobre las ramas muertas y podridas de Naranjo amargo, en los alrededores de la Asunción. Obs. Forma difícil de describir con exactitud, bastante común y di- yA fundida, fácilmente no exclusiva del Paraguay, sin duda pura- mente saprófila, careciendo de todo interés económico; a primera vista se podría tomar por alguna de las formas del Corticium acert- num Prs. Está formada por delgadas costras bastante irregulares de forma y tamaño (1-10 em long. et laft.), fuertemente adherentes al substrato del cual comparten todas las ondulaciones, sin lími- tes determinados, envolviendo y conglutinando a veces restos heterogéneos y hasta tierra; su coloración al principio es blanca pero «con el tiempo, especialmente en las partes centrales, va to- mando un tinte amarillento, que en la vejez puede volverse ave- llanado; la superficie himenial en la primera juventud parece lisa, pero no tarda a recubrirse, con mayor o menor regularidad, de un gran número de pequeñas papilas (200-300 y, diám.), a veces algo más irregulares y más grandes (600-750 y, diám.), casi semi- esféricas, aterciopeladas o casi pestañosas en su parte superior; estas papilas se hallan formadas por manojos pinceliformes de hifas erectas derechas casi continuas, suave y paulatinamente engrosadas hacia el ápice redondeado y obtuso (25-50 y. long. X< bs. 3-4 ¿—áp. 5-6 y, diám.), lisas con paredes relativamente grue- sas, siempre incoloras; los basidios recubren toda la superficie del himenio entre las papilas, siendo acachiporrados (20-22 y. X 6-7 y), llevando al ápice 3 ó 4 pequeños esterigmas; no he podido ver cistidios; las esporas son elípticas (6 y. < 4 y.), redondeadas en ambos extremos, lisas e incoloras. SOBRE ALGUNAS ENFERMEDADES Y HONGOS 169 U 6. Cyathus Montagnei Tul. = Sace., Syll. fung., vol. VII, pág. 34. Hab. Sobre ramas muertas semipodridas de Naranjo amargo (Citrus bigaradía Rss.) sepultadas entre la hojarasca, en las quintas de los alrededores de la Asunción. Obs. Especie sin importancia económica, siendo un saprótilo oca- sional que suele hallarse también sobre residuos de varias otras especies de plantas. 7. Eutypella pusilla Speg. (n. sp.) Diag. Stromata ligno insidentia, cortice primo tecta dein erumpen- tia, e discoideo subhemisphaerico-conoidea fere valsoidea, atra; perithecia in quoque stromate pauca globulosa, carnosulo-sub- membranacea, ostiolo subconoideo crassiusculo non v. vix exerto carbonaceo obtuso integro coronata; asci dense congesti non decidui aparaphysati, clavati, breviter pedicellati, pusilli, octo- spori; sporae allantoideae pusillae, leniter chlorinae. Hab. Sobre las ramas secas de Naranjo dulce en los alrededores de Asunción. (Obs. Especie saprófila, sólo de interés científico y taxonómico por el momento; su aspecto, a primer golpe de vista, recuerda mucho al género Valsa, pero examinando con mayor detención sus estro- mas y especialmente sus ascos, se modifica este concepto. Las ra- mas infectadas ostentan un aspecto externo casi normal, y sólo ofrecen unas costras (1-2 mm long.) longitudinales, de las cuales asoman levemente el ápice de los estromas negro y liso; los estro- mas son casi discoidales (irregularmente noduliformes cuando varios vecinos se entresoldan y refunden) hemisféricos o leve- mente cónicos (1-2 mm diám.), negros y opacos por dentro y afuera, terminados por dos o tres nuditos obtusos y sin surcos, que son los ostíolos de los peritecios ; los peritecios sumergidos en el estroma varían de número de 1 a 6 y con frecuencia varios de ellos abortan y permanecen estériles; son globosos (120-180 y, diám.), hallándose formados por una membrana sin textura visi- ble, carnosa parda que se vuelve carbonácea y opaca en el ostío- lo; los ascos son muy pequeños, ofreciendo la parte superior esporífera elíptica o trasovada (15 y. X 3-4 y), obtusa al ápice y cuneiforme en la base, prolongándose en un corto y delgado pe- dicelo (4-64. < 1 y.) tenaz que mantiene el asco fuertemente adhe- rido a la capa prolígera, conteniendo cada asco S esporas y care- 170 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ciendo en absoluto de paráfises; las esporas son cilíndricas más o menos arqueadas obtusas en ambos extremos (3,5-4 y X 1 1), aparentemente incoloras cuando aisladas, pero en conjunto de color oliváceo pálido. S. Eutypa heteracantha Sacc. = Sacc., Syll. fung., vol. L, pág. 177. Hab. Muy frecuente sobre las ramas muertas caídas o aun adheri- das al árbol de Naranjo amargo, de Naranjo dulce y de Limón, en las quintas de los alrededores de la Asunción. Obs. Especie neta y exclusivamente saprófila sin importancia eco- nómica alguna, pues hasta todos sus estados metagenéticos son también saprófilos. 9. Eutypa paraguaya Speg. (n. sp.) Diag. Lejostoma; Stromate corticali ramos late ambiente intus ex- tusque nigerrimo, primo tecto-erumpente, serius cortice secedente denudato, seruposo-rugoso irregulari, superficem ligni plus mi- nusve atro-¡nquinante; perithecia stromate immersa monosticha, constipata v. relaxata, ostiolis conoideo-subhemisphaericis plus minusve exertis obtusis laevibus; asci cylindraceo-subclavati breviuscule pedicellati, aparaphysati octospori; sporae medio- cres subdistichae cylindraceae v. lenissime subnaviculares, in- aequilaterales v. subcurvulae, utrimque rotundatae atque minute 1-guttulatae, chlorinae. Hab. Sobre un tronco podrido de Naranjo amargo en los alrededo- res de la Asunción. Obs. Micromiceta exclusivamente saprófilo sin importancia econó- mica, que por sus caracteres macroscópicos es sumamente pare- cido a la E. heteracantha Sacc., de la cual, como de las demás afines, se aparta por sus ascos cortamente pedicelados y siempre aparafisados. Las ramas invadidas al principio se hallan revesti- das por su corteza, pero no tardan en perderla y quedarse desnu- das, ofreciendo entonces toda su madera cubierta por los estro- mas carbonáceos, negros y opacos (2-4 mm diám.) por dentro y por afuera, arrugádos o mejor dicho verrugosos, sobre cuyas pro- minencias aparecen sobresaliendo los ostíolos periteciales obtu- sos y lisos; los peritecios emplantados en el estroma son más o menos globosos, grandes (250-400 y. diám.), casi carbonáceos y coronados por un corto ostíolo obtuso y sin surcos, con la cavi- dad interna rellena de un mucílago pardo; los ascos, muy nume- ] / SOBRE ALGUNAS ENFERMEDADES Y HONGOS 171 rOSOs, son Casi cilíndricos (40-45 y. X 6-1 y), superiormente recdon- deados e inferiormente prolongados en pedicelo la mitad más corto (20 y. long.), conteniendo cada uno $8 esporas y careciendo del todo de parafises; las esporas son cilíndricas o muy levemen- te abarquichueladas (10-12 y, < 2-2,5 y), redondeada en ambos extremos, en cada uno de los cuales se observa un pequeñísimo vacúolo, inequilaterales o ligeramente encorvadas, de tinte acei- tunado muy pálido. 10. Cryptosporella aurantiicola Speg. (1. sp.) Diag. Stromata cortice innata immersaque subhemisphaerica sub- carbonacea atra; perithecia valsiformiter in stromatibus circi- nantia paucigregaria monosticha, globosa v. e mutua pressione difformia, coriaceo-submembranacea, ostiolis papillatis subconni- ventibus carbonaceis, non v. vix e stromatis apice protrudentibus ornata; asci subceylindracei antice rotundati subcrassiusculeque attenuato-pedicellati, octospori, aparaphysati v. paraphysibus paucis filiformibus commixti; sporae elongato-ellipticae utrim- que attenuatae ¡naequilaterales, subnaviculares, primo saepius 6-blastae, serius continuae grosse 2-guttulatae, hyalinae; an spe- cies immatura et melius ad genus Calospora transferenda ? Hab. Sobre las ramas muertas y medio podridas de Naranjo dulce en las quintas de la Asunción. Obs. Especie que también considero como totalmente saprófila y sin interés económico; las ramas afectadas no ofrecen caracteres externos específicos y sólo se notan en ellas ligeras protuberan- cias algo irregulares; practicando en dichas ramas una sección tangencial, se descubren entonces los estromas negros, relativa- mente pequeños, de forma discoideo-subhemisférica (1,5-3 mm diám.), los que refundiéndose con frecuencia se vuelven irregu- lares; tales estromas, negros y opacos por dentro y por afuera, de naturaleza casi carbonácea, anidan de 1 a 5 peritecios coriá- ceos, al principio globosos (200-300 y. diám.), más tarde, por la presión mutua, bastante irregulares y arrugados que terminan en la parte superior en un corto ostíolo obtuso carbonáceo que atraviesa el estroma y alcanza su superficie, sin sobresalir ma- yormente; la cavidad peritecial se halla rellena de una pulpa mucilaginosa blancusca, formada por un sinnúmero de ascos casi cilíndricos (pte spr. 120-150 y. < 20 ;,), suavemente enangosta- dos hacia ambos extremos, terminados superiormente en forma 1 JS Diag. Stromata plane superficialia, majuscula, intus extusque su- ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA redondeada y obtusa (con membrana poco o nada engrosada) y posteriormente cuneiformes y prolongados en corto y grueso pedicelo (25-30 y. 18 p), muy corta- mente pedicelados y contienen casi siempre 5 esporas en una sola hilera vertical; las esporas elíptico-alareadas (30 y X 10-12 y), obtusas o redondeadas en los extremos, rectas o levemente en- corvadas, con 3 tabiques transversales algo estrangulados, espe- cialmente el mediano, son de color oliváceo-rojizo, con las células AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XC 15 178 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA internas algo más obscuras, ostentando casi todas un gran va- cúolo interno. En la superficie del disco de algunos ejemplares se observa una ligera pruinulosidad de mechoncitos, formados por delgadas hifas (40-50 y, < 2-2,5 1) erectas, rectas o levemente onduladas, oliváceas en la base, algo más pálidas al ápice, que en su tercio superior ofrecen dientecillos laterales, en cada uno de los cuales asienta un pequeño conidio unicelular elíptico (2,5-5,5 4. >< 1- 1.5 y), obtuso, liso, incoloro. 18. Hysterographium porteñum Speg. = Speg., Fung. arg. pue. L. n* 100. — Sacc., Syll. fung., vol. IL, pág. 178. Hab. Sobre el tronco descascarado de un viejo Naranjo amargo, cerca de Pacú-cuá. Obs. Organismo saprófilo sin mayor importancia bajo el punto de vista fitonosológico. Los ejemplares paraguayos se apartan algo de los típicos, por tener los ascos levemente obelavulados (p. sp. 50-100 y, < 16-18 1), y brusca y cortamente pedicelados (101 XX 3 y). AMYLIROSA Spez. (n. gen.) Char. Dothideacea; stromata innato-superficialia, hemisphaéerica v. elobóso-depressa, coriaceo-subcarbonacea, glabra, intus extusqne atra; loculi subpolystichi, stromate omnino immersi non promi- nuli astomi globosi, tunica aegerrime a stromate distinguenda vestiti; asei cylindracel octospori paraphysati; sporae murifor- mes ellipsoideae, septis pluribus transversis uno alterovo longi- tudinali divisae, fuligineae. Genus habitu Melogramma accedens, ad Curreyam vergens, ab utroque, ut videtur, satis titeque distinctum, statum ascopho- rum Pseudhaplosporellae Speg., Pseudodiplodiae Speg., nec non Ephelidii Speg. sistens et cum ¡is metagenetice conjunctum, me- moriae Filiae meae dilectissimae, Amyl Rosa, recenter obitae, dicatum. 19. Amylirosa aurantiorum Speg. (n. sp.) Diag. Stromata innato-superficialia dense v. laxe gregaria saepe circinantia, hemisphaerico-depressa, parva vix colliculosa, atra opaca: loculi saepius distichi globulosi minuti astomi (an sem- per ?): asci cylindracei, apice rotundati, deorsum modice attenua- SOBRE ALGUNAS ENFERMEDADES Y HONGOS 179 to-pedicellati, octospori, paraphysibus filiformibus simplicibus longioribus obvallati; sporae oblique monostichae, ellipsoideae, transverse 1-2-3-4-5 septatae, saepe loculo uno alterove centrali longitudinaliter diviso, fuligineae, pellucidae. Hab. Sobre las ramas muertas y secas de Naranjo dulce (Citrus au- rantium Rss.) atacados por la Lepra explosiva, en los alrededores de la Asunción. Obs. Esta especie representa la forma metagenética que cierra el ciclo evolutivo del micete, que yo considero como causa de la Lepra explosiva del Naranjo; sólo se observa sobre las ramas cuya infección es relativamente más antigua y después de su muerte, no siendo, aparentemente, muy común; digo aparente- mente, pues es difícil de distinguirla, sin inspección a grandes aumentos, de las demás formas metagenéticas que la preceden. Los estromas son semiglobosos, deprimidos como boina de vas- co, redondos (1-2 mm diám. << 0,5-1 mm espes.), esparcidos irre- eularmente Oo más o menos en círculo concéntrico, fuertemente adheridos al substrato aunque del todo superficiales, coriáceos, casi carbonáceos, pardinegros por dentro y afuera, no lustrosos, lisos o irregularmente ondulados; en el interior de estos estro- mas, mirados con fuerte aumento, se descubren varias cavidades pequeñas (150-250 y. diám.), globosas o casi, en una sola serie o dos sobrepuestas, sin comunicación directa con el exterior, o sea sin ostíolo y sin pared propia bien distinta de la demás subs- tancia del estroma, rellenas de una pulpa gelatinosa parda for- mada por ascos y parafises circundados de líquido mucoso; los ascos son cilíndricos (p. sp. 80-100 y < 1,5-2 1) hialinos. Forma saprófila, de la cual no he podido hallar nineún otro estado metagenético. 21. Chaetophoma stromaticola Speg. (n. form.) Diag. Perithecia omnino superficialia, sparsa v. hinc inde paucl- eregaria, subglobosa, umbonatulo-ostiolata, glabra sed inferne hyphis repentibus laxe ramulosis olivaceis cincta, membranaceo- subcarnosula, contextu parenchymatico indistineto circa ostio- lam atro ceterum olivaceo; ostiolum parvum rotundatum sub- fimbriatulum; sterigmata parva simplicia monosperma hyalina: sporulae parvae elongato-ellipticae v. suboblanceolatae, utrim- que v. superne tantum rotundatae, laeves hyalinae, non v. pluri- euttulatae. SOBRE ALGUNAS ENFERMEDADES Y HONGOS 181 Hab. Sobre los estromas de Pseudodiplodia aurantiorum Speg., sobre ramas casi muertas de Naranjo dulce, en los alrededores de la Asunción. Obs. Ourioso epiparásito biótilo, del cual no he tenido la suerte de hallar los demás estados metagenéticos; tal vez sea especie útil, pues parece invada y destruya el mieromiceta de la Lepra explo- siva; es muy difícil de descubrir por su pequeñez y por anidarse en las partes más abrigadas y poco inspeccionables de los estro- mas de su huésped. Los peritecios son absolutamente superficia- les, hallándose a veces solitarios, a veces en pequenas colonias de 3 a 10, adhiriéndose al substrato por una escasa cabellera radiante que poseen en la base, formada de delgadas y delicadas hifas (3-4 y, diám.), oliváceas simples o algo ramificadas; son glo- bosos u ovalados (100 y diám. < 120 y alt.), pardos, con un ostíolo más obscuro en forma casi de pezoncillo con boca redonda, cuyo borde interno está adornado de algunas cortas pestanitas convet- entes, oliváceas, formados por una membrana algo carnosa de textura poco visible, casi parda; la superficie interna de las pare- des se halla toda revestida de una tupida capa de pequenos este- rimas (51 >< 1 1) enderezados, simples monospermos incoloros; las espórulas son a veces alargado-elípticas, redondeadas en am- bos extremos, otras veces son inversamente lanceoladas, con la extremidad superior redondeada obtusa y la inferior cuneiforme aguda (10-141, < 4-5 1), rectas o Casi, lisas incoloras, con uno o varios pequeños vacúolos internos. 22. Diplodia hesperidica Speg. = Speg., Funy. arg., pug. IV, n* 300. Hab. Sobre ramitas jóvenes muertas y semipodridas de Naranjo dulce afectado por Rizosepsia, cerca de la Asunción. Obs. Especie saprófita, de la cual no conocemos aún el ciclo meta- genético evolutivo, que no solamente cría sobre ramas sino tam- bién sobre hojas muertas y caídas. Los peritecios se hallan emplantados en la parte cortical, cubiertos al principio por la epidermis, después más o menos desnudos, subgloboso-deprimi- dos o casi lenticulares (150-180 y diám.), submembranosos, coriá- ceos, lampiños, sin textura visible por ser negros y casi opacos, perforados por un diminuto ostíolo redondo poco o nada salien- te; las espórulas son elíptico-cilíndricas (24-26 y, >< 10-12 y), redondeadas en ambos extremos, con un tabique mediano trans- versal que las divide en dos células superpuestas de igual tama- 182 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ño y forma, sin estrangulación, pero a menudo se observa un ligero adelgazamiento en la parte central de cada espórula, siendo el episporio liso y de color café muy obscuro casi opaco; dichas espórulas nacen en la punta de esterigmas incoloros baci- lares (10-15 1 X 3-4 1), solitarias y nunca van acompañadas por parafises. 23. Rhabdospora hesperidica Speg. (n. form.) Diag. Perithecia cortice innata, primo tecta dein erumpentia, len- ticularia, parva, subcarbonacea, ostiolo rotundo minuto pertusa; sporulae filiformes tenues, continuas hyalinae, rectae v. plus mi- nusve inaequilateraliter arcuatae. Hab. Sobre las ramas jóvenes, muertas por gumosis, de Naranjo dulce, en las quintas cerca de la Asunción. Obs. Estado metagenético de un mieromiceta saprófilo aún deseco- nocido. Los peritecios bastante numerosos, aislados o reunidos en colonias más o menos flojas, anidan debajo de la epidermis, la que con el tiempo suele caer dejándolos desnudos. y como su- perficiales; son muy pequeños y su forma es la lenticular (100- 120 y. diám.), membranoso-coriáceos, de textura no visible; las espórulas son filiformes muy delgadas (25-30 >< 1 ¡.), general- mente algo arqueadas especialmente hacia su extremo superior, continuas, incoloras. PSEUDHAPLOSPORELLA Speg. (n. gen.) Char. Est Haplosporella dothideacea, sive loculis parietibus propriis destitutis et astomis donata. 24. Pseudhaplosporella aurantiorum Speg. (n. form.) Diag. Stromata innato-superficialia, coriaceo-subcarbonacea, sub- hemisphaerico-depressa, intus extusque atra, loculis nonnullis subglobosis mono- v. poly- stichis, non prominulis, astomis v. obscure ostiolatis ?: sporulae obovatae v. obovato-ellipsoideae, continuae fuligineae, sterigmatibus vix brevioribus hyalinis sim- plicibus monospermis fultae, paraphysibus nullis. Hab. Sobre las ramas vivas del Naranjo dulce (Citrus aurantium Rss.) en el primer período de ataque de la Lepra explosiva, en los alrededores de la Asunción. Obs. Es la primer forma metagenética de la Amylirosa aurantiorum Speg. Los estromas superficiales, pero fuertemente adherentes al SOBRE ALGUNAS ENFERMEDADES Y HONGOS 183 substrato, más o menos numerosos y tupidos, se hallan distribui- dos irregularmente y a veces en círculos concéntricos, siendo subhemisféricos depresos (0,5-1,5 mm diám. y espes.), coriáceo- carbonáceos, adentro y afuera negros, lisos opacos; en su interior ofrecen de 5 a 10 cavidades o lóculos más o menos globulosos (150-200 y. diám.), sin paredes heterogéneas al estroma, sin ostío- lo, teniendo la superficie interna revestida por una capa prolífera parenquimática incolora, de la cual surge una capa de esterigmas bacilares (10-20 y, < 2-3 p.) simples hialinos, cada uno de los cua- les sostiene una sola espórula; tales espórulas son lo más a me- nudo elíptico-trasovadas (15-26 y, < 12-16 y), redondeadas y muy obtusas en el extremo superior, posteriormente cuneiformes y terminadas en punta tronchada, de episporio por toda la superti- cie bastante delgado, que permanece largo tiempo incoloro, aún después que el protoplasma ha adquirido una coloración café muy intensa, ostentando a veces varios vacúolos; no he hallado nunca parafises. PSEUDODIPLODIA Speg. (n. gen.) Char. Est Diplodia dothideacea sive stromata innato-superticialia loculos parietibus propriis nee non ostiolis destitutos proferen- tia ; sporulae ellipsoideae biloculares fuligineae. 25. Pseudodiplodia aurantiorum Speg. (n. form.) - Diagy. Stromata adnato-superficialia, hemisphaerico-depressa, sub- discoidea, intus extusque atra opaca, subcoriáceo-carbonácea, glabra laevia v. vix colliculosa; loculi plus minusve numerosi, non prominuli, constipati, subglobosi astomi, saepius monosti- chi; sporulae mediocres elliptico-obovatae, medio v. parumn infra 1-septatae, non v. vix constrictae, fuligineae, sterigmatibus bacil- laribus conspicue brevioribus monospermis fultae, paraphbysibus plane destitutae. Hab. Estado metagenético final del primer período o inicial del se- eundo período de la Amylirosa aurantiorum Speg., por lo tanto bastante común sobre las ramas del Naranjo dulce (Citrus auran- tium Rss.) invadidos por la Lepra explosiva, en los alrededores de la Asunción. Obs. Los estromas irregularmente esparcidos o ceircinantes, son semiesférico-deprimidos discoidales, asemejándose a pequeñas gorras de vaseo (1-2 mm diám. < 0,5-1 mm de espes.), subcar- / 184 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA bonáceo-coriáceos, negros y sin lustre por adentro y por afuera, lisos o levemente ondulados; las cavidades esporulíferas inter- nas o lóculos, bastante numerosos y apretados, son en general monósticos, de forma entre globosa y cuboidea (150-200 y, diám.); las espórulas son elípticas, con tendencia a veces trasovada (20- 24 1, >< 12-14 y), redondeadas en ambos extremos con un tabique transversal al medio o algo más abajo que las divide en dos célu- las sobrepuestas, de las cuales la inferior resulta con frecuencia algo más chica, con episporio relativa y uniformemente delgado, liso y de color caoba obscuro, como el endoplasma encerrado a veces con algún vacúolo; estas espórulas nacen solitarias al ápi- ce de esterigmas bacilares algo más cortos (12-16 y < 2 ¡1), sim- ples, incoloros; nunca he podido hallar parafises. EPHELIDIUM Speg. (n. gen.) Char. Stromata innato-superficialia, hemisphaerico-depressa, parva 26. atra, subcarbonaceo-coriacea; excipula periphaerica stromate innato-erumpentia discoidea minuta margine pectinato-ciliata, disco planiuscula, pallida; sporulae lineares, pluriseptatae, hya- linae, sterigmatibus bacillaribus monospermis acrogenae. Ephelidium aurantiorum Speg. (n. form.) Diagy. Stromata laxe v. dense gregaria, inordinata v. circinaníla, parva; excipula pusilla, margine setulis olivascentibus sursum grosse laxeque patentim denticulato-subramulosis, denticalis saepius apice truncato-bilobis; sporulae cylindraceo-subfusoi- deae, utrimque acutiusculae, rectae v. leniter curvulae, 3-5- septatae laeves. Hab. Bastante escasa sobre las ramas del Naranjo dulce afectado por la Lepra explosiva en su segundo período de evolución. en los naranjales de los alrededores de la Asunción. Obs. Estado picnídico de la Amylirosa aurantiorum Speg.; los es- tromas son por forma, tamaño y naturaleza iguales a los que he- mos descrito para el estado ascóforo y demás estados esporulí- feros, apareciendo a la fin del segundo período de la enfermedad en proporción bastante limitada. Los excípulos aparecen perifé- ricamente en la superficie en número de 3 a 10 para cada estro- ma, siendo erumpentes y más o menos discoidales (200-250 y, diám.) ofreciendo sus bordes provistos de una serie tupida de curiosas pestañas que constituyen una especie de corona ceni- SOBRE ALGUNAS ENFERMEDADES Y HONGOS 185 cienta para cada excípulo; tales pestañas son derechas, casi con- tinuas simples (75-100 4 < 4-5 1), de tinte muy pálido amari- llento-oliváceo, en su cuarto superior, revestidas de numerosas ramitas o mejor dientes salientes casi a ángulo recto, cortos, gruesos y obtusamente bifurcados al ápice; el disco abierto al medio de esta corona es blanco amarilloso y pulverulento hallán- dose revestido por las espórulas, las cuales son enderezadas ci- Indrico-fusoideas (40-50 y. < 4-5 1), levemente adelgazadas ha- cia ambos extremos, agudas y algo encorvadas en el superior, incoloras, generalmente con 3 (rara vez con 5) tabiques transvetr- sales, que las dividen en 4 ó 6 células más o menos de igual lon- gitud, sin estrangulaciones, naciendo cada espórula solitaria al ápice de un esterigma bacilar (20 1 >< 2 1) algo engrosado al vértice, incoloro. 27. Cladosporium citri Massee = Text book of Plant Diseases, pág. S8, lám. 19, fig. 57 (15899). Hab. Sobre hojas de lima (Citrus limetta Rss.) en una quinta a mi- tad camino entre San Lorenzo y San Antonio, octubre. Obs. Varios cultivadores de agrios me comunicaron que la enfer- medad de las verrugas atacaba también a las Toronjas, al Na- ranjo dulce y a los Limones, pero yo no tuve la suerte de poder confirmar de visu estas afirmaciones. Según algunas personas esta enfermedad sería tan sólo una forma da la descrita por los Ilustrados fitonosólogos italianos Briosi y Farneti con el nombre de Ruggine bianca, pero comparándola con un ejemplar de esta 'aracterística alteración que hace tres años me remitió amable- mente de Chile el doctor Carlos Porter, no veo absolutamente ningún punto de contacto entre las dos afecciones, menos la co- munidad del huésped. Las hojas (y a veces también las ramitas tiernas y los frutos jóvenes) ofrecen, por lo general, un tinte clorótico ama- rillento difundido, rara vez y tan sólo a la vejez pueden osten- tar manchas parduscas indefinidas; su superficie está siem- pre fuertemente abollada y casi arrugada, pues la afección al principio afecta las nervaduras que cesan de crecer en armonía con el parénquima intermediario. Las verruguitas aparecen pri- mero en la cara inferior, haciendo erupción sólo más tarde y en menor cantidad también en la superior; al iniciarse son muy pe- queñas y muy poco salientes casi puntiformes, pero más tarde o 156 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA se refunden varias juntas o proliferan formando nódulos de la 2 milímetros de diámetro y de altura con la superficie eranulosa, casi como una coliflor, de un hermoso color de ladrillo, simulan- do casi el aspecto de una Uredinácea; mientras a lo largo de las nervaduras son siempre muy irregularmente numerosas y api- nadas, por el contrario, en la lámina foliar a veces se disponen en agrupaciones concéntricas o discoidales de 5 hasta 10 milímetros de diámetro; el color ecarnecino o acanelado de los tubérculos ju- veniles se vuelve pardo en la vejez por una costra aceitunada que paulatinamente los va recubriendo; en este estado, a primera vis- ta, uno se hallaría macroscópicamente inclinado a tomarlos por efectos de algún pequeño parásito animal. La sección microscó- pica de los tubérculos muestra al interior casi sólo células pseu- does clerosas y la periferia externa se halla revestida por un tu- pido afelpado de hifas muy ramificadas y entrelazadas irregulares aceitunadas que se transforman en la superficie entera en una capa de esterigmas baculiformes (15-20 1. X 4-5 1) levemente ondulados y terminados al ápice por un pezoncillo más o menos agudo sobre el cual se desarrolla un solo conidio incoloro y lige- ramente ahumado alargado-trasovado (10 1 << 4 y), obtuso en la extremidad superior, agudo en la inferior, al principio siempre unicelular continuo, y más tarde, muy a menudo, con un tabi- que transversal más o menos excéntrico, que lo divide en dos células superpuestas, cada una con un pequeño vacuolo. 28. Harpographium fasciculatum Sacce. = Sacc., Syll. fung., vol., 1V. pág. 619. Hab. Sobre la cáscara de gruesas ramas muertas y medio podridas de Naranjo amargo en los alrededores de la Asunción. IS / E Obs. Forma conidica de la Hutypa heteracantha Sacc., ambos esta- dos matagenéticos de un único micromiceta del todo saprófilo. Los ejemplares paraguayos se alejan alge del tipo por tener la parte superior fértil de los estípitos algo comprimida y, por lo veneral, tronchada al ápice: los conidios son lineares u oblan- ceolados (12-18 y < 2-31.) rectos o arqueados, incoloros, lisos. 29. Fumago oosperma Speg. = Speg., Fung. alg. paulistani, vn 13%. Hab. Bastante frecuente sobre las hojas vivas de los Mandarines (Citrus deliciosa Ten.) invadidos por el Hollín en los alrededores de la Asunción. (Ku) (Yo) -] % 10. SOBRE ALGUNAS ENFERMEDADES Y HONGOS 18 Obs. Forma micélica que a pesar de su difusión nunca he podido hallar en fructificación bien definida; los ejemplares paraguayos jamás me ofrecieron los conidios suplementarios fusarioideos de los típicos brasileños. Las hifas superficiales flojamente adheri- das a la epidermis (con mayor frecuencia en la cara superior) se hallan formadas por artículos, todos de color pardo obscuro. en parte subgloboso-angulosos muy apretados simulando un te- jido parenquimático submembraniforme, en parte cilindrico-elip- soideos (S-20 y < 5-8 y.) unidos en cadenitas, cada uno con 1 ó 2 grandes vacúolos; los pretendidos conidios son irregularmente diseminados constituyendo grupos casi esclerotiformes cuyo ta- maño es sumamente variable (20-35 y. diám.). EXPLICACIÓN DE LA LÁMINA PSEUDHAPLOSPORELLA durantiorum Speg. Estroma seccionado verticalmente mostrando los lóculos internos *”/. PSEUDHAPLOSPORELLA «urantiorum Speg. Grupo de espórulas de diferentes edades sobre sus esterigmas %/. PSEUDHAPLOSPORELLA aurantiorum Spegs. Tres espórulas maduras aisladas, una de ellas sobre su esterigma *%/, . PSEUDODIPLODIA aurantiorum Speg. Estroma seccionado verticalmente mos- trando los lóculos internos ?”/,. PSEUDODIPLODIA dauwrantiorum Speg. Estroma seccionado transversalmente mostrando la distribución interna de los lóculos **/,. . PSEUDODIPLODIA «urantiorum Speg. Grupo de espórulas y espórulas aisladas “maduras /, EPHELIDIUM auwrantiorum Speg. Estroma entero visto del exterior mostrando los excípulos periféricos mas o menos desarrollados **/,. EPHELIDIUM aurantiorum Speg. Sección vertical de un excípulo mostrando su asiento y estructura */.. . EPHELIDIUM aurantiorum Speg. Grupo de pestañas marginales de los excípu- 250/ los EPHELIDIUM aurantiorum Speg. Grupo de esterigmas, algunos llevando aún espórulas +. . EPHELIDIUM aurantiorum Speg. Espórulas aisladas maduras . ÁMYLIROSA «urantiorum Speg. Estroma seccionado verticalmente mostrando restos periféricos de Ephelidium y la distribución interna de los lóculos */,. . ÁMYLIROSA aurantiorum Spes. Grupo de ascos y paralfises en diferentes esta- dos de madurez */. AMYLIROSA aurantiorum Speg. Esporas maduras aisladas mostrando su gran polimorfismo *%' ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 188 LA REFORMA UNIVERSITARIA % Pok EL DOCTOR JOSÉ ARCE El distinguido disertante fué presentado al numeroso auditorio por el pre- sidente de la Sociedad Científica, ingeniero Santiago E. Barabino, quien, en esa ocasión, recordó la valiosa labor científica y didáctica del profesor doc- tor Arce con las siguientes palabras : «El doctor Arce siendo estudiante en 1901, fué uno de los redactores de los Anales del Círculo médico argentino, y más tarde (en 1904) director de los mismos. «Doctorado en 1903, ocupó el cargo de ¡jefe del servicio de cirugía de urgencia en el hospital J. A. Fernández; y en 1905, los de ¡jefe del de hombres, en el mismo ; y jefe del de mujeres en el Teodoro Álvarez. En 1910 ocupó en este hospital la jefatura del servicio de cirugía de hombres. En 1914 fué cirujano del hospital Fiorito y del Instituto modelo de cirugía médica. « Entre sus numerosos e importantes trabajos científicos, sólo recordare- mos : «La Yeyunostomía y sus indicaciones, Tratamiento de los quistes unilo- culares del hígado, Zur Technik der Gastrostomie und Jejunostomie, Procédé commun a la yastrostomie et a la jejunostomie, L*opération de Posadas dans le traitement des quistes hydatiques, Résultats tardifs. La movilización post- operatoria en la tuberculosis de la rodilla, Nuevo procedimiento para la fija- ción parietal de los ligamentos redondos en las retrodesviaciones uterinas fijas, Concepto de la apendicitis y de su tratamiento, Refrectomía lumbar con rese- cación y doble ligadura de la vena cava inferior, Anestesia intraraquiídea con novococaína, Raquinovococaimización, Tratamiento de las peritonitis agudas generalizadas, Tratamiento quirúrgico de la litiasis biliar, Resultados aleja- (1) Conferencia dada en la Sociédad Científica Areentina el 5 de junio de 1920, 190 ' ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dos de mis procedimientos para corregir las retrodesriaciones uterinas, Prata- miento quirúrgico de las úlceras del estómago y del duodeno, La laparatomía estrelladas en las intervenciones sobre las vías biliares y, en general, en las intervenciones en el abdomen superior ; y muchos otros, muy interesantes. En conjunto más de setenta trabajos. «El doctor Arce ha merecido, como profesional e intelectual, numerosas distinciones. Sólo recordaremos las siguientes : en 1903 obtuvo el premio « Medalla de oro » de la Escuela de medicina ; en 1907, delegado del gobier- no en el Congreso médico latino de Montevideo. Miembro correspondiente de la Academia de medicina de Río de Janeiro. En 1909, delegado del go- bierno argentino al Congreso médico latino-americano de Río de Janeiro. En 1911, presidente de la Sociedad médica argentina. Correspondiente de la Sociedad de cirugía de Río de Janeiro. En 1914, Académico de la Uni- versidad de Buenos Aires (ciencias económicas). En 1917, delegado de la Facultad de ciencias médicas ante la de Río de Janeiro. «En nuestra Universidad, fué consejero en 1910 de la Facultad de Cien- cias médicas ; reelecto en 1912, delegado de la Facultad de Ciencias médicas ante el Consejo superior. En 1918, decano interino para la reorganización de la Facultad ; etc., ete. « En el orden político ha sido : diputado a la legislatura de la provincia de Buenos Aires, desde 1909 a 1913 ; segundo presidente de la misma, desde 1912 a 1915; diputado al Congreso nacional, desde 1913 a 1920, en cuya cámara tuvo a su cargo el « Anexo de instrucción pública» para la prepara- ción del presupuesto, desde 1916 a 1920. » Acto continno el distinguido conferenciante se expresó del siguiente modo : Senores : La posición que ocupo en el gobierno de la Facultad de Ciencias médicas, mi actuación anterior en la dirección de la misma y la inter- vención que me ha cabido en la reforma universitaria últimamente sancionada, hanme obligado a aceptar la gentil invitación que, en nombre de las autoridades de esta casa, me hiciera mi distinguido amigo el doctor González. (Queda así explicada, y excusada, mi presencia en esta tribuna, que honra con sus prestigios a los conferenciantes que la ocupan. Conocido es el propósito, que ha tenido origen en el seno de esta meritoria institución científica, de reunir a la brevedad posible un Congreso de universitarios, donde puedan exponerse y discutirse las ideas dominantes en la actualidad, entre los que se ocupan, con inte- rés y con cariño, de los problemas suscitados en la evolución de nues- tra cultura superior. LA REFORMA UNIVERSITARIA 191 El vasto programa del Congreso, ha sido expuesto, antes de ahora, por el mismo doctor González, con la versación que todos nos com- placemos en reconocerle y con el entusiasmo que es la característica más relevante de sus producciones. Del programa de referencia, me interesan especialmente dos pun- tos : el gobierno de la Universidad y la enseñanza, y a ellos pienso referirme esta noche, mientras ocupo vuestra benévola atención. Gobierno de la Universidad. — Independizar las Facultades, supri- miendo el Consejo superior y Rectorado, para hacerlas depender di- rectamente de los distintos departamentos del gobierno, según la ín- dole de las disciplinas en ellas cultivadas — idea ésta que ha sido sostenida entre nosotros desde las bancas del Congreso nacional, por la representación socialista — equivale a enajenar la relativa auto- nomía actual, por un puñado de lentejas, o sea por el importe del pre- supuesto del Consejo superior. Tan discutible y mísera economía no compensa, ni con mucho, los inconvenientes de una intromisión inmediata y continua de los pode- res políticos, en la dirección y administración de los intereses uni- versitarios. Bastará recordar los treinta planes de instrucción secun- daria, decretados en los cincuenta y ocho años corridos desde la organización nacional definitiva, para apreciar uno solo de los múlti- ples aspectos de la perturbación a que quedarían sometidos los estu- dios superiores, si se aceptase una idea semejante. Me apresuro a agregar que, teóricamente, no la combato; pero co- mo no es posible vivir realizando ensayos más o menos aceptables, con prescindencia de las características del ambiente, debo pronun- ciarme en favor del sistema actual, tal como ha sido establecido en sus lineamientos generales por la ley 1597 y reglamentado en sus de- talles por los diversos Estatutos, desde el año 1885 hasta la fecha. El Rectorado y el Consejo superior, insumen al año — y me refiero al presupuesto de 1918, repetido o poco menos para 1919 ciento tres mil pesos, comprendidos, doce mil pesos que se invierten en la publicación de la Revista y esta suma representa solamente el 3 por ciento del total de los gastos de la Universidad. En cambio, el rector y el senado universitario, formado por dele- vaciones de todas las Facultades, constituyen el tribunal de apela- ción, donde se resuelven en última instancia todas las cuestiones ad- ministrativas y didácticas falladas por las Facultades, las cuales que- dan de esta manera substraídas a las influencias extrañas que podrían 192 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA eravitar en su solución, si hubieran de llegar hasta el despacho de los altos funcionarios políticos del Estado; intervienen en los planes de estudios para evitar repeticiones y cuidar la armonía del conjunto, sin menoscabo de lo que corresponda a cada una de las secciones que la han proyectado; tamizan las ternas, para interponer entre las Fa- cultades que las votan y el Poder ejecutivo que nombra los profeso- res titulares, un espacio de tiempo suficiente para que las injusticias — caso de haberlas — puedan ser revisadas en casa y antes del pro- nunciamiento final que las vuelva irreparables; ajustan los gastos a los ingresos, teniendo a la vista las necesidades o las deficiencias de toda la cultura superior y cuidando de evitar los excesos que pudie- ran beneficiar a alguna o algunas de sus manifestaciones con perjul- cio de otras. A Y como en todos los casos, tanto el rector como los miembros del Consejo son emanación legítima de las Facultades que componen la Universidad, es hermoso, por cierto, constatar como los proble- mas que interesan a la familia universitaria se resuelven en su pro- pio seno y sin intervenciones extrañas. La unidad universitaria, instituida por la ley, es el primer paso dado en el camino de la autonomía, como que constituye la antono- mía técnica y administrativa, precursora de la autonomía financiera. Pero vengamos al gobierno de las Facultades que es el punto verda- deramente interesante. Gobierno de las Facultades. — Todas las opiniones coinciden en que la reforma de 1906, al quitar a las Academias el derecho de designar libremente y sin limitación alguna, las personas que habrían de inte- grarlas en casos de vacantes, consagró en la evolución de nuestras universidades, una conquista que tardaba en llegar y abrió nuevos y más amplios horizontes de verdad y de justicia en el gobierno de la enseñanza superior. Las Academias que, a partir de esa fecha, se llamaron Consejos di- rectivos, deberían oír propuestas de los profesores titulares, antes de proceder a integrarse, y sus miembros, en vez de ser vitalicios, se re- novarían por terceras partes cada dos años. La reforma era buena y eficaz; en la práctica no ofreció dificultades y con ella se ganaron in- discutibles beneficios. La ley atribuye a los catedráticos una importancia capital; cuida de su designación y garante su inamovilidad en determinadas condi- ciones. Nunca mejor cumplida, en consecuencia, que a partir de 1906, LA REFORMA UNIVERSITARIA 193 cuando el Estatuto hacía de los profesores catedráticos la unidad ba- se sobre la cual habría de reposar toda la armazón administrativa y directiva de la Universidad. Pero los catedráticos no se improvisan ; si las Facultades han de formar ternas, preciso es que tengan candidatos en vista para proce- der a su formación. De ahí que naciera y se desarrollara rápidamente el cuerpo de los profesores suplentes, almácigo de candidatos, donde las facultades encontraron términos para llenar tan delicada función. Los profesores suplentes — especialmente en algunas facultades — llegaron a constituir núcleos de hombres cultos y preparados que ha- cían honor a la Universidad y que ensayaron— antes de estar im- plantada — la docencia libre. Y sin embargo, esos hombres no tomaban parte en las asambleas de profesores que habrían de proponer candidatos para integrar los cuerpos directivos de las Facultades, a menos que ocupasen la cáte- dra en reemplazo del titular! Esta última circunstancia era excep- cional, pero en el hecho, bastaba para demostrar que los suplentes tenían capacidad para tomar ingerencia en el gobierno de las escue- las superiores. ¿ Y por qué esa capacidad habría de desaparecer cuan- do abandonaban la cátedra oficial, para ocupar, tal vez con igual o mayor brillo y entusiasmo, la cátedra libre ? La reforma de 1906 no había previsto el caso y la exclusión de los profesores suplentes de las asambleas en que se elaboraban los go- biernos de las respectivas Facultades, se hizo sentir a poco andar co- mo un verdadero anacronismo. Unos y otros, titulares y suplentes, enseñaban y votaban las promociones de los estudiantes, con lo cual compartían responsabilidades ante la Universidad y ante el país; no . era posible entonces acordarles distinto tratamiento en el momento de elegir autoridades. Es de advertir que si la ley no se refiere alos profesores suplentes, en su letra, no los omite en su espíritu, por cuanto — como tengo di- cho — al acordar a las Facultades la atribución de formar ternas, im- plícitamente les otorga las atribuciones necesarias para que esa fina- lidad sea debidamente llenada. He sostenido antes de ahora, y me complazco en repetirlo, que la creación del profesorado suplente, por CONCUISO, NO es UN injerto en el frondoso árbol de la ley 1597 ; por el contrario, constituye un brote auténtico y genuino de la misma, como que revive las ideas de su autor, el ilustre Avellaneda, quien origi- nariamente propuso el concurso para la designación de los profesores titulares, debiendo ceder más tarde de su propósito, ante la opinión AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XC 14 194 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA contraria del Poder ejecutivo. representado en ese entonces por el ministro Wilde. En consecuencia, si la reforma de 1906 fué sabia y progresista al otorgar a los profesores titulares una intervención decisiva en la elección de autoridades, la que otorgase una intervención igual o se- mejante a los suplentes sería también sabia y progresista como aquélla. La ley no se refiere para nada a los estudiantes. Según ella, la Uni- versidad está formada por las Facultades y éstas, por sus corporacio- nes directivas, no obstante que no sea posible referirse al gobierno de una colectividad con exclusión o prescindencia de la colectividad misma. El hecho tiene su explicación. Si, para la ley, las Facultades son los consejos directivos, es porque ella ha sido concebida y redactada con un concepto puramente administrativo, sin tener en cuenta que, andando el tiempo, una sección o Facultad de la Universidad de Bue- nos Aires, con más de cuatro mil alumnos inseriptos, en tiempos ¿o- mo los que corren, podría dejar de ser una repartición púbiica, para convertirse en una comunidad con cuerpo y muy especialmente con alma, con vicios y virtudes, con ideas buenas y malas, con movi- mientos justos e injustos ; podría dejar de ser una repartición pública, para convertirse en un pequeño pueblo, parte integrante del gran pueblo soberano, al que es necesario gobernar y orientar y hasta cas- tigar, pero al que no es posible mandar, ni desoir, cuando rugen en su seno incontenidos anhelos de mayor bienestar, de mayor progreso o de mayor justicia. Me he referido a los tiempos que corren, sin particularizarme con nuestro país, y dentro del mismo, sin pretender deslizar una alusión política, que no cuadra en esta tribuna; aludo a la honda perturba- ción social que agita los espíritus en todo el universo y que, por mo- mentos y en determinadas regiones, ha rectificado los conceptos que parecían más firmes en la evolución de la humanidad. La intervención de los estudiantes en la designación de las autori- dades universitarias, no encuadra, en consecuencia, ni en la letra, ni en el espíritu de la ley de 1885; y si bien no contradice expresa- y poreso ha podido incorporarse al Estatuto ac- mente la primera tual —contraría seguramente al último y por eso no vería inconve- niente en debatir la reforma legal, respecto de este punto, para que los poderes públicos se manifiesten concretamente sobre el parti- cular. » LA REFORMA UNIVERSITARIA 195 No he sido partidario de la intervención de los estudiantes en la designación de las autoridades universitarias; no lo soy tampoco en la actualidad. Reputo hoy, como en 1918, cuando en el seno de la Fa- eultad de ciencias médicas, fundara mi proyecto de reformas al Esta- tuto, que la representación de los estudiantes en los consejos direc- tivos es inconducente para la obtención de los fines que con ella se persiguen. Permitidme que repita mis palabras de entonces : « Respecto de la representación de estos últimos en el seno de los consejos directivos y aun a riesgo de afrontar la impopularidad a que esta opinión me condenaría en el caso de ser cierto que la masá es- tudiantil reclama dicha representación pienso que ella es incondu- cente para la obtención de los fines perseguidos. « Yo no puedo creer que la juventud que llega anualmente hasta las aulas de nuestra escuela, pretenda estar representada por el solo de- seo de estarlo o por el prurito de vanagloriarse de una conquista se- mejante. Creo, en cambio, que los estudiantes piden y necesitan ser oídos con más detenimiento; reclaman que sus areumentos buenos o malos, cada vez que peticionan ante las autoridades de la Universi- dad, sean pesados con exacto conocimiento de los móviles que los inspiran y anhelan, cada vez que una ¡idea nueva de evolución o de progreso surge en el ambiente espontáneamente cálido y entusiasta de sus tumultuosas asambleas, o cada vez que la Facultad se ocupa de todo cuanto se refiere a la enseñanza, que las autoridades respec- tivas acojan sus aspiraciones y se hagan cargo de todo cuanto ellos reputan conveniente a sus intereses, antes de pronunciarse o dictarse resoluciones definitivas. « Y bien ; para alcanzar estos fines, si el contacto diario con los pro- fesores que dirigen, auseultan y perciben sus más íntimos anhelos, no fuese suficiente para que los consejos directivos formados y elegi- dos por dichos profesores, se compenetren bien de todo cuanto con- cierne a los estudiantes, nadie mejor que ellos mismos para conse- guirlo, sin intermediario de ninguna especie, desde que, en la vida de la Universidad, no se concibe la designación de representantes con mandato imperativo. « Por eso, el proyecto, avanzando un paso más en la reforma inicia- da en 1906, establece que el representante de los gremios estudianti- les, que en la actualidad viven vida propia y próspera, en relación continua y de las más cordiales con las autoridades de cada una de las Facultades, ha de ser invitado a todas las reuniones de las comi- 196 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA siones internas de los consejos directivos, en cuyo seno se ventilan y resuelven en primera instancia las cuestiones que afectan a la ense- nanza y a los estudiantes y aun a las reuniones de los consejos mis- mos, cuando éstos deliberen sobre dichas cuestiones y se le solicite u ofrezca ampliación de informes. « Kn esta forma, se contemplan las verdaderas necesidades de la po- blación universitaria y se asegura, con el mayor acopio de anteceden- tes, areumentos y maneras de ver, el mayor acierto en las resolucio- nes, que dentro de su respectiva órbita de atribuciones y deberes, dic- tan las autoridades de las Facultades y de la Universidad. «Por el contrario, un representante con voz y voto, en el seno mis- mo del Consejo y pertenezca; o no a la escuela, gravitará de muy dis- tinta manera: si pertenece a la escuela, porque se relajará la discipli- na y la vinculación con sus electores, perturbará el desempeño de sus funciones ; y si no pertenece a ella, porque le será muy difícil compe- netrarse de sus necesidades y de las de los estudiantes. De todas maneras, y en el caso de que el honorable Consejo superior estime conveniente sancionar y el Poder ejecutivo aprobar una medida de esta índole, pienso que los estudiantes deben elegir sus representan- tes con absoluta independencia, no estando lejos, por mi parte, de afirmar, que nada mejor podrán hacer que elegir un estudiante. » De acuerdo con estas ideas, se proponía un agregado en el artículo 32 — que se refiere a las atribuciones de los consejos directivos — en la siguiente forma : « Inciso 26 (nuevo). Disponer que el presidente del Centro de estudian- tes de la Facultad respectiva, o la persona que ejerza su representación, sea invitado a las reuniones de sus comisiones internas, en las que ten- drá voz, y asus propias reuniones, siempre que deba considerarse alguna petición estudiantil y al solo efecto de ampliar informes o evacuar los que el Consejo estime conveniente solicitarle ». Esta disposición y la publicidad de las sesiones hubieran bastado para concluir con el hermetismo académico y con ciertos prestiglos hechos a base de silencio, al obligar a los actores, como en el teatro eriego y al principio de la representación, a decir quiénes eran y qué se proponían. Pero las autoridades universitarias de entonces — me refiero a 1915, año de la última reforma — pensaron de otro modo; resistieron la reforma y para resistirla, la retardaron. El efecto no se hizo esperar; los estudiantes reclamaron su repre- sentación específica en el seno de las facultades, como la única mane- LA REFORMA UNIVERSITARIA 197 ra de morigerar la tendencia asaz conservadora de los dirigentes. Puestas frente a frente, estas dos fuerzas, de las cuales la última no podía contar con el apoyo del gobierno, mientras que la primera co- nocía esa circunstancia y se sentía enardecida por los sucesos de la Universidad de Córdoba, el conflicto era inevitable y en ciertos mo- mentos estuvo a punto de iniciarse. Fué entonces que el criterio sereno y reposado del rector de la Universidad, doctor Uballes, y del consejero doctor Bermejo, salvó la situación. Contra la opinión de la mayoría de la comisión asesora del Consejo superior, de que formaban parte, propusieron la participa- ción de los profesores suplentes y de representantes de los estudian- tes, en la asamblea electoral constituída, hasta entonces, solamente por profesores titulares. El Consejo superior hizo suyo el dictamen de la mayoría de la comisión; pero el Poder ejecutivo aceptó el de la minoría. Durante la larga y engorrosa tramitación del asunto, tuve muchas veces oportunidad de cambiar ideas, con mi grande y buen amigo el señor rector y recuerdo que, alentándolo a seguir por el buen camino elegido y sin hacer misterio de mis ideas contrarias a la ingerencia de los estudiantes en la designación de autoridades, hube de mani- festarle mi profunda convicción de que, a no mediar una solución ecléctica como la propuesta, la Universidad corría hacia el desquicio. Al habla, al mismo tiempo, con los dirigentes del movimiento es- tudiantil que, no pudiendo esperar gran cosa del universitario recla- maban del diputado la inmediata reforma de la ley, me impuse como un deber al que no podía sustraerme, el de colaborar en la medida de mis fuerzas en la solución del grave problema. Los estudiantes — sin abandonar la idea de la reforma legal — concluyeron por aceptar a manera de anticipo la reforma estatutaria, en la forma propuesta por el doctor Uballes y éste, a su vez, con un concepto claro de sus res- ponsabilidades y ampliando los horizontes de la reforma, propuso y consiguió que el Consejo superior aceptase dos medidas absoluta- mente indispensables: la docencia libre y la libre asistencia «a clase. Dejo así explicada la evolución de mis ideas al respecto, desde la presentación del proyecto de reformas a que antes me referí, hasta el momento en que — frente a la posibilidad de un conflicto serio, seme- jante al de Córdoba y a su casi obligada consecuencia, la interven- ción del Poder ejecutivo en la Universidad — prestigié decididamen- te la participación de los estudiantes en la designación de las autori- dades de la misma. 198 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Oreí entonces, y sigo creyendo ahora, que esa evolución resultaba indispensable para salvaguardar los intereses fundamentales de nues- tra gran casa común y afirmo con satisfacción que la reforma decre- tada por el gobierno — pero camplida sin su intervención — ha pro- ducido beneficios que compensan con exceso todo cuanto ella pueda ofrecer de criticable. Bien sé que espíritus contrarios a la transformación experimenta- da, sea por hostilidad al gobierno, al rector de la Universidad, o a alguno de los que la hemos defendido, habrían preferido que la des- aparición del régimen anterior arrastrase a Sansón con todos los Fi- listeos, aun cuando ello hubiese exigido el derrumbamiento del tem- plo o sea de la Universidad. Sé también que esos mismos espiritus, traerán a colación, para desacreditar la reforma, las incidencias ocu- rridas en la Facultad de medicina con motivo de la elección del de- cano o las que perturbaron transitoriamente la Facultad de derecho, con motivo de la renuncia de todos los miembros del Consejo direeti- vo; pero es necesario mencionar el reverso de la medalla, o sea lo ocurrido en la primera con motivo de la implantación del examen de ingreso, y en la segunda con motivo de la intervención del doctor Que- sada, del interinato de los doctores Sáenz y Jofré, y de la elección del doctor Melo. Porque si bien es cierto que la Facultad de medicina se privó de la dirección de hombres distinguidos como Palma y como Méndez, la renuncia del primero demostró que aun los opositores más decididos a la reforma amaban suficientemente a la Universidad como para sacrificar legítimas aspiraciones personales, en aras de los intereses colectivos; y la del segundo, que los estudiantes, al prestigiar su de- signación, se habían movido por ideales y no por personalismos. Y porque si bien es cierto que la Facultad de derecho se privó de uno de los exponentes más altos de nuestra cultura universitaria, el doctor Zeballos, la recordada incidencia probó, bien a las claras, quela Universidad puede resolver en su seno, por el órgano de sus” autoridades y sin intervenciones extrañas, los más graves conflic- tos que puedan presentarse y perturbar su accion cultural y de pro- greso. Se contestará que nada de esto hubiese ocurrido sin la reforma y que es precisamente la participación electoral de los estudiantes la que acarrea todas las perturbaciones. No lo sé, pero no lo creo; y para ello me fundo en hechos de fácil recordación : los escándalos y la ac- ción de la cachiporra en Córdoba; la muerte de un inocente en La La REFORMA UNIVERSITARIA 199 Plata. ¿ O los que no piensan conmigo hubieran preferido la comision de crimenes semejantes en Buenos Aires ? Se insistirá : es que ni una ni otra cosatienen explicación, si no fue- se la pasividad indiferente del gobierno, frente a la subversión del orden y a la falta de respeto por el principio de autoridad. Tal vez! nadie ha combatido más que yo para evitar el predominio pohitico de los hombres que actualmente rigen los destinos del pais : y cuidado! que entre los que ahora eserimen este argumento, no resulten figurar muchos que no podrian confesar públicamente. sl sonrojarse, por quien votaron en abril de 1916! ¿No seria preferible declarar lealmente que una y otra cosa pueden derivar de la profunda perturbación moral que agita las sociedades humanas, desde hace algunos años, tanto en Europa, como en ambas Américas ? Creo que si. Los distubios de 1905 y 1906 no fueron la consecuencia de una reforma del Estatuto. sino que por el contrario la provocaron. En esa época viviamos en pleno « viejo regimen »: el principio de autoridad y el orden eran severamente mantenidos: el gobierno se solidarizaba siempre con las autoridades de la Universidad; amonestaba severa- mente a las delegaciones estudiantiles que llegaban hasta el despa- cho de los Ministros y hasta decretaba la cesantía de profesores. Los desórdenes fueron, sin embargo, mayores que en la actualidad y en- gendraron una reforma más liberal, con relación al Estatuto entonces en vigor, que lo que es la actual con relación al aprobado en 1906. En resumen. la disposicion del articulo: 26 del estatuto actual, al erear una asamblea compuesta de profesores titulares. profesores su- plentes y delegados de los estudiantes de los cursos superiores, por iguales partes, con la atribución de proponer al Consejo directivo candidatos para las funciones directivas de la Facultad y de la Uni- versidad, importa un progreso evidente enel régimen de la instrue- ción superior, que nadie discute por lo que se refiere a los profesores asi titulares como suplentes y que, por lo que respecta a la represen- tación estudiantil, ha dado hasta el momento actual excelente resul- tado, debiendo ser observada todavia por algún tiempo. para poder argiíir con fundamento contra sa implantación. Y si en el fondo de mi esptritu hubo una sombra de duda, con re- lación a mi propia actitud en septiembre de 1915, al abandonar mis ideas de agosto del mismo año, actitud cuyas causales he explicado en el curso de esta conferencia, ella ha desaparecido totalmente en la actualidad, después de las experiencias realizadas. 200 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En consecuencia, y para terminar con esta primera parte de mi ex- posición, me pronuncio en favor del mantenimiento del régimen ac- tual, con sus inconvenientes y sus ventajas ; una vez adquirida ma- yor experiencia y desaparecidas las circunstancias anormales porque atravesamos, al igual de otros paises, se podría resolver el punto en forma definitiva. Cabe agregar que la cuestión en debate debe reducirse a la parti- cipación acordada a los estudiantes para intervenir en la designa- ción de autoridades, por cuanto las demás disposiciones legales y es- tatutarias en eb son, a mi juicio las que mejor resuelven nn acer- tado gobierno de la Universidad y de las facultades en un ambiente como el nuestro. Enseñanza. — Nada hay más difícil que fijar reglas de conducta en materia de enseñanza; me atrevo a agregar que nada hay más Inofi- closo. Reglamentar las obligaciones mínimas del profesorado un!versita- rio puede ser una necesidad, desde el punto de vista de la estructura administrativa de una casa de enseñanza superior, para recordar a todos con la ley escrita, que la primera regla de conducta exigida por la convivencia social es la supeditación de los intereses o caprichos individuales a los colectivos, desde que, en el caso contrario, la socie- dad no tendría razón de ser. Pero de esto a pretender la solución de los problemas que plantea el estado actual de nuestra enseñanza superior, con ordenanzas más o menos detallistas, que ajusten los actos del profesorado a normas prefijadas, media un abismo. Establecida la corriente eléctrica que presta su energía y el deter- minismo dinámico, una máquina se mueve siempre de la misma ma- nera y produce siempre los mismos resultados ; pero el cerebro huma- no y especialmente el de un hombre culto y medianamente inteligente por lo menos, como debe serlo un profesor, presentará a la observa- ción cien orientaciones distintas en un lapso de tiempo de veinte y cuatro horas. No hay dos hombres iguales. ¿Cómo habrían de existir dos profe- sores iguales ? En consecuencia, el profesorado debe moverse con amplia libertad en el desempeño de su misión. ¿ Quiere esto decir que a la inversa de lo que ocurre en el campo administrativo, en el cual admito como una necesidad la fijación de algunas reglas de conducta, en el de LA REFORMA UNIVERSITARIA 201 la docencia cada profesor puede enseñar lo que buenamente quiera ? En el terreno especulativo, sí; porque el solo carácter de docente en propiedad, debiera suponer un equilibrio suficiente, como para de- dicar el tiempo con provecho. En el terreno de la práctica, no; porque, si los profesores son hombres, hombres, y por lo tanto falibles, son quienes los nombran, y en consecuencia susceptibles de error; porque los profesores son hombres, y en consecuencia susceptibles de perder el primitivo entusiasmo y hasta de cambiar de orientación ; porque son hombres, y en consecuencia pueden relajar su moral, hasta el pun- to de dejarse estar en una cátedra que, siempre da espectabilidad y acuerda honra, cuando no se siente honrada por quien la ocupa, y es- pecialmente entre nosotros, porque casi todos, por no decir todos, ri- cos o pobres, pretenden hacer uso de un indiscutible derecho indivi- dual — el de la jubilabión o renta sin trabajo — aunque para alcanzarlo deban posponer los derechos más sagrados de la colectividad que concurre a las aulas y que constituye la única razón de ser de la Universidad ! Por eso es necesario que el gobierno de las Facultades fije una orientación a la enseñanza, que puede, que debe en muchos casos, va- riar cada dos, tres o cinco años, para no quedar atrás; porque, si en el reloj del tiempo las agujas avanzan siempre, en el de la ciencia podrán marchar hacia atrás o hacia adelante, pero no se detienen Jamás. Excepto esta ligera limitación, imperiosamente exigida por la 1m- perfección de toda obra humana, el profesorado debe gozar de la más absoluta libertad de enseñar, para que de esta manera la iniciativa individual no se sienta coartada y produzca sus frutos. Pienso que los profesores universitarios deben recordar, entre otras y como sus cuatro obligaciones principales, las siguientes : 1* Enseñar con entusiasmo y con dedicación ; lo primero, porque el entusiasmo es contagioso ; lo segundo porque, por definición, la ense- hanza es altruismo y quien se dedica a ella lo hace en obsequio a los demás, mientras que los diletantes enseñan, o hacen como que ense- nan, por su propio interés. 2” Enseñar todo cuanto se sabe y de la mejor manera posible, per- siguiendo un solo fin : el de ser comprendido, aun cuando para ello sea necesario, descuidar la forma y prescindir de todo recurso de ora- toria. 5” Enseñar especialmente los hechos bien adquiridos y los concep- tos fundamentales que de ellos deriven, para fijar bien el rumbo y no 202 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA perderse en los detalles. Para los estudiantes la ciencia es una selva virgen; el profesor debe limitarse — pues de otra manera no lo haría bien —a abrir las grandes picadas, marchando por las cuales, detrás del profesor, los alumnos curiosearán a derecha e izquierda y empe- Zarán a verpor sus mismos ojos dónde hay que abrir las sendas de segundo orden. 4* Enseñar sin dogma y mostrar con frecuencia que los profesores yerran como los demás mortales y que por eso es preciso aguzar el sentido para la observación y el criterio para la interpretación. Como una consecuencia obligada de los enunciados anteriores, co- rresponde desterrar el verbalismo, dedicando todos los esfuerzos a la enseñanza práctica y, cuando sea posible, experimental. Aun las disciplinas más abstrusas permiten esta forma de en- señanza que tiene la enorme ventaja de aumentar la superficie de re- ceptividad, si se me permite expresarme así. El discurso llega a la mente de quienes lo escuchan, gracias a un sólo sentido, el del vido; la explicación práctica, objetiva, y con más razón la experimental, pone en juego los sentidos de la vista y del tacto, algunas veces del eusto y del olfato, y aun el sentido muscular. Los seminarios de historia y geografía, y las investigaciones res- pecto de cuestiones económico-sociales de palpitante actualidad, de- muestran acabadamente las ventajas de una enseñanza que, además de obligar a oír, obliga a pensar, a observar, a comparar, en un ince- sante ir y venir de análisis y de síntesis. En otro orden de ideas, es indispensable tener en cuenta la impo- sibilidad de enseñar una determinada materia, por reducida que sea, en uno o dos años. Siendo así, se comprende la inutilidad de los ati- borramientos librescos, con los cuales sólo se consigue fatigar los ce- rebros, cuando no causar trastornos más serios y a veces irrepara- bles. No me refiero únicamente al surmenage y ala neurastenia ; tengo presente al mismo tiempo el aburrimiento, la despreocupación y el abandono de la tarea, cuando se tiene el poco tino de presentarla co- mo una carga excesivamente pesada y difícil de llevar. La enseñanza de los pricipios fundamentales — y excúseseme la repetición por la importancia del asunto — asegura lo indispensable, garante la seriedad del grado o título que la Universidad acuerda, y despierta el anhelo de ver y explicarse los fenómenos a través del fil- tro de la propia individualidad, disecurriendo a propósito del cómo y el porqué y omitiendo las largas tiradas de memoria. La Universidad y sus profesores no pueden pretender enseñar LA REFORMA UNIVERSITARIA 205 toda la ciencia; deben satisfacerse ampliamente con enseñar a cono- cerla y a cultivarla; andando el tiempo, será fácil convencerse de la imposibilidad de dominar todos los conocimientos, no digo en seis o siete años, pero ni en toda una vida dedicada al estudio. Procediendo así, la Universidad llenará insensiblemente sus dos erandes funciones : la de otorgar grados profesionales, indispensables para el país, y la de preparar y seleccionar a los cultores de la ciencia por la ciencia, indispensables para el progreso y evolución de la hu- manidad. Por las razones antes expuestas, opino que el profesorado univer- sitario no puede ser vitalicio; cada diez años, las facultades deberían poder cancelar las designaciones de sus catedráticos o acordarles un nuevo nombramiento por cinco o diez años más, según las circuns- tancias, edad y entusiasmos del profesor y resultados obtenidos en la cátedra. Entre nosotros, y salvo raras excepciones, muy especialmente en aquellas Facultades en que la enseñanza experimental y clínica cons- tituye la regla, ningún profesor conserva los entuslasmos y energías del primer momento después de diez o doce años de docencia. Repito una vez más, por otra parte, que todos los profesores, pobres 0 ricos, se aferran a sus cátedras para alcanzar la jubilación, con evidente perjuicio para la enseñanza. Es natural que un régimen semejante exigiría al propio tiempo una modificación de la actual ley de retiros, para que los profesores que no llenasen las condiciones exigidas para la jubilación ordinaria, pudiesen optar por una jubilación voluntaria, proporcional a sus años de servicios. Pero en ningún caso, esta circunstancia puede demorar el reempla- zo de la designación vitalicia actual por una designación temporaria, aun cuando en determinadas circunstancias fuera prorrogable. Deliberadamente no he hecho mención de dos grandes conquistas de la última reforma universitaria ; me refiero a la docencia libre y a la libre asistencia a clase. La primera. expresamente consignada ahora en el Estatuto, existia ya, antes de la reforma, en algunas facultades. Dentro de las limita- ciones impuestas por nuestro ambiente cientifico que, por mucho tiempo aún, la mantendrá en manos del profesorado suplente, consti- tuye uno de los mejores medios de impulsar la enseñanza universita- ria por el buen camino, estimulando «a todos los docentes y preparan- do los futuros catedráticos oficiales. Vinculada a la libre asistencia a 204 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA clase, que desata los obligaciones impuestas a los estudiantes por al- gunos profesores transformados en maestros palmeta, crea un nuevo estado de cosas, con arreglo al cual todo el que sabe y tiene voca- ción para hacerlo, tiene el derecho de enseñar; y todo el que se ins- cribe como alumno en la Universidad tiene el derecho de elegir su profesor. Divididos los estudiantes entre un mayor número de profesores, pues los hay oficiales y libres, cada profesor tiene un menor número de alumnos, y la enseñanza resulta más directa y más eficaz. El profesor y el alumno se acercan; el discurso magistral desapa- rece y da paso a la plática o conversación, interrumpida muchas ve- ces por preguntas y respuestas que aclaran dudas, despiertan interés y transforman un oyente pasivo en un colaborador activo, como si di- jéramos en un aprendiz, cuyos servicios se utilizan mientras inmsensi- blemente aprende. Senores : Esta disertación se ha prolongado en demasía ; os pido por ello ex- cusas y termino. Antes de hacerlo, quiero dejar constancia de mi reconocimiento hacia las autoridades de esta casa por la distinción de que he sido objeto y formular muy sinceros votos por el éxito del Congreso uni- versitario, iniciativa que, a no dudarlo, agrega un servicio más a la ya larga lista de los prestados al país por la benemérita Sociedad Científica Argentina. UTILIZACIÓN DE LA TURBA COMO COMBUSTIBLE RESULTADO DE LAS INVESTIGACIONES Por FRANCISCO P. LAVALLE y PABLO LAVENIR En 1917, los señores Álvarez de Otin y Compañía presentaban, ante el ministerio de Agricultura de la Nación, un nuevo procedimiento para la utilización de la turba como combustible; cuyo autor era el ingeniero senor Galescki. El excelentísimo señor ministro, doctor Ho- norio Pueyrredón, designó una comisión formada por los infranseri- tos para estudiar dicho procedimiento. Presentamos a continuación. después de breves antecedentes, el resultado de nuestras investiga- ciones, y después de haber oído del ingeniero Galeseki, autor del procedimiento, todas las explicaciones relativas al mismo, así como de examinar los planos de la maquinaria e instalaciones proyectadas por dicho ingeniero, para la explotación en gran escala de la turba, resolyvimos proceder a ensayos, aunque en pequeñas proporciones, para establecer, dentro de los límites que tales experiencias permi- ten alcanzar, la eficacia del procedimiento presentado, para eliminar de la turba parte de las materias minerales que contiene y obtener luego este producto bajo formas adecuadas para su utilización como combustible. Teniendo presente, según consta en la solicitud de los señores Ál- varez de Otin y Compañía, que el objeto principal de los inventores es el aprovechamiento de los inmensos yacimientos de turba que exis- ten en la Tierra del Fuego y que la naturaleza y composición de este producto influyen considerablemente sobre los resultados finales de cualquier tratamiento que persiga el mismo fin que el que nos ocupa; resolvimos dirigirnos al ministerio para que fuera puesta a nuestra 206 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA disposición una tonelada de turba de la procedencia referida, elevan- do una nota, fecha agosto 14 de 1917, en la cual indicábamos la con- veniencia de comisionar a un empleado de la Defensa agrícola, radi- cado en Ushuaia, el envío de una tonelada de turba, extraída de las turberas más vecinas a esa localidad. Resuelta favorablemente esta solicitud, la turba fué enviada el 12 de noviembre de 1917, y llegó a nuestro poder el 158 de diciembre, . pero, por varias razones, los ensayos sólo se iniciaron en los primeros días del mes de enero de 1915, prolongándose los estudios de labo- ratorio hasta el corriente de abril, en cuya época y en vista de los ve- sultados poco satisfactorios obtenidos en estos ensayos, optamos por volver a repetirlos en parte, pero esta vez con el producto que cons- tituye los yacimientos conocidos bajo el nombre de « Turbera de Mal- donado » en la República Oriental, aunque no es turba propiamente dicha la que estos yacimientos contienen. Por lo demás, estos últimos ensayos debían servir de preliminar a una explotación en escala industrial que los interesados se proponían realizar en la referida región, como efectivamente lo hicieron; habiéndonos manifestado que sería una ocasión para que la comisión pudiera de visu apreciar debidamente el funcionamiento de los aparatos en instalación para purificar la turba y elaborar «Torfetas », como asimismo la eficacia del procedimiento; pero, transcurrido un largo período sin noticia definitiva, nos dirigimos por nota a los interesados en mayo de 1919, manifestando poco tiempo después el señor Álvarez de Otin, que da- ba por concluídos sus ensayos y presentando entonces a la comisión una serie de comprimidos, formados por mezclas de varias substancias y en particular uno conteniendo la planta entera del maíz, aglomera- dos por un procedimiento de su invención y destinados a servir de combustibles. Examinamos con interés estos varios productos, que según asegu- ró el interesado figuraban en la última Exposición industrial de Mon- tevideo y por los cuales ha obtenido un primer premio, pero pensa- mos que no nos correspondía estudiarlos e informar al respecto, por no entrar este estudio en el programa que corresponde a nuestra misión oficial, si bien no vemos inconveniente en declarar, en cuanto se refiere a la resistencia y densidad, que estos varios productos nos impresionaron favorablemente y tendrían, como combustible domés- tico, una inmediata y provechosa aplicación. Pablo Lavenir. Francisco P. Lavalle. UTILIZACIÓN DE LA TURBA COMO COMBUSTIBLE 207 NATURALEZA Y COMPOSICIÓN DE LA TURBA La turba que sirvió en los ensayos que más adelante pasamos a describir, llegó al laboratorio en tres cajones y en trozos volumi- NOSOS. Dado el aspecto, se notó que habían perdido por evaporación una 'antidad importante de agua. En el conjunto bien claramente se dis- tinguían tres clases de turba: una muy compacta y negra y muy des- compuesta ; la otra bastante obscura, igualmente muy descompuesta aunque algo fibrosa; en fin, la tercera era parda obscura, muy fi- brosa. Damos a continuación la composición de estas tres clases de tur- bas (1). Los resultados corresponden a cien de materia seca, y la pro- porción de agua que contenían, estas muestras, eran respectivamente de 70,68 y 57 por ciento. I II ¡001 TV Compacta Compacta Fibrosa Promedio Materias volátiles ...... 50,43 53,582 42,310 50,649 Coni 17,790 9,438 24,090. 14,665 A o eo 31,780. 36,980 33,600 - 34,686 a e AO AS o 690 da sl Estos resultados demuestran la falta de homogeneidad que en su composición presenta la turba destinada a estos ensayos, pues la pro- porción de cenizas que contienen es muy diferente y por lo tanto va- ría también bastante la de los otros componentes ; haciendo abstrac- ción de las cenizas, la proporción de carbón fijo de las muestras I, 11 y HL es respectivamente de 53,40, 40,50 y 44,50. La composición media de estas turbas calculada con los resultados de los tres análisis anteriores y teniendo en cuenta las proporciones en que cada clase entra en el conjunto y que son respectivamente 33, 90 y 17 por ciento, es la que figura en la columna IV de la planilla anterior. El tenor en ázoe de las tres clases analizadas es respectivamen- te de: (1) Este método de análisis aplicado a los carbones minerales, lo hemos adop- tado para las turbas a falta de otro más exacto y menos engorroso que el análi- sis elemental. Han sido efectuados estos análisis en el laboratorio del ministerio de Agricultura por el doctor Ángel Sabatini y la señorita doctora Lucrecia Blanc. 208 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA I TI TIT Murnb assess 0,608 %/, 0,195 o, 0,991 9/, Turbas secas sin cenizas... 0,740 0,215 1,300 Si se admite como muy probable, que la riqueza en ázoe de las tur- bas del mismo origen decrece mientras aumenta su grado de descom- posición, la más descompuesta sería la número II que también es la más pobre en cenizas, vendría después la número I y finalmente la número TIT. En los tres casos las cenizas están formadas en su mayor parte por arcilla ferruginosa, pero el color de la número l es rojo ladrillo, mientras que el de la número 11 es pardo amarillento, lo mismo que el de la muestra número III. No se hizo el análisis de las cenizas de cada una de estas tres cla- ses de turbas, pero sí, de las de una muestra media, de la cual habla- remos más adelante. Sin embargo, en cada muestra se determinaron el ácido fosfórico y la potasa, obteniéndose los resultados que siguen y que se relacionan al ciento de cenizas: 5 I TI 00 PEO ar O 0,520 %/, 0,810 %/, 0,824 0), O ea At DN E 3,044 3,609 4,295 Estos guarismos y los últimos referentes al ázoe evidencian, aún más, las variaciones que existen en la composición de estas tres cla- ses de turbas, puesto que no solamente varían las proporciones en que en ellas se encuentra cada componente determinado en el aná- lisis, sino que también es bastante diferente la composición de los mis- mos, si bien estas diferencias no son tan grandes entre las muestras números II y III, como las que ofrecen las designadas con los números I y II, lo que sugiere que las muestras números 11 y 1 deben prove- nir de un mismo yacimiento; la número 1II, posiblemente, será de la capa superficial, mientras que la otra pertenecerá a la más profunda. "ara contar con mayores seguridades en la composición media de un producto tan heterogéneo, se ha efectuado un análisis de una mues- tra tomada después de haber pasado la turba en una máquina tritu- radora, que la convierte en un barro semilíquido, mediante la adición de cantidades convenientes de agua, mientras se verifica la tritura- ción. (Ver capítulo relativo a los ensayos.) Damos a continuación los resultados de este análisis que, como los anteriores, se refieren a ciento de materia seca: UTILIZACIÓN DE LA TURBA COMO COMBUSTIBLE 209 he Materias roles A có 30,793 9 CEI a E IN 14 112 CALDO 35,095 Coke AS e ce A ea 49,207 ñ Estas cifras se aproximan mucho a las que representan la compo- sición media de la turba número IV, calculada como hemos dicho más arriba; como es lógico la tomaremos como punto de comparación, para estudiar los productos que se derivan de la misma. En las cenizas se han hallado : REBIAULO A SUICO O SOLAR O Sílice soluble (SiO )........ A 00290 Anhídrido sulfúrico (SO,)...... 15,987 = carbónico (CO,)..... 2,060 — fosfórico (Ph,0,).... 0,716 Ordo calco (Cao a 7,840 — de magnesio (Mg0)..... 0,400 Le pPO Laso EOI 3,529 ¡Ebo (160 oo ais eo ee ao ela ola E 19,460 aa O e 11,820 Estas cenizas constituyen un polvo fino de color rojizo, siendo sus componentes principales una arcilla ocrosa, mezclada con una débil cantidad de arena cuarzosa y sulfato cálcico. Fuera de: azufre combinado al estado de sulfato, estas turbas con- tienen de dicho cuerpo, por ciento de materia seca 2,254; de esta can- tidad una mínima parte se halla al estado de sulfuro (Pirita). Esta turba contiene, pues, una cantidad crecida de azufre, hecho confirmado por otro análisis efectuado sobre una muestra diferente de la anterior, pero del mismo producto y cuyo resultado va a conti- nuación : AZUERO e 2,280 o Azufre en las cenizas al estado de anhídrido sulfúrico. 0,530 NAM Al Garda de AÍTO ea e ee 0,220 A PE 3,390 ENSAYOS REALIZADOS CON LA TURBA DE LA TIERRA DEL FUEGO Estos ensayos fueron efectuados en la azotea del laboratorio de química de la Dirección general de agricultura, por el ingeniero Ga- leseki en presencia de la comisión. Se iniciaron el 1? de enero. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XC 15 . 210 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La primera operación es de una importancia capital, puesto que de ella depende la eficacia de los tratamientos ulteriores; consiste en una trituración de la turba, la que debe ser lo más perfecta posible, efectuada con adición de cantidades adecuadas de agua, siendo el objeto de esta trituración el reducir la turba a una masa flúida, bas- tante líquida para que corra fácilmente. Para lograr este fin es im- prescindible tratar la turba inmediatamente después de su extracción, es decir, cuando contiene sa máximum de agua, de otro modo dicho producto al desecarse, se endurece en tal forma que su trituración se hace muy dificil. La turba destinada para estos ensayos había perdido buena propot- ción de su humedad inicial, por lo que, antes de triturarla, fuéindis- pensable mantener los trozos tres días consecutivos bajo agua. La trituración se verificó con un aparato ordinario, de picar came, y esta operación iniciada el 1? de enero se terminó el 7 del mismo mes. Se obtuvo una masa bastante densa, que después fué diluida por porciones, para someterla al malaxaje y a la decantación. El aparato mezclador y decantador usado consta de un cajón de madera, de forma rectangular, de 0%25 < 0%35 de base y 075 de altura, abierto en una extremidad y en el que se hallan dispuestas una serie de paletas solidarias a un eje vertical central movido a mano mediante un engranaje y una manija. En la parte inferior y como a 010 del fondo del cajón se halla una puerta que permite evacuar el barro purificado; corresponde esta porción a la que llena el aparato hasta el nivel inferior de la puerta, mientras que entre este nivel y el fondo está la que contiene las im- purezas sedimentadas durante el malaxaje, y que es fácil evacuar después de cada operación. De una capacidad de 45 litros más o menos, sólo se pueden tratar en este aparato mezclador 40 litros de barro, de los cuales se separan por decantación aproximadamente 34 a 35 litros; lo que corresponde más o menos a un 715 por ciento. Llenado el cajón con la mitad de barro espeso y la otra con agua. se mantiene en movimiento lento y regular el malaxador durante diez minutos, después de lo cual se abre la puerta de la parte inferior del aparato, para dejar salir el barro líquido purificado. Esta porción va directamente a un cajón convenientemente dispuesto para dejar se- dimentar el barro y escurrir el agua que contiene en exceso. Las operaciones sucesivas de decantación duraron tres días, lle- nando de turba líquida purificada unos 18 cajones y otros cuatro con UTILIZACIÓN DE LA TURBA COMO COMBUSTIBLE 211 los residuos, sean un total de 22. En cada cajón existen seis panes de 20 centímetros de largo por 10 centímetros de ancho y 5 centímetros de espesor. Después de perder parte de su agua por filtración y evaporación al aire libre, los panes de turba purificada, que forman un total de 174 kilogramos fueron desecados, en dos series, en una estufa man- tenida a una temperatura de 45 a 50%, operación que duró del s al 22 de enero y dió como resultado 173 kilogramos de «torfeta ». Las impurezas, o sean 24 panes, sólo fueron desecados en parte al aire libre, y transcurrido el tiempo referido pesaban 22 kilogramos. Se procedió luego a la destilación de una parte de los panes de <«borfeta » para transformarla en coke. El aparato que se utilizó en esta destilación estaba construído con chapas delgadas y constaba de un horno, calentado por astillas de lena. En este horno se hizo llegar vapor de agua, generado en un auto- clave en conexión con la parte superior del mismo; un caño para la evacuación de los productos volatilizados salía de la pared superior del horno e iba a un condensador tipo Liebig, enfriado por una co- rriente continua de agua, que permitía recolectar los productos con- densables en estas condiciones, mientras que los gases se despren- dían al aire libre. La construcción de este aparato era bastante deficiente, cerraba mal y las juntas dejaban escapar muchos productos volátiles, además el calentamiento se efectuaba de una manera desigual y el vapor que penetraba en el horno sólo estaba a la presión atmosférica. Con este aparato se verficaron cuatro destilaciones, que duraron cada una seis horas. Kilogramos Obteniéndose de «torfetas » de: coke El día 20 se cargaron........ 23 da E AAA 30 10,0 — 22 o 35 11,0 — 23 O RNA 40 14,5 Total destilado... 128 43,0 resultados que corresponden a un rendimiento de 33 por ciento, recogiendo, además, un litro y medio de aguas alquitranadas y más o menos la misma cantidad de alquitrán. Una parte del coke fué pulverizado y mezclado en una proporción de un 10 por ciento más o menos con el alquitrán obtenido de estas 212 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA destilaciones. Con esta mezcla y mediante la prensa hidráulica del Laboratorio que llega a una presión de 250 a 280 kilogramos por cen- tímetros, se prepararon unas cuantas briquetas, que pueden dar una idea aproximada de lo que sería el combustible denominado por los interesados « Turbus ». CARACTERES Y COMPOSICIÓN DE LOS PRODUCTOS EN VÍA DE ELABORACIÓN Y OBTENIDOS: DE LOS ENSAYOS ANTERIORES De la turba inicial, es decir triturada. ya hemos dado los caracte- res y composición media en el capítulo que. se refiere ada turba na- tural. De los primeros productos, es decir, de la turba triturada, duuída y decantada, valga decir purificada, se ha tomado una muestra media, lo mismo que de la parte residual que proviene de la decantación. El aspecto de estos productos es el de un barro líquido, homogéneo. Los guarismos que siguen a continuación, se refieren a los análisis de estos productos, a los que hemos agregado, para facilitar las com- paraciones entre los resultados de esos tres análisis, los obtenidos con la turba antes de la purificación y que ya figuran en el capítulo relativo a los caracteres y composición de dicha substancia. Resultados por ciento de materia seca V var ¡ya Turba mezclada. Turba purificada Residuo Materias volátiles..........e. 50,794 50,380 46,150 Mantas o aaa als de bre 14,112 11,467 12,471 CALA 35,092 38,141 41,550 Co a 49,207 49,608 53,921 De las torfetas y de los residuos preparados para servir de combus- tibles van a continuación los análisis : Resultados por ciento de materia seca VIIT IX Torfeta Residuos Materias volátiles........... 30,634 20,523 46,104 DNA A oa 11,746 12,996 14,010 CALDO IA 37,490 36,413 39,811 19,336 49,409 53,526 Coke NEO RA ade Ne UTILIZACIÓN DE LA TURBA COMO COMBUSTIBLE 213 Tanto la «torfeta» como los residuos se presentan en forma de panes irregulares, con las dimensiones ya referidas, algo alteradas por la diminución de volumen, que experimentan al secarse. El as- pecto de estos panes recuerda el de los ladrillos crudos, son duros y resisten bien el choque. El peso de un litro de «torfeta », secado al aire, es aproximada- mente de 1'08 a 1'10, con un porcentaje de humedad de 253 a 25 por ciento. Sometida la «torfeta» a una destilación, en vaso cerrado en las condiciones antes referidas, deja como residuo el coke. Este producto, de color negro, opaco, es bastante duro y se pulve- riza con cierta dificultad; sin embargo, los panes son algo quebra- dizos, o se rompen con relativa facilidad, pues resultan agrietados profundamente, pero los trozos resisten bien al choque. Arde sin lla- ma al aire libre y se consume completamente. Damos a continuación el análisis de dos muestras medias de coke : ' Coke o carbón de turba AS XI Materias volátiles....... 10,807 9, 12,855 %/, MANWE oras 22,432 21,538 CAN e Oi 65,584 CO ee NS O ATALO 87,123 Como subproductos de la destilación se ha recogido el alquitrán que, separado por decantación y privado luego por evaporación « 1009 del agua que lo acompaña, constituye un producto líquido en caliente, pero que se vuelve espeso por enfriamiento. Mezclado íntimamente este alquitrán con coke groseramente pul- verizado y prensado inmediatamente en moldes adecuados, mientras la mezcla se halla todavía a una temperatura conveniente, se obtiene el «Turbus », bajo la forma de « briquetas » cilíndricas. Estas brique- bas, una vez frías, son duras y arden fácilmente, con llama algo fuli- ginosa; tienen 0105 de diámetro y 0055 de altura. El peso de las « briquetas», es de 335 gramos y su volumen de 305 centímetros cuadrados, de manera que el peso de un litro es de 1098 a 1100 gramos. La composición de estas briquetas es la siguiente : 214 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Por ciento 5 de materia seca Materias volátiles 105 (humedad).... 15,466 » — ALO TO Na 15,698 21,596 CENIZAS at eN de y A SEO 17,578 20,302 Carbón o lo OS 50,258 38,047 CORA A 67,836 18,350 Los poderes caloríficos que van a continuación y que refieren a la turba, al estado natural y a los productos que de ella derivan, por la aplicación del procedimiento Otin y 0” han sido determinados en el Laboratorio de la Dirección de minas y geología por carecer el labo- ratorio de la Dirección de agricultura y defensa agrícola de una ins- talación de calorimetría. Estos resultados se relacionan a la materia secada a 1102. Poder calorífico directo Calorías Io ado oyo plo oa 4119,3 A A A lO 4723.60 E E A Oo ao cio oia 4260,4 — natural IV. Promedio...... 4444.7 mezclada A 4605,2 PUC 4776.1 Moa 4766,6 COke Xi Nr EAT PO ela 5874,0 Coki A A e 6111,0 BER a al 5862,0 Como la presencia del azufre en los combustibles ofrece inconvien- tes graves al provocar la corrosión rápida de los aparatos receptores, se ha determinado la proporción de dicha substancia que queda en la turba purificada; los resultados hallados en dos muestras distintas son respectivamente : Azufre total de materia seca... 2,94 90 y 2,32 9o PLONE 2,88 “o En la Tierra del Fuego existen yacimientos importantes de Ligni- tos, producto que perfectamente puede servir de combustible tal cual está o aglomerado con turba purificada « Torfeta». A título ilustra- tivo damos la composición de una muestra de Lignito de esta región y de briquetas obtenidas por una mezcla con dicho producto, de turba purificada (Torfeta) y destilada, es decir, carbón de turba. 4 N pl (Sr UTILIZACIÓN DE LA TURBA COMO COMBUSTIBLE Resultados por ciento de materia seca Lignito Briquetas XXI XIX NN Materias volátiles........ 31,26 18,04 134 COMAS aia 14,72 16,85 16,18 Carbón mjOs..buo besooo 34,02 65,11 64,48 CO o e ed 68,74 81,96 50,66 Alzutre bobal 1,07 1,95 1,89 Poder calorífico....... 5133 cal. 6058 cal. 6409 cal. El primero de estos tres productos corresponde a lignito propia- mente dicho o común, es compacto, de color negro y con quebraduras concoidales ; al estado natural tiene 19,59 por ciento de agua corres- pondiéndole entonces la composición siguiente : XIX Dis EUA e A A da MOS Materias volábiles............. 25,04 (Ia A o USE AS OÓO 11,80 CA 43,27 Coke es Oi OE e 29,07 ACA A od 0,85 Su poder calorífico bruto se reduce en consecuencia a 4107 calorías y a 3986 calorías, deduciendo las pérdidas debido a la no condensa- ción del agua. Es un combustible que tendría cierto valor si no fuera la cantidad relativamente elevada de azufre que contiene. lenoramos exactamente en qué proporción han sido mezclados los tres compo- nentes de estas briquetas, pero hemos creido interesante mencionar los resultados del análisis de estos dos productos como ejemplo de lo que se podría conseguir con una mezcla apropiada de varios produe- tos convenientemente elegidos, con los fines de preparar un com- bustible más denso que la « Torfeta» y coke, y de'poder calorífico bastante elevado para permitir su transporte económico. El poder calorífico bruto de estas briquetas exentas de humedad se eleva res- pectivamente a 60585 y 6409 calorías pero, suponiéndolas con 20 por ciento de agua su poder calorífico real, es decir, sin condensación del vapor de agua que proviene de la humedad, oscilaría entre 4726 y 5007 calorías. En igualdad de condiciones el poder calorífico del que- bracho tipo «campana» sería de 3597 calorías, de suerte que el de las Dbriquetas supera este último de 1129 a 1410 calorías, es decir que 77 a 712 kilos de éstas equivaldrían a 100 de aquél, sin tener en cuenta otros factores que el poder calorifico respectivo de estos combustibles. 216 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ENSAYOS DE DESTILACIÓN PRACTICADO POR LA COMISIÓN La imperfección del aparato de destilación que sirvió para destilar la torfeta no permitió a la comisión establecer, con la exactitud de- seable, los rendimientos en coke, como asimismo determinar la pro- porcion de alquitrán que destila, la naturaleza del mismo, la de los otros productos condensables, en fin, averiguar hasta qué punto los gases que en esta operación se desprenden son combustibles. - Para aclarar estos puntos la comisión resolvió efectuar destilacio- nes en escala, por cierto, demasiado reducida, pero que se vió obliga- da a adoptar por carecer de aparatos de dimensiones más apropiadas al caso. El recipiente de fundición que sirvió para la destilación es de forma cilíndrica, sólo tiene de diámetro 0,125 y de altura 0,200, resultando una capacidad de 250. El aparato completo está representado en las fotografías adjuntas. Colocado en un horno adecuado, el recipiente de fundición que ceon- tiene la turba lleva en su tapa un tubular en forma de T, que tiene su rama vertical conectada con un calentador de vapor el cual a su vez comunica con una caldera que suministra el vapor de agua que en el mismo circula para ir al recipiente de fundición, mientras se ve- rifica la destilación de la turba. La rama horizontal del tubular T, lleva un caño en declive, por el cual se escapan los productos volatilizados en el recipiente. Se man- tiene ese caño durante el curso de la operación a una temperatura próxima a los 100 grados, por medio de una corriente de agua que cir- cula en torno, y su extremidad desemboca en tubo de vidrio vertical de gran diámetro, conectado en su parte inferior con un frasco có- nico, donde van reuniéndose los productos condensados, es decir, la casi totalidad del alquitrán, mientras que, por otro tubo, que sale de la parte superior del caño de vidrio se escapan los gases con los va- pores los cuales se condensan en un refrigerante. Los liquidos de con- densación se acumulan en un globo y del mismo se desprenden los ga- ses no condensados. Estos gasés después de haber atravesado un frasco lavador, que no figura en la fotografía, van dirigidos a un quemador. Con este aparato se efectuaron cinco destilaciones sucesivas, Ope- rando para cada una sobre 500 gramos de torfeta groseramente pul- verizada. La temperatura del vapor al entrar en el recipiente era de 200 srados: cada operación duró tres horas y media. UTILIZACIÓN DE LA TURBA COMO COMBUSTIBLE 2d 218 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ; UTILIZACIÓN DE LA TURBA COMO COMBUSTIBLE 219 El coke obtenido en estas destilaciones es más denso que el que resultó de los ensayos anteriores, es muy duro y arde al aire libre con facilidad, recordando la combustión del carbón de leña. La cantidad suministrada por ciento de « Torfeta » seca, es de 35 por ciento, re- sultado que confirma los anteriores. El alquitrán fué cuidadosamente separado del agua por decanta- ción, lavado con agua limpia, y secado a la temperatura de baño-ma- ría, obteniendo un rendimiento que avaluamos en 18 por ciento. Asi preparado, el alquitrán constituye un producto negro, brillante, de consistencia espesa; en frío corre con dificultad, pero se vuelve bas- tante líquido por el calor. En cuanto a las aguas condensadas no ha sido posible su estudio, pues la cantidad recolectada es demasiado reducida. Por lo demás, es bien sabido que en la destilación de las turbas, lo mismo que en la de la madera, la proporción de las varias substancias que se obtienen es muy variable, según las condiciones en que se lleva a cabo la ope- ración. Los gases se desprenden durante todo el tiempo que dura la des- tilación. Son combustibles, pues se _inflaman con suma facilidad y continúan ardiendo sin interrupción. Los producidos por la turba ensayada, rica en azufre, contienen bastante hidrógeno sulfurado y por combustión originan una elevada proporción de anhídrido sulfu- roso. En los productos condensados también abunda el sulfhidrato de amonio. ' CONSIDERACIONES SOBRE LOS RESULTADOS OBTENIDOS Examinando los resultados de los ensayos efectuados con la turba de la Tierra del Fuego, que acabamos de describir, y teniendo en cuenta la pequeña cantidad de turba tratada, su falta de homogenei- dad y la imperfección de los aparatos que sirvieron en estos ensayos, llegamos a las conclusiones siguientes. Los productos elaborados con dicha turba, tales como el denomi- nado « Torfeta », lo mismo que el coke, que de dicho producto deriva por carbonización en vasos cerrados y las briquetas; Turbos, obteni- das, por mezcla de coke pulverizado y alquitrán procedente de la carbonización de la « Torfeta », ofrecen caracteres físicos satisfacto- rios, si bien para los dos primeros sería deseable mayor peso por uni- dad de volumen, lo que nos parece difícil obtener con este procedi- 220 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA miento, que excluye la acción de prensas; sin embargo, el peso del primero de estos dos productos con 23 a 25 por ciento de agua, es algo más elevado que el de la madera dura y desde este punto de vis- ta a este combustible puede ser equiparado la « Torfeta », a pesar de que el peso del metro cúbico de madera dura, destinada a servir de combustible, es inferior al de la « Torfeta», suponiendo en ambos el mismo grado de humedad. En cuanto a la eficacia del procedimiento de purificación aplicado, entendiendo como tal la separación de las piedritas, arena algo vo- laminosa y parte de los elementos minerales más tenues, que las tur- bas naturales contienen, operación que vendría a disminuir el por- centaje de cenizas que la turba deja por caleinación, lo mismo que la eliminación de una parte del azufre, con preferencia la que se en- cuentra al estado de pirita; los análisis demuestran que, con la tur- ba sometida a estos ensayos, el procedimiento es ineficaz, pues no llega a cambiar en forma apreciable la composición de la turba na- tural. Estos resultados negativos se explican por la naturaleza de las substancias que forman la parte mineral de estas turbas y que, ya hemos dicho, está constituida casi exclusivamente por arcilla impal- pable mezclada con yeso, siendo sumamente escasa la proporción de arena y piedras que acompañan estas substancias y que serían posi- ble separar de la turba por decantación, como efectivamente lo he- mos observado en los ensayos que nos ha sido dado presenciar. De ahí que los análisis de turba natural, de turba mezclada, purificada y de residuos, lo mismo que de « Torfeta» acusan más o menos el mis- mo tenor en cenizas, debiendo atribuirse las diferencias que presen- tan los resultadas de estos análisis y que a veces son contradictorios, a la falta de homogeneidad de estos productos. Por lo que al azufre respecta, la proporción no ha variado sensi- blemente, en el producto natural y en el purificado; puesto que en esta turba muy poco se halla de esta substancia combinada al esta- do de sulfuro de hierro (pirita), compuesto que, debido a su densidad, relativamente alta, sería el único de los que contienen azufre, fuera de los sulfatos, cuya eliminación es posible por decantación. En cuan- to a la parte del azufre íntimamente mezclada o combinada con las materias orgánicas y que es la principal, representa, en efecto, el 713 a 75 por ciento del total, es del todo imposible separarla de la turba. Sin embargo, la comisión piensa que, aunque muy poco favorables UTILIZACIÓN [DE LA TURBA COMO COMBUSTIBLE 221 los resultados obtenidos, no rechaza por completo el procedimiento de purificación referido, sólo demuestra que no todas las turbas son susceptibles de mejorarse por su aplicación. Indudablemente este procedimiento sería eficaz en los casos de turbas arenosas, pero difí- cilmente suministrará resultados apreciables, en cuanto se refiere a la merma de la proporción de cenizas, con las arcillosas o con las conteniendo arena silícea muy fina. ¡ Ya hemos visto que, del azufre que ciertas turbas contienen, sólo una parte, la combinada al estado de:sulfuro de hierro (piritas) se elimina en cierta proporción, pero no ocurre lo propio con el azufre orgánico, que por lo demás resiste a todo tratamiento físico conocido. Estas turbas no son, en la mayoría de los casos, utilizables como combustibles, pero no faltan en la Tierra del Fuego otras de mejor calidad y aptas para preparar, en la forma indicada, combustibles aceptables por la industria y transportables económicamente; damos la composición de una muestra procedente de la misma región y que difiere notablemente de la que sirvió en estos ensayos : Por ciento de materia seca Materias volátiles............ 42,48 CONS Ae 99,96 Carbo 5 22,16 a A 1,5 1D La proporción elevada de cenizas proviene sin duda de que la muestra, que fué recolectada de la capa superficial del yacimiento, con- tiene una cantidad elevada de tierra arenosa y piedritas que en gran parte se hubieran eliminado por decantación, Además, esta turba cal- cinada desprende vapores alcalinos y no contiene sino cantidades ínfimas de azufre; su poder calorífico sólo alcanzó a 35613 calorías. debido a su crecida proporción de cenizas. : Esta turba no es de buena calidad, pero pensamos que bastante se mejoraría por la aplicación del procedimiento de purificación ensaya- do. La mencionamos, sobre todo, como ejemplo de turba de la Tierra del Fuego casi exenta de azufre. Al considerar sólo los poderes caloríferos brutos, el combustible al cual más se aproxima la « Torfeta » sería a la leña de madera du- ra. En efecto el poder calorífero bruto de la «Torfeta », supuesta seca, es de 4776 calorías, el del quebracho igualmente seco, del tipo que más se usa en la industria, es de 4648 calorías, de manera que. 222 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de este punto de vista, poco más o menos se equivalen estos dos productos: pero para comparar dos combustibles, si bien su poder calorífico respectivo es un factor de mucha importancia, no €s sin embargo, el único a tener en cuenta; la manera cómo arden y actúan en los varios tipos de hogares es otro del cual depende mucho sus aptitudes y por ende sus aplicaciones. Sobre este punto, diferencias considerables ofrece la turba compa- rada a la leña de madera dura, como el quebracho colorado; este úl- timo es más resistente al fuego, arde fácilmente, produciendo llamas largas y formando carbón incandescente que contribuye a regulari- zar la temperatura en el hogar, mientras que la turba se consume casi sin Jlama, sin formar carbón, tiende además a desmenuzarse y necesita parrillas especiales para evitar la caída en el cenicero del combustible incandescente. Se le reprocha también a la turba el olor especial desagradable que desprende durante la combustión y que limita mucho su uso para el calentamiento doméstico. No queremos extendernos mayormente sobre esta cuestión a fin de no salir del cuadro de este estudio, pues mucho habría que agregar a lo dicho en favor de la leña comparada con la turba aún de buena ca- lidad; pero con la escasez de combustible que todavía se hace sentir actualmente en el mundo entero, y que amenaza prolongarse va- rios años más en la imposibilidad de preveer lo que a todas las na- ciones el porvenir reserva a ese respecto, conviene y es prudente aprovechar todos los productos naturales de que disponemos, además y por este motivo la utilización de la turba como combustible se halla a la orden del día en muchas partes de Europa, de manera que, en las circunstancias presentes, la de buena calidad, sobre todo la que no contiene cantidades excesivas de azufre, constituye una valiosa con- tribución para luchar contra la crisis que actualmente y desde varios años existe en el país, siempre que se tratara de un producto de pre- cio en relación con su valor como combustible. El poder calorífero del carbón de turba o coke de turba, que así se puede llamarlo por similitud de aspecto con el coke de carbón de pie- dra preparado en estos ensayos, varía entre 5574 y 6111 calorías con un promedio de 5992 calorías y un tenor de cenizas de 21,98. Exento de cenizas, este carbón alcanzaría 7680 calorías, que es más o menos el poder calorífero del carbón de leña dura; arde en la misma forma que lo hace este último, consumiéndose paulatinamente al aire libre, es decir sin tiro. Considerándolo desde este punto de vista, el carbón de turba se diferencia mucho del coke de carbón de piedra, arde este UTILIZACIÓN DE LA TURBA COMO COMBUSTIBLE 223 último con cierta dificultad y sólo al quemarlo en cierta cantidad, en hornos que conservan una temperatura algo elevada, se le puede man- tener incandescente. El carbón de turba puede, pues, substituir al de la leña en los usos domésticos, igualmente puede aplicarse al calentamiento industrial, pero es liviano y tiene el inconveniente de la crecida proporción de cenizas que deja, y que dificilmente baja de 12 a 25 por ciento aún preparado con las mejores turbas. En cuanto al Turbus, briquetas a base de carbón de turba aglo- merada en caliente con alquitrán espeso, su ventaja consiste sobre todo en el peso que adquiere la unidad de volumen, aunque este peso no sea muy diferente al de la « Torfeta» conteniendo 23 a 25 por ciento de agua, en efecto recordemos que el peso de las briquetas ob- tenido en estos ensayos es sólo de 1098 granos por decimetro cúbico. El poder calorífico de este combustible es de 5562 calorías, es de- cir, poco más o menos igual al de carbón de turba. ; La comisión lamenta que la pequeña cantidad de cada producto preparado, « Torfeta », carbón, briquetas o Turbus, no le haya permi- tido un ensayo práctico de este combustible, ensayo que creemos in- dispensable para establecer sus características como tal y deducir de ellas sus posibles aplicaciones. ENSAYOS EFECTUADOS CON PRODUCTOS EXTKAÍDOS DE LOS YACIMIENTOS DE MALDONADO (REPUBLICA ORIENTAL) Llegado a este punto de su tarea, la comisión, accediendo al pedido que le formularon los interesados, resolvió postergar la entrega del informe relativo a los ensayos practicados con la turba traída al efec- to de la Tierra del Fuego, habiéndole manifestado que en vista de los resultados poco satisfactorios obtenidos, y que con viso de verdad se podían atribuir a la calidad de la turba, pensaban efectuar otros, aun- que siempre con los mismos elementos de que disponían pero tra- tando por su procedimiento turbas de la República Oriental proce- dentes de los yacimientos de Maldonado y que debían de servir de preliminar a una instalación en escala industrial en la referida re- ción. Aunque no es considerado como turbera propiamente dicha el yacimiento mencionado, hemos creído conveniente seguir estos ensa- yos como lo habíamos hecho en los anteriores, en consideración a la naturaleza y composición del producto de Maldonado, que bastante analogía ofrece con ciertas turbas. 224 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El producto denominado turba de Maldonado que sirvió en un primer ensayo tenía la composición siguiente : XIL[ turba bruta Hunan cla SOJA » Materias volátiles........ 8,61 Ano Cor E 10,48 24,38 CAL 6,61 34,65 CENIZAS AS 3,56 20,23 Después del tratamiento de purificación se obtuvieron dos pro- ductos, Torfeta o turba purificada e impurezas que tenian la compo- sición siguiente : XIV torfeta XV impurezas Materias volátiles........ 38,21 %o 40,59 %%, Coke a e lord 61,73 58,18 Carbono 32,04 26,39 Con 29,69 o) Se nota inmediatamente que la composición de estos dos produc- tos no guarda relación con la de la muestra de turba bruta, lo que proviene de la dificultad de obtener una muestra media de una subs- tancia tan hecterogénea como la referida, pero al comparar los re- sultados de estos dos análisis se observa una cierta mejoría en la composición de la Torfeta, pues contiene algo menos de cenizas que las impurezas. | En un otro ensayo practicado en la misma forma que el anterior se llegó a estos resultados : XIV turba bruta XVII torfeta XVITL impurezas mezclada Materias volátiles... 49,23 /, 46,82 % 45,29 ol, a MAA: 50,77 53,20 54,70 Carbón monos 23,15 25,59 27,24 Cenizas de A 27,62 27,60 27,66 En estos guarismos no se notan diferencias de una muestra a otra que pudieran atribuirse, con seguridad, a la eficacia del procedimien- to de purificiación, teniendo en cuenta la falta de homogeneidad que estos productos ofrecen en su composición: pero hay que consi- derar que, en realidad, la materia prima tratada en estos ensayos se asemeja mucho a la anterior en cuanto a los caracteres físicos de la parte mineral se refiere, pues las substancias que la constituyen con- sisten principalmente en arcilla mezclada con arena silícea, cuyos elementos impalpables no pueden, en cantidad apreciable, separarse de la parte orgánica por decantación, en la forma que se practica en estos ensayos, (le manera que también en este caso falló el pro- UTILIZACIÓN DE LA TURBA COMO COMBUSTIBLE 225 cedimiento de purificación que los interesados se proponen aplicar a la turba, si bien alguna mejoría parece haberse producido en la tur- ba decantada, como tenderían a demostrarlo el poder calorífico res- pectivo de los tres productos a que se refieren los análisis anteriores y que damos a continuación : ; Calorías Turba bruta mezeclada........ 3549 Duo adecco aaa eo e 3589 MOMIAS. dla a e lala deb Sia 3457 Sin embargo, es difícil afirmar sí al proceso de purificación se le dlebe atribuir el pequeño aumento del poder calorífero de la turba de- :antada comparado al de la turba natural, de todos modos es tan insignificante, este aumento, que no justificariía los gastos que oca- siona esta operación. CONCLUSIONES Con el fin de completar sus estudios sobre el procedimiento de los señores Álvarez de Otin y Cía. tanto del punto de vista de su eficacia como del relativo al funcionamiento de los aparatos, en lo que se re- fierea la purificación de la turba y preparación del producto que ellos denominan « Torfeta» y accediendo a lo solicitado por los mismos interesados, la comisión aceptó el ir a visitar la fábrica que en escala industrial estaba instalada en la República Oriental para tratar los yacimientos de Maldonado; de acuerdo con lo convenido la comisión esperó que fuese concluída esta instalación y en marcha normal la fá- brica, pero a fines de marzo de 1919 se presentó a la misma el señor Alvarez de Otin manifestándole que se desistía de llevar a cabo este complemento de ensayo. Dada esta circunstancia, la comisión dió por terminado su come- tido y considerando sólo los resultados obtenidos en pequeña escala, con las turbas traídas al efecto de la Tierra del luego, y los produc- tos procedentes de los yacimientos de Maldonado, opina que, debido, en los dos casos, a las condiciones desfavorables de la materia prima que sirvió en los ensayos que presenció y en los que ella misma realizó, = como asimismo a la deficiencia de los medios de que los interesados disponían: no tienen elementos de juicio suficiente como para fundar su apreciación en pro o en contra de este procedimiento de trata- miento de la turba, si bien reconoce que, en principio, es racional y tiene entendido que, con variaciones de detalles, ya está aplicado en AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XC 16 226 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA eran escala en varios países europeos; hace constar que en realidad, nada original ofrece este proceso de preparación de la turba a no ser en los medios de realizarlo, es decir, a la maquinaria que el ingeniero Galescki había ideado, para efectuar mecánicamente las varias ope- raciones que comprende y ahorrar en lo posible la mano de obra, con- dición indispensable para poder tratar económicamente cantidades considerables de turbas. Sobre esta última parte, la comisión, que examinó detenidamente los planos que a la maquinaria e instalación proyectada en general se refieren, sin desconocer el esfuerzo reali- zado por el inventor y la existencia de disposiciones que le parecieron acertadas y que demuestran la competencia del autor en esta indus- tria, cree, sin embargo, conveniente reservar su opinión sobre el fun- cionamiento y eficacia probable de los aparatos y disposición de la instalación en general. En resumen, el procedimiento de purificación adoptado por los in- teresados no es aplicable a todas las turbas, pero pensamos que es susceptible de suministrar resultados apreciables con turbas areno- sas y las que contienen azufre bajo forma de piritas en pequeños frag- mentos; de lo contrario es del todo ineficaz. Los caracteres físicos del producto denominado « Torfeta » son bas- tante satisfactorios, si bien las briquetas obtenidas son algo livianas: sin embargo, resisten a los choques y su preparación sencilla no ofre- ce dificultad insalvable para aplicarse en gran escala. En cuanto a la destilación en recipientes cerrados y con ayuda de vapor recalentado, de los panes de « Torfeta » para transformarlos en :'arbón, es una operación que requiere instalaciones considerables, si se trata de aplicarla a grandes cantidades de turbas. Los ensayos efec- tuados en pequeña escala nos demostraron que esta destilación, que puede compararse a la de la madera en cuanto al modus operandi, aun- que en general esta última no se verifica en presencia de vapor a alta temperatura, es perfectamente realizable; queda por saber si convie- ne del punto de vista económico. Los caracteres del coke obtenido figura, como el de los otros pro- ductos obtenidos en estos ensayos, en el capítulo correspondiente; su =poco peso por unidad de volumen es un inconveniente que limitaría sus aplicaciones, sobre todo en el calentamiento industrial. En cuanto al Turbus, briquetas a base de coke, de turba y de alqui- trán procedente de la destilación de la turba, se lo puede conside- rar como un verdadero combustible industrial, que igualmente y sin inconveniente se prestaría al calentamiento doméstico. CONTRIBUCIÓN AT ESTUDIO DE LA ZOOGEOGRAFÍA ARGENTINA (APUNTES PARA DELIMITAR ALGUNAS REGIONES ENTOMOLÓGICAS) BOR LUIS Dr DELEADANG La presente Contribución al estudio de la z00yeografía argentina estaba destinada, en un principio, a figurar como introducción a una monografía de los cicádidos (Oticadidae) argentinos que tengo en pre- paración (1). Pero los detalles en los cuales he tenido que entrar al examinar algunos hechos ampliaron de tal modo mi exposición que me es imposible presentarla en la forma indicada. Las descripciones del suelo argentino que presento en varias patr- tes de este ensayo han sido escritas teniendo a la vista los magistra- les trabajos de Darwin, d'Orbigny, Burmeister, de Moussy, Reclus y Holmberg:; y, para la distribución geográfica de las especies que me sirven de base, he consultado los principales OS publicados sobre la fauna y la flora de nuestro país. Mi propósito, al haber ensayado de establecer regiones faunisticas especiales, es el de llevar al terreno de la zoología algunos de los principios que inspiran la fitogeografía moderna, la cual, en vez de atenerse a la compilación de listas más o menos completas de espe- cies vegetales, se preocupa de estudiar el por qué de los hechos obser- vados. Quizá sea prematuro el querer delimitar las diferentes regio- (1) Esta monografía ha sido honrada, en el año 1919, con el premio «Carlos Bere » otorgado por la Facultad de ciencias exactas, físicas y naturales de la Eu] o) w Universidad de Buenos Aires. 228 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA “44 nes entomólogicas argentinas cuando recién un núcleo de estudiosos ha principiado a investigar acerca de un sinnúmero de hechos geo- gráficos, geológicos, meteorológicos, biológicos, etc., que revisten gran importancia en todo estudio zoogeográfico. Es casi seguro que las diversas regiones faunísticas establecidas por mí se vean, con el tiempo, modificadas; pues día a día aparecen nuevos trabajos. los cuales, productos de minuciosas investigaciones, nos hacen conocer, cada vez más, el territorio argentino bajo sus diversos aspectos bio- lógicos y geológicos. Para la biología: Hauman, ocupado en investigaciones fitogeográfi- cas, ha publicado, paulatinamente, una serie de trabajos en los cuales, abandonando los antiguos métodos, estudia detalladamente las diver- sas asociaciones vegetales que, productos del ambiente, comunican a cada lugar observado una fisonomía característica que es función directa del medio. Burmeister y Berg, en el pasado, Bruch, Gallardo, Holmberg, Lizer, en el presente, a más de desgarrar, con paciencia in- cansable, una parte del misterio que cubre la vida de algunos seres, han publicado estudios sistemáticos que constituyen la base futura de toda investigación entomológica en la parte sur de la América Meridional. Para la geología : las diferentes publicaciones de la Dirección ge- neral de minas, geología e hidrología forman un conjunto de trabajos en los cuales el estudioso encuentra, condensados en mapas y perfiles, un cúmulo de datos que le permiten especular sobre el modo de pre- sentación del suelo y del subsuelo argentinos. Los principales trabajos geográficos, geológicos, zoológicos, botá- nicos, ete., que he puesto a contribución para la redacción de este ensayo son los siguientes : Berg, Carlos, Hemiptera Argentina (Buenos Aires, 1879). Berg, Carlos, Addenda et emendanda ad Hemiptera Argentina (Buenos Aires, 1884). Berg, Carlos, Nova hemiptera faunaram argentinae et uruguayensis (Bue- nos Aires, 1891-1892). Bréthes, Juan, Catálogo de los dípteros de las repúblicas del Plata (An. Mus. Nac. Bs. As..t. XVI, pág. 277-305, 1908). Brethes, Juan, Contribution a UVétude des Pepsis (An. Mus. Nac. Bs. Ás., t. XXVI, pág. 235-360, 1915). Bruch, Carlos, Catálogo sistemático de los Coleópteros de la República Ar-. gentina. Pars I. Familia: Carabidae. (Rev. Mus. de La Plata, t. XVIL, pág. 145- 180, 1911). CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA ZOOGEOGRAFÍA ARGENTINA 229 Pars II. Familias : Haliplidae, Dytiscidae, Eyrinidae, Hydrophilidae $ Staphylinidae (Loc. cit.,t. XIX, pág. 471-526, 1915). Pars IM. Familias: Pselaphidae, Silphidae, Histeridae, Phalacridae, Byturidae, Nitidulidae, Orthoperidae, Discolomidae, Temnochilidae, Colydidae, Oucujidae, COryptophagyidae, Moncotomidae, Lathridiidae, Hylophilidae, Mycetophagidae, Tritomidae, Byrrhidae, Dermestidae, Dryopidae y Heteroceridae (Loc. cit., t. XIX, pág. 303-339, 1914). Pars IV. Familias : Lucanidae, Scarabaeidae y Passalidae (Loc. cit., AV pagS1o229, 1911). Pars V. Familias : Buprestidae, Trizaidae, Monommidae, Euenemidae y Elateridae (Loc. cit., t. XVIL, pág. 226-260, 1911). Pars VI. Familias : Rhipidoceridae, Dascillidae, Lycidae, Lampyridae, Ehipiphoridae, Drilidae, Telephoridae, Malachidae, Melyridae, Oleri- dae, Ptinidae, Anobiidae, Sphindidae, Bostrychidae, Cicoidae, Tene- brionidae, Allecucidae, Nilionidae, Lagriidae y Anthicidae (Loc. cit., t. XIX, pág. 235-302, 1914). Pars VII. Familias : Mordellidae, Meloidae, Pedilidae, Oedemeridae, Pythidae, Melandryidae, Curculionidae, Ipidae, Platypodidae, Bren- thidae, Anthribidae y Bruchidae (Loc. cit., t. XIX, pág. 401-441, 1914). Pars VII. Familia : Cerambycidae (Loc. cit., tt. XVII, pág. 179-226, 1912). Pars IX. Familias : Ohrysomelidae, Cassidae, Hispidae, Languwridae, Erotylidae, Coccinellidae y Endomychidae (Loc. cit., t. XIX, pág. 346-400, 1914). Bruch, Carlos, Suplemento al catálogo sistemático de los Coleópteros de la República Argentina (1. Addenda, corrigenda y resumen) (Rev. Mus. de La Plata, t. XIX, pág. 538-573, 1914). Bruch, Carlos, Catálogo sistemático de los formiícidos argentinos (Rev. Mus. de La Plata, t. XIX, pág. 211-234, 1914). Bruch, Carlos, Suplemento al catálogo de los formícidos argentinos (Ll. Ad- denda et corrigenda) (Rev. Mus. de La Plata, t. XIX, pág. 527-537, 1914). Burmeister, Germán, Descripción de Pucumán (Publicación de la Univer- sidad de Tucumán, Buenos Aires, 1916). Dabbene, Roberto P., Catálogo sistemático y descriptivo de las aves de la República Argentina (An. Mus. Nac. Bs. As., t. XVIII, pág. 1-513, 1910). Darwin, Charles, Voyage Vlun naturaliste auutour du monde (Trad. del inglés por ed. Barbier, Paris, 1883). Delétang, Luis F., Contribución al estudio de los Cicádidos (Cicadidae) argentinos (Hemiptera- Homoptera). Ensayo filogenético (An. Soc. Cient. Arg., t. LXXXVIIL, pág. 25-94, 1919). Dirección general de minas, geología e hidrología. Sus diversas publica- ciones. 230 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Gallardo, Ángel, Subfamilia Dolicoderinas (An. Mus. Nac. de Bs. As., t. XXVIII, pág. 1-150, 1916). Gallardo, Áneel. Subfamilia Ponerinas (An. Mus. Nac. de Bs. As. v. XXX, pág. 1-112, 1918): Hauman, Lucien, Etude phytogéographique de la région du Rio Negro in- Férieur (An. Mus. Nac. Bs. As.,t. XXIV, pág. 289-444, 1913). Hauman, Lucien, La fóret valdivienne et ses limites. Notes de yéoyraphie botanique (Public. del Instituto de Bot. y Farm. de la Fac. de ciencias mé- dicas de Bs. As., n” 34, 1916). Hauman, Lucien, La végétation des hautes cordilleres de Mendoza (An. Soc. Cient. Arg.,t. LXXXVI, pág. 121-188 y 225-348, 1918). Hauman, Lucien, Notes sur les espéeces argentines des genres « Azorella» et «Bolar» (Physis, t. IV, pág. 468-500, 1919). Hauman, L. y Vanderveken, G., Catalogue des phanéroyames de U' Argen- tine (An. Mus. Nac. Bs. As.,t. 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F., Expedición al Chaco boliviano, con objeto de hacer investigaciones acerca de la «zona permanente » o de «refugio inver- nal» de la « Sehistocerca paranensis » (langosta voladora) (Boletín del Mi- nisterio de Agricultura, 1919) Lynch Arribálzaga, Enrique, Informe sobre una investigación realizada en Bolivia acerca de la región permanente de la langosta voladora (« Sehistocerca paranensis » Burm.), elevado a la comisión central de la Defensa agrícola (Boletín de la Defensa agrícola del año 1910). Moussy, Martín de, Description géographique et statistique de la Conféde- ration Argentine (París, 1860). Oficina meteorológica del ministerio de Agricultura. Sus diversas publi- caciones. Orbigny, Alcides D”, Voyage a UY Amérique méridionale (Paris, 1844). Reclus, Eliseo, Nouvelle géographie universelle (L' Amazonie et La Plata, Gruyanes, Brésil, Paraguay, Uruguay, République Argentine, t. XIX, Paris, 1894). Spegazzini, Carlos, Flora de la provincia de Buenos Aires (Anal. Minist. Agr. Secc. Biología vegetal, 1905). CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA ZOOGEOGRAFÍA ARGENTINA 231 Spegazzini, Carlos, Apuntes para un corto resumen de la Flora agropecua- ria de la República Argentina (Censo agropecuario de la República Argen- tina, t. TI, 1910). Torres, Luis María, Los primitivos habitantes del Delta del Paraná (Bue- nos Aires, 1913). - No puedo terminar esta ya larga introducción sin agradecer al ingeniero Enrique Hermitte y al señor Juan R. Montes de Oca, direc- tor y subdirector respectivamente de la Dirección general de minas, geología e hidrología, por la amabilidad con la cual me autorizaron a ilustrar el presente trabajo con fotografías pertenecientes al archivo de la oficina que ellos dirigen y por la gentileza con la cual me facili- taron los diversos planos que me han servido de base (1). Los señores ingeniero Carlos Lizer y doctor Eduardo Carette me han ayudado, con sus consejos, a llevar a buen término el propósito que me tenía fijado al emprender este trabajo. Reciban aquí estos señores la expre- sión de mi profundo agradecimiento. La República Argentina, cuyo territorio abarca latitudes tan diver- sas, posee una fauna entomológica en la cual la facies de las regio- nes tropicales alterna con la de las regiones templadas. Al norte, las regiones chaqueñas, que sin solución de continui- dad cubren parte de Bolivia y del Paraguay, se hallan influenciadas por los factores que rigen las faunas tropicales. Esa infuencia se deja sentir hasta más al sur de la provincia de Tucumán. Burmeister, en el relato de un viaje que hizo por las regiones del norte, dice, hablando de la fauna de esta provincia: «Los Hemípteros ofrecían también pocas particularidades, solamente que demuestran una característica tropical manifiesta. La determiné de una manera definida, principal- mente en las cigarras (Tettigonia F.), cuya magnitud y número es erande. He encontrado principalmente una especie brasileña que er: erande, en su parte superior de un color amarillo verdoso pálido. » El hallazgo, relatado por Burmeister, de una especie de cigarra (1) La falta de precisión revestida por los límites de toda formación Zoológica me ha impedido agregara este trabajo, como era mi primera intención, algunos mapas que representen gráficamente las diversas regiones descriptas. El lector podrá fácilmente subsanar esta falta consultando algún mapa general de la República no pudiendo menos que aconsejarle utilice el Mapa hipsométrico re- cientemente publicado por la Dirección general de minas, geología e hidrología. 232 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA brasileña (Quesada gigas probablemente) tan al interior de la Repú- blica Argentina, como lo es Tucumán, se repite con todas las fa- milias de hexápodos y no sólo con formas tropicales procedentes del Brasil, Bolivia y Paraguay, sino hasta con especies ecuatoriales origi- narias de Venezuela y de la cuenca amazónica. El límite meridional de esta influencia no se puede todavía trazar. Mejor estudiada, pero dejando subsistir varias lagunas, la fauna misionera presenta un sello netamente tropical y dentro de ella, lo mismo que en la tucumana, existen representantes de las faunas boliviana, paraguaya y brasileña. Al oeste, las innumerables quebradas de la Cordillera de los An- des, que marca los límites políticos argentino-chilenos, ofrecen a cada paso un cúmulo de faunas regionales distintas cuyo estudio está por hacerse. Pero, sin ninguna duda, estas faunulas participan, por su po- sición y bajo la influencia de varios factores, de algunos de los carac- teres faunísticos de la zona pacífica u occidental de Sud América. Al este, el río Uruguay, que constituye los límites políticos de la Argentina con parte del Brasil yv de la república del Uruguay, no forma una barrera infranqueable a los representantes de las faunas regionales situadas entre él y el océano Atlántico. Al sur, las regiones patagónicas encierran faunulas poco conocidas, pero las especies de insectos que en ellas se ha observado, si bien hacen ver que estas regiones poseen una fauna con facies propia, presentan, sin embargo, algunas formas de las regiones centrales de la Argentina. | Estos imprecisos límites faunísticos obligan al estudioso a ocupat- se, a la par que de las especies argentinas, de los insectos hallados en las regiones vecinas a los límites políticos argentinos. Deseo mío es esbozar, aunque sólo en términos generales, los lími- tes de las diferentes regiones entomológicas argentinas; pero los datos que se posee 'al respecto no son todavía suficientes como para permitir tratar semejante tema con la detención debida. Varias de las formas sobre las cuales creía poder basarme, salen, a medida de la seneralización de los detalles, de los límites en los cuales el estudio de una pequeña región los había colocado y presentan un « mosaico » que sólo observaciones detenidas podrán ordenar (1). (1) Cuando, por ejemplo, se estudia la fauna del norte argentino uno de los caracteres entomológicos que más atrae la atención es la presencia del « Coyu- yo» (Quesada gigas) euyo canto inconfundible resuena por todas partes. La im- CONTRIBUCIÓN. AL ESTUDIO DE LA ZOOGEOGRAFÍA ARGENTINA 233 El estudio de la distribución geográfica de los insectos argentinos debe buscar sus principios en el estudio comparado del terreno, de los fenómenos meteorológicos, de la fitogeografía y de los catálogos de los diferentes órdenes de hexápodos. Este estudio, aunque permita ac- tualmente entrever grandes regiones o formaciones entomológicas, debe completarse por numerosas investigaciones regionales. Pero, por de pronto, puede decirse que las regiones entomológicas no son delimitables con precisión. El zoólogo, al querer delimitar las regio- nes correspondientes a los seres que observa, se encuentra frente a un problema cuya solución, a causa de la misma organización de los seres estudiados, fluctúa dentro de límites muy variables; en el tiempo, la lucha por la vida, la acción del hombre, la movilidad de algunos seres, el mayor o menor grado de humedad, etc., son factores que hacen que una región determinada, en un momento dado, teniendo como base tales o cuales formas arroje algún tiempo después resul- tados diferentes que la amplían o la reducen. Pero dentro de esta variación se ubican grandes regiones suficientemente características como para formar entidades completas. Un ejemplo típico de la inseguridad existente acerca de los límites de algunas regiones o formaciones zoológicas se presenta con el proble- ma de la «región Permanente » de la langosta voladora (Sechistocerca -paranensis Burm.) cuya solución interesa, en alto grado, la vida eco- nómica de la República Argentina. « Teóricamente el área de distri- bución de este insecto migratorio se ha subdividido, basándose para ello en los estudios efectuados en Estados Unidos sobre Oaloptenus spretus, en tres zonas o regiones diferentes, «región Permanente », «región Subpermanente » y «regiones Temporales », definidas por K. Lynch Arribálzaga del modo siguiente : « Región Permanente... Es aquella donde la langosta se reproduce todos los años sin excepción y de la cual parten las mangas que con presión recibida al oír, por primera vez, el «silbido » de esta cigarra es tal que si el observador concreta sus estudios únicamente a estas regiones, hay mucha probabilidad para que, cuando quiera definir la fauna entomológica de las co- marcas por él visitadas, uno de los caracteres que impondrá a aquélla será la presencia de este insecto. Pero si aquel observador visita otras regiones situadas al sur de las primeras, en las cuales la facies tropical ha desaparecido o está en vías de desaparecer, oye siempre el canto del « Coyuyo » : entonces su pri- mera impresión se desvanece y busca para apoyar sus definiciones otros tipos cuya repartición geográfica responda mejor al ambiente de las regiones visi- tadas. 23 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA intervalos más o menos prolongados invaden Tas comarcas vecinas. » « Región Subpermanente. — Entiéndese por región Subpermanente la “parte del habitat de la langosta viajera en que ésta se cría menos permanentemente, pero está expuesta a ser invadida cada año, cuando se multiplica en número excesivo en sus verdaderos lugares de re- producción. Entre la región Permanente y la Subpermanente no exis- ten barreras naturales de modo que una región se funde impercepti- blemente con la otra.» | «Regiones Temporales. — Todo el resto del área de distribución geográfica de la langosta corresponde a esta región... » Juando, basándose en los estudios teóricos, varios observadores - quisieron delimitar, en el terreno, estas diferentes regiones de la Sehistocerca paranensis tropezaron con algunos problemas inadverti- dos, los cuales malograron en parte los estudios emprendidos. A más de ignorarse todavía si la especie de langosta que asola la parte norte de la América Meridional es la misma que invade la parte sur, estos observadores tuvieron que luchar con una serie de creencias erró- neas de las cuales las principales eran considerar la « región Perma- nente» como una especie de foco constituído por una cantidad enorme de langosta cuya destrucción equivaldría a la casi completa desapa- rición de esta plaga desvirtuando así, en absoluto, el concepto zooló- gico de esta formación y creer que la «región Subpermanente » puede estudiarse como una entidad completa separada del conjunto. La «región Permanente » de la langosta no es otra cosa sino uta «Zona de refugio invernal », desde la cual, a la llegada de la época propicia, irradia el insecto (centro de irradiación) sobre las regiones vecinas. Un observador que, estudiando la biología de esta langosta, quisiera determinar la «región Permanente» dejándose guiar por la creencia de que dicha región debe presentar en toda época ejemplares del insecto estudiado, se encaminaría hacia un fracaso seguro que anularía, en gran parte, sus estudios. Pero si este mismo observador. en vez de querer determinar semejante región, orientara sus estudios de acuerdo con la zoogeografía, entonces caería en cuenta que la «re- gión Permanente » de la Sehistocerca paranensis puede asimilarse a una de estas grandes regiones o formaciones zoológicas cuyos límites oscilan de diversos modos, y que la «región Subpermanente » corres- ponde, como ya puede entreverse por la misma definición dada por Lynch, a la zona comprendida entre los límites máximo y mínimo de la «región Permanente ». El estudio de la «región Subpermanente » como entidad completa, GENTINA > v AFIA AE R OG E 0OGI 7 MN LA Y STUDIO DI E AL CONTRIBUCION YUI Bl 9p So OU 056) 075) tottadus ajled e] o) so WS ¿B05e 9p Oso 0]s) LON BUE Ss tol sope PIE SIAB.ULE SOSOUB tú dl oso 5 1 10 PUOUL SOZI 1 , IB («BM proYo Y) SOPodo1J1B SOMO / BUL SO] 9p Ulapadod a AJUOTN [9P WO BULIOJQUS » B| Y 9JUamdaua pad moro eJaDoa A sopodvxauy “OL [Pp s9pypruuxoad Sg[ U9 “IB.AUOYUO OPA 1h SOPepot 9p seylorquosl (49[88) JUST OLE 9p SEAe A 236 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA es decir aislada del conjunto no puede dar, por lo tanto, resultados de 'alor; lo que no acontece si, considerándola como parte integrante de la « permanente », se estudia el por qué de la « dilatación » que esta última sufre en algunas épocas y el por qué. de la «retracción >» que después anula el primer fenómeno. Las observaciones que tuve oportunidad de hacer en el Oriente bo- liviano (Chaco y regiones del Acre) me han dado bases.para definir una formación zoológica transitoria la cual, confundida hasta ahora con las «regiones temporales », he denominado,. en. contraposición. con aquéllas, «regiones temporarias ». Llamaré « región temporaria » una región normalmente libre de una especie de insecto migratorio la cual, a causa de unou otro factor, se. convierte por algunas genera- ciones en centro de propagación de dicha especie. En el caso de la Sehistocerca paranensis una «región temporaria» se puede representar por una región en la cual esta langosta acos- tumbra a posarse para alimentarse, para descansar o para reprodu- cirse tomando de nuevo su vuelo para continuar sus correrías, siguién- dola a mayor o menor lapso de tiempo, la generación nacida en estos lugares. Esta región se convierte de repente en centro de propaga- ción : las generaciones nacidas en ella, allí se arraigan y reproducen, - siendo sus vuelos limitados a esta región para, al cabo de algún tiempo, a veces años, abandonarla. Desde el punto de vista de la langosta, el estudio de los fenómenos que motivan la formación y la desaparición de una o varias «regio- nes temporarias » puede dar, según creo, resultados de valor; los eua- les aplicados a la «región permanente» ayudarían a la solución del problema planteado acerca de la existencia y ubicación de esta última. El ejemplo descrito hace ver una incertidumbre completa en lo que se refiere no sólo a los límites sino a la misma existencia de varias formaciones zoológicas y esa incertidumbre se halla superpuesta, en varios casos, por toda una serie de fenómenos que impiden, a veces, dar una definición exacta de algunas regiones. Al querer trazar los límites que separan las formaciones biológicas de un macizo montañoso de las de la llanura que lo rodea se observa que aquel esparce, por intermedio de los cursos de. agua que de él nacen, parte de su fauna y de su flora a grandes distancias, mientras que las formaciones de la llanura penetran, a su vez, dentro de él, valiéndose para ello de las quebradas que les presentan un ambiente favorable. En medio de una llanura álzase, puesta a descubierto por CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA ZOOGEOGRAFÍA ARGENTINA 237 la erosión u otros factores, una serie de desniveles que actúan sensi- blemente sobre el ambiente circundante, lo que permite el arraigo de una flora y de una fauna distintas de las vecinas. Estos hechos y OLTOS, lugares protegidos del viento o, al contrario, expuestos a él, existencia de médanos con sus tipos psamófilos, de salinas con sus tipos halófilos, de bañados con sus tipos hidrófilos, ete., permiten que en una formación cuyo desarrollo se efectúa uniformemente se en- cuentren plantas y animales característicos de una formación vecina. Esta mezcla de varios caracteres compone a veces, un « mosaico » tan complicado que sólo una investigación detenida puede descubrir el carácter típico del lugar observado siendo necesario, en algunos casos, subdividir la formación estudiada en varias regiones secundarias (1). Como he dicho, entre las bases de la geografía entomológica la fitogeografía ocupa un lugar preeminente. La relación existente entre las plantas y los insectos permite considerar las primeras, por el aspecto que comunican al paisaje, como la más visible representación del ambiente. Se ha publicado ya varios trabajos sobre la fitogeogra- fía argentina, entre los cuales los de Holmberg, Hauman y Spegazzini encierran, en conjunto, las diversas ideas que se han emitido sobre este tópico, y las formaciones establecidas por estos autores pueden servir de ayuda para establecer o a lo menos para describir algunas regiones o formaciones entomológicas. Pero, antes de examinar estas últimas detalladamente, es necesario que me ocupe de las diversas subregiones comprendidas en la «región Neotropical» de la cual la República Argentina forma la parte meridional. Según Salvin, la «región Neotropical » se subdivide en seis subre- giones, «Centroamericana», « Antillana », « Amazónica », <« Brasi- leña», «Subandina » y « Patagónica », cuyas denominaciones deri- ran de los nombres de los lugares que presentan, en su forma más típica, los caracteres que han servido para definirlas. Estas subregio- nes se fusionan insensiblemente una con otra; sin embargo, en lo que atañe a la República Argentina, cubierta por las subregiones « Bra- silena» y «Patagónica », éstas pueden delimitarse en nuestro país como sigue (2): (1) En ninguna parte esta complejidad de caracteres se halla tan bien repre- sentada como en los lugares cuyo ambiente está sometido a una sucesión rítmica de factores diversos como lo son, por ejemplo, las regiones cubiertas. en cierta época, por bañados transitorios que desaparecen a la llegada de la estación seca. (2) Dabbene, en su Catálogo sistemático y descriptivo de las aves de la República r 238 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La «subregión Patagónica », comprendiendo la parte meridional de la República, se extiende por la costa atlántica hasta un poco más al norte de la ciudad de Bahía Blanca desde la cual su límite orien- tal puede representarse por una línea que, con rumbo noroeste, va desde el Océano hasta los primeros contrafuertes andinos costeándo- los hasta los límites políticos argentino-bolivianos ; mientras que por el oeste esta subregión tiene como límite la línea divisoria entre la Argentina (An. Mus. Nac. Bs. As., tomo XVIII, 1910), al tratar de la distribu- ción geográfica de las aves en el territorio argentino, delimita las subregiones de la « región Neotropical » del modo siguiente : « La subregión Centroamericana se extiende desde el istmo de Panamá hacia el norte, en donde sus límites son muy inciertos ; generalmente, se considera la parte sur de México como el confin septentrional de esta subregion «La Antillana es una subregion ornitológicamente bien definida, y comprende todas las islas conocidas con el nombre de Indias Occidentales, con excepción de Trinidad y Tabago, cuya fauna es claramente continental. «Si ahora, desde el extremo norte de la región neotropical pasamos al extremo sur, tenemos la subregión Patagónica, la cual comprende principalmente la parte austral del continente sudamericano y se extiende sobre la costa atlántica hasta un poco más al norte de Bahía Blanca. Desde este punto, su límite toma una dirección noroeste, y pasando al oriente de Mendoza, sigue hacia el norte a lo largo de los más altos declives orientales de los Andes. Al liegar a los valles del río Magdalena y de sus afluentes, la subregión Patagónica se ramifica y vuelve desde allí hacia el sur siguiendo las vertientes occidentales de la Cordillera para alcanzar la costa del Pacífico cerca de Trujillo. Esta subregión debería ilamarse más propiamente Patagonicoandina, pues como se ve, además de la Patagonia, abarca también una gran extensión de la Cordillera de los Andes. « Próxima a esta subregión tenemos a la Brasileña, la cual contina con la ante- rior hacia el sur, sigue paralelamente a la misma por el lado occidental, dirigién- dose al norte hasta cerca de Potosí. Desde este punto, su límite se dirige al nor- deste, y dejando afuera la cuenca del río Amazonas, alcanza en Parahyba el Atlántico, por cuya costa baja hasta cerca de Bahía Blanca. « Al norte de la subregión Brasileña tenemos la Amazónica, formada casi exclu- sivamente por inmensas selvas húmedas y sombrías, las cuales cubren toda la cuenca del río Amazonas. «La última subregión, designada bajo el nombre de Subandina, se extiende entre los confines de las subregiones Patagónica, Brasileña y Amazónica, com- prendiendo especialmente los territorios bañados por los altos tributarios del Amazonas, cuya fauna ornitológica presenta caracteres muy distintos de la del curso inferior de este río. Hacia el norte esta subregión se extiende sobre el lito- ral hasta el istmo de Panamá. Además comprende las islas de Trinidad y de Tabago al oriente y el archipiélago de Galápagos al occidente. «Exceptuando la subregion Antillana y tal vez la Patagónica, los límites fijados a las otras subregiones son, como se comprenderá, fácilmente muy incier- tos y deben ser aceptados como provisorios. » CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA ZOOGEOGRAFÍA ARGENTINA 239 república Argentina y la de Chile. La « subregión Brasileña » com- prende, en la Argentina, todo el territorio no encerrado en los límites anteriores. Holmberg, al querer establecer cierta clasificación geográfica, sub- divide la fauna argentina en «fauna Andina» que asimila a las for- maciones fitogeográficas del « Monte Occidental», «de la Puna », «Subtropical » en parte, « Patagónica» y de los « Bosques Antárti- ticos » ; «fauna Brasilena » que asimila a las formaciones « Misione- ra», « Mesopotámica» y «Chaqueña» en parte; y en «fauna Inter- media», así llamada por difundirse en ella los componentes de las otras dos y que Holmberg asimila a las formaciones del « Monte Oriental », «Pampeana» y < Chaqueña» en parte. Pero al caracterizar estas faunas aquel autor deshecha la «fauna Intermedia» que refunde en las faunas <« Brasileña » y «Andina », las cuales denomina, en aquel entonces, respectivamente, «fauna Occidental Argentina » y «fauna Oriental Argentina ». Estas dos faunas definidas, por Holmberg, por la presencia de ciertas especies o por el predominio de algunas for- mas respecto de otras, cubren, más o menos, los mismos lugares que las subregiones « Patagónica » y « Brasileña » de la «región Neotropi- cal» (1). (1) Dentro de la gran clase de los Hexápodos estas dos faunas se caracterizan, según Holmberg, por : FAUNA OCCIDENTAL ARGENTINA FAUNA ORIENTAL ARGENTINA Coleópteros Xeroglossa (entre los carniceros) ; Ne- erophorus ; mayor variedad en los la- meltcornios : Budynopus ; reino de los Nietélidos ; domina Meloé; predominan las especies del tipo Naupactus y los Braquirrincos en general entre los Cur- culiónidos ; entre los Longicornios so- bresalen los Prionidos con Halycidocrius y Malacosoma ; Sypilus ; mayor número de especies de Cryptocephalus para los Crisomélidos ; muy pocas de Cocciné- lidos. Predominio de géneros y especies de Elatéridos o Salta-pericos ; escasez re- lativa de lamelicornios : Passalus, Lu- canus ; mayor cantidad y variedad en los Tenebriónidos; domina £Lytta; Ca- landra palmarwm entre los Curculióni- dos, con mayor representación de Me- corrincos ; entre los Longicornios hay rm más Traquidéridos y Lamidos, Prio- nus ; Chlamys bacca entre los Crisomé- lidos ; considerable número de especies de Coccinélidos. Hymenopteros Melipónidos raros ; Bombus Dahlbo- mi; Centris muralis y C. cyaniventris ; | cajennensis y B. brasiliensis ; Melipónidos predominantes ; Bombus Epicharis, 240 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La «fauma Occidental » o «subregión Patagónica» a más de apa- recer como siendo entomológicamente el «reino de los Nictélidos » (Coleópteros Tenebriónidos) posee otros caracteres que residen en la relativa abundancia de los Meloé (Coleópteros) y de los Asílidos (Dípteros), mientras que la « fauna Oriental» o «subregión Brasile- na», si bien presenta algunas variedades de Tenebriónidos, Meloes y Asílidos posee muy pocos tipos de los insectos nombrados, pero, a más de estos caracteres negativos, el predominio, dentro de ella, de arias formas desconocidas en la primera región la distinguen de ésta. Estos hechos permitirían, desde luego, dividir la República Argentina en dos grandes regiones entomológicas; pero la definición de éstas Coelioxys raros ; domina Halictus sobre | Osiris, Liopodus, Hopliphora, Melectoi- Augochlora ; Caupolicana : el género Po- | des, Melecta, Melissa; gran vbúmero de listes desaparece en el 37% lat. S. ; Tí- Coeliorys, domina 4ugochlora sobre Ha- nidos muy abundantes. lictus; Megacilissa,. entre los Véspidos | Polistes canadensis. Lepidópteros Especies raras de Papilio (; falta Mor- Dominan y abundan las especies de pho?). Papilio, Morpho (s. 1.) y son exclusivas . - A las Ageronidae. Este es el reino de los | Macrolepidópteros, por su inmensa ya- | riedad, que sólo se extiende parcial- mente a la Fauna Occidental. Neurópteros Representación escasa. | Tienen aqui la mayor representación | por el número de géneros y especies. Ortópteros Entre los Acrídidos se caracteriza el Los acrídidos de mayor tamaño ; gran tipo Groea, y un ortóptero particular, | variedad de Grillos. y de olor abominable, llamado « Chin- | chin » en Córdoba. Hemipteros Escasez relativa de géneros. | Dominio casi exclusivo de casi todos los grupos. Dipteros Predominan los Asílidos. | Predominan los Culícidos o Mosquitos. CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA ZOOGEOGRAFÍA A RGENTINA 241 se concretaría entonces únicamente en la presencia o en la ausencia de algunas especies de hexápodos haciendo caso omiso de todo lo que puede deducirse de la observación del ambiente en cuyo estudio in- terviene la fitogeografía (1). Holmberg divide el territorio en nueve formaciones fiitogeográfi- cas : «de la Pampa », «del Monte », « Patagónica ». «Subtropical », « Chaqueña », « Misionera », « Mesopotámica », «de la Puna », y «de los Bosques Antárticos ». Hauman, a su vez, propone seis forma- ciones repartidas en «formaciones propias » o sean las « Patagónico- Jujeña», «Pampeana» y «Subantártica» y «formaciones de los países limítrofes », o sean las « Subtropical », « Andina » y < Mesopo- támica ». . Mientras que algunas de estas formaciones han sido subdivididas en varias regiones secundarias, otras hacen ver en su seno diversos aspectos los cuales, si bien se observan en ellas bajo una faz caracte- ristica, se presentan también en otras Zonas. En las páginas que siguen al ocuparme de las formaciones fitogeográficas y de las regiones en- tomológicas adopto para ello un orden basado, en sus líneas gene- rales, en la configuración del terreno o en la situación geográfica. La cordillera de los Andes que cubre enormes extensiones de te- rritorio en Chile y Bolivia, se extiende todavía con un gran ancho sobre el noroeste de la Argentina en donde se encuentra cubierta en parte, como los macizos montañosos desprendidos de ella, por una vegetación con la cual Holmberg constituye dos de sus formaciones, «formación Subtropical » y «región de la Puna ». La « formación Subtropical» cubre algunas regiones de las provin- cias del norte, Jujuy, Salta y Tucumán, las cuales en una latitud casi tropical, reciben un caudal relativamente importante de aguas meteó- ricas. La humedad resultante de las lluvias, unida a la temperatura (1) Dabbene, después de haberse ocupado de las subregiones de la « región Neotropical », al querer delimitar las diferentes regiones ornitológicas de la Re- pública Argentina dice estas palabras que son, en un todo, aplicables a la geo- vrafía entomológica de nuestro país : «Pero, tratándose de formar divisiones menos generales, y cuando se quiera indicar aproximadamente el área de dis- persión, en determinadas regiones. del país, de ciertos grupos o de ciertas espe- cies de aves que no son de muy vasta distribución, y para la compreusión de las relaciones faunísticas entre las varias comarcas del territorio argentino, es nece- sario tener en cuenta el aspecto físico de su suelo, la forma y la distribución de lau vegetación en las distintas partes y también las costumbres y el modo de vivir ale ciertos grupos de aves. » AN. SOC. CIENT ARG. — T. XC % 17 242 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cálida reinante, ha dado lugar al desarrollo de una vegetación carac- terizada, según Lillo, por su vigor y frondosidad. Las plantas herbá- ceas predominan en esta formación, siendo los vegetales espinosos muy raros, y el conjunto ofrece un aspecto de vida mucho más inten- sa que la formación vecina del « Monte ». La «formación Subtropical » se subdivide en dos subformaciones, «subformación Húmeda Caliente» y «subformación Húmeda Fría », las cuales, a su vez se subdividen en diversas regiones secundarias que se funden insensiblemente una con otra. Aunque las altitudes ocupadas por las floras características de estas regiones fluctúen den- tro de límites estrechos no se puede precisarlas con exactitud pues éstas se hallan sometidas a numerosos factores locales, pero, sin em- bargo, puede admitirse como regla genera!, que a medida que se avan- za hacia el norte las regiones fitogeográficas ocupan una altitud siem- pre mayor, obedeciendo este hecho a la influencia de la temperatura y de la humedad que se acrecientan al acercarse al ecuador (1). La « subformación Húmeda Caliente », situada en los flancos orien- tales de las sierras que bordean el llano, donde limita con la « forma- ción del Monte », penetra dentro de éstas por los valles y las quebra- das, pero pocas veces ultrapasa los 1000 metros de altitud; numero- sas ramificaciones del « Monte» se superponen a ella, penetrándola en mayor o menor profundidad. La «región del Parque », primera subdivisión de la «subforma- ción Húmeda Caliente », cubre los lugares llanos o ligeramente ondu- lados que se extienden al pie de las sierras. Los paisajes que se des- arrollan en esta región la hacen aparecer como trazada por la mano del hombre, y su vegetación se constituye de grupos más o menos ex- tensos de árboles diseminados sobre una sábana de hierbas compues- ta por varias especies de gramíneas aisladas unas de otras o, al con- trario, formando un césped más o menos continuo. La mayor parte de: la vegetación de esta región es la misma que en la de los « bosques. Subtropicales » pero, como dice Lillo, «los árboles no son tan altos, siendo más ramificados y desprovistos de las grandes plantas epífitas que son tan comunes y características de los verdaderos bosques sub- tropicales ». (1) La repartición, en altura, de las regiones de la «formación Tropical » obe- dece, en parte, a la ley que quiere que una corriente de aire abandone, en for- ma de lluvias, a medida de su escalonamiento por las faldas de un macizo mon- tañoso, la humedad de que se halla impregnada. CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA ZOOGEOGRAFÍA ARGENTI 243 Dominando la «región del Parque >» se encuentra la « región delos bosques Subtropicales », segunda subdivisión de la « subformación Húmeda Caliente ». Esta región va desde Jos pies de las sierras hasta En medio de una región normalmente expuesta a la acción de fuertes vientos desarróllase. en algunos lugares abrigados, una flora y una fauna que se caracterizan por un aspecto de vida más intensa que el observable en los lugares vecinos (alrededores del Lago Nahuel Huapi). una altitud que varía entre 1000 y 1200 metros. La vegetación se ca- racteriza por su exuberancia : «enormes son los árboles, variadas las especies y denso su follaje ». La «subformación Húmeda Fria» principia donde terminan los 244 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA «bosques Subtropicales »; «su límite superior se puede fijar aproxi- madamente en 3000 metros de altitud donde se confunde eradual- mente con la formación de la Puna o Andina; sin embargo, la arbórea rara vez llega a 2500 metros ». La primera región de esta subformación o «región del Aliso » ocu- pa «esencialmente, las pendientes escarpadas y las quebradas, y se caracteriza por bosques casi exclusivamente formados de una sola es- pecie; agrupados en un gran número de individuos; la región de los Prados Alpinos alterna con la anterior, ocupa las planicies de las ci- mas y pendientes poco pronunciadas. Se caracteriza esta última, por la gran cantidad de hierbas, provistas generalmente de hermosas fio- res ». Los elementos fundamentales de la «región del Aliso » son: en- tre los árboles, el Alnus jorullensis (Aliso) y entre las plantas peque- has, una especie de rosácea, Polylepis australis, denominada vulgar- mente Queñoa. ; La segunda región de la «subformación Húmeda Fria» o sea la de los « Prados Alpinos » tiene una flora enteramente compuesta de plan- tas herbáceas en extremo variadas. La «región de la Puna » de Holmberg que principia hacia los 3000 metros de altitud domina la «región de los Prados Alpinos » con la cual se funde insensiblemente. Esta región no constituye una forma- ción propiamente dicha sino que es la zona de transición entre la « for- mación Subtropical» y las nieves perpetuas. El clima imperante en esta region, cuyo suelo se halla ocupado en parte por extensas salinas y borateras, es seco y de una temperatura que varía entre 1-40 y —209. « La Puna se caracteriza especialmente, según Lillo, por las plan- tas en cojín o colchón — por ejemplo la llareta, — y que pertenecen a las más diversas familias. Las demás, salvo excepciones, se levan- tan sobre el suelo unos pocos centímetros, ofreciendo en cambio, enor- mes Talces ». La «región de la Puna >» de Holmberg se asimila más o menos exac- tamente con la «formación Andina» de Hauman, la cual compren- diendo «las cadenas más elevadas de los Andes (1), desde la frontera norte hasta encontrar los bosques subantárticos », es sólo, para este último autor, la continuación de la vegetación que cubre la región - andina ecuatorial. (1) Hauman relata, en uno de sus trabajos, que en la cordillera de Mendoza, entre el Tupungato y el Aconcagua, observó las últimas plantas vasculares a una altitud de 4100 metros. CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA ZOOGEOGRAFÍA ARGENTINA 245 Al estudiar zoológicamente las regiones ocupadas por la « forma- ción Subtropical » se observa que, a favor del ambiente creado por la exuberancia de vegetación unida a la temperatura y a la humedad, se ha desarrollado una fauna entomológica caracterizada por una facies tropical desconocida en otras regiones situadas en la misma latidud. La distribución de los insectos en el interior de esta formación es, puede decirse, totalmente desconocida; pues, aunque numerosos estu- diosos se han ocupado en clasificar las especies de insectos en ella capturados, ninguno se ha preocupado todavía de estudiar esa fauna desde el punto de vista geográfico y ecológico. La distribución de los insectos dentro de la « formación Subtropical », de la cual la «región de la Puna » es parte integrante, debe responder en sus líneas gene- rales a las mismas subdivisiones establecidas por los botánicos. Inte- resante sería estudiar entomológicamente esta formación según un perfil que la cruzaría en todo su ancho. Este estudio que, principian- do a los pies de las sierras terminaría en la «región de la Puna », a más de permitir la observación detallada de las diversas faunulas entomológicas en su posición natural en los flancos de las montanas, explicaría probablemente el por qué de algunos de los hechos que rigen la distribución de los insectos en esta región, la cual obedece, con toda seguridad, a las leyes imperantes en toda región de desni- veles acentuados. Al extender este estudio a cada una de las espe- cies de la flora y de la fauna de las regiones ocupadas por la « for- mación Subtropical» y por la «región de la Puna» se obtendrían resultados queinteresarían, no sólo a la botánica y a la zoología, si- no también a la parte de la geología que se ocupa en investigar al- gunos hechos especiales, como el de la glaciación. En efecto, si la propagación de una especie de vegetal o animal :so- bre determinadas regiones de la cordillera de los Andes no encuen- tra mayor dificultad en su explicación, no sucede lo mismo cuando el observador se halla frente a tipos especializados por las grandes al- turas o por las condiciones del clima bajo el cual se desarrollan, como lo son la mayor parte de las especies de la Puna, y cuyas áreas de distribución encierran macizos montañosos separados por grandes de- presiones que imposibilitan toda irradiación normal de éstos. Al que- rer explicar la distribución geográfica de uno de estos tipos es nece- sario recurrir a fenómenos geológicos que actuaron en épocas más o menos lejanas de nosotros (1). (1) Como ejemplo de semejante distribución geográfica se puede citar el caso 246 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Aunque la distribución geográfica regional de las especies de in- sectos de la «formación Subtropical > no ha sido estudiada detalla- damente se puede, sin embargo, crear en el noroeste argentino dos re- ciones entomológicas : «región Subtropical » y «región Andina ». La región entomológica «Subtropical », cuyos límites son, más o menos, los mismos que los de la formación fitogeográfica de Holmberg, se define por la presencia en su parte baja de insectos característicos de regiones subecuatoriales o tropicales como lo son Odopoea insigni- Ffera Berg y Pachypsaltria cincto-maculata Stal (1), especies de cigarras originarias, una de las selvas bolivianas, y la otra de las regiones ama- Zónicas. Hacia su parte superior esta región entomológica pierde su carácter tropical o subecuatorial para cobrar una fisonomía entera- mente templada. de Azorella biloba, especie de Umbelífera que se encuentra. en la Puna y en las altas cumbres de las sierras de Córdoba. En cierto momento las Azorellas, cuyo centro de formación aparece actualmente como magallánico, se habían ya propa- vado por las altas cumbres de la cordillera de los Andes y sus dependencias, de las cuales las sierras de Córdoba formaban parte en aquel entonces. Después que éstas se separaron por completo de aquéllas, la flora del sistema orográfico central se seleccionó paulatinamente hasta quedar constituída por los elementos que hoy día se observan. Otra explicación, más atrayente que la anterior, de la distribución geográfica de 4zorella biloba, es la que hace intervenir el factor de la glaciación. Puede ser que a favor de uno de los tantos períodos glaciales que debieron reinar en diver- sas épocas sobre esta parte de la América meridional, las Azorellas se propaga- ron, desde su centro de formación, por todas las regiones donde éste imperaba o quizá bajaron desde las cumbres de la Cordillera hacia la llanura y, a medida que dicho período glacial desaparecía y que sus consecuencias se atenua- ban, escalonaron las faldas de las sierras de Córdoba, ya separadas del macizo andino, arraigándose y prosperando en las altas cumbres de éstas que les ofrecían un ambiente favorable. Las Azorellas y las otras especies cuyas distribuciones geográficas sólo se ex- plican por la acción glacial, constituyen, en los lugares donde los rastros carac- terísticos de ésta han desaparecido, jalones que indican las regiones que fueron influenciadas por dichas épocas. (1) Siendo la primera vez que se señala esta especie de cigarra en la República Argentina, doy a continuación los diversos datos bibliográficos que a ella se re- fieren : Cicada cinctomaculata Stal, Ofv. Vet. Ak. Forh., página 243, 1854. Carineta ciliaris Walk., Ins. Saund., Hom., página 24, 1858. Pachypsaltria cincto-maculata Stal,, Ann. Soc. Ent. Fr. (4), LI, página 616, 1861; Ofv, Vet. Ak. Forh., página 500, 1862 ; Dist., Cat. Hom., 1, página 105, 1906; Dela. Mon. Cic. Arg. (a publicarse). CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA ZOOGEOGRAFÍA ARGENTINA ZA La región entomológica « Andina» ocupa, como la formación fito- geográfica del mismo nombre de Hauman, < las cadenas más eleva- das de los Andes, desde la frontera norte hasta encontrar los bosques subantárticos ». Esta región es completamente desconocida desde el punto de vista entomológico, pero el clima reinante sobre las regiones que ocupa y las condiciones de su suelo permiten inferir que su fa- cies ha de ser completamente desértica. La cadena del Famatina que se alza hacia el suroeste del macizo del Aconquija, separada de él por unos 200 kilómetros, se halla, a di- ferencia de aquél, estrechamente unida a la cordillera de los Andes, y presenta todavía algunos rastros de los caracteres faunísticos y flo- rísticos que acabo de mencionar. Al oeste de la cadena del Famatina, los Andes se subdividen en dos cordilleras paralelas, casi iguales en altitud, cuyas faunas y flo- ras son, salvo en las altas cumbres de la Cordillera occidental, pareci- das entre sí (1). El estudio zoológico de la cordillera de los Andes debe hacerse ce- rro por cerro, quebrada por quebrada; a cada paso el observador se halla frente a nuevas asociaciones que son funciones directas del am- biente reinante en el lugar estudiado. Hauman, al describir la vege- tación de las altas cordilleras de Mendoza, condensa la vegetación de cada quebrada en cuatro asociaciones distintas, vegetación hidrófila, vegetación del fondo delos valles y del pie de las faldas, vegetación de las faldas y vegetación de las cumbres. (1) La Cordillera occidental, que constituye el límite argentinochileno, se compone de estratos mesozoicos entre los cuales masas eruptivas más recientes se abrieron paso. La Cordillera oriental llamada también Antecordillera o Precor- dillera, se halla a diferencia de la primera, fragmentada en varios trozos, sepa- rados por valles y algunos cursos de agua que arrastran a la llanura el producto de la erosión. Esta Precordillera o Gordillera oriental, compuesta de granitos, pórtfidos y estratos paleozoicos, aparece como siendo más antigua que la Occiden- tal. De esta disparidad en la edad geológica surge la creencia de que la Precor- dillera sirvió de eje primitivo al alzamiento de la región y que su desnivelamien- to había ya empezado cuando la Occidental principió a elevarse, pudiéndose su- poner que hubo, en aquel entonces, una considerable extensión del continente hacia el Pacífico. Esta parte de la doble Cordillera se asemeja a los Andes ecuatorianos dividi- dos, ellos también, en dos cadenas paralelas de las cuales, una, la oriental, se ha- lla tan fragmentada que Whimper niega su existencia como macizo montañoso viendo en ella sólo una sucesión de picos aislados más o menos bien alineados. Esta fragmentación es debida a un gran número de valles que sirven de cauce 248 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En efecto, como dice aquel autor, es suficiente recorrer en toda su extensión algunas quebradas para reconocer en todas los mismos he- chos generales : a orilla del arroyo que ocupa el fondo del valle se observa una pequeña zona de vegetación hidrófila repetida en los al- rededores de los manantiales que, brotando en las faldas, van a reu- nirse a éste. Cuando el fondo del valle se ve libre de rodados la vege- tación se caracteriza por la presencia de arbustos, cuya altura no supera los dos metros, que se extienden hasta los pies de las faldas recubiertas, a su vez, por una vegetación compuesta de plantas her- báceas y de subarbustos, la cual al aproximarse a las cumbres se rarefica hasta desaparecer, para ser reemplazada sobre estas últimas por las pequeñas plantas características de las grandes altitudes. No seguiré a Hauman en el estudio detallado que hace de estas asociaciones; pero estas divisiones de una quebrada pueden adaptarse al estudio de la fauna de invertebrados. Desgraciadamente los pocos observadores que estudiaron estas regiones no dan, al ocuparse de aquéllos, datos ecológicos que permitan definir zoológicamente estas asociaciones. Al sur del río Mendoza la cordillera de los Andes cobra un aspecto distinto al observable al norte de este río. Coincidiendo más o menos exactamente con este cambio, la vegetación se transforma paulatina- mente para revestir los caracteres con los cuales Holmberg define su «formación de los Bosques Antárticos » que cubren la faja limitada al Este por la « formación Patagónica» del mismo autor; por el Este y el Sur esta formación transpone los límites políticos argentino-chile- nos y cubre una parte del país vecino, por el norte su límite puede a numerosos cursos de agua, los cuales, nacidos en las altas cuencas del interior, van, después de haber cruzado la Cordillera oriental, a desembocar en el océano Pacífico. Las dos cordilleras ecuatorianas se relacionan entre sí a la inversa de las ar- gentinas. En ellas es la cordillera occidental, de edad más reciente, que ha su- frido la influencia de intensos fenómenos destructivos y es la oriental, la más an- tigsua, que todavía forma un macizo más o menos continuo. En la Argentina, al contrario, es la Cordillera oriental, la más antigua, que presenta rastros de des- trucción adelantada, mientras que la Occidental, la más reciente, no presenta dichos fenómenos tan acentuados. Aunque la Cordillera occidental ecuatoriana presenta una composición diferente a la de la Cordillera oriental argentina no es inútil hacer resaltar que la destrucción más avanzada de la primera comparada a la segunda es obra de fenómenos destructivos que actuaron con mayor energía en esta parte del continente americano que en regiones situadas más al sur, lo que obedece a la diferencia de los climas existentes en las dos regiones citadas. CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA ZOOGEOGRAFÍA ARGENTINA 249 representarse por una línea que arrancando, en la Cordillera de los Andes, entre los 35% v 36% latitud sur, se dirige hacia el sur-este hasta la confluencia del río Limay con el Neuquen. La pequeña altitud de la Cordillera de los Andes en el Sur, domi- nada sólo de vez en cuando por grandes macizos, permite el paso a la humedad traída, por vientos y nieblas, del océano Pacífico (1), la cual Acción del viento sobre una Araucaria (alrededores del Lago Nahuel Huapi) forma un ambiente propicio para el desarrollo de la vegetación que, en aleunos lugares crece con tal lozanía que su aspecto «en nada desmerece del de los grandes bosques de Misiones, del Chaco y de Tucumán...» En sus límites esta formación se caracteriza por una dilución de (1) A medida que el continente americano se extiende hacia el sur su ancho disminuye hasta que, en las regiones magallánicas, sólo ofrece, afuera del sis- tema orográfico andino, una pequeña faja de llanos que permite percibir, desde la costa atlántica, las cumbres de los cerros que se alzan en la proximidad del Pacífico. En su extremo meridional el continente americano se resuelve en una región peninsular cuyas costas, recortadas en un sinnúmero de golfos y cabos, comunican al paisaje un pronunciado carácter insular. 250 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA los vegetales de las formaciones vecinas que son reemplazados. poco a poco, por una vegetación que se distingue, según Hauman, cuya «formación Subantártica » cubre las partes más típicas de esta formación de Holmberg, por la abundancia de los bosques en los cua- les dominan los Nothofagus. Uno de los aspectos mas típicos de la «formación Antártica » de Holmberg, o «Subantártica » de Hauman, es el presentado por los grandes bosques de Araucaria imbricata (Pinácea) que forman, por sí solos, entidades completas bien delimi- tadas, y cuyo estudio faunístico daría resultados de valor pues permi- tiría observar especies de insectos adaptados a un ambiente espe- cial y completamente aislado. Lo poco que se conoce para la fauna de los invertebrados de las regiones cubiertas por esta formación es suficiente como para esta- blecer una pequeña región o formación entomológica caracterizada por asociaciones compuestas, en parte, de especies originarias del lado occidental de la Cordillera de los Andes o sea de la zona Pacífica de Sud América. Esta región entomológica tiene, más o menos, los mismos límites que la « formación Subantártica» de Hauman, es de- cir, que «ocupa las pendientes de la Cordillera del sur, desde Neuquen hasta la tierra del Fuego». El clima reinante en estas regiones €s relativamente suave (temperatura máxima media: —-9 a —- 183, min1- ma media : 0 a — 4) y las lluvias son abundantes en todo el año : de 60 a 100 centímetros en la Tierra del Fuego, de 40 a 60 centímetros en el continente, pero en la región de Nahuel Huapí hasta 150 centi- metros (tanto como en Misiones). Dentro de esta región entomológica que puede llamarse, lo mismo que fitogeográficamente, «región Subantártica» o, como lo veremos, «región de los Lucánidos » denominación ésta derivada de uno de sus principales caracteres, los diversos lagos andinos rigen, cada uno, faunulas distintas mucho más ricas en especies que las regiones que los circunden. Sólo el orden de los Coleópteros, entre los Hexápodos, ha sido suficientemente bien estudiado en esta región, pero ello basta para hacer ver sus principales caracteres entomológicos que se re- suelven, dentro del orden citado, por la presencia de géneros y espe- cies particulares cuyos principales son: Familia CARABIDAE Brachycoelus concolor (Wather.). y Ceroglossus chilensis Escb. = virescens (Wather.). | = gloriosus Gerst. Monolobus testaceus Sol. e suturalis Fbr. Ceroglossus Buqueti Lap. | Plagiotelum irinuam Sol. CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA ZOOGEOGRAFÍA ARGENTINA 251 Familia LUCANIDAE Clnasognathus Granti Stepl. ¡| Selerognathus cucullatus (Blnch.) Streptocerus speciosus Fairm. — Fairmairei Parry Sclerognathus Bacehus Hope | - femoralis (Guer.) — caelatus (Blnech.) | — vitattus (Eschch.) Familia SCARABEIDAL Maypa sylvatica Germain | Brachysternus amgustatus Phil. — viridis Sol. NÓ spectabilis Erichs. Familia CURCULIONIDAE Megalometis spiniferus Schonh. Rhyephenes Maillei (Gay et Sol.) Rhyephenes humeralis (Guer.) = sulcatus Phil. ' Familia CERAMBYCIDAE Apterocaulus Dunfordi (Burm.). | Al comparar las diversas formaciones fitogeográficas con las faunas entomológicas particulares a cada región ocupadas por ellas, se ob- serva cierta concordancia entre la distribución geográfica de algunos tipos de vegetales y de algunos tipos de insectos. Las Araucarias, por ejemplo, representadas en la Argentina, por dos especies A. ¿m- bricata y A. brasiliana, confinadas respectivamente en los Andes de Patagonia y en la gobernación de Misiones («formación Misionera » de Holmberg), se encuentran en los mismos lugares que la pequena familia de los Lucánidos cuyas especies subantárticas he enumerado anteriormente (1). Ningún autor, que yo sepa, se ha preocupado todavía en investigar detalladamente acerca de' este hecho, que además de evidenciar la importancia-de la fitogeografía en el estudio de la repartición de los insectos, parece hablar en favor de cierta similitud en las condiciones elimatéricas reinantes sobre regiones distintas, las cuales se diferen- cian quizá sólo por la fuerza de acción de algunos de sus causantes. (1) Las especies de la familia de los Lucánidos (Lucanidae) existentes en la « for- mación Misionera » son : Leptinoterus erylhrocnemus Burm. Hexaphyllum aequinoctiale Buquet. 252 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Diversas formaciones fitogeográficas ocupan la llanura extendida desde los límites políticos del norte hasta el río Colorado, que la separa de las regiones patagónicas, siendo éstas, según Holmberg, «formación Chaqueña », «formación del Monte» y «formación de la Pampa». p Diseminadas en aleunas regiones de la llanura, dentro de diversas formaciones fitogeográficas, se encuentran grandes extensiones de terrenos salados y enormes acumulaciones de arena que poseen dijs- tintas asociaciones entomológicas halófilas y psamófilas que todavía no han sido estudiadas en sus detalles; pero desde luego puede inferirse que han de ser muy pobres en especies, perteneciendo las más comu- nes al genero Hucrantum (Coleópteros dela familia de los Escarabei- _deos) (1). La « formación Chaqueña », considerada por algunos autores como parte integrante de la «formación del Monte », ocupa los territorios nacionales de Formosa y del Chaco, el norte de las provineias de San- tiago del Estero y de Santa Fe. La vegetación de esta formación se caracteriza como una mezcla de los diversos elementos vegetales que se encuentran en toda la llanura con otros procedentes del Brasil y de Bolivia, existiendo en ella grandes regiones cubiertas por palme- ras diseminadas entre «manchas » de hierbas y bañados. Los carac- teres heterogéneos de esta formación, repetidos en su fauna, no petr- miten delimitarla con exactitud; por el sur se funde insensiblemente con la del «Monte» mientras que por el norte traspone los límites políticos para extenderse hasta los alrededores de Santa Oruz de la Sierra (Bolivia) en cuya latitud el aspecto de la naturaleza se trans- forma paulatinamente en tropical, cuya más alta expresión se encuen- tra en el bosque de Monte Grande (2). P (1) Según ei catálogo de los Coleópteros del doctor Carlos Bruch, las especies del género Eucranium existentes en la República Argentina, son las siguientes : E. arachnoides Brull., originario de San Juan, San Luis, Córdoba, Men- doza, Catamarca, Tucumán, Río Negro y Patagonia. E. dentifrons (Ger.), originario de Buenos Aires, Río Negro y Patagonia. E. planicolle Burm., originario de Buenos Ájres, San Luis y Chubut. E. pulvinatum Burm., originario de Córdoba. E. simplicifrons Fairm., originario de Santiago del Estero. (2) La zona de transición entre la « formación Chaqueña » y la región tropical encuentra su definición en la pampa que, bajo diversos nombres, rodea la ciu- dad de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia). Esta pampa se extiende por el noroeste hasta el río Guapay (25 leguas de Santa Cruz); por el norte se desarrolla hasta CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA ZOOGEOGRAFÍA ARGENTINA 203 Los caracteres entomológicos de esta formación son tan heterogé- neos como los fitogeográficos, es decir, que en ella se encuentran nu- merosas especies de hexápodos de diversos orígenes, lo que produce un «mosaico » sin fisonomía definida que volveremos a encontrar al estudiar entomológicamente las regiones cubiertas por la « subforma- ción del Monte Oriental» y la «formación de la Pampa». Esta am- bigiiedad en los caracteres permite delimitar una región entomológica estudiada más adelante y que llamaré « región Intermedia ». Esta re- ción ha sido ya entrevista por Holmbergs («fauna Intermedia ») al ocu- parse de la división geográfica de la fauna argentina. La «formación del Monte» de Holmberg cubre la parte oriental de las provincias de Jujuy, Salta y Tucumán, las provincias andinas y de Cuyo (menos las altas cumbres de la Cordillera de los Andes y “una pequeña parte de la provincia de Catamarca), la mayor parte de la provincia de Santiago del Estero y de Córdoba, la provincia de San Luis, el territorio nacional de la Pampa (menos una pequeña faja per- teneciente a la « formación de la Pampa») y parte del territorio del Neuquen. Esta formación, la mayor de las formaciones fitogeográti- cas argentinas, ocupa el centro del país y limita, exceptuando la «Mi- sionera », con todas las demás. No se puede, en general, trazar sus lí- mites con toda precisión, pues en sus contornos se pasa paulatina- mente a las formaciones vecinas, hasta la « formación de la Pampa » cuyos límites con ella se ubican, con suficiente claridad, en una ca- dena de médanos con vegetación psamófila le intercala manchas más o menos extensas de sus asociaciones vegetales. El clima, o mejor dicho, los climas imperantes en la eran región ocupada por esta formación, se hallan comprendidos dentro de una el pueblito de la Enconada o de Warnes (18 leguas de Santa Cruz) y, por el oeste hasta los primeros contrafuertes andinos. Esta pampa puede describirse como un inmenso pastizal en el cual se esparcen manchas más o menos extensas de árboles y arbustos, formadas, hacia el sur, por las mismas especies observadas en el Chaco propiamente dicho y que se trans- forman paulatinamente, al avanzar hacia el norte, en conjuntos compuestos úni- camente por especies tropicales. A medida que el aspecto chaqueño cede su lu- gar al tropical la altura y la extensión de aquellas manchas aumentan hasta que, una vez atravesado el río Guapay, la pampa desaparece y se encuentra el bosque dle Monte Grande que sirve de división entre la región chaqueña y la amazónica representada, al sur, por los Campos de Mojos donde reina el clima caracterís- tico de esta última. Siguiendo la transformación de la vegetación la fauna ento- mológica reviste, poco a poco, todos los caracteres que hacen de ella una enti- dad tropical. JIENTIFICA ARGENTINA SOCIEDAD DE LA ANAL H ¡ y E E de 4 ES aqua lp HOLD BUIO(O0L B] 10 SOPUY SOJ 9P BI9 PIO) YY 9p SRP[EÍ seudo onb soo1yaeyuequs sonbsog CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA ZOOGEOGRAFÍA ARGENTINA 250 amplitud extrema, oscilando la temperatura entre los ——- 40% en vera- no y los — 5? en invierno; la cantidad de lluvia, variable según los lugares, no es nunca de gran importancia. Los diversos ríos que cruzan esta formación pertenecen al sistema hidrográfico del río de la Plata o al del río Colorado; varios de ellos sirven de vehículo a la propagación de las especies de vegetales y animales originarias de las regiones que atraviesan. La vegetación se presenta en la «formación del Monte» bajo el aspecto de una maleza (Brousse, Strauchsteppe) poco densa constituí- da por arbustos xerófilos, achaparrados, espinosos, ramificados desde la base, entre los cuales se esparcen manchas de subarbustos con los mismos caracteres que los primeros y plantas herbáceas xerófilas, en- tre las cuales predominan las gramíneas. Pocas veces el suelo es cu- bierto por un césped continuo, apareciendo, generalmente, desnudo y dejando entrever algunos afloramientos de tosca (1). (1) Ea importancia que reviste, dentro de la geografía biológica argentina esta formación, obliga al estudioso a ocuparse de ella con algún detalle. La deserip- ción que va a continuación ha sido hecha teniendo como hase uno de los tantos trabajos clásicos de Hauman : £Étude plytogéographique de la région du rio Negro inférieur (An. Mus. nac. Bs. Aúres, t. XXIV, 1913). La vegetación fundamental del «monte» se halla compuesta entre los arbus- tos por las especies siguientes : Larrea divaricata (Jarilla), Gourliea decorticans (Chañar), Condalia microphylla (Piquillin) y Prosopis juliflora (Algarrrobillo) y, en- tre los subarbustos, por Chuquiragua erinacea (Uña de gato) y Baccharis ulicina (Yerba de la oveja). La fisonomía revestida por la « formación del Monte » es sumamente monóto- na, pero se puede reconocer en ella varias modalidades distintas que dentro de los elementos citados, se traducen por asociaciones vegetales distintas. El aspecto típico de esta formación, y el más común, se halla representado por la asociación vegetal cuyo elemento esencial es, según los lugares, Larrea diva- ricata o Gourliea decorticans. Esta asociación denominada por Hauman « maleza con Larrea divaricata » crece en terrenos accidentados los que cubre de una vege- tación arbustiva, densa y variada entre la cual se observa como elementos secun- darios las especies siguientes : Prosopis juliflora, Prosopis striata, Bougainvillea spinosa, Atamisquea emarginata y Montea aphylla. La Condalia microphylla que des- empeña el rol primordial en una asociación vegetal distinta, se encuentra en la presente maleza de un modo accidental. La «maleza con Larrea divaricata » se caracteriza todavía por la pobreza de la vegetación herbácea y sólo al pie de los arbustos se observa alguno que otro ma- nojo de hierba. El suelo que soporta esta vegetación es, a menudo, cubierto por rodados entre los cuales atloran, de yez en cuando, baneos de tosca. Contraponiéndose al aspecto de la « maleza con Larrea divaricata », el « Monte » presenta en varios lugares el suelo cubierto por un césped continuo constituído a 2536 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En medio de la «formación del Monte », álzase el sistema orográ- fico Central, compuesto por las sierras de Córdoba y de San Luis, so- bre el cual la vegetación se halla repartida en varias regiones esta- lonadas unas sobre las otras y que son, según Holmberg, la de los por las siguientes gramíneas : Stipa papposa, 5. hyalina, 5. tenuis, Poa lanuginosa, Setaria globulifera y Andropogon sacharoides. En medio de este césped álzase algu- nos subarbustos, Chuguiragua erinacea y Baceharis artemisioides, los cuales se hallan dominados por el único arbusto existente eu este tipo de maleza, Condalia micro- phylla. Esta maleza denominada por Hauman « maleza con Condalia microphylla » se desarrolla en los suelos un poco más arcillosos y algo más fértiles que los ocu- pados por la maleza anterior. En algunos lugares la « maleza con Conaalia micro- phylla» crece en los bajos niveles donde las aguas pluviales han acumulado gran cantidad de arcilla y sales. En estos lugares el césped se halla formado, casi únicamente, por Stipa caudata (Pasto puna) lo que permitió a Hauman llamar este aspecto de la « maleza con Condalia microphylla », «fondos con Stipa cau- data ». Otro aspecto de la « formación del Monte », se halla constituído por la vege- tación que cubre los lugares en los cuales la arcilla ha desaparecido de entre los componentes del suelo siendo éste completamente arenoso. Este aspecto ¡la- mado por Hauman « landas con Sporobolus arundinaceus » representa en el « Mon- te», el tipo psamófilo propiamente dicho, pues de él han desaparecido las aso- ciaciones vegetales de la formación circundante para ceder el lugar a una vege- tación característica de los terrenos arenosos), en la cual predominan Sporobolus arundinaceus (Junquillo) y Plazzia (Hyalis) argentea (Olivillo, Maqui). . Otra asociación vegetal interesante por sus caracteres mixtos, existente en la « formación del Monte » es la que se desarrolla en las barrancas. Las barraucas por su modo de formación el cual acumula depósitos heterogéneos que presentan mezclados los diversos elementos del suelo y del subsuelo, forman un medio que permite la existencia de una asociación vegetal compuesta por especies general- mente ajenas unas a otras. Mezcladas a varias de las especies de las asociaciones anteriores encuéntranse, en las barrancas, algunas otras que parecen ser carac- terísticas de ellas. Inútil es insitir en el hecho de que la flora de las barrancas no puede, por su mismo modo de desarrollo, dar lugar a una descripción gene- ral que abarque las diversas modalidades observables en ellas. Cuando se atraviesa la « formación del Monte » en dirección hacia la costa atlántica, es decir, hacia los lugares donde reinan en toda su amplitud los terre- nos arenosos con su vegetación psamófila, se nota toda una transición en la cual los caracteres típicos del « Monte » se mezclan paulatinamente con los de los te- rrenos arenosos hasta desaparecer por completo. La «maleza con Larrea diva- ricata » es la primera en desaparecer siguiendo la con Condalia. A medida que estas malezas desaparecen se observa la aparición de una vegetación herbácea compuesta de algunas especies del « Monte » mezcladas a otras de los terrenos arenosos y a algunas más que sólo se encuentran en abundancia en esta Zona mereciendo señalarse entre estas últimas Stipa trichotoma, Aristida pallens, Avis- tida murina, Panicum lanatum, Sida hastata, Hysterionica jassionoides, Thelesperma seabiosoides, etc. CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA ZOOGEOGRAFÍA ARGENTINA 297 « Bosquecillos alpinos » y la de la « Quenoa ». La «región de los Bos- quecillos alpinos » ocupa el pie de las sierras sobre las cuales se en- cuentra «un árbol de hojas de avellano, la Kuprechtia corylifolia (Po- ligonáceas), y otras especies que se nos presentan por primera vez, como el Coco (Zanthoxylon cocos, Zantoxiláceas) de corteza cubierta de aguijones y hojas de intenso color terebintáceo, Bromeliáceas te- rrestres y numerosos helechos entre los cuales algunos perfumados ». Dominando la « región de los Bosquecillos alpinos » se encuentra la «región de los Pastos alpinos » «con base de Stipa, de hoja fina, todo salpicado de plantitas herbáceas de diversos tipos, y de cuando en cuando un coco solitario ». En las alturas mayores de las sierras de Córdoba encuéntrase, arriba de la «región de los Pastos alpinos », una tercera región caracterizada por la presencia de una especie de Rosácea, Polylepis racemosa, llamada vulgarmente Tabaquillo o Que- noa, y que ya hemos visto figurar en la «formación Subtropical ». Esta división de la vegetación de las sierras de Córdoba es análoga a la que ya hemos estudiado en la «formación Subtropical >». La fau- na entomológica de estas sierras así como la de de los macizos mon- tañosos diseminados en la parte andina del « Monte » que, con su ve- vetación alcanza en algunas partes de la Cordillera de los Andes, una altitud relativamente grande, debe responder, en su distribución, a las mismas divisiones fitogeográficas señaladas. La gran variedad de la vegetación de la «formación del Monte » que se resuelve en varias asociaciones vegetales, las cuales tienen a veces un gran contraste entre sí, ha permitido a algunos autores sub. dividirla en «subformación del Monte oriental» y «subformación dlel Monte occidental ». Los límites entre estas subformaciones se definen, según Holmberg, Como sigue: « Esta subformación (« subformación del Monte occidental ») puede tener por límite el río Salado desde San Juan hasta su desembocadura en el río Colorado, y de aquí una línea que llegara, mas o menos, a la intersección del río Negro con el meridiano 5% (de Buenos Aires), y entonces tendría, por el oeste el límite de la formación en general, abar- cando toda la comarca que queda al sur del río Negro, hasta el para- lelo 42, más o menos, y extendiéndose hacia el norte por los valles Calchaquíes. El resto de la «formación del Monte». no incluídos entre los límites anteriores, constituye la «subformación del Monte oriental ». La «subformación del Monte oriental », en la cual varios autores . AN. SOC» CIUNT. ARG. — T. XC 15 238 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA incluyen la «formación Chaqueña», se extiende sobre una región pobre en lluvias, y de temperatura sumamente irregular. Su carácter principal es el predominio de plantas leñosas, espinosas, de poco folla- je: los árboles nunca alcanzan gran altura y se hallan ramificados desde la base. La vegetación herbácea se halla constituida especial- mente por gramíneas del tipo de los pastos duros. La «subformación del Monte occidental » ocupa una región seca y árida, permitiendo sus caracteres desceribirla «como una dilución de la subformación del Monte oriental, predominando en ella la reta- ma y especialmente la jarilla (Bulnesia retama y Larrea divaricata) y una o dos especies más ». En esta sabformación abundan las cactá- ceas « y los elementos arbóreos no poseen un gran desarrollo volvién- dose raquíticos por el sur y por el norte ». Consideradas aisladamente, las subformaciones del « Monte» cuyas floras se componen en general de los mismos elementos, no permiten el establecimiento de regiones entomológicas basadas sobre ellas. Pero varios factores anulan esta uniformidad: una formación que atraviesa regiones cuyos climas oscilan entre el subtropical y el tem- plado, que reciben anualmente una cantidad de lluvia comprendida tre los 200 y S00 milímetros presenta seguramente distintas faunu- las, las cuales se diferencian quizá solamente por los modos con que los elementos se superponen entre sí. Esta imprecisión en los carae- teres entomológicos desaparece, en parte, si, en vez de considerar la «formación del Monte» como entidad completa, se la estudia como parte integrante de una formación constituída por las regiones Cu- biertas por la vegetación característica de las formaciones fitogeo- eráficas del « Monte » y «Patagónica» de Holmberg. Por el sur, la «formación del Monte >» cede paulatinamente su lugar a la vegetación con la cual Holmberg constituye su « formación Pata- eónica » que, comprendiendo la parte atlántica de la Pierra del Fuego y las islas Malvinas, se halla limitada al norte por el paralelo 42, al este por el Atlántico y al oeste por «una curva cóncava al este que comienza en 42? latitud sur, a 1/2 grado al oeste del meridiano 70 de Greenwich al que corta en el borde magallánico de la Tierra del Fuego y sigue irregularmente hacia el Océano ». La « formación Patagónica» se desarrolla sobre un suelo ingrato. resquebrajado y regido por un clima sumamente rudo. La vegetación es «miserable y raquítica, aislada, formada por plantas pequenas, espinosas, duras, con una altura que no pasa de 50 centímetros ». En los lugares resguardados del viento « pueden crecer un poco las gra- » CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA ZOOGEOGRAFÍA ARGENTINA 259 miíneas, las Ciperáceas y algunos juncos pequeños, mezclado con alfile- rillo y otras hierbas ». Hauman reune en su « formación Patagónicojujena » las formacio- nes del « Monte » y < Patagónica » de Holmberg (1). Esta región con- prende una inmensa faja que se extiende desde el estrecho de Maga- llanes hasta la frontera de Bolivia. Esta formación se halla « limitada al oeste por las cadenas centrales de la Cordillera de los Andes y al este por el Océano hasta un poco al norte del río Colorado, luego por una línea casi sud-norte, algo inclinada, hacia el oeste, y que sigue sensiblemente la frontera de la provincia de Buenos Aires y de la vobernación de la Pampa, pasa al este de las sierras de Córdoba y, dejando Tucumán al oeste, sigue hasta Bolivia». Comprende pues esta formación todos los territorios nacionales del sur, las provincias de Cuyo, San Luis, Catamarca y La Rioja, el noroeste de la provin- cia de Córdoba, el suroeste de la de Santiago del Estero, el oeste de las de Salta y Jujuy, en fin, el este del territorio de los Andes. La vegetación de esta formación (2) es «muy uniforme » y «bien característica » lo que, según Hauman, se debe a la uniformidad del clima. Las lluvias en una gran parte de las regiones ocupadas no pasan de 200 milímetros anuales y sólo en una pequeña extensión exceden de 450 milímetros. La temperatura varía dentro de erandes límites. El terreno es pobre, arcilloso en gran parte y muy pedregoso. po Si se compara las formaciones fitogeográficas de Hauman con las (1) En un reciente trabajo, Un viaje botánico al Lago Argentino, publicado en estos mismos anales (t. LXXXIX), Hauman al tratar de la « formación Patagóni- co-jujeña » desecha aquélla separando sus elementos en « vegetación del Monte » y «vegetación de la Meseta Patagónica ». A (2) Hauman (Pratado de Botánica) describe la « formación Patagónico-jujeña » del siguiente modo : : « La vegetación es sumamente xerófila y poco abundante; no hay en general céspedes ni bosques continuos, sino matas (vegetación « puntuada ») y en toda la extensión de la formación los elementos característicos son arbustos de hojas pequeñas o sin hojas, en regla general muy espinudos y a menudo cubiertos de cera o resina ; son sobre todo leguminosas (particularmente Mimosoideas). Ramná- ceas, Zigofiláceas, Compuestas, Anacardiáceas, Caparidaceas. En las provincias centrales y del norte, predominan a menudo los árboles y (particularmente en las sierras de Córdoba) arbustos también xerófilos, entre los cuales abundan las Le- guminosas (algarrobos). » « Entre las plantas bajas citaremos los « pastos duros » y las « tunas ». «Las plantas características de toda la región serían, según Spegazzini, las jarillas (diversas Larrea); toda la parte este había sido denominada por Grise- bach formación del Chañar (Gourliea). » 260 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA divisiones faunísticas de Holmberge y con las subregiones de la «re- vión Neotropical » se observa que la zona ocupada por la «formación Patagónico-jujena » se superpone, casi exactamente, a la <« fauna Occidental» o sea a una parte de la «subregión Patagónica ». Esta observación, que nos muestra una parte del territorio argentino bien delimitada desde los puntos de vista fitogeográfico y zoogeográfico, permite suponer que las regiones cubiertas por las formaciones florís- ticas y faunísticas citadas forman una entidad con caracteres muy Bosques subantárticos en las faldas de un cerro, a orillas del Lago Nahuel Huapí pronunciados y esa creencia se halla reforzada cuando se busca la definición entomológica de estos lugares. Repitiendo lo ya dicho, los territorios de la «región Neotropical » ineluídos en la «subregión Patagónica» («fauna Occidental») apare- cen como siendo, entomológicamente, el reino de los Nietélidos (Co- leópteros Tenebriónidos) mientras que los territorios de la «subregión Brasileña» («fauna Oriental »), si bien presentan algunas formas de Tenebriónidos, poseen muy pocas especies de los primeros. La pequeña familia de los Nietélidos se halla constituida por espe- ciés de insectos divididas, por sus caracteres, en dos grupos de facies CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA ZOOGEOGRAFÍA ARGENTINA 261 distintas : uno, con las patas anteriores comprimidas, consta única- mente del género Nyctelia y el otro, con estos mismos órganos redon- deados, encierra todos los demás géneros de la familia, o sea los Gyrio- somus, Epipedonota; Psectrascelis, Mitragenius y Entomoderes. Pero lo más importante de esta familia, genuinamente americana es para nosotros la distribución geográfica de sus componéntes. El género Nyctelia Latr., descubierto primeramente en la costa patagónica del Atlántico del sur. es originario de Chile y de la Repú- blica Argentina, ocupando en ésta la gran región que se extiende desde la Tierra del Fuego por el sur hasta, más o menos, el paralelo 27 por el norte, por el oeste desde los límites políticos con Chile hasta, por el este, la costa Atlántica que sigue hasta* los alrededores de la ciudad de Bahía Blanca desde la cual su límite oriental se halla definido por una línea curva que, pasando al este de Santa Rosa, San Luis, La Rioja, sigue al oeste de las sierras de Córdoba hasta el cita- do paralelo 27 Una especie del género Nyctelia, N. vulcanica Fairm., ha sido en- contrada en las provincias de Tucumán y Corrientes. YI género Gyriosomus, Guer., originario de: Chile y de las partes meridionales del Perú, no tiene ninguna especie perteneciente a la fauna de la República Argentina. El género Epipedonota Sol. tiene una distribución geográfica que abarca la inmensa región extendida desde el estrecho de Magallanes hasta el Perú. El género Psectrascelis Sol. tiene la misma distribución geográfica que el anterior. El género Mitragenius Sol. es originario de las mismas regiones que el género Nyctelia. El género Entomoderes Sol. se halla esparcido, en la República Argentina, por las provincias de Cuyo, Tucumán, Córdoba, San Luis y Catamarca. -Al condensar gráficamente estas distribuciones geográficas se observa que la familia de los Nictélidos tiene, como ha sido ya dicho, una repartición que se superpone, en eran parte, a la « formación Pa- tagónico-jujeña » de Hauman y que, traspasando los límites políticos argentinos, se extiende sobre las regiones vecinas de Chile, Bolivia y Perú. Pero, dentro de esta distribución, el género Nyctelia sólo abarca una zona que no ultrapasa el paralelo 26, al norte del cual se encuentra la « región Subtropical » ya descrita. Este hecho permite establecer una gran región entomológica la que, superpuesta sobre 262 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA una parte de la « formación Patagónico-jujeña », tiene como carácter esencial el aparecer, dentro de la Argentina, como el lugar de origen de las especies del género Nyetelia. Esta gran región entomológica que llamaré « región de las Nicte- lias », denominación derivada del principal carácter que me sirve para definirla, se halla limitada al oeste por la «región Andina» y por la «región Subantártica o de los Lucánidos », al norte por la «región Subtropical » y al este, en donde sus límites casi se confun- den con los de la «subregión Patagónica» de Salvin, por la «región Intermedia » que estudio más adelante (1). La gran zona ocupada por la «región de las Nictelias» y cuyos rasgos principales senñalé al describir las formaciones del « Monte » y « Patagónico-jujeña » presenta en su seno ambientes tan diferentes unos de otros, que su estudio ecológico daría seguramente lugar al establecimiento de varias faunulas entomológicas definidas QquIZás únicamente por el modo con que las especies se superponen en sus diferentes asociaciones. Pero, desde Juego, puede delimitarse, en esta región, dos subregiones distintas caracterizadas por la presencia o la ausencia de insectos pertenecientes a la familia de los Véspidos. En efecto esta familia de himenópteros sociales desaparece, poco a poco, desde los 379 lat. Sur hasta que en las regiones situadas al sur del rio Negro faltan completamente, mientras que al norte de este curso de agua por todas partes se ven representantes de ella. La parte de la «región de las Nictelias », situada al sur del río Negro, caracterizada por la ausencia de especies pertenecientes a la familia de los Véspidos y que puede llamarse, aparte de otros carae- teres. «subregión Patagónica », denominación derivada del nombre de las comarcas ocupadas, es muy poco conocida entomológigcamente. Pero el suelo árido y seco de estas regiones, unido al clima reinante, son hechos que se traducen en condiciones biológicas en nada favora- bles para el desarrollo de una gran fauna. La parte de la «región de las Nyctelias » caracterizada por la pre- sencia de Véspidos o sea la «subregión de los Véspidos >» correspon- de, más o menos exactamente, a la «subformación del Monte occi- dental » de Holmberg. Al estudiar los Cicádidos argentinos se obser- va que partes de esta subregión aparece como siendo el centro de r propagación de varios géneros de cigarras (Cicadidae) y, como decía en E (1) Como he dicho anteriormente los límites de las regiones entomológicas se hallan en perpetuo movimiento lo que impide trazarlos con cierta exactitud. AFIA AR( NTRIBUCION NTINA a q k )JG JOGE( LA Z( ESTUDIO DE AL O a Y! ( (0199N ORT [9p IOLBUL IDOL) A [op secure) seoruo 264 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA otro lugar, sería sumamente interesante estudiar, con todo detalle, la biología de esta parte del territorio argentino. No he podido, hasta ahora, descubrir algún carácter entomológico bastante pronuciado, que me permita establecer con los territorios ocupados por la «subformación del Monte oriental» una región fau- nistica bien delimitada, haciendo de ella una entidad completa. Por el momento incluyo estos territorios, lo mismo que los que constitu- yen la «formación Chaqueña» y la «formación de la Pampa» de Holmberg representadas respectivamente, en las formaciones de Hau- man, por una parte de la « formación Tropical >» y por la « formación Pampeana », en una región entomológica, definida por caracteres am- biguos que estudio más adelante. La « formación de la Pampa» de Holmberg, cuyo prinetipal carác- ter reside en el predominio de las gramíneas, se extiende sobre una parte de la extremidad oriental de la eran llanura que cruza la Repú- blica Argentina desde los pies de la cordillera de los Andes hasta la costa Atlántica. Esta formación comprende la provincia de Buenos Aires (menos la parte ribereña de los ríos Paraná y del Plata así co- mo su extremo sur) el sur de las provincias de Santa Fe y Córdoba y, en fin, una angosta faja del territorio nacional de la Pampa. No se puede trazar límites exactos a esta formación, pues se funde insensi- blemente con las que la circundan. La parte de la llanura ocupada por la « formación de la Pampa » es muy pobre en cursos de agua y los pocos que la cruzan pertenecen al sistema hidrográfico del río Colorado o desembocan directamente en el océano Atlántico. Estos ríos son en general de poca corriente, a causa de la suave pendiente de los lechos, y varios de ellos forman bañados en sus orillas. Diseminadas dentro de esta formación, ocu- pando los bajos niveles de algunas depresiones, se encuentran varias lagunas, aisladas unas de otras, de las cuales unas son permanentes y otras transitorias. Los establecimientos agrícola-ganaderos, establecidos en la « forma- ción de la Pampa», importaron por una causa u otra, varias especies de vegetales exóticos que van dominando paulatinamente la fauna indíge- na. Este hecho permite subdividir esta en «subformación de los Pastos blandos o tiernos» y «subformación de los Pastos duros o fuertes ». La « subformación de los Pastos duros » se caracteriza por el pre- dominio absoluto de la flora indígena, mientras que la de los « Pastos tiernos » tiene como carácter esencial la presencia no continua de especies exóticas. CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA ZOOGEOGRAFÍA ARGENTINA 265 Los límites entre estas dos subformaciones fluctúan, puede decirse, día a día sometidos que son a la acción del hombre : antiguamente, sobre todo en la época de la conquista del desierto, los pobladores con la protección de los ejércitos, ensanchaban poco a poco la zona civili- zada de estas regiones y, siguiendo sus huellas, los pastos tiernos se extendían paulatinamente. Estas subformaciones se superponen en arios lugares y el límite entre ellos se halla en perpetuo movimien- to; sin embargo este último puede representarse, según Holmberg, por una línea que pasa por los partidos de Pergamino, Rojas, Junin, Bragado, Tapalqué, Azul, Ayacucho y Mar Chiquita. La «subformación de los Pastos tiernos» (1), que constituye el «tipo Estuárico» de Spegazzini, se extiende sobre una región de suave temperatura que «en verano raras veces supera los 35 cen- tísrados y en invierno rarísimamente baja hasta -3% centígrados ». «El agua meteórica es bastante copiosa, variando entre 750 y 1200 milímetros anuales y las aguas subterráneas son poco profundas y abundantes, aunque no siempre puedan ser útiles a los vegetales por la interposición de capas impermeables del subsuelo. » La vegetación de esta subformación, a más de las gramíneas típicas que las caracte- rizan, presenta, acompañando a éstas, otras plantas higrófilas; siendo de notar Ja escasez de los arbustos y otras plantas leñosas (2). € La « subformación de los Pastos duros » (3), que constituye e | «tipo (1) Los pastos tiernos se caracterizan, según Hauman, por « hojas abundantes, anchas, blandas, ricas en parenquima jugoso; espigas en general poco armadas, ebc. ». (2) Spegazzini describe la vegetación de su «tipo Estuárico » del modo si- guiente : «Las plantas que constituyen este tipo son todas higrófilas predominando en- tre ellas las formas herbáceas, mientras las arbustivas, y de un modo especial las leñosas, escasean. Citaremos como esencias más características el sanalo-todo Modiola Caroliniana, el macachín amarillo Oxalis Sellowiana, el vinagrillo rosado Oxalis Martiana, el pasto dulce Paspalum notatum, el pasto de cuaresma Panicum colonum, la paja de plata Calamagrostis montevideensis, la guinda pampa Solanum sisymbrifoltum, etc. ». (3) Los pastos duros, que constituyen uno de los caracteres esenciales de las praderas argentinas, son plantas netamente xerófilas y, según Hauman, tienen «hojas estrechas, enrolladas, filiformes, duras, rígidas, a menudo espinosas y ricas en colenquima y pobres en parenquima tierno; sus espigas en general son muy alargadas » pudiéndolos comer los animales sólo cuando son jóvenes. Sirviendo de transición entre los pastos duros y los pastos tiernos, confundi- dos a veces con los primeros y otras con los segundos, se encuentran los pastos fuertes que son, según Hauman, «plantas indígenas adaptadas a las condiciones 266 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Pampeano » de Spegazzini, cubre la parte sur y occidental de la pro- vincia de Buenos Aires así como una pequeña región de la goberna- ción de la Pampa. El suelo de la región ocupada es, en general, are- noso o areno-arcilloso con un subsuelo arcilloso a menudo compacto e impermeable en el cual se intercala, de vez en cuando, capas más 0 menos potentes de tosca. «La temperatura es moderada teniendo en verano un Jímite máximo de cerca de 35% centígrados y en invierno un límite mínimo muy raras veces alcanzado de 52 centígrados ». «Las aguas meteóricas no son abundantes, especialmente en verano e invierno, variando entre 500 y 750 milímetros anuales; las subte- rráneas no faltan, variando mucho en profundidad ». La vegetación de esta subformación es de tipo xerófilo y en ella, lo mismo que en ta dle la «subformación de los Pastos tiernos », se observan muy pocas plantas leñosas (1). La «subformación de los Pastos duros », en medio de la cual se alzan aleunos pequeños macizos montañosos (2), hace asistir a una biológicas de su región natal, es decir, a tierras fuertes y a largos períodos de sequía, con cierto carácter xerófilo, pero no tan marcado como en los anteriores; son pastos a menudo muy nutritivos y apetecidos por el ganado ». (1) Al describir la vegetación del «tipo Pampeano », Spegazzini dice: «Las especies de este tipo son netamente xerófilas y sólo ostentan dos tipos arbustivos leñosos que son: la brusquilla Discaria longispina y el quiebra arado amarilio Heimia salicifolia, siendo todas las demás esencias herbáceas perennes o VIVaces como la paja vizcachera Stipa caudata, la paja de techar Stipa gyneroides, las pa- jas voladoras Stipa filiculmis y Panicum Bergi, el pasto amargo Stipa trichotoma, además de unas cuantas Leguminosas y Compuestas de escaso valor forrajero ». (2) Rompiendo la monotonía de la « subformación de los Pastos duros », álza- se, en varias partes de la provincia de Buenos Aires, diferentes sierras represen- tadas generalmente por pequeñas cólinas, viéndose alturas de relativa importan- cia sólo en los macizos de la Ventana y Curumalal, que a veces superan los 1000 metros de latitud. «El suelo de estas sierras es siempre, aun en los valles, muy rocalloso y poco humífero; las mayores sierras están formadas por esquistos y gra- nitos; mientras otras menores son calcáreas ». Los vegetales que cubren estas sierras pampeanas, formando el «tipo Petrótilo » de Spegazzini, no se hallan, según este autor, «muy influenciadas por la compo- sición química de las rocas en que vegetan, no observándose aquí formas calcifi- cas ni caleífugas; todas ellas pertenecen a tipos xerófilos propiamente dicho fal- tando en absoluto los árboles y siendo muy escasos los arbustos de alguna eleva- ción ». « Las esencias más importantes que merecen ser recordadas de este tipo fitológico, son : el pinillo plateado Plantago Bismarcki, las sensitivas Mimosa Ko- cae y M. tandilensis, la borla de oro Grindelia buphthalmoides, la chilca de la sierra Baccharis tandilensis, las tunas Opuntia bonariensis, Opuntia pampeana, las tunillas: Echinocactus acuatus, Echinocactus pampeanus, etc., la paja de la sierra Stipa pam- CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA ZOOGEOGRAFÍA ARGENTINA 267 lucha sostenida por una flora indígena contra una flora invasora com- puesta, en parte, por plantas exóticas. Esta lucha se define a favor de la última únicamente a causa de la intervención del hombre; si esa intervención se interrumpe, la flora indígena que había sido domina da, pero no vencida, recupera la supremacia. No hay duda que el aspecto de las faunas entomológicas de estas subformaciones se halle en concordancia con las fluctuaciones de la lucha entre las dos floras antagónicas : la de los « Pastos duros » ha de ser completamente indígena mientras que la de los « Pastos tier- nos » debe poseer una fauna la cual, presentando escasas formas exóticas, se halla constituida por especies adaptadas a un ambiente que antes no existía en estas regiones. La falta de observaciones 1m- pide, por el momento, especular sobre las consecuencias de esta lucha en el mundo de los insectos. El estudio de la zona de transición entre estas dos subformaciones permitiría, probablemente, definir algunas de las leyes a las cuales obedece la dilatación y el empequenecimiento de faunas contrarias que se resuelve en el predominio o en el avasa- llamiento de una u otra. La « fauna Intermedia» de Holmberg, asimilada a las formaciones fitogeográficas «Chaqueña» en parte, «subformación del Monte orien- tal» y « Pampeana», caracterizada por la difusión, en ella, de los com.- ponentes de las «fauna Andina» y «fauna Brasilena» del mismo autor, cubre regiones cuya fauna se compone de elementos tan bete- rogéneos que su definición entomológica se reduce únicamente a la comprobación de la ambigiiedad de sus caracteres. Estas regiones que entomológicamente pueden llamarse «región Intermedia», del mismo modo que la fauna de Holmberg, se halla limitada al oeste por la «región de las Nictelias » y por la «región Subtrópical », al este por la «región Paranense» que la separa de la «región Mesopota- mica», por el norte traspasa los límites políticos y se extiende sobre una parte de los países vecinos (1). peana, la flechilla de la sierra Stipa manicata, el coirón dulce Festuca pampeana, los helechos Aspidiuwm capense, Aneimia fulva, Adiantum chilense, ete. ». La fauna entomológica de estas sierras es, como la vegetación, algo distinta de la de la llanura que las rodea: en cada una de ellas se observan especies parti- culares cuyos conjuntos se resuelven en la formación de asociaciones cuyo estu- dio ecológico está por hacerse. (1) Al tratar de las diversas faunas argentinas Holmberg dice, hablando de los límites de aquéllas : «A medida que avanzamos hacia el norte, penetramos en la región cálida donde las formaciones fitogeográficas se confunden casi por la vi- 268 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Aunque en la «región Intermedia» se encuentren especies de toda indole procedentes unas de las regiones andinas, otras de las regiones tropicales o templadas, que forman un cúmulo de faunas sin fisonomía marcada, ni caracteres pronunciados que las diferencien entre sí, se puede, sin embargo, subdividirla en «subregión Chaque- na», «subregión Santafecina» y «subregión Pampeana». La «sub- región Chaqueña» que también podría llamarse «subregión Tropi- cal » se diferencia de las otras subregiones por el predominio, en sus faunulas de insectos. de elementos tropicales representados por gran- des especies de hexápodos, como ser el Enoplocerus armillatus dentro de los coleópteros y la Fulgora laternaria dentro de los homópteros. Cierto es que varias de estas especies se hallan representadas tam- bién en la « región Mesopotámica » pero, como lo veremos, ésta, por más que presente aleunas especies características de insectos, puede considerarse como la prolongación de la «región Intermedia» de la cual se halla separada por la «región Paranense ». La «subregión Pampeana», la cual, por el clima que impera sobre las comarcas que ocupa, podría llamarse «subregión Templada» se caracteriza por el predominio, entre sus elementos faunísticos, de formas propias a las regiones templadas. En ella se observa todavia algunas formas que figuran en la «región Chaqueña » pero abogadas, puede decirse, en un sinnúmero de tipos de otras especies. La fauna entomológica de la «subregión Santafecina» o «subre- gión del Medio » presenta elementos en los cuales ninguna de las dos facies, tropical o templada, alcanza un gran predominio sobre la otra, es decir, que el conjunto ofrece, para su definición, sólo caracteres sumamente heterogéneos más ambiguos todavía que los de las subre- viones « Uhaqueña >» y «Pampeana » a las cuales sirve de transición. La Mesopotamia argentina o sea los territorios extendidos entre los ríos Paraná y Uruguay, comprendiendo la gobernación de Misio- nes y las provincias de Corrientes y Entre Ríos, se halla cubierta por una vegetación con la cual Holmberg constituye dos de sus forma- ciones fitogeográficas: «formación Misionera» y formación « Meso- potámica ». queza y variedad de su vegetación y por las condiciones del clima, de tal modo que si adelantáramos más aún hacia la línea ecuatorial, llegaría un momento en que las divisiones zoogeográficas se confundirían casi por completo; pero no. haremos tal cosa, y dejaremos sin franquear, por el norte el paralelo 229 latitud Sur, y el Pilcomayo, umbrales de otros señoríos, de manera que deteniéndonos allí, nos será más fácil reconocer ambos dominios faunísticos de nuestro país. » ENTIN ARG! AFÍA R 4 Y O( E LA ZOO( y DI JDIO ESTU AL IÓN UCIC a y CONTRI! Ort 19p SB][LTO) OUT Au ayliod 3p SOTUJODDA JP O[OLIUSIP TO OPLOOLOA BB “93 UPISUOY) Pepa UL pra seoe.aeq sep aod uormogord ep couonbod oyo op uo Boo Bu 10d BPpeZLOJ Rao (LOQUO FL DP “«B9UOD LIB A “SOU ») VIYLA IDA 0) JT = C ) 014 pl y ) Sol Ol AS ( ) Bu l 10] 1 ( Mi » 1 WT un op eun us 270 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La «formación Misionera» comprende únicamente el territorio nacional de Misiones, menos la región limítrofe con la provincia de Corrientes, y se extiende sobre la «región más húmeda y ardiente » de la Argentina. Los paisajes de esta formación se presentan bajo varios aspectos: en unos «ofrece vastas campiñas que recuerdan la subformación de los Pastos duros », en otros, al contrario, los bosques que la constituyen son inmensos y se resisten a toda descripción. Estudiada aisladamente, la fauna entomológica de la «formación Misionera » puede considerarse como la prolongación, más o menos homogénea, de la existente al sur del Brasil; pero desde el punto de vista de la zoogeografía argentina, esta fauna es parte integrante de una región entomológica que comprende toda la Mesopotamia. La última formación fitogeográfica de Holmberg, o sea la « Mesopo- támica », comprende las provincias de Corrientes y Entre Ríos asi como la parte sur de la gobernación de Misiones. La vegetación de esta formación se presenta bajo diferentes aspectos según los lugares de observación : a orilla de los ríos y arroyos, donde el aporte de mate- rial exótico es continuo, la vegetación no tiene carácter propio y, en ella, se encuentran mezclados elementos procedentes de la Cordillera de los Andes y del centro de la América Meridional. En las partes alejadas de los cursos de agua la vegetación se presenta con caracte- res homogéneos y bajo un aspecto que recuerda la « formación Pam- peana ». En varias partes de esta formación se encuentran algunas regiones cubiertas por palmeras. Correspondiendo a los diversos aspectos de la vegetación, la Meso- potamia argentina presenta faunas entomológicas de diversos carac- teres : a orilla del río Paraná y en las islas ubicadas en varias partes del curso de este río así como en los alrededores de la desembocadura de los diversos afluentes de éste y de las grandes lagunas que ocu- pan el norte de la provincia de Corrientes, se encuentra una fauna, la cual, aunque compuesta de elementos de diversas procedencias, se destaca con caracteres suficientemente pronunciados como para Ca- racterizar una región de límites caprichosos, que llamaré « región Paranense ». En el interior de la Mesopotamia se observan, en la fau- na entomológica, los mismos caracteres que en la «región Interme- dia », a los cuales se agregan algunos otros que se deben a la presencia de varias especies de insectos procedentes de las regiones vecinas del Brasil. Este hecho, unido a los pronunciados límites geográficos de la Mesopotamia, permite constituir, en el interior de ésta, una re- vión entomológica, «región Mesopotámica », cuya definición reside CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA ZOOGEOGRAFÍA ARGENTINA 271 en los mismos caracteres heterogéneos que los de la «región Inter- media », pero con cierto predominio de una facies brasileña más acen- tuada hacia el norte. La «región Mesopotámica » puede subdividirse en varias subregio- nes, «subregión Misionera », «subregión Correntina» y «subregión Entrerriana », cuyos caracteres esenciales son de la misma índole que los que sirven para definix,las subdivisiones de la «región Interme- dia». Estas diferentes subregiones que ocupan, respectivamente, la gobernación de Misiones, las provincias de Corrientes y Entre Ríos, se delimitan geográficamente con los mismos límites que la goberna- ción y provincias nombradas cubiertas en parte por la «región Para- nense ». La «subregión Misionera » correspondiendo, en la « región Meso- potamica», ala «subregión Chaqueña o Tropical » de la « región Inter- media » se define por una facies tropical sumamente pronunciada en la cual se observa un gran predominio de elementos brasileños que se traducen por la presencia de ciertos insectos, como ser los Lucánidos y las Doryphora (Crisomélidos), que parecen ser originarios, en la Argentina, de pequeñas regiones. Entre los hexápodos que concurren a dar su fisonomía especial a la «subregión Misionera» merecen señalarse, entre los coleópteros, las especies siguientes: Familia LUCANIDAE Leptinopterus erythrocnemus Burm. '— Hexaphyllum aequinoctiale Buquet Jl Y 1 1 — paranensis Parry | Familia SCARABAEIDAE Jurysternus Caribaeus Herbst. Pelidnota alliacea (Germ.) | | = parallelus Cast. | = erassipes Ohaus Dendropemon bahianus Har. | — liturella (Kirby) Acanthocerus politus (Germ.) | Enema infundibulum Burm. Lachnosterna conformis (Blnch.) Agaocephala Mannerheima Cast. Pseudomacraspis afiinis (Cast.) | Trioplus cylindricus (Mannerh.) Familia PASSALIDAE Spassalus crenatus (Mac Leay) | Neleides anguliferus (Perch.). | Neleus interruptus Linn. Epiphanus paxilloides Kaup. — unicornis (Serv.). | Feturius cephalotes (Serv.). 272 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Familia LAMPYRIDAE Lamprocera flavofasciata Blnch. | Aethra decorata Y. Oliv. Lucio abdominalis Cast. | — invida YE. Oliv. — blattina (Perty) — rufithorax Y. Oliy. Hyas externa E. Oliv. Photuris livida (G. A. Oliy.) — Hfabellata (Fbr.). | — lugubris Gorh. Aethra axillaris Motsch. | Bicellonycha lividipennis Motsch. Familia TELEPHORIDAE Discodon subannulicorne Pic | Plectonotum Wagneri Pic Plectonotum latior Pic ' Contelus Gorhami Pic Familia TENEBRIONIDAE Calymmaus cucullatus Pasc. Sphaerotus curvipes Kirby Uleda diaperoides Cast. | Cuphoies elongatus (Thoms.) Eutochia quadricollis Fairm. — sphacelatus (Wbr.) Zophobas opacus (Sahlb.). Poecilesthus fasciatus (Fbr.) Nyetobates exarata Pairm. Strongylium awrichalcenm (Germ.) | Goniadera crenata Perty z | a bicolor (Cast.) Familia CERAMBYCIDAE Ctenoscelis simplicicollis Bates. | Cometes hirticornis Serv. — acanthopus (Germ.). — Wagnert Goun. Macrodontia flavipennis Chevr. Ischmolea bimaculata Chevr. Pyrodes nitidus (Fbr.). — crinita Thoms. — pulcherrimus (Perty) “| Acrocinus longimanus (Linn.). Periboeum vicinum (Perroud.) Alphus canescens Bates. Neocorus ibidionoides (Serv.) — leuconotus Thowms. Aleyopis cyanoptera Pascoe Colobothea Brullei Gahan Listroptera aterrima (Germ.). — fasciata Bates. Stenygra setigera (Germ.). | — musiva (Germ.). nd . Familia CHARYSOMELIDAE Doryphora aproximata Baly | Doryphora fervida Fbr, — flavozonata Bluch. — Paykulli Stal - hástrio Oliv. | = reticulata Fbr. — nigropunctata Stal: | = tessaria Stal Las subregiones « Correntina » y < Entrerriana » son, puede decir- se, desconocidas en gran parte en lo que se refiere a la geografía en- tomológica, y aunque varios hechos permitan deducir sus diversos ca- CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA ZOOGEOGRAFÍA ARGENTINA 213 racteres, es necesario reconocer que el establecimiento de estas sub- regiones obedece a cierto empirismo. La «subregión Correntina », respondiendo a la « Santafeciva » de la «región Intermedia », ha de poseer entre sus elementos, sobre todo en el norte de la provincia de Corrientes, un número relativamente grande de especies de la « sub- región Misionera» que representan en ella la facies tropical que va desapareciendo hacia el sur hasta que en la « subregión Entrerriana » lo mismo que en la « Pampeana» de la « región Intermedia », la fa- cies tropical se ha perdido por completo. Intercalada como una cuña entre las «regiones Intermedia» y «Me- -sopotámica » se encuentra la « región Paranense » (1) que cubre, como he dicho, una parte de las orillas e islas del río Paraná, y de algu- nos afluentes de éste así como los alrededores de las lagunas que ocu- pan el norte de la provincia de Corrientes, esta región se extiende como una faja angosta a lo largo del río de la Plata. Los lugares citados se presentan bajo dos aspectos distintos: en uno, formado por barrancas más o menos frecuentemente por las aguas del río y cubiertas por la vegetación con la cual Spegazzini contitu- ye su «tipo Paranense » que define de este modo . « Tipo paranense. — Llamaremos así este tipo o formación por ha- (1) Spegazzini, al ocuparse de la vegetación hidrófila de la. provincia de Bue- nos Aires, establece dos tipos distintos, « Paludoso » y « Nayadeo », los cuales, ob- servables con sus caracteres típicos en los lugares cubiertos por los elementos «que constituyen la « región Paranense » se caracterizan, según este autor, co- mo sigue (Flora de la provincia de Buenos Aires) : « Tipo paludoso. — Compréndese bajo esta denominación la vegetación que cu- bre los bajos, los bañados, las ciénagas, las cañadas, ete., es decir, todas aque- llas partes en que el agua dulce, sea por la impermeabilidad del suelo, sea por la falta de declive suficiente, se estanca en mayor o menor cantidad. Las orillas «le los ríos, que como hemos dicho, son por regla general muy lentos y salen de su cauce a la menor lluvia, y los bordes de las lagunas se hallan también reves- tidos por vegetación del tipo paludoso. » «Los lugares más bajos y con agua más o menos permanente se cubren de totoras (Typha dominguensis), de espadaña (Zizaniopsis bonariensis), de varas de Santa Lucía (Jussiena sp.), de juncos (Scirpus riparius), de cardas (Eryngium sp.), de. flechas (Sagittaria montevideensis), de cucharones (Echinodorus grandiflorus), etc. » « Las partes bajas con agua no permanente pero temporariamente abundante se reconocen por los duraznillos blancos (Solanum gylaucum), por los jubzos man- sos (Scirpus sp.), por junquillos (Sisyrinchium sp.), por cadillos (Soliva sp.), por «ardillos (Eryngium echinatum), por paja gallo (Panicum cruz galli), ete. » «Por fin, los terrenos sólo húmedos en exceso y que sólo se hallan inunda- AN. SOC: CIENT. ARG. — T. XC 19 274 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA llarse localizado casi exclusivamente en las islas del delta del Para- ná, escurriéndose como faja angosta a lo largo del estuario del río de la Plata hasta casi el cabo San Antonio. » « Es una vegetación muy variada pero siempre eminentemente hi- drófila y que necesita una temperatura benigna sino elevada; las esencias características pueden ser arbóreas, arbustivas o herbáceas; entre las primeras senalaremos los ceibos (Hrythrina crista-gatla), los sauces criollos (Salix Humboldtiana), ellaurel (Nectandra angustifolia), el palo amarillo (Rapanea Lorentziana), el blanquillo (Terminalia aus- tralis) ; entre los arbustos mencionaremos el Sarandí (Oephalanthus sarandi), las chilcas (Baccharis sp.), los arrayanes (Eugenia sp.), el mata ojos (Lucuma nertifolia), las borlas de cardenal (Calliandra sp.), los espinillos mansos (Aeschynomene sp.), ete.; entre las hierbas se no- tan las cortaderas blancas (Cortaderia dioica), las cortaderas verdes (Scirpus asper), las pajas de cinta (Rhynchospora sp.), las canitas (Panicum grumosum), las cañas (Phragmites phragmites), ete. » «Se observan, además de esas esencias constantes y endémicas, otras adventicias variables y muy interesantes; los ríos Paraguay, Paraná y Uruguay traen del norte una continua contribución de se- millas, rizomas, tubérculos y hasta plantas enteras que se depositan en las orillas de los bancos e islotes, arraigando con fuerza a causa de la humedad y fertilidad del suelo ; sin embargo, estas plantas ori- oinarias de regiones tropicales y subtropicales no pueden soportar Jos fríos del invierno bonaerense y en su mayoría desaparecen y mueren con las heladas, para ser renovadas y substituídas por otros gérmenes nuevamente traídos por las aguas en la primavera siguiente. » dos en las épocas de lluvias, ofrecen esencias excelentes para el pastoreo, entre: las cuales recordaremos el trébol criollo (Trifolium platense), la pajilla (Polypogon monspeliensis), el alpistillo (Phalaris angusta), ete. » « Tipo nayadeo. — Las plantas que viven sumergidas en el seno de las aguas o flotan a la superficie constituyen ese tipo, el cual no parece cambiar en las varias localidades, mostrándose indiferente a la modificación de los elementos me- tereológicos. » «Las formas sumergidas son relativamente escasas, hallándose representadas por Zanmichellia, Potamogeton, Ceratophyllum, Myriophyllum, Nitella, Chara, etc. Las formas flotantes son mucho más variadas y a veces muy interesantes ; entre: las criptógamas, la Riccia natans y la Ríccia fluitans, la Azolla filiculoides, la Sal- vinia, la Marsilea ; entre las fanerógamas no deben olvidarse las Wolfa, las Lem- na, la Pistia, el Limnobium, varias Pontederia, algunas Gramineas, el Hydrocleis Commersonii y la euriosa Jussiaeua montevidensis. dimorfa, con tallos estériles flo- tantes y tallos fértiles erectos ». CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA ZOOGEOGRAFÍA ARGENTINA 210 La fauna entomológica que acompaña la vegetación descrita (« tipo Paranense »), y con la cual constituyo la « región Paranense », se com- pone de elementos muy variados entre los cuales se observa un nú- mero relativamente importante de especies traídas por los ríos Para- guay y Paraná del norte de la república o del centro de la América meridional. A estos elementos se agrega cierto número de tipos andi- nos traidos por los ríos Pilcomayo y Bermejo. Cierto es que una gran parte de estas especies de insectos, originarios de regiones más cáli- das, mueren al aproximarse el invierno, pero el aporte. continuo de material exótico da a esta fauna cierta facies particular que la distin- gue de las demás. Al buscar upa especie de hexápodos que condense, con su presencia, la definición entomológica de la «región Paranen- se» se puede citar la Dorisia Drewseni Stal, cuya distribución geo- eráfica parece limitarse a esta región (1). En efecto, esta especie de cigarra se encuentra sólo en los lugares algo húmedos y recubiertos por la vegetación característica de estos lugares (2). Sumamente interesante es estudiar detalladamente en esta región el modo de propagación de las especies por medio de un curso de agua tan importante como el río Paraná. Los camalotes que, deslizándose por los diferentes brazos de este último curso de agua, sirven de ve- (1) Siendo el género Dorisia de reciente creación, doy a continuación la sino- nimia de esta especie de cigarra : Cicada Drewseni Stal, Ofv. Vet. 4k., página 242 (1854). Fidicina gastracanthophora Berg, Hem. Arg., página 206 (1879). Fidicina Drewseni Dist., Cat. Hom. 1. página 92 (1906). Dorisia Drewseni Delg., Contr. Cic. Arg. página 65 (1919); 4n. Soc. Cient. Arg., LXXXVIII, página 85 (1919) y Monog. Cic. Arg. (a publicarse). (2) La propagación de las especies exóticas que se encuentran en esta región entomológica, que se extiende sobre los mismos lugares que el « tipo Paranense » de Spegazzini, se halla mejor definida cuando se observa algunos tipos de vege- tales. Hicken, al estudiar algunos helechos argentinos, da varias distribuciones geográficas que corresponden, en un todo, al sistema hidrográfico platense, sien- do de señalar entre estas áreas de dispersión el correspondiente a Trismeria trifoliata (L.) Fee, especie que, según Hicken, «es muy frecuente en las regiones neotropicales, des- de Méjico hasta los alrededores de Buenos Aires ». « La hemos encontrado en Misiones, Corrientes, Gran Chaco, Orán, Jujuy, en las acequias del ferrocarril de Tucumán, donde se encuentra en las plantaciones de caña de azúcar, y en Córdoba. En las playas del río Cuarto, cerca de la ciu- dad del mismo nombre, esta especie ha sido recolectada en 1905 por Santiago Maradona ; ha sido también observada en varios lugares de las islas del Tigre, adonde fué traída, con toda seguridad, por las crecientes del río Paraná. » 276 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA hículo a un sinnúmero de seres, han sido descritos ya, con mano maestra, por el doctor Holmberg. Pero para hacer ver el mecanismo de dispersión de vegetales y animales por medio de estos camalotes citaré lo observado durante la creciente del Paraná en el año 1905, que Torres, al ocuparse de la región del Delta, describe como sigue: «Jn esa ocasión se vió a la zona media y superior completamente bajo el agua por espacio de un mes; a los brazos del Paraná cubiertos de camalotes, y como la violencia de la corriente fuera tan persisten- te, las arboledas jóvenes y las plantas de cultivo, completamente arrancadas o destrozadas. » «Sobre algunas de las islas más altas del delta medio había hasta dos metros de agua; en muchas partes se observó que crecía cuaren- ta centímetros por hora, y los camalotes — verdaderos islotes flotan- tes — pasaban con tal celeridad que arrancaban árboles añejos o cual- quier obstáculo considerable que encontraban a su paso ». «Sobre estos islotes viajaban innumerables cuises, nutrias, carpir- chos, ciervos, aves de distintas especies, etc. ; los animales domésti- cos que existían en las islas de Entre Ríos y en las del Alto Carabe- las recorrían grandes extensiones nadando, en busca del albardón más alto, ya que ninguno se vió libre del agua ». Ocupando el norte de la provincia de Corrientes se encuentran las lagunas del Iberá y de la Maloya cuya comunicación más o menos directa con el río Paraná las incluye en la cuenca platense. Las orillas de dichas lagunas se encuentran recubiertas, en gran parte, por una vegetación cuyo conjunto puede definirse por los mismos caracteres que los del «tipo Paranense» de Spegazzini. Entomológicamente, es- tas lagunas no han sido todavía estudiadas detalladamente, pero las pocas especies de insectos que de ellas se conocen, prueban que su fau- na tiene los mismos caracteres que la de la «región Paranense », es decir que, superponiéndose a las especies que constituyen la « sub- región Correntina », se encuentran elementos procedentes de regio- nes situadas más al norte ed las orillas de los ríos Paraguay y Pa- raná. Al resumir estos apuntes se ve que la parte de la Argentina com- prendida en la «subregión Patagónica » de Salvin o en la «fauna oc- cidental » de Holmberg puede subdivirse entomológicamente en cua- tro regiones distintas: «región Andina», « región Subantártica » 0 de los « Lucanidos », «región Subtropical » y «región de las Nicte- lias» subdividida ésta en « subregión de los Vespidos >» y «subregión Patagónica »; mientras que el territorio argentino que constituye la Ú CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA ZOOGEOGRAFÍA ARGENTINA 217 «subregión Brasileña » de Salvin o la « fauna Oriental » de Holmberg da lugar al establecimiento de tres regiones entomológicas : « región Intermedia » subdividida en « subregión Chaqueña», « subregión Santafecina » y «subregión Pampeana », «región Paranense » y «re- gión Mesopotámica » subdividida en «subregión Misionera», «sub- región Correntina» y «subregión Entrerriana ». Siendo de observar que estas diferentes regiones y subregiones entomológicas noO son, actualmente, definibles con precisión y que sus límites se hallan ex- puestos a grandes remociones que se basarán en las investigaciones regionales que paulatinamente harán conocer mejor la parte sur de la América Meridional. PROYECTO DE TRAVESÍA AEREA DEL ATLÁNTICO SUR Uno de los problemas que más ha agitado en estos días, no sólo a los que se preocupan de la navegación aérea, sino también al público en general, que ha seguido con interés el planteo del mismo y las tentativas de su soln- ción, es sin disputa el proyecto de travesía del Atlántico sur en avión, for- mulado por el señor capitán del ejército nacional, don Ángel M. Zuloaga. Este joven aviador, célebre ya por su travesía de los Andes en aeróstato, efectuada en compañía del señor Bradley, solicitó del Ministerio de Guerra el permiso correspondiente para poder realizarlo. El ministro confió su es- tudio a una comisión de militares, dedicados a la aviación, compuesta de un coronel, de un teniente coronel y de un capitán del ejército, los cuales se expidieron en el sentido de que el Gobierno no debía autorizar el raid propuesto, especialmente por razones económicas, reconociendo, sin embar- go, en el capitán Zuloaga, perseverancia, valor y patriotismo. No satisfizo a este señor el informe producido, por cuya razón confió su estudio a la Sociedad Científica Argentina, dando previamente una confe- rencia pública en el local de la misma, siendo presentado por el presidente, ingeniero S. E. Barabino y por el doctor Alfredo L. Palacios. Hicieron acto de presencia los señores : coronel Salvador Martínez Ur- quiza, en representación del señor presidente de la Nación, y capitán Santi- llán, en el del señor ministro de Guerra. Abrió el acto el señor Barabino en los siguientes términos : Señor delegado del Exmo. señor presidente de la Nación, Señor delegado de S. E. el senor ministro de Guerra, Senoras, Senores : Arduo e interesante problema nos congrega esta noche para que, ponde- rándolo con sano criterio y absoluta independencia, tratemos de contribuir (1) Conferencia del capitán Angel M. Zuloaga, pronunciada en la Sociedad Científica Argentina, el 6 de mayo de 1920. PROYECTO DE TRAVESÍA AÉREA DEL ATLÁNTICO SUR 279 a su solución más acertada, dentro de lo que la prudencia y la ciencia acon- sejen. El señor capitán Zuloaga no viene a darnos una amena conferencia sobre el palpitante tema que tanto preocupa a los hombres de ciencia que persi- guen el progreso de la aeronáutica, para obtener mayor seguridad en lo que concierne a la estabilidad de los aparatos en las alturas y mayor celeridad en su marcha al través de la inquieta atmósfera, de manera que permitan promover más eficazmente las relaciones internacionales, políticas, comer- ciales y aun sociales. Si su conferencia se redujera a pasar revista de la labor mental y aplicada del hombre en busca de un positivo dominio del aire, a partir de los tiem- pos más remotos, aun de los prehistóricos, puesto que la aviación debe ne- cesariamente haber sido una aspiración inherente al ser humano, desde que las primeras manifestaciones de la inteligencia se produjeron en su cerebro, si su conferencia se concretara, decía, a una reseña histórica del vuelo, el capitán Zuloaga podría fácil y agradablemente divagar, haciendo suposicio- nes más o menos fundadas sobre las etapas desconocidas del lentísimo pro- greso de aquél, necesariamente infantil en sus comienzos, por el desconoci- miento de las causas y la falta de elementos apropiados; nos deseribiría las primeras manifestaciones reales de ese perenne anhelo del hombre, como lo de- muestran las leyendas en su fundamental simbolismo; nos haría ver cómo las investigaciones humanas han requerido siglos de siglos para alcanzar su estado actual; nos diría cómo se produjeron grandes soluciones de continuidad en la prosecución de su labor progresiva; y nos lo contfirmaría (cireunscribiéndose a la mecánica y a la electrotécnica, ciencias tan necesarias para la navega- ción aérea) rememorando que, desde la eolípila de Herón basta las máqui- nas de Watt y Stephenson y al genial motor diminuto de los aviones; desde el frote del ámbar — del « elektron » —a la pila de Volta, a la rana de Gal- vani, a la dínamo de Pacinotti y al telégrafo inalámbrico de Marconi, pasa- ron siglos de esperanzosas investigaciones, y llegaría a establecer que así fué de la aviación, recordándonos que el aeróstato, o sea, el más liviano que el aire, sólo ha conseguido llegar a un grado de eficacia ponderable con los dirigibles del corriente siglo xx; y que el avión — más pesado que el aire — a pesar de las flechas de papel que todos hemos arrojado cuando ninos; a pesar del planeo de los papelitos que el viento cierne en el aire; a pesar de los populares « barriletes» que indicaban la causa que los remontaba y s0s- tenía en las alturas, sólo llegó el hombre a crearlo a fines del siglo pasado y perfeccionarlo, no poco, en lo que va corrido del actual. Nos presentaría, Por fin, el cuadro de valientes y abnegados luchadores, contra los elementos naturales entre los cuales él mismo figura, víctimas unos, triunfadores otros, y nos proporcionaría, ciertamente, un grato momento de solaz 'espiritual, aunque sin finalidad objetiva alguna. Pero el capitán Zuloaga, lo repito, no trata en este momento de dar una conferencia de amena vulgarización, sino de hacer una exposición fundamental sobre la posibilidad de atravesar el 280 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Atlántico sur con los elementos de que dispone actualmente la aviación. No se trata, pues, de un agradable pasatiempo sino de una disertación sobre un proyecto de trascendencia, que debemos escuchar con recogimiento y que nos obligará a pensar, meditar y aconsejar. La importancia del raid estudiado por el capitán Zuloaga, me indujo a indicar al doctor Alfredo L. Palacios, amigo de ambos, la conveniencia de que el arrojado aeronauta, el primero en frasponer, con Bradley, la nevada cresta de los Andes, expusiera en el local de la Sociedad Científica Argen- tina los fundamentos de su proyectado viaje aéreo a través del Atlántico sur, hazaña que algunos heroicos pilotos norteamericanos e ingleses, tenta- ron y realizaron en el norte. Aceptada la idea por el capitán Zuloaga, pedí al doctor Palacios que él, que posee el don de la palabra galana y elocuente, os presentara al preclaro conferenciante. El doctor Palacios tiene, pues, la palabra. El doctor Palacios improvisó un elocuente discurso recordando los méri- tos del capitán Zuloaga, haciendo resaltar sus patrióticos anhelos y la obli- gación moral de los poderes públicos del país, y aun del pueblo mismo, de auspiciar el valiente programa formulado por el ilustre aviador argentino. En seguida hizo uso de la palabra el señor capitán Zuloaga en los siguien- tes términos : ; Señoras, Señores : Me presento ante vosotros con la serenidad de espíritu que infunde la confianza del terreno en que marcho. No es la exposición de teorías complicadas ni la resolución de problemas técnicos lo que motivará mi disertación. Simplemente mostraré la forma cómo concibo la rea- lización del gran vuelo transatlántico y por qué razones he llega- do al profundo convencimiento de que tendré éxito en la empresa, para cuya ejecución espero el beneplácito del supremo Gobierno. Es el piloto de la aeronave quien hablará, en consecuencia no exijáis si- no lo que a él corresponde. Antes de entrar a considerar el raid en sí, mostraré por qué cir- cunstancias especiales me he decidido a solicitar autorización oficial, y lo historiaré brevemente a fin de hacer conocer algunos interesantes "preliminares. PROYECTO DE TRAVESÍA AÉREA- DEL ATLÁNTICO SUR 281 ANTECEDENTES Aprobado mi proyecto por los técnicos de la sección aeronáutica, la “asa Ansaldo, por considerarlo el estudio más serio presentado hasta ahora sobre un gran raid transatlántico, el señor Pío Perrone, presiden- te de la Sociedad, me hizo citar a Génova donde expuse detenidamente los pormenores concurrentes a la realización del vuelo. Satisfecho de nuestra entrevista y en conocimiento ya de mis antecedentes aero- náuticos, el señor Perrone preguntóme qué inconveniente tenía par: lNevar a cabo mi idea; alo cual respondi que tratándose de un proyec- to de tal magnitud mi país no podría, sino haciendo un penoso sacrl- ficio, afrontar los gastos que demandaba. Entonces el senor Perrone me aseguró que, consecuente con la política argentinista de su senor padre y teniendo él grandes simpatías por mi país, no trepidaba en ofrecer al ministro de guerra un avión especialmente construido, capaz de afrontar la prueba, y al mismo tiempo contribuir al montaje de las bases y demás gastos. Esa misma noche, 30 de octubre del año pró- ximo pasado, fué enviado al senor ministro de guerra un telegrama conteniendo la generosa oferta. Es entonces que, considerando el camino de las dificultades alla- nado, me decidí a solicitar autorización necesaria, la cual hoy reitero por medio de la Sociedad Científica Argentina, que en este momento me dispensa el alto honor de considerar mi proyecto. FINES En esta gran prueba, no sólo debemos calcular lo que nos podrá reportar como consecuencias prácticas, sino y ante todo los resulta- dos morales para el país, que no se pueden justipreciarse en libras es- terlinas. La ciencia reclama también su parte en el eran vuelo, y es bajo sus auspicios que yo me cobijo para eximir a extraños o interesa- dos de la responsabilidad del éxito de esta empresa. Cada uno de estos sondajes profundos, deja a la ciencia aeronáutica y a sus derivados una ensenanza. Es un paso que se adelanta. Es algo, tal vez mucho. Para secundar a la ciencia en sus propósitos, se necesitan hombres preparados y decididos. El material salido de las sapientes manos de los ingenieros es entregado a ellos para su sanción práctica a fin de incorporarlos a las actividades humanas. Siendo, pues, el ideal perseguido tan alto, tan humano, veamos 282 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 2 ahora las consecuencias morales y prácticas que el raid acarreará para nuestro país particularmente. La República Argentina tiene la muy justificada pretensión de mantener su hegemonía en esta parte del continente. Dicha hegemonía no se consigue tan sólo con la fuerza de los cañones. Se necesita enaltecer el concepto moral ante extraños y ante sí mismo. Para los unos se traducirá en respeto y considera- ción, y para los otros afirmando y reconfortando el sentimiento na- cional. Este sentimiento nacional, justamente en estos momentos, reclama el calor oficial y el contributo de todos los buenos patriotas para arribar, según el simbólico deseo de Roldán, a forjar el bronce de nuestra raza. -¿ A quién, sino a la República Argentina, le corresponde el honor de propiciar y hacer efectivas todas las iniciativas que envuelvan tan grandes beneficios? ¿No es ella quien absorbe y asimila en mayor proporción, dentro de América del Sur, todo lo que viene o se trae del Viejo Mundo, del cual somos tributarios ? Alguien dijo refiriéndose al magnífico raid de Locatelli: «El genio de la aviación abrevia el tiempo y el espacio que media entre Argen- tina y Chile.» Y bien señores, respecto a nuestras relaciones con Eu- ropa, esta aseveración reviste caracteres de capital importancia, pues ello implica una aceleración en la marcha del progreso, y son la cien- cia, el arte, las industrias, quienes recibirán sus inmensos favores. Dilucidada la finalidad y propósitos del raid, entremos de lleno a ver su preparación, la cual después de haber recibido la aprobación sin reservas de los técnicos en Europa, sufre ahora los consiguientes - trastornos de la divergencia de criterios. No obstante, les ruego, señores, tener en cuenta que antes de haber presentado este pro- yecto a la superioridad, he medido en toda su amplitud la responsa- bilidad que cargo sobre mis espaldas y de la cual estoy orgulloso. En la Escuela Militar me enseñaron, y contenida está en los reglamentos del ejército, la siguiente prescripción. « El oficial en todas las si- tuaciones, aun en las más extraordinarias, debe poner en juego su personalidad sin temor a la responsabilidad, y los superiores deben estimularlo y exigirlo. » METEOROLOGÍA No obstante el visto bueno que mi proyecto traía de Europa, yo no he trepidado, por exceso de celo, en someterlo al examen de la Oficina Meteorológica Argentina, en la parte que le concierne, la que PROYECTO DE TRAVESÍA AÉREA DEL ATLÁNTICO SUR 289 ha encontrado exactas las observaciones anotadas, habiéndolas am- pliado con una carta de vientos a mil metros (única hasta hoy) y la carta magnética del día. Para su elaboración han sido consultados textos y monografías en el Instituto Oceanográfico de París, habiendo recibido en este instituto la aprobación sin reticencias del sabio profesor A. Berget. En la larga investigación practicada en la Oficiya central de meteo- rología, de donde he extraído los documentos referentes a la Zona del Océano Atlántico comprendida entre los paralelos 45% norte y 459 sur, encontré un decidido aliado en su sabio director, el cual en repetidas ocasiones me manifestó su admiración por la exactitud y riqueza de las observaciones y estudios meteorológicos procedentes de nuestra oficina; y en el Servicio hidrográfico de la marina, de don- de he tomado los mapas de la región. Los textos ingleses, franceses y alemanes concuerdan en presentar los meses de abril, mayo y junio, como los más favorables para la realización del raid, sin que ello importe suponer que no pueda lle- varse a cabo en cualquiera otra estación. Tratándose del primer vue- lo sobre el Atlántico Sur he buscado la concurrencia de factores me- teorológicos que me pongan a cubierto, en lo posible, de la lucha siempre desigual con los enemigos atmosféricos. ELEMENTOS El avión (1) es de tipo biplano con motor Ansaldo 4 E, 25 de 500 HP, especialmente construido por la casa Ansaldo y cedido gracio- samente al gobierno argentino, su autonomía de 20 horas, y su veloci- dad media 200 kilómetros por hora. Para el caso de amerrizaje for- (1) Tripulación del avión : Piloto, capitán Ángel María Zuloaga; navegador, capitán de la marina mercante argentina, J. C. Martínez Toledo. Antecedentes aeronáuticos del capitán Zuloaga: Brevet del aviador N*64 (1914), piloto de Farman y Bleriot; Brevet de aeronáutica N% 30; Profesor de vuelo, Escuela Militar del Palomar; record de altura americano, 7200 metros ; record de distancia americano, 1150 kilómetros ; record de duración americano, 28 ho- ras ; travesía de la Cordillera de los Andes, 8100 metros. Estos records en globo libre, detentados en compañía del señor Bradley, aún no han sido batidos. Tiene a su haber 23 ascensiones. Ha volado en todos los centros aeronáuticos ingleses y realizado varias veces, ida y vuelta, el raid París-Londres en aparatos de más de 300 HP. Ha cursado la Escuela de perfeccionamiento y transforma- ción de Avord, habiendo sido diplomado sobre aparatos pesados. Brevet militar 284 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA zoso el aparato poseerá un dispositivo especial que le permitirá flotar por más de tres días. Voy a explicar brevemente porque emplearé un aparato terrestre. La práctica ha sancionado, y sigue afirmándolo con nuevas prue- bas, de que las más largas distancias sobre agua deben salvarse en velocidad y transportando una gran carga útil de combustible. Ello tan sólo se consigue con el avión terrestre. Además, habiendo dotado a dicho avión de dispositivos que lo ponen en la seguridad de mantenerse a flote, se ha abandonado completamente la idea de los recorridos con hidroavión, por no ofrecer éstos ninguna ventaja y sí erandes inconvenientes. Poca velocidad, carga útil reducida, por lo tanto, menor autonomía, más pesado, menos maniobreros, más fatigo- sos, sumamente delicados en su entretenimiento, ete., ete. Para probar mi aserto recordaré el único raid transatiántico con hidroavión intentado por una escuadrilla norteamericana, de la cual sólo un aparato liegó en forma a su destino, once días después de la partida, recorriendo en la etapa mayor 1900 "kilómetros en 15 ho- ras. Por otra parte, los otros dos hidroaviones que participaban en la prueba naufragaron antes de alcanzar a cubrir esa primera etapa, a causa del agotamiento de sus tanques. Kn esta empresa se hizo derroche de barcos jaloneadores y otros gastos considerables. Poco después se sucedieron los dos magníficos vuelos de Hawker y Alleock. El primero, como se sabe, tuvo una « panne » casi al finali- zar su vuelo y fué recogido por un velero. Este raid, ejecutado con un aparato pequeño, fué considerado por los técnicos como prácticamente finalizado. En cuanto al segundo, cubrió 3200 kilómetros en 15 horas 57 minutos de vuelo ininterrumpido sobre el agua, pudiéndose com- probar que aún existía almacenado en sus depósitos combustible para 7 horas más de marcha. francés N0 18196. Ha servido en la aeronáutica del 37% cuerpo de ejército francés. Antecedentes marinos del capitán Martínez Toledo : cursó el 1% y 2% años en la Escuela Naval Militar, 1913-1914; cursó la Escuela nacional de pilotos, dando tres años en uno; en 1915, patente de pilotín. Ha navegado desde 1915 en barcos argentinos por la costa Sur y Brasil. Ha efectuado cinco veces la travesía de Europa-Sud América, en barcos argentinos y franceses, como segundo comandante. En 1918 obtuvo la patente de piloto de la marina mercante. : Actualmente es capitán del San Antonio, de la Compañía Lloyd Americano. Conoce y practica radiotelegrafía. Tiene conocimiento de pilotaje práctico de avión, siguiendo actualmente un Curso, PROYECTO DE TRAVESÍA AÉREA DEL ATLÁNTICO SUR 239 La marina inglesa ha empleado el avión terrestre para caza y re- conocimiento en el mar, facilitando el decollaje y aterrizaje a bordo de los barcos mismos, por medio de grandes plataformas. Haremos ligeramente una reseña de todos los records anuales de vuelo sobre agua, realizados por aparatos terrestres, los únicos que han dado un resultado eficiente y en contraposición de los cuales no se puede poner ni uno solo detentado con hidroavión. Antes de la guerra se recuerda a: Blériot en 1909, travesía del ca- nal de la Mancha; Curtiss en 1919, travesía del lago Erie; Widmer en 1911, travesía del mar Adriático; Fels en 1912, travesía del río de ia Plata; Garros en 1913, travesía del mar. Mediterráneo. Después de la guerra: durante el año 1919, largo sería enumerar uno a uno los pilotos que han cruzado en repetidas oportunidades el mar del Norte y el Mediterráneo en todas direcciones, sin cuidarse de hacerlo por sus partes más angostas. Sólo a guisa de simple infor- mación podría recordar entre otros los más sobresalientes, como ser el viaje de Stoppani, de Roma a Madrid y regreso a lo largo del Medite- rráneo ; las dobles travesías por Willemin, Roget, Collis, ete., el de Smith, en el de Londres a Cristianía, y las ya comentadas travesías transatlánticas de Hawker y Allcock. Punto de partida y escala. A fin de dar a este raid una significa- ción que recuerde la magna hazaña del descubridor de las Américas, y al mismo tiempo constituya un nuevo lazo de unión entre la madre patria con su hija predilecta, el punto de partida será el Puerto de Palos, el cual se substituiría por Lisboa (donde existe un aeródromo militar) en caso de que inconvenientes graves se opusieran. Distancia total del recorrido, 9785 kilómetros, subdividido en eta- pas como sigue : e Distancias A ges Arrumbamiento Etapas Le Días | Horas en kilóm. verdadero o Lisboa o Puerto de Palos. 2905) 6 y 16 2139 0. S. 33 W. Sancti a 2885 IM 219% o S. 39 W. IslafSan Vicente e / A EZ On E 2980: AS ADO a A REernunbuco y V 30 y REL AMDUCO I / q NT aLoa) : y Ne y O OU S 11 MIOS VE POTASA A A (SONAS OA / ñ (SPAN z E ¿ 1960 nov LE 229% 0 S. 29 W. Buenos Ares y (OO) Not | 9785 | 6 | 56 286 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Las distancias contenidas en el cuadro precedente son exactas. Teniendo en cuenta la velocidad media horaria del avión, de 200 kilómetros, el aumento de horas de vuelo en cada etapa responde a precaver la lucha con vientos de frente y de deriva (habrá a bordo de- rivómetro). El viento favorable constante en ciertas regiones (ver diagrama) no lo considero como factor numérico a los efectos de la velocidad y cálculos de horas de vuelo. Montaje de las bases y previsiones de seguridad. Para organizar en forma las bases y contar con seguridad con las comodidades y ele- mentos que poseen actualmente, yo visitaré personalmente la isla de San Vicente, Puerto de Palos y Lisboa. El navegador visitará con instrucciones y producirá un informe detallado de acuerdo con el cuestionario adjunto, las bases de Río de Janeiro y Pernambuco. Habría conveniencia, por parte de la superioridad, de que al ponerse de acuerdo con la casa Ansaldo, a los efectos de contribuir al gasto que demande la empresa, tome a su cargo el montaje de las bases de América del sur (Pernambuco y Río de Janeiro): con ello se facilitará el transporte de material y elementos. La casa Ansaldo tiene perso- nal idóneo en Buenos Aires y Río de Janeiro. Cada base constará del siguiente personal y material, excepción hecha del Puerto de Palos, al cual deberá agregarse la presencia de ingenieros que la casa Ansaldo juzgara oportuno enviar. Personal. Un especialista en aeroplanos ; un jefe mecánico; un ayu- dante mecánico (argentino); un especialista en radiotelegrafía. Los hombres de maniobra se contratarán sobre el lugar en la fecha necesaria. Material. Un hangar individual; piezas de repuesto para motor y aeroplano; nafta y aceite; filtros de agua; elementos de sondaje aéreo, en Pernambuco y Puerto de Palos. Los depósitos de nafta y aceite y elementos de sondaje serán objeto de un informe a hacerse sobre cada base. De esta manera se podrá examinar la conveniencia del aprovisionamiento en plaza, 0 adquisición en el lugar más próximo. Nuestra armada posee material radiogoniómetro. INFORMES SOBRE CADA BASE Se verificará personalmente: 1” Las comodidades que el puerto o el lugar más próximo ofrezcan para abrigar un aeroplano (galpón o hangar), o si hay elementos para improvisar un abrigo; PROYECTO DE TRAVESÍA AÉREA DEL ATLÁNTICO SUR 287 2” El terreno para aterrizaje o playa apropiada y entrada en tierra ; la naturaleza de la playa (arena, pedregullo o tierra vegetal); la orientación a dar al hangar si hubiera que construírlo, de acuerdo con los vientos fuertes reinantes al nivel del mar; 3” La existencia en plaza de nafta o aceite para aeroplano, y sino, cuál es el lugar más cercano para proveerse ; 4 (Qué reparaciones mecánicas y de carpintería se pueden hacer en plaza ; 5” Los datos sobre los vientos locales ; 6% A qué horas de la noche es buena la visibilidad en el mar, den- tro de la región, en los meses de abril, mayo y junio; 1 Cómo se anuncian las neblinas y a qué horas. CADENA DE BARCOS Añnora vamos a aclarar serenamente uno de los puntos que ha arrastrado la opinión hacia un campo erróneo. Me refiero a la colo- cación en la ruta de una densa cadena de barcos especiales. Ello nos coloca en el caso de meditar sobre la imprudencia que todoslos argen- tinos hemos cometido al no tender una red aérea por encima de la eran Cordillera que evitara las consecuencias fatales de un forzoso aterrizaje a nuestros cuatro mejores pilotos, los heróicos capitanes Zanni, Almonacid, Parodi y teniente Candelaria. Jin lo que se refiere al jaloneamiento de la ruta por barcos de auxi- lio, especialmente destinados a ello, es absolutamente innecesario (repito aquí textualmente las palabras del informe elevado al minis- terio de Guerra), pudiendo hacer coincidir el viaje de uno de los trans- portes nacionales a los efectos de servir de punto de unión en la zona del océano, dentro de la cual quedó sin comunicación con tierra (ver cróquis), suponiendo el caso excepcionalmente desfavorable de que, en la región, el día del vuelo, no hubiera ningún barco mercante ni de pasajeros. La estadistica de navegación del corriente año nos da las siguien- tes cifras : desde el primero de enero hasta el 23 de abril salieron de la República Argentina: Toveladas Plat e asa ad: 2.000.000 MA all a ona a ie Tala 1.000.000 O E OE 400.000 ACM A O o: 140.000 Doa rn 540.000 O) 288 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA toneladas, que a una media de 5000 toneladas por vapor, representa más o menos 700 barcos. Además, puede calcularse otros 150 de pasa- jeros, y los que han salido con productos de ganadería, carnes conge- ladas, cueros, lana, etc., haciendo un total de 550 barcos. De modo que diariamente han zarpado de la República Argentina de 5 a 9 barcos, y contando los que parten del Uruguay y de los puertos del Brasil resulta un mínimum de 11 vapores por día. Siendo la velocidad media de estos barcos de 15 kilómetros por hora, emplearían en la travesía de San Vicente a Gibraltar, cuya distancia es de 2885 kilómetros, al rededor de ocho días, lo que signi- fica que en ese trayecto habrían 75 vapores de ida y otros tantos que se eruzarían en la misma ruta, en viaje de Europa a América del Sur. En resumen en el trayecto de la primera etapa encontraría 150 bar- cos, o sea, uno cada 20 kilómetros. Ese mismo cálculo puede aplicarse a la etapa San Vicente-Per- nambuco, por ser el itinerario de todos los barcos que recalan en este punto. Además, debemos tener presente que entre Puerto de Palos y San Vicente hay numerosos barcos que hacen el recorrido entre Europa y las colonias africanas. Conocido, pues, esto, está demás que insistamos en la fantasía de los ocho barcos jaloneadores, lós cuales ocasionarían el inútil gasto de pesos 1.000.000 moneda nacional, y que no llenarían ni remota- mente la misión de seguridad que quiere asignárseles, puesto que, mediando solamente la gran casualidad de que me viera obligado a descender muy próximo a ellos, serían quienes me prestasen auxilio. Para completar el conocimiento de mi seguridad en la ruta, el almi- rantazgo inglés me ha ofrecido una carta del Atlántico Sur con la posición de todos los barcos que naveguen dentro de la zona el día del vuelo. ; Es necesario tener en cuenta que actualmente hasta los veleros poseen la T.S.H. Y para terminar, añadiré, señores, que poniéndose en condiciones artificiales de navegación, al emplear barcos especiales de jalonea- miento, sólo se reduciría el alcance real del éxito. MEDIOS DE ORIENTACIÓN El viaje. en principio, sería realizado con sextante y radiogonome- tría; no obstante emplearemos igualmente el compás y los planisfe- PROYECTO DE TRAVESÍA AÉREA DEL ATLÁNTICO SUR 289 rios celestes. La T. S. H., aparato receptor y trasmisor (*/, kw.) per- mitirá comunicarse a 450 kilómetros en rededor. El sextante Double Sextant for aeroplan navigation, instrumento a burbuja, permite hacer el punto a 357 y no necesita horizonte artificial. Los otros instrumentos serán : compás, con la corrección del lugar y fecha; T. S. H., radiogonometría; esfera celeste; cronómetro. Además de los instrumentos de navegación enumerados, se tendrá, como ya se ha dicho en otro lugar, una“carta con la situación de los buques que se encuentren en la ruta en los días del raid, todos los cuales serán avisados de nuestra salida por intermedio de las esta- ciones de París, Cádiz y Tenerife. En los planos de las islas se verá sus puntos de referencia más notables, los cuales tendrán una gran importancia para la orientación en las horas de la manana. La derrota sobre el mar se efectuará en idéntica forma que en un buque. Ahora veamos la forma que se llevará a fin de alejar cualquier duda a su respecto. Para las señales luminosas, se llevarán los diferentes juegos en uso. En los compases del piloto y del navegador se hará la compensa- ción en vuelo, luego una tabilla de desvíos. Una vez iniciado el raid, antes de salir del radio de nuestra T.S. H. rectificaremos el rumbo con auxilio del radiogoniómetro -existente en el punto de partida, lo cual equivaldría a una marcación. Como la partida sería efectuada tanto de Palos como de San Vicen- te alas 16 6 17 horas, no se podrá aprovechar del sol más que para una sola observación, o sea una «longitud por puesta de sol ». Las situaciones por cálculo con las estrellas se harán de acuerdo a las circunstancias. Las rectificaciones del rumbo se harán continua- mente y la apreciación de la deriva a corregir la obtendremos con el derivómetro. Se estará en comunicación por T. S. H. y señales luminosas con los barcos, lo cual asegurará la rectificación del rumbo y se tendrá mayor seguridad en el caso de requerir auxilio. La forma característica en que se encuentran diseminadas las islas de San Vicente dan una gran seguridad en la recalada, para lo cual favorece el horizonte de 56 millas marítimas que se tiene a mil me- tros de altura de las islas. La recalada en Pernambuco se hará con las indicaciones del radiogoniómetro que se instalará en este punto (una vez que la estación avión alcance Olinda). Dada la velocidad del avión, rápidamente se saldrá de cualquier AN. SOC. CIENT ARG. — T. XC 20 290 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA región donde pudiera ocurrirle al compás una perturbación, lo cual por otra parte es muy raro; de ocurrir esto, mientras dure el fenóme- no se tomarán las estrellas como puntos de referencia, para seguir un rumbo aproximado, pues como ya lo digo éste sería de muy poca du- ración y un cálculo nos daría nuestra situación en seguida. Cualquiera cosa particular que ocurra a favor o en contra quedará a la experien- cia del navegador para que la aproveche o resuelva favorablemente. Las etapas a cubrir en las costas del Brasil, si bien es cierto que no ofrecen dificultades de orientación, sus condiciones meteorológicas son menos favorables, teniendo marcado en una carta-piloto, los lu- gares propicios para aterrizaje. Tripulación. Dada la magnitud del vuelo (etapas de más de 15 horas) y por tratarse de una travesia sobre el mar, donde la pérdida de la ruta sería de consecuen cias, he creído prudente repartir el tra- bajo de a bordo (pilotaje y orientación) entre dos personas. El trabajo será así dividido en especialidades, en las cuales mientras uno tiene a su cargo la conducción del avión y régimen de los motores, el otro observará las señales luminosas (faros y barcos), exactitud de la aguja imantada, tomará el punto, se ayudará por orientación celeste y hará la recepción y trasmisión de la T. S. H. Tanto el piloto como el navegador han sido sometidos a un severo examen médico y declarados aptos para exigir de sus organismos un esfuerzo máximo. Ambos tripulantes siguen un régimen especial de entrenamiento. ITINERARIO La via Puerto de Palos-Buenos Aires que propongo es el mismo recorrido que hacen las líneas de navegación italianas, francesas, por- tuguesas, holandesas, españolas, inglesas, alemanas, brasileñas, ar- gentinas, etc. Para cualquier eventualidad se debe tener presente que los buques de pasajeros hacen de 20 a 25 kilómetros de veloci- dad horaria y los mercantes de 15 a 20. m En la primera etapa, las islas Canarias constituyen un punto de referencia notable y muy visible de noche. Por otra parte, el vuelo hasta la altura del Cabo Blanco será hecho a 156 20 minutos de la costa africana. En la carta-piloto han sido marcados los puntos de “costa baja y playa que permiten. un descenso normal. Al apartarme de la costa, en esta parte del raid, evito las pésimas condiciones meteorológicas del continente africano, aprovecho el PROYECTO DE TRAVESÍA AÉREA DEL ATLÁNTICO SUR 291 Y viento noroeste que me favorece desde las islas Canarias hasta la isla de San Vicente. Nose puede trepidar entre la eleceión de una ruta de condiciones estables, como lo son las marítimas, y otra Ines- table como lo es la costa africana, la cual es además muy pobre en estaciones de meteorología. El objetivo, señores, es llegar rápido y bien; por lo tanto el camino a seguir debe ser aquel que ofrezca mejores garantías para el vuelo, y no para precaverse de supuestos accidentes. Siendo la etapa San Vicente-Pernambuco la travesía real del Océa- no, interesa conocer más profundamente sus condiciones meteoroló- gicas, así como lo relativo al archipiélago de Cabo Verde, e islas de San Pablo, Fernando Noronha y las Rocas. En el archipiélago de Cabo Verde, de origen volcánico y de topo- grafía montañosa, la isla de San Vicente es la única que ofrece un terreno y playa propicios para aterrizaje, cerca de un puerto (Puerto Grande). La isla de San Vicente tiene comunicación directa con Améric: (dos cables submarinos a Pernambuco) y ofrece las siguientes venta- jas. En el puerto hay remolcadores de gran potencia, y se pueden hacer reparaciones en las máquinas; existen grúas capaces de levan- tar grandes pesos, etc. La época de abril, mayo y junio es favorable en el archipiélago, respecto a las condiciones meteorológic: s, no así en los meses de di- ciembre, enero y febrero, en los cuales la visibilidad es defectuosa a causa de las nieblas y nubes de arena muy fina, seguramente pro- venientes del desierto de Sahara. El siguiente cuadro dará una idea de la frecuencia y dirección de los vientos en estas regiones, durante el año: Días NENA Orales olas 244 A de aos 60 O ia EI OSie lo are 24 NOD hate taa a Plata al) Veda 19 Calma tarora bla 18 Dobla 365 La declinación magnética de la isla de San Vicente corresponde a 15230 minutos NE. La variación anual es de más de 2 minutos. Horas y altura del vuelo. Las etapas serán cubiertas en vuelos noc- turnos y comprendiendo horas de la tarde y de la mañana. 292 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Las ventajas que se obtienen con el vuelo de noche son las siguien- tes : temperatura sujeta a menos variación, lo cual influye en la mar- cha de los motores y régimen de los vientos, mayor visibilidad de las luces de los vapores que se encuentren en la misma ruta, mejor re- cepción y trasmisión de la T. S. H. El radio de acción de las estacio- nes casi se duplica de noche. En la travesía de San Vicente-Pernambuco se evitará con el vuelo nocturno las lluvias diarias tropicales que se producen desde las 12 hasta las 15 horas. La altura del vuelo se hará de acuerdo con el resultado de los son- dajes, los cuales determinarán dirección e intensidad de los vientos. De todos modos será prudente no sobrepasar 1500 metros, a fin de no entrar en la zona de los contraalisios. Esto es, pues, todo lo que como piloto de la aeronave ofrezco a la consideración de la Sociedad Científica Argentina, para que ella juz- gue si el raid puede realizarse de acuerdo con las indicaciones, pre- visiones y estudios consignados en él; y a la consideración de mis com- patriotas someto el objetivo del vuelo, para que ellos juzguen si no está sobradamente fundado, y si él no constituye de por sí la más bella ofrenda que un ciudadano pueda aportar a su país en tiempo de paz. : PROYECTO DE TRAVESÍA AÉREA DEL ATLÁNTICO SUR 293 Pide Janeiroo I. Presión barométrica en abril. mayo y junio 294 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA BlA re 3 o TI. Temperatura del aire, para abril mayo y junio. (La línea de puntos más fina representa el Ecuador térmico: la más eruesa es la línea media de calmas) PROYECTO DE TRAVESÍA AÉREA DEL ATLANTICO SUR DIABRAMA de VIENTOS E — 1000 m— Mayo-Junio- Julio 1906 e o 7) Va is m — ESCALA oc VELOcIOAn— DEL VIENTO - Em PAS y «— | Henros O0ETer- MINADOS POX SomumJES RENE —o Viewros PROGA LLES TIT. Diagrama de vientos a 1000 metros 296 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA DIRECCION E INTENSIDAD be Los VIENTOS QUESEENCONTRARAN EN LARUTA Abril. Mayo, Junio Area? ta. ¡Dad | Cabo Verdo a IV. Dirección e intensidad de los vientos en el Atlántico PROYECTO DE TRAVESÍA AÉREA DEL ATLÁNTICO SUR 297 Bi4iresO V. Porcentaje de los días de lluvia, para abril. mayo y junio 298 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Oj¡Pernambuco RdeJvanerroo VI. Porcentaje de tormentas para abril, mayo y junio 6 299 IES PARA y EA NES PPP ES ¡EUEES IDO Eos Si NS! E GN o AVI La ON al | ANA PAE 300 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Í e a PROYECTO DE TRAVESÍA AÉREA DEL ATLÁNTICO SUR 301 1.S” Vicente ! U € Y o ES 7 Ie s Paolo eg! F noronha 1d A, * OPerna rm co A ¿ e Fade Janeiro IX. Consecuencia de un error de orientación o de deriva. (La costa brasileña desde Pernambuco a Co Otange es la más densamente poblada; el viento constante sudeste que sobrepasa el Ecuador no permite un error de dirección hacia el sud.) MOVIMIENTO SOCIAL Conferencias El 12 de abril próximo pasado, la Sociedad inició el cielo de con- ferencias por dar durante el 45% período de su actuación. La primera de esas conferencias fué desarrollada por el señor vice- presidente, doctor Juan B. González, quien abordó con el mayor éxi- to un tema de palpitante actualidad como es El problema universita- rio argentino, que publicamos en el tomo anterior. El señor presidente, ingeniero Santiago E. Barabino, al declarar inauguradas las sesiones de conferencias del año 1920, pronunció el siguiente discurso : Señoras, Señores : Inauguramos esta noche la serie de conferencias científicas correspondien- tes al 48% período funcional de nuestra institución, las que han constituído siempre una de las actividades más interesantes de la Sociedad Científica. El tema elegido para esta conferencia inicial versa sobre El problema uni- versitario argentino, cuya trascendencia es conocida de todos los intelec- tuales, especialmente de los que por los cargos educacionales que ejercen, o por su especialización en las ciencias pedagógicas, se hallan, como muchos entre vosotros, en condiciones favorables para contribuir a la solución del arduo problema indicado. La enseñanza universitaria, que constituye la cultura superior de un país, está lógicamente limitada, dentro de la actual constitución social, a una parte, tal vez reducida, pero muy importante de la población del mismo, la que necesariamente, por su ilustración, debe influir substancialmente en el destino de una nación. En la Argentina existe ya un núcleo de intelectuales, profesores y pro- MOVIMIENTO SOCIAL 303 fesionales, que se destacan muy favorablemente en el escenario de la cultu - ra sudamericana. De éstos, no pocos forman parte de nuestra institución , cuya misión es precisamente la de fomentar el progreso científico, artístico e industrial del país. Hemos creído lógico dar cita a aquellos que, sin ser socios de la misma, poseen conocimientos igualmente dignos de considera - ción, con el propósito de reunir un cuerpo de intelectuales preparados para el estudio de las cuestiones relativas a la enseñanza superior por impartir a nuestros conciudadanos, en virtud de la propia experiencia y de su conoci- miento de la de los demás países, tanto o más adelantados que el nuestro. Ahora bien, el lamentable estado actual de desmoralización, de desorga- nización social, producido por la criminosa conflagración mundial a que dieran lugar un imperialismo anacrónico, ambiciones bastardas y tanta vi- tuperable superchería, disfrazadas de alta política internacional, han hecho que muchas instituciones, que constituían la base fundamental de los pue- blos, fueran desquiciadas violentamente, sin darse cuenta que toda reforma por introducir en un estado de cosas secularmente “imperante debe ser len- ta, progresiva, meditada. Se ha procedido pasionalmente, a impulso de in- conscientes rachas desorientadas, las que en vez de hacer avanzar a los pue- blos hacia la suspirada meta, los han hecho desviar y aún retroceder; resul- tado, por cierto, lamentable. No entiendo hacer crítica de las tendencias de las diversas agrupaciones que constituyen las sociedades modernas, pues todas ellas ofrecen, entre inevitables errores, grandes principios, esencialmente buenos, morales di- ré; pero la verdad es que aquellos carcomidos pueblos nos han contami- nado. Nuestro ambiénte está sombrío. Perdida, por la prédica anarquizante, la fe en las bases sociales que aún nos rigen, para modificarlas los descon- tentos no recurren a una prudente, progresiva evolución, sino que apelan irreflexiblemente a la violencia. El fenómeno es mundial. Por esto, sugestionados por aquella prédica enfermiza, se plantean entre nosotros problemas que no tienen razón de ser, por lo menos con la ampli- tud con que se desarrollan en las naciones que la reciente guerra ha desar- ticulado. Es un morbo que ha atacado al organismo social, amenazando infeccionar a todos los pueblos actuales, y que, para combatirlo y eliminarlo, o, por lo menos, dominarlo, se requiere el ojo clínico de los sociólogos patriotas, bien intencionados para su ponderado examen, su diagnóstico y aun su pronósti- co, si fuere el caso. El seismo social que convulsiona actualmente a todas las naciones del mundo civilizado, ha alcanzado, no sólo a los gremios que pugnan por una mejora económica, más o menos bien encaminada en consonancia con los tiempos calamitosos que vamos corriendo, sino que también a esa adoles- 304 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cencia y juventud que navega intranquila en el mar ilimitado de los conoci- mientos humanos, la que, por su inexperiencia, por el lógico aturdimiento de sus bríos juveniles, suele confundirse y cometer actos que pueden dege- nerar de lo irreflexible a lo delictuoso, como hechos recientes lo comprue- ban entre nosotros. No juzgo, anoto. El remedio a este mal, que apenas iniciado va agravándose, preocupando seriamente a cuantos aspiran a ver la patria grande por su laboriosidad e ilustración, está en la acción combinada de los maestros, de los filósofos, que han hecho de la enseñanza un culto y de la moral un templo. El hombre no debe ser tan sólo un ente ilustrade, deben exornarle a la vez otras condiciones de carácter moral que le habiliten para hacer más res- petable su misión social. Es menester que los que consumen sus energías en la enseñanza del pue- blo aunen sus esfuerzos, su experiencia, para conducir a éste por el sende- ro más directo y menos escabroso posible. Y esto sólo podrá conseguirse con el estudio fundamental en común de los programas y métodos de enseñanza por impartir a la juventud estudio- sa de las relaciones morales que deben existir entre los iniciados y los men- tores, de los derechos y deberes de profesores y estudiantes ; para que sepan apreciarse y respetarse, coadyuvando, en beneficio propio y de la colectivi- dad, y por ende, de la patria, a elevar en lo posible el grado de cultura ge- neral — no sólo intelectual — sí que también moral. Esto plantea el problema que aquí nos aduna. Desde fines del año anterior se cambiaron ideas en el seno de ia Junta directiva de nuestra asociación sobre esta ardua cuestión. El señor vice- presidente segundo, doctor Juan B. González, manifestó entonces la conve- niencia de abrir un certamen sobre nuestro problema universitario, ya fue- re en forma de conferencias previas, ya directamente, celebrando un con- greso nacional. Aceptada con interés por la Junta directiva la proposición del doctor Gon- zález, requirió de este distinguido consocio que diera una conferencia en nuestro salón social, planteando el trascendental problema. -— Laexperiencia del conferenciante como profesor, su proverbial estudiosi- dad, su conocimiento del problema educacional, como lo ha demostrado en varios trabajos que corren impresos, son garantía suficiente de que su di- sertación será digna de vuestra consideración. Con este objeto, lo repito, hemos creído lógico invitar a una parte de los educadores más descollantes entre nosotros, para que, oídos los fundamentos de las opiniones del doctor González, analicen sus conclusiones y manifiesten sus propias vistas al res- pecto, coadyuvando, así, a su mejor realización. Agradezco en nombre de la Junta directiva a los distinguidos señores que han accedido a nuestro llamado. Por lo demás, obvio es decir que la Socie- MOVIMIENTO SOCIAL 305 dad Científica Argentina pone su local y sus elementos a disposición de lo que esta u otra asamblea resuelva. Tiene la palabra el señor conferenciante. Federación argentina de obreros intelectuales En la sesión de la Comisión directiva del 22 de marzo próximo pa- sado, el señor tesorero, ingeniero Arturo Hoyo, presentó a la conside- ración de los miembros de la misma, un proyecto de federación de intelectuales, cuyos fundamentos damos a continuación : 1. Créase la Federación de obreros intelectuales en la República Ar- gentina. 2. Formarán parte de ella todos aquellos que viven de los esfuerzos de su trabajo intelectual, ya sea en profesiones liberales o en cargos públicos, cu- ya tarea técnica esté basada en el trabajo mental. Sus principales fines son : a) Obtención del arancel oficial para los profesionales de los distintos ra- mos, en base a los ya sancionados por las instituciones respectivas ; b) Estabilidad del empleado técnico en los cargos públicos y privados so- bre la base del contrato de trabajo ; e) Vinculación de la Federación argentina de obreros intelectuales con las federaciones similares extranjeras. FUNDAMENTOS. — No escapará al elevado criterio de los senores miem- bros de la Junta directiva de la Sociedad Científica Argentina, la situación de desventaja en que se encuentran los obreros de la mente con respecto al obrero manual, en estos tiempos en que todo el mundo y en particular las autoridades se esfuerzan por mejorar la situación de los últimos. Casi po- dríamos llamar a aquéllos una clase desheredada, tal es el abandono en que ham quedado y la estrechez de su situación económica. Está en el espíritu de todos que hay una clase media, precisamente formada en su mayor parte de los obreros intelectuales, que es la que más sufre con la enorme carestía de la vida y que no ha tenido la consiguiente compensación, ya con un au- mento equitativo en sus honorarios profesionales, ya con la seguridad de su estabilidad en los diferentes cargos que desempeña. A la Sociedad Científica Argentina, tronco común de las distintas instituciones en las ramas de la ciencia, debe caberle el honor de ser la iniciadora en nuestro país de estos pasos agigantados en el progreso de la humanidad. Espero, ptes, que mis distinguidos y sabios colegas de Comisión sabrán sentir, igualmente que el subserito, la necesidad de esta Federación, y com- prenderán el eminente servicio que ella prestará a la causa de los intelec- tuales. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XC 2] 306 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Aceptada la idea, por la Comisión directiva, se resolvió invitar a las diversas sociedades de la índole apuntada y a determinadas personas versadas en cuestiones gremiales, a concurrir a una sesión preparato-' ria. Quedó encargado el iniciador de la idea, ingeniero Hoyo, de ex- poner en esa asamblea el tin que desempeñará la Federación de inte- lectuales. El 16 de abril, con la presencia de los delegados de las sociedades expresamente invitadas, tuvo lugar la sesión preparatoria, pronun- ciando el ingeniero Arturo Hoyo las siguientes palabras : Al obrero mental, aquel que es el espíritu del organismo universal que trabaja, del brazo que ejecuta, uno y otro complementos indispensables pa- ra el desarrollo común y armónico, se le está descuidando injustamente, y ese ya casi menosprecio lo llevará a su decadencia y aniquilamiento. CUae- rá dentro de una función semejante al obrero manual en la era ya afortuna- damente pretérita de su explotación. Como el intelectual puso su esfuerzo y su talento al servicio de esa causa noble, también todos debieran colabo- rar en la suya. La bondad es la base de la sabiduría humana y de su ver- dadera cultura moral; la maldad y la ruindad son hierbas mezquinas que deben desecharse. Pero antes de pedir a los demás el apoyo que se merece, es necesario que nosotros, miembros de esa eran familia, provistos de los conocimientos adquiridos y desarrollados, busquemos la forma de obtener la consideración recíproca y justa que le corresponde. Los intelectuales, a la manera de Marx, deben buscar en ellos mismos los encargados de su redención ; redención que en tiempo no lejano será nece- saria a raíz de su aplastamiento y abandono en los diversos frdenes de sus actividades. El obrero de la mente, que es fuente que produce y que consu- me, se halla avocado a una violenta e injusta situación, especialmente eco- nómica, que poco a poco debe llevarlo a la caída. Los elementos que con- sume, indispensables: para su sostenimiento, aumentan de valor en propor- ción enorme, y en cambio el valor de su producción permanece estacionaria, más aún, rebajada : la cantidad de su trabajo es igual o mayor y los hono- rarios o sueldos disminuidos, y su valor relativo reducido considerablemente. El interés de su capital individual, así despreciado, ha desaparecido y está a las puertas de la bancarrota; constituye dentro de la clase media, sino la totalidad, una enorme proporción ; de esta clase llamada media, de la que mucho se habla pero nada se hace por ella, de ubicación social aparentemen- te indefinida pero que, en realidad, debiera clasificársela de proletaria. Desde el profesional que ve rebajado arbitrariamente por los magistrados el pago de su trabajo, y casi podríamos decir puesto en evidencia con ello que pretende abusar de la confianza pública, hasta el modesto empleado técnico en cualquier orden de tareas, pública o privada, que se ve expuesto a la voluntad absoluta de su empleador, estado o patrón, abandonado mil MOVIMIENTO SOCIAL 307 veces en su camino honesto, sin un apoyo firme y resistente, todos necesi- tan de la acción colectiva para la reivindicación de sus derechos como hon:- «bres y como trabajadores. Es una tarea embrionaria en muchos casos, que aún no se ha conseguido establecer la verdadera función en los principios elementales de su misión : falta la reglamentación profesional de aquellos que llevan un título acadé- mico, y de las tareas en aquellos que trabajan al amparo de conocimientos adquiridos por la observación o la práctica. Es asunto social, en la defensa de los derechos y atribuciones que las universidades o institutos les han conferido y cuya suficiencia es a menudo puesta en tela de juicio y, final- mente es cuestión económica en lo que respecta a la garantía de las funcio- nes que ejercen y en la determinación de lo que ellas representan como valor de trabajo : faltan los aranceles profesionales, la estabilidad y determinación contractual del costo del trabajo, entre empleados técnicos y empleadores. Los medios para llegar al fin necesario, los enseña, nadie mejor que la experiencia en el otro factor, el obrero manual, que han servido para llegar a obtener la justa y merecida retribución al valor de su tarea en el progre- so del mundo y de la sociedad, de aquellos que, desviados de la verdadera senda del bien y de la equidad, pretendían establecer desniveles violentos en la situación de los seres civilizados. Es necesario defender también nues- tra situación y levantar alto el prestigio de la labor intelectual, y, con la sa- na experiencia, emplear los métodos preventivos, preferibles siempre a los violentos, necesarios sólo cuando el mal se ha apoderado del organismo. In- diquemos y proveamos los medios de defensa contra el virus que está en el ambiente y amenaza apoderarse de todos y cada uno de nuestros elementos. La formación de los gremios en las diferentes clases de obreros intelec- tuales y la unión de estos gremios en una federación común que los orga- nice, represente y haga suyas las necesidades de cada uno de los componen- tes, he ahí el procedimiento, en mi concepto único, práctico y experimentado, que llevará a la mejor y más pronta solución de este problema. Llegaremos a la comunión de los ideales en un supremo esfuerzo de voluntad ; y. con una inagotable fuente de energías nacidas de sentimientos iguales, obtendremos la consagración más grandiosa y justiciera de los principios que susten- tamos. BIBLIOGRAFÍA Recherches sur les Sociétés d'enfants, por J. VARUNDONCK, profesor de la Facultad internacional de pedagogía de Bruselas (1). Un estudio sobre la formación del instinto social en los niños ha de despertar el interés de todos los educadores, de los sociólogos, y aun de todos los que an- helan conocer las tendencias espontáneas de la niñéz para ponerlas al servicio de los métodos educativos. El autor ha basado su estudio en los resultados de una notable encuesta muy extendida, en vista de conocer los fenómenos sociales que se producen en medio de grupos de escolares, al unirse para juegos y hasta para merodeo. De estas observaciones, todas llenas de vida y presentadas en forma sugestiva, el autor deduce que el juego en grupos y la presentación común de la escuela dan lugar a un cierto número de fenómenos que evolucionan y se complican a medida que las relaciones entre los niños se prolongan. Todos ofrecen el carácter de una gran espontaneidad, sin introducción de imitación, salvo en la elección de las ocupaciones colectivas. El profesor Varendonck concluye su informe con descripciones típicas de al- gunos bandos, presentadas con toda sinceridad y que merecerían servir de mode- los para estudios análogos en este país. H. M. L. Nouveau manuel théorique et pratique du constructeur en ciment arme, por N. DE TEDESCO y FORESTIER, segunda edición, 1920, tomo I, 376 páginas, Ch. Béranger, París y Lieja. (Precio 24 frs.) Hemos recibido el primer tomo de la nueva edición de este excelente trabajo sobre los métodos de cálculo y de construcción en hormigón armado. Esta edi- ción es no sólo mucho más amplia que la primera sino que ha sido completamen- te reformada, hasta en las notaciones, para ponerla de acuerdo con las fórmulas derivadas de la circular francesa. Y esta cuestión de las notaciones uniformes es algo sobre lo que nunca se insistirá bastante. (1) Un volumen in-4" de la Notas y Memorias del Instituto de sociología Solvay. Misch y Thron, editores, 6 fr., 1914. BIBLIOGRAFÍA 309 El volumen aparecido trata de la teoría y métodos de cálculos ; está dividido en seis partes, a saber : | 12 Determinación gráfica y analítica de los momentos y esfuerzos de corte en vigas rectas simples o continuas ; 22 Cálculo de estructuras de hormigón armado: llega a formulas bastante sen- cillas que con la ayuda de varios cuadros de coeficientes permiten una fácil y rápida aplicación ; numerosos ejemplos aclaran la exposición. Esta parte contie- ne varios capítulos nuevos, respecto a la anterior edición ; 34 Método y fórmulas de cálculo según la circular británica con varios cua- dros y diferentes aplicaciones ; una tabla permite la eonversión de las notaciones y medidas a las francesas ; 42 El hormigón sunchado; 52 Documentos oficiales de Francia : además de la Córcular ministerial y de las Instrucciones para su interpretación trae el último reglamento (1915) para el cál- culo y pruebas de puentes metálicos ; el pliego de condiciones para la provisión de cales y cementos y otros documentos de interés ; 62 La última parte es una recopilación de las fórmulas matemáticas mas usua- les en los cálculos del ingeniero. Vergleichende Reetselforschungen (Investigaciones enigmatológicas comparativas), por VON ANTTI AARNE. F. F. Communications, n* 26-28. Hel- singfors, 1918-1920. Los estudios folklóricos han encontrado sus adeptos hoy en día principalmente en los países del norte de Europa, y entre ellos, debe citarse ante todo a Finlan- dia, país poco poblado a causa de sus condiciones geográficas, pero caracterizado por el alto nivel de la cultura e instrucción general de sus habitantes. Helsinki, capital de Finlandia, es sede de una asociación científica internacional quese dedica n exclusivamente al estudio de cosas folklóricas y que se llama : F. F. iniciales de su nombre también internacional (e independiente de un idioma determinado), pues F. F. es abreviación tanto de : Folkloristischer Forscherbund (en lengua ale- mana) como de : Folklore Fellows (en lengua inglesa), etc. Las publicaciones editadas por esta sociedad internacional F. F., que se lla- man : F. F. Communications, han alcanzado, desde su fundación en 1911, a 51 entregas. Casi la mitad de ellas pertenece a la labor del doctor Antti Aarne que en la referida serie, ha publicado un /ndice de los tipos de los mitos (n% UL, 75 pág.), Variantes fínicos de varias leyendas (n% V, 200 pág.), Indice de mitos oriundos de Finlandia y de sus variantes (n% VIII, 23 pág.), Las interpretaciones finlandesas de las voces de los animales y de otros sonidos de lanaturaleza (n* IX, 17 pág.), Sinóp- sis de los mitos concordantes, existentes en las colecciones de Grimm, Grundtvig, Afa- nasjerw, (rozenbach y Hahn (n% X, 15 pág.), Los animales caminantes (n* XI, 177 pág.), Guias para las investigaciones mitológicas comparativas (n% XIII, 91 pág.), Sinópsis de la bibliografía mitológica (u% XIV, 80 pág.), El hombre conocedor de idio- mas de los animales y s5u mujer curiosa (n% XV, 90 pág.), Chistes respecto «a personas medio sordas (n% XX, 91 pág.), £l hombre del paraíso (n% XXI!, 111 pág.), El hombre vico y su yerno (n% XXIIL, 195 pág.), Variantes éstnicos de mitos y leyendas (ne XXV, 160 pág.), Investigaciones enigmatológicas comparativas (un XXVI, 178 310 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA pág. ; 1 XXVII, 215 pág.; n* XXVIII, 60 pág.). Todo esto demuestra la gran variedad de los temas folklóricos tratados por uno de los socios del F. F.: claro está que también el capítulo «Adivinanzas», ocupa un lugar importante en esta clase de investigaciones. El último estudio del doctor Antti Aarne gira al rededor del orígen y de la di- fusión de ocho adivinanzas que presentan gran número de variaciones. Respecto a «América», hasta la fecha sólo las adivinanzas rioplatenses, recogidas por no- sotros y publicadas como uno de los tomos de la Biblioteca Centenaria por la Uni- versidad de La Plata, pudieron ser utilizadas por el citado folklorista finlandés. También entre nosotros corre la de la «escritura» (Campo blanco, semilla negra, etc.), a la cual el autor dedica cuarenta páginas de su obra, siguiéndola hasta el siglo xv sin dar con el orígen. Más de cien páginas ocupa la investigación sobre la adivinanza del «año» (Un árbol con doce ramas, cada rama con cuatro gajos, etc.), también conocida y variada en el río de la Plata y oriunda de Eurasia sin que sea posible fijar sitio o época de su orígen. La adivinanza del «hombre» (Por la mañana en cuatro pies, por la tarde en dos, etc.) ya puede comprobarse en la antigua Grecia, pero puede que sea más antigua todavía. La adivinanza del «un pié», « dos piés», «tres piés», etc., existía antiguamente en la India donde talvez debe buscarse su origen ; por el momento no hay suficiente material para aclarar este punto. La descripción de un animal (vaca, gato, perro, caballo, cer- do, etc.) según el número de sus distintas partes (dos cuernos, dos ojes, una cola, cuatro pies, etc.), es motivo de otro gran grupo enigmatológico, como también el tema del ginete con su caballo, tomado como un monstruo con seis piernas, cuatro ojos, ete. La última adivinanza estudiada por Aarne, falta en el Río ae la Plata : es el tema del ave sin plumas, combinada con otros objetos que se carac- terizan por algo que no tienen, es decir por algo negativo. La breve sinópsis de los estudios del folklorista finlandés demuestra la importan- cia de esta clase de trabajos para los países donde el estudio de los orígenes na- cionales es una de las tareas preferidas de sus intelectuales. R. LeEHMANN-NITSCHE. ÍNDICE GENERAL DE LAS MATERIAS CONTENIDAS EN EL TOMO NONAGÉSIMO Memoria anual del presidente de la Sociedad Científica Argentina, correspon- diente al XLVIIo período administrativo (10 de abril de 1919 al 31 de mayo de 1920), leída en la asamblea del 14 de abril de 1920....00.0.oo.oococcccoco o... CARLOS SPEGAZZINI, Algunas observaciones relativas a las hojas de coca (HMry- ENPOTIVO CORO AN as ola leido a omo a prcola o Sao Doa ol AO R. P. LoNGINOS Navás, s. J., Insectos sudamerieanos (la, 22 y 3a serie)... 33. 44, H. M. LevYLIER, La enseñanza técnica y profesional en la Argentina.......... Lucien HaumMan, Les orchidées argentines (deuxiéme Série). ....ooo.o.o.oo oo... CARLOS SPEGAZZINI, Sobre algunas enfermedades y hongos que afectan las plan- TAS WO AROS Ga El JPAIRISUAN 00 e e boa eo aula o oO OOO OO Solo b.O OO poa ao o JOSÉ ARCE, Ma reforma UNIV CES ana ae Francisco P. LavarLe Y PabLO Lavenikr, Utilización de la turba como com- bustible. Resultado de las investigaciones .....ooooooooooo o Luis F. DeELÉTANG, Contribución al estudio de la zoogeosrafía argentina. (Apun- tes para delimitar algunas regiones entomológicas)....ooococoococoooooc ÁNGEL M. ZuLoaca, Proyecto de travesía aórea del Atlántico sur NTOMEMBENDONS O CTA A E O O A a lacio ea pedo BIBLIOGRAFÍA HRecherches sur les Sociétés enfants, por Y. Varendonek Nouveau manuel théorique el pratique du construeleur en ciment cwemé, por N. de Mecdesco ar INOTOSJUEn. dee ae o aaa noob ao O OOO a BleO 1 Ilo lo Culo Vergleichende Reelselforsehungen (Investigaciones enigmaltológicas comparativas), por Von Antti Aarne..... 302 308 308 309 Buenos Aires, julio de 1920 No 1 BOLETÍN OFICIAL DEL PRIMER CONGRESO UNIVERSITARIO PATROCINADO POR LA SOCIEDAD CÍENTÍFICA ARGENTINA SE CELEBRARÁ EN LA FECHA ARRIBA INDICADA EN HOMENAJE AL CENTENARIO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE BUENO3 AIRES Secretaría : CEVALLOS, 269 Mesa directiva del Congreso Presidente Doctor don EUFEMIO UBALLES, rector de la Universidad nacional de Buenos Aires. Vicepresidentes Doctor don ELISEO SOAJE, rector de la Universidad nacional de Córdoba. Presidente de la Universidad nacional de La Plata. Ingeniero SANTIAGO E. BARABINO, presidente de la Sociedad Cienti- fica Argentina. Vocales rector de la Universidad nacional del Litoral. Doctor don JUAN B. TERÁN, rector de la Universidad provincial de Tucumán. Doctor don ÁNGEL GALLARDO, presidente del Consejo nacional de educación y profesor de las Facultades de medicina e ingeniería. Doctor don JOAQUÍN V. GONZÁLEZ, senador nacional, ex presidente de la Universidad nacional de La Plata. Doctor don LEOPOLDO MELO, senador nacional y decano de la Fa- cultad de derecho de Buenos Aires. Doctor don ENRIQUE DEL VALLE IBERLUCEA, senador nacional. Doctor don MANUEL DERQUI, presidente de la Asociación nacional del profesorado. Doctor don JOAQUÍN S. DE ANCHORENA, presidente de la Sociedad rural y decano de la Facultad de agronomía y veterinaria. General don EDUARDO BROQUEN, presidente de) Círculo militar. Capitán de navío don SEGUNDO R. STORNI, presidente del Centro naval. S Don HORACIO CASTRO VIDELA, presidente del Círculo de la prensa. Don GUILLERMO PADILLA, presidente de la Unión industrial argen- tina y presidente de la Bolsa de comercio de Buenos Aires. Junta ejecutiva y de propaganda Presidente Ingeniero don SANTIAGO E. BARABINO, presidente de la Sociedad Científica Argentina. Vicepresidente Ingeniero don NicoLÁS BEsIO MORENO, decano de la Facultad de ingeniería de la Universidad de La Plata. Ex presidente de la Sociedad Científica Argentina. Secretario general Doctor don JUAN B. GONZÁLEZ, vicepresidente 2” de la Sociedad Jientífica Argentina. Ex consejero y profesor suplente de la Fa- cultad de medicina de Buenos Aires. Tesorero Ingeniero don ENRIQUE SABARÍA. Vocales General don ARTURO M. LUGONES, ex presidente de la Sociedad Cien- tífica Argentina. Ingeniero don JULIÁN ROMERO, consejero y profesor de la Facultad de ingeniería de Buenos Aires. Ingeniero don FERRUCCIO A. SOLDANO, consejero y profesor de la Facultad de ingeniería de La Plata. Doctor don JORGE MAGNIN, director del Instituto nacional de química y profesor de la Facultad de ingeniería de Buenos Aires. Secretarios Doctor don Luís MARÍA IGLESIAS. Ingeniero don P. A. ROSSELL SOLER. Ingeniero don JUAN JOSÉ CARABELLLI. Propositos del Congreso Dos motivos esenciales han determinado la iniciativa de celebrar un Congreso universitario. : El primero resulta del compromiso moral que, para todo argentino que se dedica a tareas intelectuales, significa la urgencia de afianzar el gobierno universitario y de organizar su régimen interno sobre ba- ses estables, al mismo tiempo que compatibles con el carácter demo- erático de nuestros progresos actuales. Y el segundo, de la necesidad de imprimir a los estudios superiores una orientación más en armonía con la innegable eficacia de los fac- tores materiales de nuestros progresos y con las exigencias del bienes- tar general del pueblo de la república. Ureemos sinceramente que el orden y la disciplina en los estudios, son indispensables para que éstos ofrezcan las garantías de eficiencia, y sus estudiantes, los testimonios de honestidad científica que exigen la salud y los intereses de las personas que los requieran; pero, cree- mos también, con igual firmeza, que ese orden y esa disciplina, han de ser racionales y consentibles, en cuanto no deben reconocer otro fundamento que el imperativo inmediato de garantir la eficacia prác- tica de los profesionales que prepara, en primer lugar; la necesidad de procurar el incesante mejoramiento de sus estudios, después, y el deber de asegurar la más equitativa distribución de las tareas y de los intereses que se relacionan con la actividad universitaria, por último. Es nuestra convicción igualmente, que las actividades que han dado más relieve a nuestros progresos; que han atraído más especial- mente la consideración de los otros pueblos sobre nosotros, y que han asegurado con más eficacia los adelantos morales e intelectuales de la Nación, son los que dependen de su prosperidad material, como el éxito de nuestras industrias, la previsión de nuestro régimen econó- mico y la expansión de nuestro comercio. Estas circunstancias, pues, que todos reconocen, obligan a que las universidades subordinen una parte principal de sus ideales y de su actividad, al fomento y prospe- ridad de aquellos factores De acuerdo con estas ideas se ha procurado integrar la Mesa di- rectiva de este Congreso, con los respectivos presidentes de las insti- tuciones más representativas de aquellos factores, a fin de que lleven directamente al seno de aquél las sugestiones de los intereses que re- presentan y pesen proporcionalmente en las deliberaciones y resolu- ciones que han de influir más tarde en la futura organización y dis- tribución de nuestras universidades, y para que a su vez, las reciban de los hombres de ciencia, capaces, que dirigen la actividad intelee- tual de nuestro país. Tales son las consideraciones substanciales que han de infiuir en el desenvolvimiento de la acción de este primer Congreso universi- tario. Nuestra acción ha de ser de colaboración, porque un congreso libre como el que procuramos celebrar, no puede ni debe pretender resolver nada con carácter ejecutivo, sino tan sólo acumular razonesy votos, que serán elementos de juicio y valores pragmaticios que deben pesar en las decisiones del estado y en las deliberaciones de los cuerpos académicos. En este sentido, pues, deseamos colaborar con decisión y sinceridad en la acción directriz del estado y en la tarea metódica de los cuerpos docentes, aportando la fuerza de opinión y la expresión de voluntades que ha de prestigiar y hacer más respetable la acción de aquél, al mismo tiempo que más eficaz la obra silenciosa de éstos. , Invocamos, pues, el compromiso moral que todo espiritu culto reco- noce en la necesidad de apoyar en hechos de valor positivo el nivel de'sus propios ideales, para pedir a nuestros hombres capaces del bien, algunos minutos de reflexión sobre nuestro proyecto, convenci dos de que lo reconocerán desinteresado y noble y se sentirán impul- sados a aportarle el consejo de su experiencia y el calor de su entu- s1asmo. Igual invocación dirigimos a la prensa, reconocida en su eficiente tarea cultural, para pedirle que colabore sin prejuicios ni desconfian- zas, en la realización de esta idea cuyo único móvil es el bien del pais áKL—T y — y la conveniencia de enaltecer los ideales de concordia y los princi- pios de justicia. — Laberatio. Programa sintético del Congreso universitario 1” Ideales universitarios : La universidad y los problemas públicos, Filosóficos, Éticos, Sociales y económicos, . Políticos, Nacionales. Solidarios : Intercambio, Fiesta anual, Asociación de egresados, Vinculación del profesor con los alumnos, Protección al profesor y a los alumnos, Vinculación de la universidad con el pueblo. 2 Gobierno universitario : ( Necesidad de probar capacidad para el gobierno antes de aceptar cargos directivos, Participación estudiantil, Participación de los egresados, Necesidad de que los futuros colaboradores universitarios, al in- gresar, aporten un valor moral e intelectual positivo. 5” Enseñanza: Contratación de profesores, Viajes de estudio. 4” Historia y evolución de las universidades y de los institutos pre- universitarios en la Argentina. 5” Profesorado. 6” Rentas universitarias. 71” Enseñanza preuniversitaria : Su gobierno y correlación con la superior. Ss” Enseñanza post escolar : Post primaria, Post universitaria, A ts 9” Enseñanza técnica : Agrícola, Manufacturera : Fabril y privada. Vocacional. ADVERTENCIA. — Al formular el presente programa, se ha procurado exprofeso, bosquejar solamente, por ahora, las cuestiones fundamentales que motivan este Congreso, en las nuevas secciones que lo forman, procurando dejar a las comisiones respectivas, la tarea y la libertad de desarrollarlas según el mejor criterio de sus miembros. Reglamento del primer Congreso universitario (República Argentina) Art. 1. — El Congreso universitario celébrase por iniciativa y bajo el patrocinio de la Sociedad Científica Argentina; su sede será la cin- dad de Buenos Aires, e inaugurará sus sesiones en agosto de 1921 para clausurarlas el mismo mes y año, habiéndose fijado esta fecha como un homenaje al centenario de la Universidad de Buenos Aires que se celebrará al mismo tiempo. Art. 2. — El objeto primordial de este Congreso es contribuir leal- mente a la solución del magno problema de los estudios universita- rios y secundarios, que en nuestro país se halla planteado desde hace tiempo, no solamente respecto a su propio.gobierno y régimen inter- no, sino también respecto a la necesidad de que todas las fuerzas vivas de la Nación, representadas por las industrias, el comercio, los centros culturales privados, la necesidad del bienestar del pueblo y los propios ideales nacionales, dejen sentir su influencia directa sobre la actividad universitaria, y la reciban a su vez de ésta. Art. 3. — En él pueden y deberían participar todas las Universi- dades del país con sus centros estudiantiles; los institutos de ense- hanza secundaria y especial; todas las reparticiones administrativas principales de la Nación, en cuanto pueden suministrar informes y datos fehacientes, a la vez que requerir para sus jefes y empleados, preparación o conocimientos suministrables por las Universidades; todas las instituciones representativas de las industrias, el comercio y las finanzas; todas las asociaciones culturales de la Nación, y por último, todos los hombres, aisladamente, que deseen o se hallen mo- ralmente obligados por cualquier circunstancia, a cooperar a la solu- ción de este gran problema que se relaciona con todo el progreso del país. Ar. 4. — Formarán parte oficialmente de este Congreso, los dele- gados de las instituciones públicas o privadas que se adhiriesen, y las personas que, habiendo recibido invitación de su Mesa directiva o Junta ejecutiva, hubieran contestado adhiriéndose a dicho certa- men. Formarán parte también, con iguales derechos, todas las personas de preparación que, deseando cooperar al mismo fin, lo solicitaren oportunamente por escrito. Art. 5. — Fíjase la cuota de adhesión, en la cantidad de cincuenta pesos moneda nacional para las instituciones públicas y privadas, con derecho a nombrar dos delegados, y de un argentino, para los particu- lares. Esta adhesión da derecho a formar parte del Congreso; a presentar trabajos y participar en sus discusiones; a concurrir a las excursiones o fiestas que en su homenaje se celebren, a cuyo efecto cada miembro recibirá de la Junta ejecutiva una tarjeta que lo acredite en su carácter. La misma adhesión da derecho a recibir, sin otro gasto, el boletin del Congreso, su memoria y un ejemplar de la publicación de los tra- bajos cuando se lleve a eabo. Las instituciones adheridas tendrán derecho a dos ejemplares. Art. 6. — Los trabajos que se pueden presentar al Congreso son : 1) Los de los autores de temas especiales fijados de antemano; b) Los que presentaren los delegados o adhentes al mismo, todos Jos cuales deben versar sobre temas que tiendan a resolver los problemas que motivan el presente Congreso, y ec) Las proposiciones que, formuladas por cualquiera de sus miembros, se hubieran estudiado y se presenta- ren por intermedio de la sección respectiva. Estos trabajos, para ser incluídos en el programa del Congreso, deben ser entregados en la Secretaría general, con treinta días de anticipación, por lo menos, a la fecha fijada para la inauguración del certamen. Los trabajos que se presenten después de esta fecha, siempre que sean aceptados por la Junta ejecutiva, quedarán para ser tratados después de concluir con los del programa y siempre que quede tiempo. Art. 7..— Los trabajos deben presentarse escritos a máquina, en tipo e interlineado corrientes, debiendo llevar cada uno, al final, un resumen y las conclusiones respectivas, en una extensión que no ex- ceda la capacidad de una carilla de papel de bloque, y sólo por excep- ción y cuando la índole del trabajo lo justifique, se admitirá dos. La Junta ejecutiva hará imprimir en hojas sueltas, si los recursos lo permiten, un resumen, formulado por el relator respectivo, de cada trabajo, y lo hará distribuir oportunamente entre los adherentes, a fin de que éstos los conozcan y estudien antes de presentarlos a la dis- cusión. La extensión de los trabajos, a los efectos de su publicación, no deben exceder, una vez impresos, de diez y seis páginas In-S?, sin que esto importe limitar al autor el derecho de agregar todos los detalles que crea necesario para completar su exposición, pero sin derecho a publicación. , Art. S. — La Junta ejecutiva publicará un boletín para hacer conocer sus propias resoluciones y las de la Mesa directiva, las pue- vas adhesiones, y el título y nombre del autor o autores de los traba- jos que se presenten, en el orden en que lleguen a la Secretaría ge: neral. Art. 9. — El idioma oficial del Congreso será el castellano. Art. 10. — La Junta ejecutiva ha dividido los temas del Congreso en nueve secciones, correspondiendo cada una a cuestiones funda- mentales de la vida universitaria y a sus relaciones con el progreso de la Nación. Cada una de estas secciones se hallará a cargo de una Comisión especial formada por un presidente, dos vices, un secretario y los vo- cales que al efecto se designe, a cuyo parecer queda librada : la sub- división o refundición de las mismas; la fijación de los temas y el nombramiento de sus relatores. Es también incumbencia de las Comisiones seccionales, aumentar el número de sus miembros si lo creen necesario, lo mismo que designar cargos honoríficos dentro de la misma, debiendo comuni- carlo en todos los casos a la Junta ejecutiva, para que ésta pase las comunicaciones de práctica. Art. 11. — Fuera de los temas de cada sección, publicados en el primer boletín del Congreso, cualquiera de sus miembros puede for- mular otros y presentarlos a la consideración de la respectiva sección. Art. 12. — La Junta ejecutiva y de Propaganda se reserva el dere- cho de admitir o rechazar, sin apelación, las proposiciones e comuni- caciones que lleguen después de vencido el plazo para su presenta- ción, o versen sobre temas extraños al motivo del Congreso. Art. 153. — La misma Junta decidirá, en última instancia, todas las cuestiones cuya resolución no esté prevista en el presente regla- mento. Art. 14. — La Junta ejecutiva y de Propaganda, del Congreso, fun- cionará hasta dejar concluído y resuelto todo lo referente a la organi- zación y realización del mismo, y, después de clausurado éste, hasta dejar terminada la confección y publicación de su memoria, y la im- presión y reparto de los trabajos presentados, en todo lo cual será secundada por las diferentes secciones del mismo Congreso. Art. 15. — La Mesa directiva, lo mismo que la Junta ejecutiva y dle Propaganda, funcionarán en el local de la Sociedad Cientifica Ar- ventina. Para las sesiones plenarias del Congreso, lo mismo que para el fun- clonamiento de sus respectivas secciones, se señalará local oporfuna- mente. Art. 16. — En la sesión de clausura, después de tratar los temas a la orden del día, se designará sitio y fecha para el próximo Con- egreso, y las personas que deberán correr con los trabajos preparato- rios del mismo. Art. 17. — Las comunicaciones y la correspondeneia en general podrá dirigirse al presidente de la Mesa directiva o al de la Junta ejecutiva y de Propaganda, cuya sede queda fijada en el local de la Sociedad Científica Argentina, calle Cevallos, número 269, Capital federal. Art. 15. — En todos los casos, las asambleas plenas del Congreso son soberanas para resolver todas las cuestiones que se susciten y que no hayan sido previstas por este reglamento. DE LAS SESIONES DEL CONGRESO Art. 19. — En los días que dure el Congreso se celebrará las si- guientes clases de sesiones : 4) Dos plenarias generales : una solemne de apertura que tendrá lugar en un local apropiado y otra de clau- sura que se celebrará en el local que oportunamente se señale ; b) Las ordinarias de trabajo, de cada sección ; ce) Dos generales de cada see- ción, una de apertura y constitución y otra de clausura. Art. 20. — La secretaria de cada sección comunicará a los señores miembros de la misma, con dos días de anticipación por lo menos, la orden del día de cada sesión. — 10 — Los trabajos que por falta de tiempo no alcanzaran a ser tratados en la fecha señalada, quedarán para el día siguiente para ser consi- derados después de concluir con la orden del día respectiva. Art. 21. — Las sesiones de cada sección serán presididas por los respectivos presidentes o vices o por las personas a quienes como una distinción fuere ofrecida dicha presidencia. Art. 22.— La secretaría de cada sección enviará a la Junta eje- cutiva y de Propaganda un resumen sucinto de lo actuado en cada sesión para darlo a la prensa diaria. Art. 23. — Las resoluciones tomadas por cada sección respeeto a los trabajos por ella considerados, serán presentados en el orden que corresponda, a la secretaría general para ser incluídas en la orden del día de la sesión de clausura del Congreso, para cuya oportunidad y cuando lo crean necesario las secciones, podrán nombrar uno 0 más delegados para que sostengan ante el Congreso en pleno, los votos aprobados por ellas. Art. 24. — Los relatores y autores de trabajos tienen derecho a hacer uso de la palabra en las respectivas secciones durante veinte minutos la primera vez y durante cinco, dos veces más. Los demás oradores no podrán hacer uso de la palabra más que una vez sobre el mismo asunto, por un tiempo que no excederá de diez minutos. La asamblea podrá hacer excepciones a esta regla y también declarar libre el debate cuando el interés del asunto lo justifique. Art. 25. — Los relatores, autores de trabajo y demás congresales que hubieran hecho uso de la palabra, presentarán a la secretaría de la respectiva sección y dentro de las veinticuatro horas siguien- tes, una síntesis concisa y clara de lo dicho, para incluirla en las ac- tas correspondientes, siendo obligatoria su reducción cuando a juicio de la secretaría conviniera modificarla en este sentido. De no hacerlo así el autor, la secretaría queda autorizada para hacerlo en su lugar y aun para publicar una simple mención si lo cree del caso. DE LAS SESIONES PLENARIAS Art.26.—A la sesión inaugural, que se procurará celebrar en un teatro, se invitará especialmente las autoridades nacionales y muni- cipales. En ella se pronunciarán los discursos de bienvenida de la Mesa directiva y los de las delegaciones en el orden que se fijará de antemano, y se declarará inaugurado el Congreso. => lea Art. 27. — En la sesión de clausura se votará las resoluciones o votos aprobados por las diferentes secciones para que puedan ser te- nidas como votos o resoluciones del Congreso, siendo indispensable, en todos los casos, antes de ponerlas a votación, que hayan sido sufi- cientemente apoyados. En estas votaciones no podrán intervenir más que los miembros presentes en la sesión. En esta sesión no se considerará ningún trabajo, ni sus conelu- si0nes. Los oradores podrán hacer uso de la palabra una sola vez y duran- te cinco minutos como máximo, sobre cada cuestión. Los relatores y autores cuyas resoluciones o votos se consideran, podrán hacerlo dos veces durante el mismo tiempo. Art. 25. — Los congresales que tomen parte en la discusión, remi- tirán a la secretaría un resumen escrito y conciso de su exposición. Art. 29. — Concluídos los asuntos a la orden del día, podrán hacer uso de la palabra los señores delegados y el miembro de la Junta di- rectiva que al efecto se designe. Organización de las secciones La urgencia de publicar este boletín, destinado a informar oportu- namente al público y a la prensa, sobre el carácter y los propósitos de este primer Congreso universitario, nos obliga a dejar para el pró- ximo número la lista de las personas que forman las comisiones de las diferentes secciones, y su constitución definitiva. Adhesiones Esperando justamente la publicación del presente boletín informa- tivo, hemos dejado de lado todo trabajo de propaganda en favor de este Congreso; pues, fuera de las comunicaciones indispensables a los trabajos preliminares de su organización, nuestra tarea se ha li- mitado a conferencias de información y a salvar las primeras dificul- tades de orden material que siempre se oponen a la realización de empresas de esta clase. Sin embargo, y como una consecuencia de esas primeras comunicaciones, hemos recibido adhesiones valiosas, no sólo por el mérito real de las instituciones adheridas, cuanto porque LE contribuyen a difinir efectivamente el carácter amplio del futuro cer- tamen. A continuación publicamos algunas de las más importantes de di- chas adhesiones : Universidad nacional de Córdoba. Córdoba, 26 de ¡unio de 1920. Al señor presidente de la Sociedad Cientifica Argentina, ingeniero S. E. Barabino. Buenos Aires. Ampliando mi comunicación fecha 22 del corriente, me es grato significar a Ampliand i comunicación fecha 22 del cor te, me es grato significar al señor presidente que el honorable Consejo superior, en sesión del día 23, resolvió adherir al primer Congreso universitario que organiza para el año próximo ve- nidero esa institución y autorizó a este rectorado para nombrar oportunamente delegados ante dicho gertamen. Al mismo tiempo me permito solicitar del señor presidente se sirva ordenar la remisión de algunos programas del Congreso a realizarse para ser distribuidos entre los señores profesores de esta institución. Saludo al señor presidente con mi distinguida consideración. Ernesto Gavier. ELISEO SOAJE. Sociedad rural argentina. uenos Aires, junio 30 de 1920. A Señor presidente de la Sociedad Científica Argentina, ingeniero Santiago E. Barabino. Presente. En contestación a la atenta nota del señor presidente por la que se sirve invi- tar a esta sociedad a designar sus representantes ante el Congreso universitario que bajo los auspicios de la Sociedad de su digna presidencia se llevará a cabo el año próximo, me es grato comunicarle que la comisión directiva, en la sesión últimamente celebrada, ha resuelto designar a los señores, ingeniero don Julián Frers, ingeniero don Pedro A. Vinent y don Alberto E. Castex. Aprovecho esta oportunidad para saludar al señor presidente con mi conside- ración más distinguida. A. Mihura, JOAQUÍN S. DE ANCHORENA, Decretario. Presidente. Unión industrial argentina Buenos Aires, junio 14 de 1920. Señor presidente de la Sociedad Científica Argentina. Cevallos 269 (Capital). Senor presidente : El Consejo directivo que tengo el honor de presidir, en su sesión realizada el 11 del actual, después de considerar su atenta nota de mayo próximo pasado y de apreciar en un todo la obra patriótica que se propone realizar esa respetable institución, resolvió designar a los consejeros, señores ingenieros Eusebio E. Gar- cía, y H. M. Levylier, para que representen a esta asociación en el Congreso uni- versitario a realizarse y para que presten su más decidido concurso en todos los actos que se llevarán a cabo. . Indudablemente, señor presidente, que la alta iniciativa que propicia esa So- ciedad de efectuar un Congreso universitario en el país, para tratar sobre temas tan trascendentales, como los que se detallan en el adjunto de su referida nota, no podía escapar a la atención de este Consejo, desde que se plantearán en él, múltiples problemas relacionados con la enseñanza técnica de nuestras activida- des manufactureras y fabriles. Formulando votos por el más brillante éxito de esta importante iniciativa, sa- luda a usted muy atentamente. Hermenegildo Piny, JUAN V. SANGIACOMO, Secretario. Presidente interino. Bolsa de comercio Buenos Aires, junio 18 de 1920. Señor presidente de la Sociedad Científica Argentina. Distinguido señor : Me es grato acusar recibo de su atenta nota del mes de mayo próximo pasado, por la que se sirve tener a bien comunicar que esa honorable Asociación ha re- suelto celebrar un Congreso para estudiar la cuestión universitaria de nuestro país, en toda su extensión, e invita a esta Bolsa de comercio a nombrar dos o tres personas para colaborar en los trabajos preliminares de dicho Congreso e integren después las comisiones encargadas de las diferentes secciones del futu- ro certamen. Ñ En contestación a la misma, cúmpleme comunicar al señor presidente, que es- ta Institución ve complacida la iniciativa que ha tenido esa Sociedad, de su dig- na presidencia, y ha designado como delegados a ese Congreso, a los señores José Mieres y doctor Luis Juillerat. Aprovecho esta oportunidad para expresar al señor presidente las seguridades de mi consideración más distinguida. Pablo M. Aldazábal, GUILLERMO PADILLA, Secretario. Presidente. VPederación argentina del comercio, de la industria y de la producción Buenos Aires, junio 22 de 1920. Señor presidente de la Sociedad Científica Argentina. Presente. Tengo el agrado de acusar recibo de su atenta comunicación del pasado ies de mayo relativa al proyectado Congreso para el estudio de la cuestión univer- sitaria en el país. El Consejo directivo de la Confederación argentina del comercio, de la indus- tria y de la producción. ha acogido con la mayor simpatía la elevada y oportuna iniciativa de ese centro, y compartiendo los anhelos expuestos en la nota de re- ferencia ha resuelto adherir a la iniciativa. En la virtud, y de acuerdo con los deseos indicados en la misma, ha designa- do para que representen a esta Institución en los preliminares y, eventualmente, en el Congreso de referencia, a los señores presidente, vicepresidente y secre- tario, señor Luis E. Zuberbiihler, doctor Julio López Mañán e ingeniero Satur- nino Zemborain (hijo). Con este motivo tengo el gusto de saludar al señor presidente con rl más distinguida consideración. AUR PBnetcals Lurs E. ZUBERBUÚHLER, Secretario. Presidente. Liga agraria Asociación nacional h 3uenos Aires, junio 17 de 1920. Señor presidente de la Sociedad Científica Argentina, ingeniero S. E. Barabino. Presente. Me es grato dirigirme a usted manifestándole que la Liga agraria, en su se- sión del 14 del corriente, tomó en consideración su atenta de fecha mayo, resol-. viendo designar sus representantes al Congreso que, para estudiar la cuestión universitaria en nuestro país, se realizará bajo los auspicios de esa importante Sociedad, a los doctores Lauro M. Castro, Felipe Senillosa, e ingeniero Cristó-. bal N, Giagnoni. Saludo al señor presidente con mi mayor consideración. Ricardo Bazá, ; CARLOS GUERRERO, Secretario. Presidente honorario. Asociación nacional de lechería 3uenos Aires, junio 14 de 1920. Señor presidente de la Soctedad Científica Argentina. Capital. Distinguido señor : En respuesta a su nota solicitando el concurso de esta Asociación para reali- zar el Congreso universitario que la Sociedad Científica Argentina se halla orga- nizando, me es grato comunicarle que la Asociación nacional de lechería se ad- hiere a esa importante iniciativa y designa para representarla en los diferentes actos de este certamen científico a los doctores Ramón J. Cárcano, Ramón Bidart y Pedro Bergés, presidente y vocales respectivamente de nuestra Institución Dejando así satisfecho su pedido, me es grato saludar al señor presidente con mi mayor consideración. i P. Bergés, Tomás SoL, Secretario general Presidente ad hoc. Universidad de Tucumán Tucumán, julio 2 de 1920. Señor presidente de la Sociedad Científica Argentina. ] Cevallos 269, Buenos Aires. El rector de la Universidad, tiene el agrado de comunicarle que por resolución del Consejo directivo, acepta la invitación hecha por esa Asociación a esta Uni- versidad, y que concurrirá al Congreso universitario que propicia, en la fecha marcada. Saludo w usted con mi mayor consideración y respeto. M. Lizondo Borda, JUAN B. TERÁN, Secretario. Rector. Liga de Defensa Comercial Buenos Aires, julio 7 de 1920. Al señor presidente de la Sociedad Científica Argentina. Cevallos 269. Tengo el agrado de dirigirme al señor presidente, acusando recibo de la aten- ta nota por la que tuvo la deferencia de invitar a esta Liga, a tomar parte en el — 16 — Congreso que esa prestigiosa Sociedad ha resuelto celebrar para estudiar la cues- tión universitaria de nuestro país en toda su extensión. Zn respuesta, me es grato poner en conocimiento del señor presidente, que esta Asociación se adhiere complacida a la mencionada iniciativa. Con este motivo, presento al señor presidente las seguridades de mi mayor consideración. M. Feit, ANTONIO LEÓN LANUSSE, Secretario. Presidente. Las adhesiones se reciben desde ahora, y pueden dirigirse al pre? sidente de la Mesa directiva, o al de la Junta ejecutiva o al Secreta- rio general. Con el fin de facilitar este acto se repartirá, en breve, boletas es- peciales. : Toda correspondencia debe dirigirse a la Secretaría general del Congreso: Cevallos 269, Buenos Aires. 4 Magnin, Jorge. ; E -Magnin, Félix J. AL, Mallol, Emilio. 2 Mamberto, Benito. 1 Marín, Plácido. Marcó del Pont, Enrique. Marotta, Pedro. Massini, Carlos. > OR Maupas, Ernesto. : "Mayol, J. A. Jorge, Mazza, Salvador. ER Medina, José A. Ad y Melo, Carlos F. Meoli, Gabriel. Mercante, Víetor, Mercau, Agustín. a Mermoz, Fco. Alberto. US Mignaqui, Luis P. ¿2 Molina Civit, J uan. > Morales, Carlos María. Moreno, Evaristo V. Móhring, Walther. Mugica, Adolfo. Narbóndo, Juan L. pes —Nágera, Juan José. o Natale, Alfredo. de Negri, Mario L. Nielsen, Juan. : Noceti, Domingo. 2 | Novillo, Andrés B. 2 0*Comnor, Eduardo. o Ojeda, José T. Olmos, Miguel. Olivieri, Alfredo. -Onelli, Clemente. - Ortiz de Rosas, Jorge. Orús, José M. ? 'Orús, Antonio (hijo). 0 Ortwed, Villiehm. ñ Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. JS Álvarez, Jerónimo. Arias, Víctor J. Baidatt, Bernardo Ig. Basterreix, Francisco. Bes, Raúl. de -Cozzi, Honorio. Allende Lezama, Luciano. Otamendi, Alberto. Otamendi, Gustavo. Otamendi, Belisario. Outes, Félix F. Paitoví Oliveras, Antonio-D. Paoli, Humberto. Paolera, Carlos M. della. Parodi, Edmundo, Pasman, Raúl 6. Paquet, Carlos. Paz Anchorena, José M. Pelleschi, Juan. | Peralta Ramos, Enrique. Pérez Hernández, Ángel. | Pértile, José C. Piana, Juan S. Quiroga, Modesto. 'Quartimo, José N. Quiroga, Alejandro. Rebuelto, Emilio. Rebuelto, Antonio. Renacto, Ricardo. Rivarola, Rodolfo. Rodríguez Aravena, Santos. Rofto, Juan. Romero, Julián. Romero. Antonio. Rossell Soler, Pedro A. Rospide, Juan. Rumi, Tomás y. Sabaría, Enrique. Sabatini, Ángel. Sáenz Valiente, Eduardo. Sáenz Valiente, Anselmo; Sánchez Díaz, Abel. Sánchez Gregorio E. Sanromán, Therio. Santángelo, Rodolfo. Sarhy, José S. > Ñ Sarhy, Juan F. Sarmiento, Nicanor. SOCIOS ADHERENTES 'Clariá, César. Colombo, Carlos A. Champalanne, Federico M. Domínguez Abal, Ramón. Dorado, Luis. Frers, Arturo German. _Goni, José. SOCIOS ACTIVOS (Conclusión) Scala, Augusto. Schaefer, Guillermo PF, Sehnaeck Benno JJ. Segovia, Vicente. Seguí, Francisco. . Sehmiedel, Ottomar. Schneidewind, Alberto. Selva, Domingo. Senet, Rodolfo. Serodino, Eduardo €. Silva, Ángel. Soldano, Ferruccio A. Sorondo, Alejandro. Sordelli, Alfredo. Storni, Segundo. ¿(Tarelli, Carlos A. Tello, Eugenio. Torre Bertueci, Pedro. Urquiza, Carlos de. Vallebella, Colón B. Valentini, Argentimo. Valerga, Oronte A, Valiente Noailles, Luis. Valle Fberlucea, Enrique del. Vallejo, Carlos. Varela, Eutino. (hijo). Vienan, Pedro T. Vidal, Antonio: Volpañíti,, Eduardo. Wanuters, Carlos. Widakowich, Víctor. Wilmart, Raimundo. Weinstock, Zelman. Wernicke, Roberto. Wernicke, Raúl. Williams. Adolfo “E. White, Guillermo. White, Guillermo J. ZLakrzewski. Bernardo. Lamboni, Agustín. Gotuzzo, Francisco €. Grau, Carlos A. Lambertini, Miguel. Niño, Bernardo J. Peirano, Santiago F. Pelosi, Elías. Pini, Aldo s. y FE FA El ne, SOCIOS ADHERENTES (Conelusión) Rojo, Jorge T. Saravia González, Moisés. Vernengo, Roberto E. Real, Enrique Bb. Sáenz Valiente, Casto. Vidal, Eduardo. Repetto, Cayetano.” Sobral, Arturo. Zapata. Ciriaco L. Suforcada, Aníbal. Trelles, Rogelio A. MIEMBROS PROTECTORES DE LA ORGANIZACIÓN DIDÁCTICA | DE BUENOS AIRES Aguirre, Rafael M. | Besio Moreno, Nicolás. Anchorena, Juan LE. Tornquist, Ernesto y Comp. (Lim.). Besio Moreno, Pedro. Norgits? 1] , ? , AN ¿ ; y l MANE y ; Pooh / IN ' 4 AY 1 y b h | A in 155 SMITHSONIAN INSTITUTION LIBRARIES ! QT